🧸: ¡Bienvenides! Buenas tardes, noches o días. Pues si, soy Lana Banana comunicándose, este ya es el último capítulo... Gracias por todo, por acompañarme en esta montaña rusa de emociones, por querer odiar y amar a Del al mismo tiempo, por acompañarme a mi pero especialmente a nuestros pequeños bebés, Wayne y Five. Esta historia es lo mejor que he hecho, por eso quisiera hacer más AU's con esta historia. Así que, como recompensa para que esto finalice haré unos AUs con el Fayne, conversaciones de WhatsApp de ellos, incorrect quotes y todo eso para poder seguir recordando a nuestra pareja favorita. Que tengan un excelente 2021 y que ustedes son fuertes, más de lo que creen y nada, ya es hora de despedirse con nuestros dos chicos, espero le guste. - Con amor, Lanita.
Wayne, el gran chico del que estaba enamorado Five, estaba empeorando, el Cáncer lo estaba consumiendo cada vez más y eso era preocupante. No sabían si lo lograría o no.
Una noche, mientras Five y Wayne intentaban dormir, se percataron de la pérdida del cabello que estaba presentando Wayne, el mayor ya sabía que esto pasaría pero simplemente tenía tanto miedo y Five lo tenía también.
— Es que yo no estoy bien, necesitas a alguien que no tenga cáncer, que te pueda complacer, yo ya no puedo hacerlo.
— Way, cariño. No necesito a nadie, te tengo a ti y a mi no me interesa si ya no me puedes complacer, yo te amo a ti y sólo a ti.
Toni y Gerard hacían hasta lo imposible para poder hacer que su hijo saliera de esta, pagaban buenas consultas pero nada mejoraba...
Por un momento, Allison había sido una opción pero, ¿y si todo salía mal? Además de que Wayne sabía de eso, tenía que elegir, tenía que saber que pasaría con su vida. Pero, simplemente, rechazó esa oferta.
Five ni siquiera entendía el por qué, o quizás si, cuando Allison rumoreaba a alguien alguna cosa empeoraba, por eso también existía ese intenso miedo. Ese miedo de que todo salga peor que antes, el menor no quería perder a Wayne tan pronto, su mejor opción era aprovechar el tiempo, cada segundo, minuto, día. Todo.
Wayne se encontraba en una camilla en el hospital, no estaba tan mal como otras veces pero si estaba muy aburrido, sólo podía ver las noticias en el televisor de esa habitación, no fue hasta que su salvación tocó la puerta unas veces.
— ¿Se puede?
— ¡Five, amor! Me moría del aburrimiento.
— ¿Cómo estás?
— Bien, puedo caminar y esas cosas.
— Ya veo. Es que te quiero proponer algo.
— Soy todo oídos.
— Escucha, no sé cuánto tiempo nos queda, pero quiero pasar cada segundo de mi vida contigo, hagamos cosas increíbles ahora que tenemos tiempo...Way. Hay que darnos besos hasta que nos cansemos, hay que dar paseos todos los días, hay que pelear por un casillero nuevamente.
— Especialmente la última. . . Entonces si es ese el caso, acepto, mi hermoso y bello prometido Five.
— Lo que sea pero a tu lado, mi amor.
— Lo que sea pero a tu lado, hermoso.
Y la pareja hizo la promesa de meñique para finalizar con un beso en los labios. Estaban entusiasmados y aprovecharían cada minuto juntos.
Toni y Gerard visitaban a su hijo todos los días, le traían comida, bebidas y más cosas. Ellos también querían pasar tiempo con ese hijo que tanto adoraban, ellos también querían estar con el hasta el final, aunque fuera algo tan complicado pensar que ya no estaría más ahí, que el se iba a ir muy pronto. Pero felices sabiendo que a Wayne le tocó una buena vida estos años, a pesar de haber tenido problemas, tuvo una vida hermosa.
Fue cuando un viernes, su prometido Five llegó al hospital muy entusiasmado, a Wayne se le hizo bastante raro, al principio no sabía que era lo que ocurría hasta que Five entró a la habitación.
— ¡Tenemos un día para nosotros! Ya hay permiso, ¿a dónde quieres ir?
— ¿L-Lo dices en serio?
— ¡Claro que si!
— ¡V-Vayamos a un parque! ¡A tomar el té! ¡Al cine!
— Uhm, suena como algo que haríamos todos los días. ¡Acepto!
— Tengo las fuerzas, así que vamos mi hermoso prometido.
Y así, comenzó su bello viernes. Primero, fueron al parque, donde Wayne estaba en silla de ruedas y Five en una banca a su lado, observando el lago que tenían enfrente.
— ¿Sabes? Recuerdo cuando viniste a disculparte cuando Del fue mala con nosotros y yo estaba en un parque, ahí nos besamos por segunda vez.
— Y me di cuenta de tus poderes.
— Eso también, Way.
— Siempre has sido increíble, Five. Siempre te he admirado.
— Y tú siempre has sido fuerte Way y siempre lo serás, sea dónde estes, siempre lo serás.
— Te amo tanto Five que me cuesta pensar cómo será el día en el que me vaya sabiendo que no te ame lo suficiente.
— Y no pienses en eso, mi amor. Porque quiero que siempre sepas que me amaste más que lo suficiente, más que eso, cada segundo que pasa es tu muestra de amor.
