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『 Mevie』
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Luego de que Harry salió por la puerta, Mal se sentó de vuelta en el sofá, viendo hacia la nada mientras pensaba bien en lo que acaba de hacer. Mal era de meditar cada cosa; pensarse dos veces todo antes de actuar.
¿Por qué si Harry es su novio hace tanto, no ha pensado ni una sola vez en intimar con él? ¿Por qué tenía tanto miedo de descubrir qué era lo que realmente ella quería? ¿Era que se rechazaba a sí misma? ¿Por qué jamás sintió con su novio algo parecido a lo de Evie? ¿Qué realmente le hacía sentir Harry cuando la tocaba o besaba?
Mal se desvistió lentamente y se paró frente a un espejo ovalado en el que se podía ver completamente, a veces se miraba a sí misma para saber si algo andaba mal en su cuerpo, aunque claro que era absurdo verlo físicamente.
Sin más caminó al baño, abrió la llave y entró bajo el grifo. Esperó a que su cabello se mojara y luego se quedó viendo al suelo, sus labios se separaron soltando un jadeo y entonces se erizó. Pronto una sensación recorrió entre sus piernas, una muy incómoda que Mal no sabía de dónde había venido. Fue cuando bajó dos dedos, acariciando su abdomen, por un momento no pudo evitar recordar la forma en que Evie lo había hecho y entonces con un poco de miedo y adrenalina tocó entre sus piernas. Pero era tan virgen y le daba miedo descubrirse a sí misma, que inmediatamente se arrepintió y alejó su mano.
Ignorando aquellas sensaciones terminó de bañarse, entonces salió, se secó el cuerpo y lo vistió con su ropa interior, la cual por cierto la sentía incomoda: la sensación le seguía incomodando.
Tok tok.
Mal se acercó a la puerta, mirando por la mirilla antes de separar los labios y entonces se alejó.
"¿Evie?"
Luego de pensarlo unas cuantas veces, se acercó hasta su armario, de donde sacó una bata para ponérsela, entonces se animó a abrir.
—Lo siento, pensé que estarías en la escuela.
—¿Qué pasó?
Evie la miraba de arriba abajo, hasta que Mal frunció el ceño y entonces Evie miró hacia otro lado.
—Vine por una caja que dejé hace tiempo aquí. Me dijiste que pasara por ella después.
—Debajo de aquel cajón.
Evie asintió y entonces entró, tomando la caja y entonces caminando de vuelta a la puerta.
—¿No vas a revisar que no le falte algo? —preguntó Mal.
Evie asintió y entonces se sentó en su vieja cama, donde comenzó a revisarla.
—¿Y cómo estás?
Era el momento para que Mal dejara ir el pasado y se concentrara en lo que "realmente importaba", seguir teniendo a su mejor amiga.
Evie la miró de arriba abajo y luego regresó la mirada a la caja.
—Pues estoy.
Mal asintió y entonces se acercó a un cajón, de donde sacó una falda y se la entregó a Evie.
—Es tuya.
—Quédatela, seguro se te ve mejor a ti.
Mal no contestó y entonces la volvió a poner a un lado.
—¿Faltaste a la escuela?
"Era extraño", pensó mal, el que Evie hubiera llegado de la nada, sabiendo que no estaba decidió tocar y, además, que ahora le hablase como si nada. Por un momento Mal se sintió tonta por pensar en lo del otro día cuando seguramente Evie ya ni lo recordaba.
—Sí.
—¿Estás enferma?
Evie la examinaba como si tratara de encontrar alguna anomalía en la chica pelimorada.
—No, es solo que no quise ir.
Evie asintió y se levantó:
—Bien, todo en orden.
—¿Ya te vas?
Evie la miró:
—Imagino que deseas estar sola.
—No, no. Es decir, quédate, estaba por ver una película.
Evie la miró luego vio hacia el televisor y únicamente asintió. Cuando se trataba de Mal y sus comportamientos extraños, Evie tampoco entendía nada. Después de todo no olvidaba el hecho de que Mal era muy distinta a la de antes.
—¿Te quedas un rato?
Evie miró a la puerta y luego suspiró bajando la caja.
—Está bien.
Ambas se sentaron el sofá, a cada extremo, viendo hacia el televisor, fingiendo cómo prestaban atención a la película mientras pensaban en otras tantas cosas. Eran mejores amigas desde hace años, pero la tensión no podía desvanecerse en el aire tan fácil, menos cuando habían cambiado y ya no mantenían los mismos temas de conversación que antes.
O al menos hasta que Evie pensó en sacar plática.
—¿Y qué tal Harry? —Evie miraba una foto que tenía Mal sobre una mesa.
—Bien.
—¿Ya tienen mucho saliendo?
—Sí.
—Qué bien.
—Sí.
