LAS VACACIONES SE HABÍAN arruinado, pues Tommy no planeaba quedarse de brazos cruzados. Visitó su oficina en Small Heath y cargó su pistola con la bala que tenía el nombre de Hughes en esta.
— Thomas, por favor. Si te vuelven a hacer algo, no tendré la fuerza suficiente para curarte — susurraba Pearl en llanto. —. Por favor, no quiero que te pase nada.
— Pearl, ese hombre me está haciendo la vida imposible, además de ser un maldito traidor. Por favor, déjame ir y hacer lo que tengo que hacer — respondió tomándola de las mejillas. —. Voy a regresar bien, tenlo por seguro.
— No... tengo un muy mal presentimiento de esto, por favor, hazme caso — pedía.
Tommy sabía que debía obedecerla: ella siempre tenía la razón, pero no podía detenerse.
Abrazó a Pearl por unos minutos y la calmó un poco, cuando vio que estaba mejor, le dijo que tenía que irse.
— Thomas... por favor — susurró una última vez. —. Sé que vendrás hecho mierda y yo no podré ayudarte — niega.
— Entonces me quedaré en el hospital — responde con una media sonrisa. —. Cariño, debo irme. Te amo y te veré pronto, si tengo la suerte necesaria — asiente. —. Te amo.
— Yo también te amo, Thomas — dice besando sus labios. —. Por favor, cuídate.
— Lo haré — sonríe.
Caminó fuera de la oficina de su mano y se encontró con que ya lo esperaban, así que le sonrió a su esposa una última vez y subió listo a dirigirse a matar a Hughes.
— Si lo encuentran, necesito que lo encierren hasta que llegue; yo lo mataré — le dijo a Arthur.
— Si, Tom.
— Ada está en Londres, Pearl. Si algo le llega a pasar, él irá con su hermana y estará bien — dijo John abrazándola con cariño. —. Tú tranquila, ¿sí? Todo estará bien, ahora... nosotros tenemos algo que hacer, pero vendremos a verte en la noche o mañana.
John besó su sien con cuidado y le sonrió, después, Arthur la consoló igualmente y se despidió de ella, dejándola nuevamente con la tía Polly.
— Harry está aquí, ¿quieres ir con él? — preguntó la señora sonriéndole cálidamente.
— No, Pol. Quiero descansar.
Ambas caminaron a casa de Polly, donde llegando y después de tomar una taza de té, Pearl cayó rendida de cansancio y preocupación.
[...]
— Harry — susurró abriendo la puerta de la casa.
— Pearl. ¿Puedo pasar?
Ella se negó, entonces el tipo empujó la puerta y se adentró. Pearl no podía pedir ayuda, pues Polly no estaba en casa, sino en el Garrison junto a Michael, seguramente queriendo hacer que entrara en razón para que saliera del negocio.
— ¿Por qué no charlamos? — preguntó con los ojos iluminados. —. Luces tan bonita hoy — halaga. — Luces tensa, te serviré un trago.
— No tomó whiskey — susurró.
— Bueno, siempre hay una primera vez — respondió sin mirarla. —. ¿Escocés o irlandés?
— Ninguno — contesta.
— Muy bien, escocés será — sonríe. —. Toma — dice haciéndole entrega del vaso.
— No.
— Al menos un trago, vamos; como niña grande — sigue sarcástico.
Pearl casi se vomita al pasarse el líquido, pero no sabía si era por la bebida o por el "como niña grande", que Harry le había dicho.
Después, este se levantó y volvió a llenar su vaso, sonriéndole amablemente.
— ¿De qué querías hablar?
— De tu relación con Thomas Shelby — anuncia. —, yo opino que no deberías estar con él — suspira.
— No entiendo por qué debemos hablar de mi relación.
— Pearl, ¿alguna vez te has puesto a pensar en cómo tu vida corre peligro al estar con él? Cariño, necesitas a un hombre que te pueda cuidar bien, alguien al que le intereses, alguien que no sea un maldito hijo de puta — sonríe.
— Pensé que apreciabas a Thomas.
