Park Jihyo's Point of View
El tráfico en Miami nunca ha sido fácil. Tenía la sensación de que este lugar tenía más coches que habitantes. Estábamos detrás de una enorme fila de autos donde las personas estresadas tocaban la bocina sin parar. Teníamos exactamente 15 minutos para llegar a la oficina, hoy por alguna razón se nos pidió que fuéramos puntuales. Pero los últimos rumores escuchados, un nuevo presidente sería presentado, y di gracias a Dios por eso. Tener que aguantar a aquel viejo baboso como jefe era demasiado tedioso. Por supuesto no teníamos idea de quien ocuparía su lugar, pero no creí que pudiera ser peor.
Nayeon miraba atenta a cualquier lugar donde podríamos avanzar. Chaeyoung leía sus informes desde el asiento trasero.
ㅡ Hoy este lugar parece un infierno ㅡdijo Nayeon algo molesta.
ㅡ Nayeon, no digas eso, por favor ㅡChaeyoung le reprendió, haciendo que reprimiera una risa por la cara que Nayeon hizo.
Conocimos a Chaeyoung tan pronto como comenzamos a trabajar en Industrias Minatozaki. Ella ocupaba un puesto como asistente en la edición de publicidad. Nos llevamos bien desde el primer día, tanto así que después de unos meses decidimos alquilar un apartamento en el centro de Miami. Chaeyoung era una chica de pueblo, pero era tan dulce y comprensiva. Ella era el sentido común de nuestras vidas. Sabía de la segunda vida que yo llevaba, pero nunca dijo nada, al contrario, ella siempre me apoyó.
Después de diez minutos paradas, conseguimos avanzar algunas cuadras gracias a las habilidades de Nayeon al volante. Nos apresuramos a entrar al edificio antes de que alguien se diera cuenta de nuestro retraso. Todos estaban eufóricos y agobiados, la noticia de nuestra presidencia era al menos una controversia.
ㅡ¿Soy yo o todos están inquietos? ㅡdijo Chaeyoung mientras ponía sus cosas encima de su escritorio.
ㅡ No es cosa tuya, Chaeyoung, todo mundo está nervioso.
ㅡ No entiendo por qué, quien va a tener que soportar a la bestia todos los días seré yo ㅡhablé un tanto incómoda.
ㅡ Sí, Hyo... tú fuiste la escogida ㅡChae habló sonriendo.
ㅡ Escuche que es una mujer, un tanto arrogante.
ㅡ¡Dios quiera que no! Ya tuve suficiente por aguantado a ese viejo baboso.
ㅡCielos, él era realmente repugnante.
Conversamos por algunos minutos hasta que Daniel golpeó el cristal de la habitación llamando nuestra atención.
ㅡ ¡Chicas, es hora! Vamos a conocer a nuestro nuevo amo ㅡdijo riendo.
ㅡ Pedí mucho para que fuese alguien bueno ㅡmencionó Chaeyoung con una sonrisa tímida.
ㅡ ¡Espero que Dios te haya escuchado, Chae!
Caminamos hasta la sala de conferencias, donde el sector administrativo estaba. Todos murmuraban unos con otros. Era irritante. Trabajar en ese lugar era como frecuentar la selva todos los días, ya que esas personas se tragaban y mataban, como animales, por el poder. Obviamente en el sentido figurado.
ㅡ Odio estar con estas personas... los del sector financiero se creen los reyes ㅡNayeon reviró los ojos.
ㅡ ¡Hey! ¡Yo soy del sector financiero! ㅡDaniel respingó.
ㅡ Menos tú, Kang ㅡhablé sonriendo.
Kang Daniel era el supervisor del sector financiero. Desde el primer día que entré, recibo sus insistentes coqueteos, que por cierto, no eran recíprocos. Nunca lo traté mal, pues él no intentaba pasar los límites conmigo, pero no dejaba de ser incómodo tener que rechazarlo tantas veces. A él parecía no importarle, incluso consideraba la posibilidad de darle una oportunidad cuando yo crea estar lista para un compromiso con alguien.
