Entre mis recuerdos

By endlesscurl

112K 14.3K 15.6K

A través de los recuerdos que esconde el baúl de su madre, Bee descubrirá secretos familiares que la empujará... More

Sinopsis
0 || Introducción
1 || Estoy lista
2 || ¿Renunciamos?
3 || Woody
5 || Este es mi legado
6 || El documental
7 || La postal
8 || ¿Quieres bailar conmigo?
9 || Mae Griffin
10 || Una serie de eventos desafortunados
11 || Henry Kingston
12 || La luna y yo te acompañamos
13 || La historia de mi familia es una novela
14 || Un mal de altura
15 || Los Kingston
16 || Feliz cumpleaños, mami.
17 || Dos tontos enamorados
18 || Aquí estamos, aquí estoy
19 || Demasiado sospechoso
20 || Un pequeño viaje al pasado
21 || La caja fuerte
22 || Reconocimiento de muchas verdades
23 || Plan en marcha
24 || Noche de chicas, y Finn
25 || Vaya noche, y solo es la primera
26 || La posada de los Robles
27 || Un tour, y un cuento que contar
28 || Hola, amigos. ¿Ustedes son pareja?
29 || El evento de las estrellas
30 || Un viaje con retorno
31 || ¿Cómo te digo adiós?
32 || Oscuridad
33 || No estás sola
34 || Mi compromiso es contigo
35 || Te amo
36 || Un reencuentro inesperado
37 || Abeja reina
Epílogo

4 || Una situación familiar

3K 460 556
By endlesscurl

—Bruce —saludó mi abuelo, asintiendo con la cabeza—. Bee me contó que te ibas, espero no importunar.

—No, para nada. Eres bienvenido, me alegra que pudieses asistir —contestó papá.

Yo aclaré la garganta.

—Qué bien, te veo más amable desde que tu hermano terminó en la cárcel —dijo mi abuelo sin chistar. Él viejo no tenía filtros.

—¡Bueno! —interrumpí con una sonrisa—. Agradable encuentro, ¿deseas tomar algo, abuelo? ¿Le traigo agua a Pedro? —pregunté en un intento de amenizar la situación.

—Agua para los dos, cariño. Gracias —respondió mi abuelo, yo asentí caminando hacia la cocina, poco después, los invitados siguieron con lo suyo; todo había vuelto a la normalidad. Vi al abuelo conversar con mi papá, y rezaba al cielo para que fuera solo sobre cosas buenas.

Y ahí estaba yo, en la cocina buscando un recipiente para que Pedro pudiera tomar agua.

Lo encontré y me acerqué al pequeño Cocker spaniel, que me miraba sentado justo donde mi abuelo lo dejó, cerca del balcón en donde se encontraba conversando con papá.

—Hola, Pedro —saludé acariciando su cabeza, él movió la cola y tomó un poco de agua.

Y cuando quise acercarme para entregarle a mi abuelo su pedido, escuché lo que hablaban ellos dos.

—Estaba siendo amenazado por Andrew, papá. Nunca haría algo que te perjudique. Esta vez voy a ser claro porque alguien me dijo que debía hacerlo. Quiero pedirte perdón, y espero que algún día puedas hacerlo.

—Bueno, vaya. Eso no me lo esperaba, claramente —dijo el mayor de la familia.

Y yo tampoco, porque mi padre estaba llorando.

—Perdóname, por favor —sollozó mi padre.

Mi abuelo suspiró y pude imaginarlo poniendo una mano sobre su espalda.

—Creo que tenemos muchas cosas que hablar, no será hoy porque hay gente allá afuera que quiere celebrar junto a ti, incluyéndome. Te perdono hijo, otro día aclararemos las cosas mejor. Ya me dirás cuándo —respondió mi abuelo.

—Mañana mismo, en mi casa, ¿quieres tomar un café? —ofreció papá, oí un poco de emoción en su voz y eso me conmovió.