— ¿Por qué? ¿Por ser sargento mayor en la guerra? ¿Porque ganó medallas? — ríe. —. Sí, hizo cosas valientes y fue un buen guerrero, pero tratar mal a una mujer es lo que te quita el respeto. Ahora todos golpean a sus esposas y se burlan de ello con sus colegas en los bares, pero no es algo que habríamos de celebrar, ¿no es así? Tal vez tú no dejas a tu marido por el simple hecho de su fortuna y su respeto. No eres como otras muchachas, tú lo quieres de verdad, no solo por cómo Tatiana dice que es en la cama.
— Yo amo a mi marido, si no, jamás me hubiera casado con él — gruñó.
— Sí, bueno... que lo ames mucho, no creo. Si lo amaras como dices no mirarías a Alfie Solomons como lo haces, no me mirarías a mí como lo haces.
— Eres un enfermo, ya entiendo por qué Thomas me dijo que me alejara de ti — responde.
— Oh, vamos Pearl, ¿acaso tú no quieres esto tanto como yo? — preguntó acercándose a ella. —. Simplemente lo hago mucho mejor — susurró cuando estuvo lo suficientemente cerca.
Harry tomó a Pearl del cuello y la atrajo a su cara, donde agresivamente comenzó a besar sus labios, aquel beso se mezclaba con las saladas lágrimas que caían de los ojos de la muchacha, quien estaba luchando por separarse de él.
— Vamos, linda, no actúes como una santa — burló. —. Un ser tan hermoso como tú no debería estar como un viejo amargado como Shelby, debería estar con alguien joven y ese alguien voy a ser yo.
El gusto que él tenía por ella no era muy normal, pues gran parte del comienzo de aquel acto se basó en admirarla, olerla, probarla (literalmente). Básicamente, saber como era.
Pearl no podía más, comenzó a gritar por ayuda en una sesión de llanto que no podía controlar.
Le rezaba a cada Dios posible que la escucharan y que no la hicieran vivir lo mismo que vivió con Sabini.
— Si no te callas te irá peor — susurró en su oído.
Pero Pearl no perdió sus esperanzas, al no podérselo quitar de encima siguió gritando.
Harry la tomo del cuello y comenzó a asfixiarla, pero cuando sentía que iba a desmayar la puerta se abrió con fuerza y John entró por ella, detrás, venía Arthur.
No hubo ningún tipo de conversación de por medio, Arthur tomó a Pearl de la cintura una vez John le cortó la cara a Harry y por el dolor tuvo que soltar a la mujer. Ella corrió fuera, donde Polly venía corriendo y la abrazó tratando de tranquilizarla.
Los hermanos sacaron a Harry de la casa y a luz del día comenzaron a golpearlo, pero después de que su tía les dijera que era una calle tranquila, decidieron llevárselo de ahí a un lugar más privado para poder acabar con su miserable vida.
En Londres, su esposo no estaba mejor.
Tommy también gritaba de dolor, pero no porque lo estuvieron abusando, sino porque le estaban rompiendo el cráneo.
Claramente su plan de ir a matar al padre no había funcionado y ahora, ni siquiera se pudo acercar a él cuando ya lo tenían en el suelo.
Mientras se le nublaba la vista, pudo divisar al hombre que deseaba muerto, pero no alcanzó a ver o escuchar mucho, pues se desmayó dentro de poco.
Despertó en un lugar oscuro y con una luz que lo cegó aún más, le reclamaron sobre el por qué quería matar a Hughes.
— Ah, jódete — respondió.
Y antes de que pudiera reaccionar bien, una fuerte patada lo noqueó nuevamente y, ahora despertó de forma natural, al sentir como le inyectaban algún líquido.
El padre le explicó algo del negocio ruso y le dio indicaciones de lo que debía hacer, Tommy muy apenas podía oír lo que balbuceaba hasta que metió a Pearl en el problema.
— Escucha esto: vamos a tomar a tu esposa. Podemos hacerlo en cualquier momento, tenemos gente infiltrada en tu vida. Te disculparás conmigo mañana en la noche, y vas a reparar el daño que has hecho o jamás volverás a ver a tu esposa — susurraba Hughes.
El cuerpo de Tommy fue arrogado en el medio de la calle, frente a la iglesia, donde se encontraba su auto estacionado. Reaccionó luego de unos minutos y se subió a su coche para irse a Birmingham nuevamente, tratando de mantenerse consciente para evitar su muerte en un accidente de auto.