ㅡ Gracias, Hyo. ¡Estás muy linda hoy! ㅡél dijo sonriendo.
ㅡ Gracias ㅡsolté apenas con una sonrisa.
Miré a Nayeon, frunció el ceño con una cara que diría "Argh, no me hagan vomitar", sonreí pasando una mano por su brazo logrando que sonriera. Escuchamos el sonido de la puerta abriéndose, y luego divisamos a Jackson, el viejo baboso que me cantaba todas las mañanas. Los murmullos fueron cesando gradualmente hasta que la sala quedó en total silencio.
ㅡ ¡Buenos días, señoras y señores! Creo que todos aquí sabemos el motivo de esta reunión, ¿no es así? Debo decirles que me estoy retirando del cargo como director de la sede en Miami de Industrias Minatozaki... Creo que completé mi ciclo de trabajo en esta empresa con mucho éxito, agradezco a todos los que se ofrecieron a trabajar a mi lado y hacer crecer este importante patrimonio. Pero como he dicho estoy terminado este ciclo para dar espacio a una nueva generación...
ㅡ Ya era hora, no quería trabajar para un anciano el resto de mi vida ㅡescuché a Nayeon susurrar haciéndome reprimir una risa.
ㅡ Nayeon ㅡreprendí.
ㅡ... Por eso les presento a la nueva directora, una mujer muy competente y reconocida, capaz de impulsar nuestra empresa. Conozcan a Minatozaki Sana.
Oí la voz de Jackson en el fondo, quité mi mirada de Nayeon y miré al centro de la habitación donde estaba mi jefe, y no podía creer lo que veía.
Sentí toda la sangre de mi cuerpo parar de circular en mis venas, mi respiración era tan lenta que podía escuchar los latidos de mi corazón en mis oídos. ¡Era ella! Minatozaki Sana era la mujer para la que bailé la noche anterior. Nayeon me lanzó una mirada preocupada, sostuvo mi brazo evitando que me cayera.
ㅡ¿Qué está pasando, Hyo? ㅡla escuché susurrar.
Estaba sin aliento, mis ojos estaban muy abiertos sobre la hermosa mujer que estaba al lado de Jackson. Ella vestía una falda negra, formal, justo hasta las rodillas, un blazer negro que la hacía extremadamente atractiva. Su cabello estaba sujetado en una elegante coleta alta. Y, como la noche anterior, su maquillaje era leve, pero resaltaba sus ojos ámbar tan brillantes, y sus sugerentes labios. Ella tenía una postura seria y autoritaria y un tanto misteriosa. Di unos pasos hasta salir de dentro de aquella sala.
Me apoyé contra la pared jalando aire para mis pulmones, hasta que vi a Nayeon a mi lado.
ㅡ ¿Puedes decirme qué sucede? ㅡella preguntó con tono preocupado.
ㅡ ¡Es ella, Nayeon! La mujer... ㅡdije nerviosa.
Ella me miraba como si yo estuviera loca.
ㅡ ¿Qué mujer, Jihyo?
ㅡ La del club... ¡la mujer para la cual bailé anoche! Minatozaki Sana mi nueva jefa.
ㅡ ¡¿Qué?! Te han jodido ㅡhabló asustada.
ㅡ ¡Lo sé! Esto no podría ser peor... ¡con tantas personas en este mundo! ¿Justo ella tenía que ser mi jefe? ¡Oh, Dios mío, se dará cuenta de que soy Jisoo, ella va a despedirme! ¡Estoy jodida, Nayeon! ㅡhablé sin espacio ni coma.
ㅡ ¡Calma, Hyo! ㅡella dijo sosteniendo mis hombros.
ㅡ Ella no lo descubrirá, ¡vamos a pensar positivo! Jihyo no tiene nada que ver con Jisoo, por lo menos no en la manera de vestir.
ㅡ ¡Ella me reconocerá, voy a perder mi empleo, Nayeon!
ㅡ ¡No es cierto, no es cierto! Y, si lo descubriese, ella no tiene que ver con tu vida fuera de aquí.