Provocó en mí lágrimas de ilusión, algo de esperanza crecía en mí, tal vez mi familia no estaba del todo perdida y podríamos recuperar algo de lo que fuimos en algún momento. Me sentí mal por escuchar cosas que no debía, entonces decidí darles un poco de espacio, y fui a donde estaba mi hermano para abrazarlo.

—¿Pasó algo? —preguntó ante mi repentina muestra de cariño, y tal vez porque me vio llorando.

—Se acaban de abrazar, parecen estar arreglando las cosas.

—Qué bueno, llevan rato hablando. —Sonrió de lado y me abrazó también.

El abuelo tenía muchas razones para estar enojado con papá. Todos las teníamos, había hechos tantas cosas en el pasado, que era imposible no notarlas. Como el nacimiento de Max durante el matrimonio de mis padres. Eso era algo bastante delicado, pero, aun así, había algo que no nos dejaba desunirnos.

—Voy a arreglarme, no quiero que me vean así —mencioné mostrando mi cara. Había llorado un poquito y mi maquillaje me delataba—. Oye, qué buena es esta máscara de pestañas, sigue intacta —reí señalando mi rostro.

—Te acompaño —dijo mi hermano, riendo junto a mí.

Algunos minutos después, ya me encontraba en el sofá al lado de mi hermano de nuevo. Mi padre y mi abuelo conversaban junto a Woody, cerca de donde los dejé, pero ya no estaban en el balcón.

—¡¡Hola!! —saludó alguien de forma estruendosa. Era un chico de mi edad, tenía una sonrisa pícara y una bolsa de papel en su mano derecha. Caminó un poco más y empezó a saludar a todos los que veía, como si los conociera de toda la vida.

—Hola —me acerqué rápido para que no siguiese caminando—. Disculpa, ¿quién eres? —pregunté con una sonrisa, tratando de ser amable, aunque había llegado a mi casa como si fuese el dueño de ella.

—Oh, el dueño me invitó —dijo de una forma un poco socarrona—, ¿esa es una mesa de quesos? —preguntó emocionado alzando la cabeza para verla mejor, hizo el amague de caminar, pero le cerré el paso.

—No, hay algo que no estoy entendiendo, ¿te invitó el dueño? —Alcé las cejas—. Pero si es mi casa, ¿quién eres tú? —consulté.

El muchacho pestañeó un poco.

—Tú debes ser Bee —asintió, como si estuviese entendiendo las cosas—. En realidad, vine a traer esto, pero supuse que a mi papá no le molestaría que me quede.

—No sé quién es tu papá, y supongo que no. Pero no entiendo por qué dijiste que te había invitado el dueño, si no es verdad.

—Wow, escucho un poco de enojo en tu voz. —Alzó las manos—. Calma, pueblo.

—No estoy enojada —dije enojada.

—Definitivamente escucho el enojo en tu voz.

—¡¡No estoy enojada!!

—¡¡Yo solo vine a traer helado y comer algo, para luego irme!!

—¡Pero mentiste! —respondí e intenté calmarme cuando noté que estaba alzando el tono—. Mira, no pasa nada. Solo vuelve por donde viniste y aquí no pasó nada. —Señalé la puerta. Él me miró, tratando de no reírse y escuché pasos detrás de mí.

—¿Pero me invitas un poco de queso? —preguntó alzando una ceja, y antes de que pudiese contestar una grosería, alguien detrás de mí habló.

—Oh, así que ya se conocieron —era Woody. Giré a verlo, y luego miré al chico. Eran idénticos, ¿cómo no lo noté antes?

—Ah, es tu hijo —dije cruzando los brazos.

—Finn, ¿estabas molestando a Bee? —le preguntó a su hijo.

—No la estaba molestando, ella se molestó sola. Solo vine a traer el helado que pediste.

—Y a comer algo para luego irse —cité lo que dijo antes—. Bueno, Finn. Disfruta tu estadía en la reunión y la mesa de quesos, voy a socializar un poco. No ha sido un gusto conocerte. —Sonreí de forma sarcástica, y él solo se rio.

—¿Por qué eres así? —escuché a Woody mientras me alejaba. También escuché que lo golpeó en la cabeza, porque Finn se quejó.