En casa, hizo algunas llamadas tanto a Arthur, quien nunca respondió el teléfono y también a Ada y una vez más, partió a Londres para su falsa disculpa ante los rusos por el falso malentendido que había tenido con el padre Hughes.
Él no sabía lo que le estaba pasando a su esposa, lo mal que la estaba pasando y como por miedo, no podía ni siquiera hablar con la familia.
— Vine a pedir disculpas — susurró, mirando a todos sin una expresión en el rostro.
—Cuándo un niño en mi cuidado comete un pecado, antes que nada, se confiesa, como lo acaba de hacer usted. Y luego, instruyo a realizar penitencia de la manera en que yo elija — declara. —. ¿Usted fue a la iglesia de niño? — preguntó.
— Sí.
Tommy, no estaba bien. Se encontraba en un pésimo estado y quien más parecía notarlo, era Tatiana, quien logró sentir algo de pena por él.
Todos estaban incómodos por lo que el padre decía y más aún por cómo el muchacho lucía, pero nadie dijo una palabra y esperaron atentos, pero él no recordaba bien el acto de contrición.
— Oh, Dios mío, lamento de todo corazón-
— En vez de Dios, diga mi nombre — interrumpe Hughes ocultando su sonrisa. —. Ya que fue a mí a quien ofendió, con su falsa acusación.
— Padre Hughes, lamento de todo corazón haberlo ofendido a causa de su justo castigo, pero más que nada, porque lo ofendieron — recitó esforzándose.
Buscó entre todo lo que había en su cabeza por la oración y realmente se esforzó por encontrarla, pero su estado le impedía muy bien recordar las cosas.
— Padre Hughes, quien hace el bien y es merecedor de mi amor, estoy firmemente resuelto con la ayuda de tu gracia a no pecar más y a evitar toda provocación al pecado — dijo finalmente.
— Muy bien, gracias — asintió.
— Lo siento, no me siento bien. Debo irme, buenas noches — anunció el Blinder.
— Señor Shelby... — susurra Tatiana.
Y se fue, luciendo pésimo. Los rusos se quedaron confundidos y ciertamente preocupados por la apariencia del hombre, pues él siempre procuraba mantener una imagen pulcra.
Aún con su dolor, llegó a casa de Ada y le dijo al consejero especial del cónsul soviético del plan que tenían de robar los autos en una fábrica de Birmingham y del acto violento que querían causar para obligar al gobierno británico a romper las relaciones diplomáticas.
— ¿Por qué nos dice esto?
— Porque mi familia será la sacrificada si deciden hacer explotar el tren — responde.
Ada se llevó a su hermano a la planta baja para atenderlo, pero él la detuvo y Tommy cayó en uno de los escalones.
— Llévame a un hospital y llama a Pearl, Ada. si no estoy conciente al llegar, diles que tengo una fractura en el cráneo, contusión y sangrado interno. Creo que tengo una hemorragia — susurró con dificultad.
— Tommy...
— Ada, ahora, apresúrate porque no puedo ver. No puedo ver nada, joder — declaró.
— Está bien — asintió.
— No te olvides de llamar a mi esposa, por favor — pidió con voz sutil.
Tommy sintió que se moría ahí sentado y quizá, sí se estaba muriendo pues a la única persona que podía ver, era a su padre.
Pearl, en otro caso, estaba en shock y no se podía mover gracias a ello. Michael, Esme, Polly y Finn trataban de consolarla y ayudarla, pero les era simplemente imposible.
— Llama a mi esposo, por favor — balbuceó Pearl antes de desmayarse por la impresión.
Ambos, Tommy y Pearl desearon la muerte.
Pues todo sería más tolerable que el dolor que estaban sintiendo, que la humillación que habían pasado. En muerte, quizá todo sería mejor.
Buenas :D
¿Cómo están? Espero que muy bien.
Okay, espero que les haya agradado el capítulo aunque... bueno, saltar de alegría por el dolor de ambos personajes, como que no.
Espero que se hayan mantenido atentxs, interesadxs u otra cosa.
Si les gustó, por favor háganmelo saber, ya sea comentando o dándole una estrella.
- con amor,
Mary, x.