—Sí.
De nuevo se había acabado la plática.
—¿Y ustedes ya...?
Mal se puso roja y luego la vio:
—¿Intimidar?
—Sí.
—No, nos estamos esperando. No nos es tan importante ahora.
—Ahh... Entiendo. Esperar a la boda.
De pronto Mal miró a Evie, dándose cuenta de que esta sonreía y frunció el ceño.
—¿Que es tan gracioso?
Evie la vio y su expresión se volvió más seria.
—Nada, nada.
—¿Piensas que tengo miedo?
—No, yo no dije eso.
—Pero te reíste, te acabo de ver.
Evie la miró, notando cómo Mal estaba ya molesta y cruzada de brazos. Entonces suspiró.
—Solo se me hizo tierno. Pensé que Harry no aguantaría tanto tiempo.
Mal asintió y desvió la mirada. Luego se sintió ofendida: claro pues si era la virgen de todas sus amigas.
—¿Y qué hay de mí?
—¿De qué?
—¿Crees que para mí es difícil?
—Eres distinta, M.
—¿Qué estás tratando de decir?
—Pues que tú antes de estar con alguien piensas en el matrimonio y eso, y no está mal.
¿Qué sabía Evie de Mal?
—No, yo no quiero casarme.
Mal estaba molesta, a veces se sentía ignorante cuando alguien pensaba así de ella solo por no meterse con cualquier estúpido.
—Está bien, no te molestes.
—No estoy molesta.
Evie sonrió:
—Ven aquí.
Mal giró viendo a Evie y luego se acercó a ella:
—Está bien.
Evie se giró, cuando se dio cuenta de que Mal había quedado lo bastante cerca de su cuerpo, entonces la miró a los labios.
—M...
Mal se giró, notando cómo Evie la miraba y a decir verdad no le incomodaba.
—Dime.
—Perdón si te ofendí. Llevo tanto tiempo sin platicar con nadie que ya no recuerdo ni de qué temas hablar. Pero... me gusta cómo eres, ¿sabes?
Mal se sonrojó.
—¿A qué te refieres?
—Eres muy tierna. —Le acarició el rostro—. Recuerdo cuando hablabas de que eras un dragón.
—Lo sigo siendo.
—Sí, pero ahora eres más... ¿femenina?
Mal iba a decir algo, cuando sintió que Evie rozó sus labios y entonces Mal sintió cómo el mundo se le venía encima. ¿Qué estaba haciendo?
—E, esto no es-
—Solo un beso.
Mal miró a los labios de Evie. ¿Qué le pasaba a Evie y a esos labios tan rojos y deleitosos?
—¿Un beso?
—Uno solo...
—Pero yo tengo novio.
—No se va a enterar.
Mal tragó seco y entonces Evie le volvió a acariciar el rostro.
—Uno y nada más.
Mal sintió a su cuerpo agitarse, que por un momento trató de contener la respiración para no exponerse a lo que sentía en el momento. Claramente ella quería un beso, y no solo un beso, un beso de Evie.
—¿Luego de eso olvidamos lo del otro día?
—Sí.
Mal asintió, entonces Evie la sujetó de las caderas para sentarla encima de ella lentamente y a horcajadas. Mal respiró hondo y entonces se inclinó, acomodando sus brazos sobre el cuello de Evie.
—¿Lista?
Evie asintió.
Finalmente, Mal se inclinó, para rozar los labios de Evie, y esta no esperó para sujetarla de la nuca y succionar de los labios de Mal en un beso lento. Poco a poco se tornó más íntimo, cuando Evie rozó su lengua en la boca de Mal, haciéndola soltar un jadeo, antes de apretarla a su cuerpo.
De pronto Mal se dio cuenta de lo que estaba aceptando y rompió el beso.
—No puedo dejar de pensar en ti... —confesó Evie.
Mal la miró a los ojos:
—¿Es en serio?
Evie se atrevió a robarle otro beso, le era inevitable cuando Mal soltaba algunos jadeos estando encima de ella.
—Sí.
—También me has hecho sentir muchas cosas. Pero es solo que... —La alejó de sus labios—. Tengo novio y no soy lesbiana.
Evie asintió, liberando lentamente de las caderas de Mal, mientras trataba de entender lo que Mal acababa de decir. ¿No la había besado ella hace dos días?
—Está bien, entiendo. Quizá podamos hacer cosas de "mejores amigas luego".
Evie se levantó bajando a Mal.
—Oye, espera, no quise ofen-
—Déjalo así, M.
—Evie, pero...
Evie se fue, Mal se quedó solo ahí, acariciando sus labios mientras sentía cada beso marcado de Evie en sus labios.
Mal no entendía aún, pero se estaba haciendo más daño del que ella misma imaginaba.
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『 Mevie』
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