Rodé los ojos.

La reunión transcurrió algunos minutos más, de pronto, los pequeños grupos de personas que se habían formado, se unieron para ser uno solo. Woody decidió recordar momentos de la escuela, y los que no estuvimos presentes en aquella ocasión, solo disfrutábamos de escuchar las anécdotas.

Incluso mencionaron a mamá, todos la recordaban con cariño, siempre tenían palabras bonitas para ella, eso me hacía feliz.

Papá era una persona distinta cuando Woody estaba alrededor, no lo había visto tan feliz en años. Juré verlo reír, bromear, incluso molestar un poco a los invitados, a sus amigos. Parecía haber recuperado lo feliz que fue en su juventud.

Me dolía un poco la cara de tanto sonreír, pero podía contrastarla, porque cada vez que veía a Finn junto a su padre, recordaba que no había podido botarlo de mi propia casa. Me caía mal y ni siquiera lo conocía. Esperaba no tener que verlo más. Su sonrisita socarrona me molestaba incluso más. De vez en cuando chocábamos las miradas, y lo único que hacía era alzar las cejas, yo rodaba los ojos. Estúpido.

Estaba disfrutando el poder quedarse en mi territorio sin que dijese nada.

El sonido de una copa nos distrajo a todos. Mi abuelo estaba junto a mi padre tratando de que todos prestemos atención.

—Bee, Max, vengan, por favor —pidió. Mi hermano y yo caminamos hacia donde estaban ellos, decidí ponerme al lado de mi abuelo, así no tenía que estar cerca de Finn.

—Hola. Tal vez algunos estén preguntándose qué hace este hombre tan galán y distinguido llamando su atención. Mi nombre es Bruce Tucker, Brutus para los amigos. Quiero hacer un brindis por mi hijo. —Palmeó la espalda de mi padre y él le sonrió—, porque ha hecho tantas tonterías, pero hace poco decidió hacer algo bueno y se va un año lejos de nosotros. —Todos empezamos a reír, yo me tapé la cara—. Hijo, espero que todo te vaya bien, estés donde estés.

Mi abuelo dirigió el «micrófono» ficticio que llevaba en su mano para que yo hable, me reí y lo acepté.

—Bueno, gracias a todos por venir. Estoy muy feliz porque...

—¿Estás feliz porque se va un año? —interrumpió mi abuelo. Bee, esas cosas no se dicen, aunque lo sientas —Abuelo jaló mi mano para hablar con el «micrófono», y me eché a reír, papá solo sonreía.

—A lo que me refiero —volví a tener el «micrófono» en mi poder—; es que, como te dije, papá. Estoy muy feliz con todo lo que estás logrando. Estoy orgullosa de ti, creo que todos lo estamos. Espero que tengas un buen viaje.

Miré a mi hermano, él negó con la cabeza, no quería hablar. Le sonreí y decidí pasarle el inexistente micrófono a mi padre. Mi abuelo rodeó su hombro.

—Bueno, ¿Qué puedo decir? Pienso que va a ser un buen año. El hecho de que esta reunión haya sido una buena oportunidad para reencontrarnos, me tiene feliz. Además de tener a mi padre, mis hijos y mi gran hermano aquí. Muchas gracias a todos por asistir y que sigan disfrutando de la reunión.

—¡Salud por eso! —brindó mi abuelo, y todos alzamos nuestras copas.

Los invitados aplaudieron luego de eso, y la música volvió a sonar en todo el apartamento.

«Pienso que va a ser un buen año», mi mente no dejaba de repetir esa frase. No estaba segura de qué iba a pasar, pero tenía muchas ganas de que eso fuese cierto.

La reunión llegó a su fin cuando la gente empezó a retirarse, algunos se fueron porque al parecer, tenían que ir a trabajar; menos yo, que estaba desempleada.