Yo negué con la cabeza caminando de un lado a otro sin parar.
ㅡ ¿Qué está pasando? ¿Por qué salieron de la sala? ㅡescuché a Chaeyoung susurrar.
ㅡ Jihyo está teniendo un ataque aquí ㅡNayeon habló agobiada.
Chaeyoung me miró preocupada, se acercó a mí, pasando su mano por mi espalda.
ㅡ ¿Qué te pasa, Hyo? ¡Estás blanca como un papel! Trae un vaso de agua para ella, Nayeon.
Nayeon me miró asustada, pero luego se encargó de lo que Chae había ordenado.
ㅡ Dime, ¿Qué te pasa? ㅡChaeyoung nuevamente preguntó con un semblante preocupado.
ㅡ ¿Recuerdas la mujer de la que hablamos en el café esta mañana? ¿A la que le bailé de forma sensual anoche?
Chaeyoung asintió, arreglando algunos mechones de mi cabello.
ㅡ Ella es Minatozaki Sana.
Vi los ojos de Chaeyoung agrandarse y un repentino "¡Oh por Dios!" salir de su boca.
ㅡ ¿Y si se entera de quién soy, Chaeyoung? Voy a perder mi empleo, ¡eso sería el fin!
Chae se acercó más, sosteniéndome en un abrazo cariñoso, y reconfortante. Yo me encontraba desesperada. La menor se quedó así por algunos segundos, hasta que Nayeon llegó con el vaso con agua en sus manos.
ㅡ Vamos a pensar positivo, chicas, Sana con certeza tuvo que haber bebido la noche anterior, sin embargo, Hyo, tu otro lado no tiene nada que ver con tu vida diaria ㅡdijo Chaeyoung tranquilamente. ㅡ Jisoo y Jihyo son personas totalmente diferentes, al menos esa es mi opinión.
ㅡ ¡Quién diría que esa mujer frecuenta clubes de striptease! ㅡdijo Nayeon riendo.
ㅡ Tienes razón, Chaeyoung... voy a tener cuidado para que ella no descubra nada.
ㅡ Sería bueno comenzar no teniendo ataques de pánico cada vez que la veas por ahí...
ㅡ ¡Gran idea! ㅡsonreí débilmente.
Yo no tenía la valentía de mirar para la sala donde Sana estaba siendo presentada. Chae y Nayeon como buenas amigas, se quedaron conmigo hasta que la reunión acabó. Luego, el montón de personas comenzaron a salir del auditorio donde estábamos hace pocos minutos.
ㅡ Bueno chicas, volvamos a nuestros puestos ㅡhabló Nayeon.
Chaeyoung asintió y se fue de mi lado.
ㅡDeséenme suerte, chicas.
Las dos me miraron con cariño. Yo sabía que podía contar con Nayeon y Chaeyoung en todo momento, ellas nunca me dejarían caer. Intercambiamos un abrazo, luego nos dirigimos a nuestros debidos puestos. Estaba nerviosa, tal vez mucho. Era evidente que no había manera de esconderme de aquella mujer, después de todo yo sería su brazo derecho dentro de la empresa. El pánico de ser descubierta por ella perturbaba mis pensamientos de forma tan grotesca... podía sentir mis manos sudando y una molestia en el estómago con cada paso que daba en dirección a aquella oficina.
Salí del elevador, entrando en el último piso de Industrias Minatozaki. Allí se ubicaba la oficina presidencial, donde Sana se quedaría. Miré hacia el despacho, que ahora tenía las persianas cerradas, evitando cualquier tipo de visión de lo que ocurría dentro. Me acomodé en mi mesa, que estaba fuera de la oficina. Acomodé algunos objetos que allí había, cuando vi la puerta abrirse. Jackson me miró, y sonrió.
ㅡ Oh, Jihyo, entre aquí... permíteme presentarle a su nueva jefa ㅡdijo sonriendo, extendiendo su brazo para mí.