— Me gusta saber eso, más porque lo dice el chico que viaja en el tiempo.
— Eso también.
Ambos rieron y la brisa parecía saber que era lo que iba a pasar, porque ambos se sumergían en sus recuerdos juntos, esos recuerdos tan preciados que Five y Wayne mantendrían en una cajita.
El próximo lugar, fue el lugar del té. El mismo que Toni los había llevado hace tiempo con su familia, ahí mismo. Pues, al llegar, a ambos les tocó la misma mesa, alado de esa ventana y ambos se percataron de eso, porque fue la risita de Five que los delató.
— ¿Recuerdas? Tú chocaste en esa ventana.
— ¡Oh dios! Pero que tonto era. Estaba nervioso porque tú estabas ahí, cuando pensé que te había perdido.
— Y tomamos té, también conocí tus imperfecciones y por eso me enamoré más de ti, porque aún teniendo imperfecciones, eres el amor de mi vida y siempre será así.
Wayne y Five se tomaron de la mano y los minutos pasaron, estaban conversando, tomando té y recolectando más recuerdos para su cajita, como cuando tuvieron su segunda cita en ese lugar, fue un día bastante...hermoso.
Su hora del té había terminado y ahora Five a su casa con Wayne en silla de ruedas. Ahí sería su "cine en casa" porque no querían causar algunos riesgos si estaban ahí. Así que prefirieron hacerlo en casa.
Al estar en casa, Five había hecho palomitas y se dirigió con su prometido, el cual veía la televisión y se reía, se veía tan feliz que Five se guardó esa bonita imagen en su cabeza.
Five se acercó a su prometido y le dio un chocolate, le sonrió y acarició una de sus mejillas.
— Son pequeños detalles, ¿recuerdas? Y tu te los mereces mejor que nadie.
Wayne recordó su primera cita en el cine, el le había regalado un chocolate a Five y ese mismo día, su primer beso.
Ya estaba oscureciendo y el poco tiempo que les quedaba como día juntos lo aprovecharon, viendo una película mientras comían palomitas, recolectando los últimos recuerdos para poder cerrar esa cajita, su primera pelea, su reconciliación, su primera cita, su primera vez, sus primeras salidas...esa cajita estaba sellada y con una llavesita que ambos cuidarían bien.
El día se acabó, Five llevó nuevamente a Wayne al hospital y los recibieron bien, una de las enfermeras se llevaría a Wayne a su habitación, pero como a ambos les gustaba hacer el ridiculo, se despedían lanzándose besos y gritando lo mucho que se amaban porque Wayne cada vez se alejaba menos.
Pasaron meses y Wayne ya...estaba fatal, estaba terrible, eran sus últimos días y todos lo sabían, Toni y Gerard seguían visitándolo pero Wayne ahora sólo descansaba, ni abría los ojos pero ahí seguía, seguía luchando. Y sus padres le recordaban lo mucho que lo amaban.
Un miércoles por la noche, Five fue a la habitación para poder ver a su prometido, el cual se veía más fatal que antes, el menor al verlo se acercó y tomó su mano, lo miró y no quería llorar pero las lágrimas, esas pequeñas lagrimas, lo lograron.
— Hola mi amor, no te voy a preguntar el cómo estás porque yo lo estoy viendo...sólo quiero que sepas que gracias a ti mejore como persona, gracias a ti supe cómo amar de una manera extraordinaria, porque tu me amaste lo suficiente, de hecho me amaste como yo lo quería, pero tú me diste más, tu me ayudaste a conocerme a mi, a ti y a nuestro amor, a nuestro romance, a todo lo demás, eres mi hogar, ese hogar en el que me siento seguro y quiero que lo sepas, donde sea que estes, que sepas que te amo y jamás en mi vida amare, porque contigo pude amar, contigo pude vivir la vida que siempre quise, muchísimas gracias Wayne, te amo tanto y serás esa Estrella que buscare en la noche. Te adoro, más de lo que crees.
Y así finalizó Five, con una sonrisa en su rostro pero con las lágrimas recorriendo sus mejillas, se acercó a su prometido y le dio un beso en su frente, como una hermosa despedida y se retiró de ahí, no quería dejarlo pero el hospital no le podía permitir estar más tiempo.
Esa misma noche, ese mismo Miércoles, Wayne se fue. Quizá se reencontraría con su papá, pero se fue sabiendo que el amor de su vida estaría a salvo, sabiendo que realmente amo a Five como debía ser, que Five siempre sería su hogar, el hogar más cómodo que jamás tuvo. Pero, Wayne, la alma de Wayne se sintió cálida, porque cuando le dieron la noticia a las personas que Wayne más amaba, pudo sentir esos brazos tan pequeños y un último "Adiós, mi bello Way, te amare por siempre y es una promesa, pero ahora estoy feliz de que te encuentras en un lugar mejor, mi corazón te pertenece, ¿vale? Hicimos cosas increíbles juntos, mi amor. Ya nos encontraremos tú y yo, sólo espera." Un adiós cálido, tan honesto y tan humano. Y Wayne, podía irse con más tranquilidad, sabiendo que,
se encontraría con su prometido cuando el tiempo quisiera, y esperamos que no sea egoísta.
Fin.