—Bueno, eso es todo. Ha sido un gusto compartir un tiempo con ustedes, pero este viejo tiene que regresar a su casa. Bee, ven a visitarme más seguido, Max, tú también. ¡Ah! Y luego hablaré contigo, hay un diente que me está molestando y necesito que me digas que debo hacer. Hijo, espero que te quedes más de un año allá. De todos modos, te veo mañana e iré a verte al aeropuerto cuando te vayas... —Suspiró, se había cansado de hablar—. Ya, no tengo nada más que decir. Denme un abrazo. —El abuelo estiró los brazos en grande, Max y yo corrimos hacia él, pero algo más sucedió, papá también llegó a abrazarnos.

—Papá, déjame llevarte a tu apartamento —pidió.

—No me negaré si no te molesta que Pedro vaya en tu lujoso auto —contestó Bruce padre.

—No me molesta que Pedro vaya en mi auto de precio accesible que parece lujoso —contestó Bruce hijo, me reí.

—Perfecto, entonces iremos. Vamos, hijo, tu hermano nos va a llevar —mencionó mi abuelo acariciando al canino.

El perro, como si entendiese perfectamente, llegó hasta la puerta esperando para salir, yo sonreí soltando a mi abuelo para abrazar a Pedro. ¿Qué clase de loco le podía poner Pedro a su perro? Mi abuelo, por supuesto.

—Oye, niña, yo conozco a este chico. —Señaló una foto que tenía con Chase y Nick.

—¿Conoces a Nick? —pregunté atónita.

—Bueno, lo vi una vez en mi parque. Durmió ahí una noche, lo recuerdo muy bien porque cuando hablamos, se veía bastante triste.

—¡No juegues, Abuelo! ¿Sabes que Nick ahora es famoso y siempre te mencionaba en sus entrevistas?

—¿Qué? —preguntó.

—Él dice que conoció a un amable anciano que le dio un consejo y ayuda cuando llegó a la ciudad.

—Qué pequeño es el mundo, mándale mis saludos y dile que su amigo Brutus está feliz por él. —Me sonrió, sonreí de regreso.

—Lo haré. Abuelo, te encuentras con tantas personas, que deberías escribirlo todo en un diario.

—Oh, como el diario de tu madre. —Asintió, lo miré a los ojos—. Hablando de diario, creo que una vez conocí también a una chica que escribió un diario de su vida, y terminó siendo escritora, ¿no es genial eso? —comentó mientras mi padre lo guiaba hacia la salida y Max abrió los ojos en grande.

—¿Crees que se refiera a Abby, la autora de True Colors?

Lo pensé por unos segundos.

—No creo. —Encogí los hombros.

—Los quiero —gritó mi abuelo mientras caminaba al elevador junto a mi padre y Pedro.

—Nosotros también nos vamos —anunció Woody acercándose a la puerta junto a su hijo.

—Gracias por venir y por la ayuda, Woody —sonreí de forma amable. Me había ayudado mucho—. Todo salió perfecto.

—Eres buena organizando reuniones, te contrataré para cuando cumpla los cincuenta años —dijo, y nos reímos juntos.

—¿Ya no los cumpliste? —preguntó Finn, su padre lo miró y él fingió que cerraba la boca con una llave.

—Por cierto, ¿todo bien? Te vi un poco triste hace un par de horas —cuestionó Woody, yo asentí.

—Una situación familiar.

—Ustedes sí que tienen situaciones familiares. En mi casa todo se arregla con mi papá diciendo que me pateará el trasero —comentó Finn, luego encogió los hombros—. Bueno, nos vamos. Gracias por el queso, Bee. Un gusto conocerte. Nos vemos pronto.

—Jamás —respondí rápido, él me sonrió.

—Trataré de no traerlo conmigo de nuevo —dijo Woody rodando los ojos—. Vámonos, niño —dijo empujándolo un poco para que salga de mi casa. Ojalá yo lo hubiese hecho.

—Me cae bien —dijo Max.

—Espero que estés hablando de su padre —dije, y cerré la puerta.

—No, pero si eso te hace feliz, tienes razón —bromeó Max, ambos dimos la vuelta y nos encontramos con todo ese desorden.

—¿Tenemos que limpiar? —pregunté.

—¿Tú qué crees?