Cerré los ojos por una fracción de segundos donde pude crear mil y una situaciones para aquel momento, y garantizo que ninguna fue agradable. Me levanté de mi escritorio con una débil sonrisa. El hombre me examinó de abajo hacia arriba como todas las mañanas. Yo estaba usando un vestido azul turquesa ceñido a mi cuerpo, de una manera fina y elegante. Mi cabello estaba lacio, sujetado en solo una parte, dejando el resto caer sobre mi espalda.
Caminé para adentro de la oficina pudiendo escuchar mi corazón latir en mis oídos, era agonizante. Observé el suelo hasta parar frente al enorme escritorio de madera cara. Alcé la vista y la encaré. ¡Por Dios, ella era linda! Minatozaki Sana era una mujer digna de aparecer en la portada de una revista. Ahora de más cerca, pude percibir más sus rasgos fuertes y al mismo tiempo delicados. Ella me miraba tranquilamente, lo cual no sucedía lo mismo conmigo.
"¡Ella me descubrirá! ¡Dios, no dejes que eso suceda!"ㅡpensé conmigo misma.
ㅡ Sana, conozca a su asistente aquí en la empresa, ella le ayudará en todo lo que necesite ㅡel hombre habló presentándome. ㅡBueno, las dejaré a solas, espero que se lleven bien.
Jackson se rápidamente se retiró. Ahora yo estaba allí, por mi cuenta delante de aquella mujer. Mi corazón palpitaba en latidos violentos y frenéticos, en cuanto ella solo me miraba. Sana respiró profundo, y levantó de su silla. Observé el toque suave de sus zapatillas altas sobre el piso de la oficina.
ㅡ¿Cómo se llama, Srta.?
Ella preguntó cortésmente, Sana tenía una hermosa voz.
ㅡMi nombre es Park Jihyo.
ㅡEs un placer, Srta. Park. Usted ya lo debe saber, pero yo me llamo Minatozaki Sana ㅡella dijo extendiendo su mano en un educado saludo.
Levanté mi mano para saludarla, arrepintiéndome en el siguiente instante. Mis manos estaban sudando por el nerviosismo del momento.
ㅡMucho... mucho gusto ㅡtartamudeé.
Ella me dirigió una mirada curiosa, con una pizca de diversión. Sana tenía su ceño fruncido, y una sonrisa reprimida en sus labios.
ㅡ¿Se siente bien? Está muy pálida, ¿quiere tomar asiento? ㅡella habló tirando de una silla. ㅡPuedo ofrecerle un vaso con agua, si gusta.
ㅡEstoy bien, Sra., es sólo una molestia... Pero no se preocupe.
Ella asintió, y aun así me entregó un vaso con agua.
ㅡLas personas se sienten intimidadas al hablar conmigo, pero ninguna de ellas se enfermó al conocerme, Srta. Park ㅡella habló con seriedad.
ㅡLo siento mucho, Sra. Minatozaki, esto no estaba en mis planes.
ㅡ¿Te sientes lo suficientemente bien para trabajar hoy?
Asentí rápidamente, dejando el vaso de agua encima de su escritorio.
ㅡ¡Genial, comencemos! Siento que usted será mi nueva socia aquí. Creo que tenemos que conocernos bien ㅡella dijo sentándose en su lugar.
Sana o la Sra. Minatozaki, como decidí llamarla, me explicó perfectamente bien la forma como le gustaba trabajar, por lo que percibí, ella era una mujer muy enfocada en su trabajo. No le gustaba relacionarse con los funcionarios, era un tanto reservada. En diferentes ocasiones, me perdía en medio de sus explicaciones por admirar su belleza descomunal. Aquella mujer fue esculpida por ángeles, no tenía otra explicación. Su mirada era tan intensa, pero era diferente a la mirada de la noche anterior, sus iris ahora eran de un color ámbar claro hipnotizante. Su pose autoritaria le daba un aire tan sexy y atractivo, que me pregunté cuántas personas deberían caer a sus pies todos los días. Por la forma cómo ella me vio bailar la noche anterior, yo podía estar casi segura de que Minatozaki Sana era lesbiana, pero no podía afirmar eso. Ella podría ser solo una simple curiosidad en aquel lugar. No, no esta mujer no parecía ser curiosa o estar confundida. Tenía un aire demasiado decidido como para ser alguien confundido.