Suspiré.

—Ya voy —respondí.

Había que ordenar. Ser adulto era una trampa en la que jamás hubiese querido caer.

Tarde o temprano debía llegar el día en que mi hermano y mi padre viajarían. Cada uno a un país distinto.

La vida avanzaba, mi familia se separaba por un corto tiempo, y aquel día, yo tenía una entrevista de trabajo en menos de una hora.

Sam y yo acordamos acompañarnos en nuestras entrevistas.

—¡Buen viaje! —grité por última vez mientras papá se alejaba, él sonrió y se despidió con la mano. —¡¡Llama cuando llegues!!

Giré a ver a Sam.

—Es hora de irnos.

—Tenemos cincuenta minutos para llegar, lo cual es bueno porque no estamos tan lejos de View, además ganamos tiempo al venir listas para ir. Si vamos en un taxi, llegaremos en media hora, o tal vez veinte minutos, así que es mejor apresurarnos —comentó Sam mirando su reloj.

—Ok, yo pido el taxi y tú vas por dos cafés. Somos un gran equipo —le di un beso en la mejilla y la empujé hacia donde estaba la máquina expendedora de café, mi amiga murmuró entre bromas un «pensé que al renunciar a The Orb, ya no tendría que servirle café a nadie», me reí abriendo la aplicación, y después de unos minutos, el auto llegó a buscarnos.

Llegamos a la empresa diez minutos antes de la entrevista, el auto tuvo algunos problemas para llegar, yo me estaba poniendo nerviosa, pero fui feliz en el momento que salimos del vehículo y todavía tenía tiempo para presentarme antes mis —posibles— futuros jefes.

—Vamos, Bee. Esta es tu oportunidad para demostrarles todo lo que vales. Que ellos deseen tenerte en su empresa —comentó mi amiga tomando mis hombros—. Y sea cual sea su respuesta, recuerda que eres la mejor y nadie debe hacerte sentir menos que eso, ¿estamos?

Asentí con algo de duda. Pero tomé un poco de aire y lo solté con más seguridad.

—Voy a hacer esto. Puedo hacerlo.

—Claro que puedes hacerlo, eres increíble —respondió Sam segura, sonreí y le di un abrazo. —Vamos.

Me animó y caminamos hacia la puerta, tomé la manija y la abrí un poco más segura que antes.

Si ese trabajo no era para mí, ya buscaría algo mejor. Pero en ese momento, View era mi prioridad.

—Buenos días, ¿en qué puedo atenderte? —preguntó un joven amable tras su escritorio.

—Buenos días, mi nombre es Bea Tucker, vengo por una entrevista de trabajo para la revista de la empresa.

El muchacho revisó en su lista y asintió al encontrar mi nombre.

—Oh, aquí está. Este es tu carné de visitante, ¿la señorita viene contigo? —preguntó mirando a Sam, ella estaba un poco más atrás, mirándonos. Yo asentí. —Bien, este pase es para ella también —me entregó ambos para que los llevemos en caso de que alguien preguntara que hacíamos allí.

Agradecí al amable chico que me atendió, me dio algunas direcciones para no perderme en el gran edificio. Comentó que la oficina se encontraba en el segundo piso, así que fuimos hacia allá.

Al llegar, nos encontramos con un lugar que tenía muchas puertas, miré a Sam en busca de ayuda, pero ella tampoco sabía dónde estaba. Cuando el recepcionista dijo que podríamos perdernos, no bromeaba.

Intenté recordar lo que mencionó antes, y finalmente opté por preguntarle a alguien. La persona que nos ayudó fue tan amable, que nos llevó hasta donde debía ir. Allí, la secretaria nos recibió.

—Hola, Bea, es un gusto conocerte. Amelie está en medio de una entrevista, pero pueden ir a la sala de espera y yo te llamaré cuando sea tu turno. Le estoy avisando ahora mismo que ya estás aquí —mencionó escribiendo algo en su computadora y me dedicó una bonita sonrisa.