ㅡMe gustaría que usted siempre permaneciera al tanto de mis asuntos de negocios, Srta. Park. Quiero que se mantenga al tanto de cada detalle ¿de acuerdo? ㅡella preguntó mirándome.
ㅡSí, señora, lo haré.
ㅡEso todo por ahora, puede retirarse ㅡdijo arreglando algunos papeles.
ㅡMuy bien, cualquier cosa solo se comunica conmigo, y estaré a su disposición, señora ㅡhablé retirándome de la oficina.
Cuando coloqué los pies fuera de la oficina mi corazón empezó a latir en un ritmo normal. Caminé hasta mi escritorio con una pequeña agenda en la mano, donde anoté todas las explicaciones más importantes. Me quedé mirando a la mujer a través de la pared de cristal que nos separaba, y di las gracias a Dios por que ella no había descubierto nada. Una especie de repentino alivio se apoderó de mí. Mi empleo estaba seguro en ese momento. Decidí que quería descubrir más sobre aquella mujer que ahora era mía jefa. Escribí su nombre en el poderoso conocedor de todas de todas las cosas, como Nayeon lo llamaba, Google.
Encontré innumerables artículos sobre ella. Minatozaki Sana era una persona importante en la rama empresarial. Ha ganado muchos premios y no era nadie más que la hija sucesora del gran Sr. Minatozaki, propietario de Industrias Minatozaki que tenía sucursales desde Japón hasta América. Por Dios, esa mujer era tan reservada que no había ni siquiera una nota de su vida personal. Pasé el mouse por varias y varias ventanas, donde abrí un material en que ella estaba al lado de una mujer hermosa. Debajo de la foto había pequeña descripción " Minatozaki Sana y su acompañante Eun Ha en la inauguración de la sucursal de Industrias Minatozaki en Londres", ellas parecían ser muy íntimas en la foto, la mujer alta y delgada sujetaba el brazo de Sana con una sonrisa engreída.
ㅡ¿Qué estás haciendo? ㅡoí la voz de Nayeon haciéndome saltar.
ㅡ¡Por Dios! ㅡhablé poniendo una mano sobre mi pecho. ㅡ ¡Qué susto, Nayeon!
Nayeon soltó una carcajada, lo que causó que yo resoplara.
ㅡ¿Qué mal estás haciendo para asustarte tanto? ㅡme preguntó aun riendo.
ㅡNada ㅡdije minimizando la página de internet.
Nayeon me miro con una de sus cejas levantadas, afirmando que yo estaba mintiendo.
ㅡOk, estaba investigando un poco sobre Sana. Pero no tuve mucho éxito ㅡhablé desanimada.
ㅡEstás muy interesada en esa mujer ¿no es así? ㅡsu tono malicioso era evidente.
ㅡ¿Yo? ¡No! ¡Sólo quiero saber quién es mi jefe!
ㅡTú no me engañas, Park ㅡella dijo cínicamente ㅡ¿Ya hablaste con ella?
ㅡSí, casi me desmayé en su oficina, pero aparte de eso todo fue tranquilo, ella no se dio cuenta de nada ㅡsuspiré de alivio.
ㅡQue bien, aunque hubiera sido gracioso que te sacaran de su oficina en una camilla ㅡNayeon reía nuevamente.
ㅡ¿Por qué te encanta meterte conmigo?
ㅡ¡Porque te amo, ardilla! ㅡella dijo sonriendo. ㅡAhora me voy, después hablamos.
Asentí para Nayeon que se dirigía para su despacho, observé la foto de Sana y Eunha en el computador, imaginando lo que ellas podrían ser. Tal vez no debería preocuparme por eso. No debería entrometerme en su vida, lo mejor era dejarla en paz, y eso era lo que yo haría.