—Muchas gracias, Victoria —mencioné viendo su credencial, ella asintió y caminé junto a Sam al lugar que nos indicó.

No pasaron más de cinco minutos, y Victoria me llamó. Sam me dio una última frase de aliento y fui hacia la oficina de la jefa de recursos humanos.

La entrevista fue mucho mejor de lo que esperaba, Amelia era una persona carismática y hablaba con mucha profundidad. Sus palabras eran reconfortantes, uno podía sentir que era una buena persona con intercambiar algunas palabras.

Cuando me contó que también era psicóloga, lo comprendí.

—Sabía que Chase no me iba a decepcionar, el trabajo es tuyo, Bee. Estarás unos días, hasta el viernes, para ser más exactos, en capacitación. Esto es más que nada, para que puedas adaptarte al trabajo. Sé que el equipo te caerá bien. Dame algunos minutos para traer tu contrato y te daré un tiempo para que lo puedas leer con tranquilidad —mencionó poniéndose en pie para hacer lo que mencionó antes.

Y así fue, me ofrecían un sueldo mayor al que tenía en The Orb, no tanto, pero sonaba razonable, horarios de trabajo estables, y varios minutos para descansar. Incluso ofreció darme un tour por las instalaciones, así podía conocer el lugar en donde trabajaría, antes de firmar.

Le ofreció a Sam acompañarnos, así que nos mostró un poco del lugar, ya que en la capacitación lo harían con más detalle. Se veía como un lugar cálido, a pesar de que era grande. Lo hacían ver como una gran familia, y esperaba que no fuese un engaño.

De todos modos, que se llamase casi igual que me madre me hacía sentir que eso era una buena señal de que todo estaría bien.

—¿Y bien? —preguntó Amelie en cuanto volvimos a su oficina—, ¿Qué te parece?

—Me encanta, no tengo ningún problema con el contrato, o, bueno, con nada en general —comenté feliz.

Entonces procedí a tomar un bolígrafo para terminar con el proceso de una vez por todas, fui juiciosa al leerlo varias veces, incluso lo comenté con Sam y a ella tampoco le pareció malo lo que ofrecían.

Estaba encantada con aquel lugar, y no quería compararlo, pero The Orb podía irse a la basura. Mi nueva casa era View, y me sentía feliz con ello.

Firmé, y con una sonrisa, le entregué el papel a Amelie.

—Bienvenida a View, Bee —dijo ella tomando el contrato. Ordenó las hojas, y las guardó en un archivador—. Nos encanta tenerte aquí.

Oh, así que así se sentía estar contenta.

Me podía acostumbrar a ello.

HOOOOOOOOLI.

Antes que nada, ¿podemos apreciar el banner de arriba y el de la nota de autora? Ambos hechos por sof0719 <3 (@noessoffakiu en sus demás redes sociales). Sof, deja de cambiar de user que no me dejas recomendarte JAJAJAJAJAJAJJAJA. Gracias tkm.

En fin, sé que los capítulos están más tranquilitos ahora, pero la historia no lo es, así que relájense mientras puedan :D

Espero que les haya gustado, y sí, por fin salió Finn, o querré decir POR FINN.

JSKJHAKJHAKJHKJSAHKSJHSJKHSKJHSKHSKSHKSJH

perdón

es ineBEEtable

buenas noches

love ya alllll

Baaaai <3

Continue Reading

You'll Also Like

241K 36.4K 29
Skyler Basilich lleva cuatro días desaparecida. Carteles con su rostro están por todos los rincones de Norwick Hill. La policía cree que escapó y no...
318 65 29
Somos editorial Ávalon, ofrecemos apoyo a todos los escritores independientes que busquen impulsar sus creaciones dejando fluir su esencia en ellas. ...
1.1K 96 46
La clase 97 terminará el entrenamiento para ser agentes de fuerzas especiales; T/N no tuvo problemas hasta que se topa con un enemigo encubierto, qui...
776K 59.3K 37
Naruto Uzumaki, desde pequeño maltratado en su orfanato por alguna razón que el desconoce. Cuando llega a ser gennin es despreciado por los miembros...