ItaSasu: In Our Blood [AU]

By DivaSasori15

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Se suponía que no volverían a verse... Se suponía que Sasuke jamás sabría de su existencia... Se suponía que... More

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Jealous
Family portrait

Breaking roules

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By DivaSasori15

—¿Qué mierda haces aquí, Naruto? —bramó muy fastidiado, su hermano no iba a salvarse de unos cuantos insultos.

Si bien el alcohol aún le tenía algo mareado, su enojo era más fuerte que cualquier sustancia que pudiera estar afectando su organismo ahora mismo.

Tras pedirle disculpas a Itachi por tener que finalizar la cita y luego de haberse despedido de él, tomó a Naruto violentamente del brazo y lo jaló dentro de la casa haciendo que éste trastabillara por la fuerza y rapidez con que había sido obligado a seguirle.

—No puedes aparecerte así de la nada —continuó reprendiéndole una vez que estuvieron en la sala —. Y mucho menos puedes andar golpeando a la gente como te venga en gana.

—Lo siento, es que de verdad creí que él iba a violarte o algo, 'ttebayo —se disculpó juntando las manos frente a su rostro, era un clásico que hiciera enojar a su hermano —. Aunque ahora que lo pienso mejor...—añadió de pronto con cierta picardía obteniendo una ceja enarcada por parte del azabache –, creo que la víctima en este caso, era él.

—...

—...

Unos cuantos segundos se sostuvieron la mirada sin emitir palabra.

Naruto bien sabía que Sasuke no era ningún Santo, ni bien le interesaba alguien allí estaba lanzándosele encima como si estuviera en celo, por eso muchas veces no lo tomaban en serio. Pero a su vez sabía que no lo hacía de urgido, sino más bien por la forma rápida en que se ilusionaba y se entregaba sin dudar a los brazos de quién creía sería el amor de su vida. Soñaba mucho con un final feliz para él, eligiendo generalmente a los hombres equivocados.

Luego Sasuke se encogió de hombros y ladeó su rostro, cohibido. Ahora que lo pensaba mejor, él fue quien prácticamente obligó a Itachi a besarle. Había quedado como todo un desesperado mendigando por un poco de cariño...

—¡Demonios, teme, ¿de verdad pretrndías tener sexo con tu jefe?! —su voz salió escandalosa, más de lo que deseaba, como juzgándole.

—¡No, claro que no! —se exasperó, sonrojándose aún más. Naruto hizo una mueca con su boca, a él no iba a engañarle —. Bueno, sí...—confesó derrotado y tomó asiento en el sofá abrazando un pequeño cojín que había a su lado cual niño haciendo un berrinche —. ¿Pero que si así fuera? Yo hago lo quiero con mi vida...

—Sí, lo sé. Pero conoces los problemas que puedes tener si decides acostarte con quien se dedica a darte órdenes en el trabajo, 'ttebayo —casi se jalaba de su propio cabello, no podía creer que Sasuke no contemplara algo tan obvio —. Si se pelean o algo se volverá una tortura para ti. Además generalmente está prohibido tener un romance con un jefe y es muy mal visto por los demás empleados. 

—Tsk —bufó por lo bajo con desinterés, mientras que Naruto parecía estar sufriendo un ataque de nervios por la falta de preocupación de su hermano en las consecuencias que podría acarrear su romance (aunque él tampoco fuera alguien muy racional) —. Ya cálmate, dobe, conozco los riesgos de esto...pero aún así lo voy a intentar. Por primera vez en la vida siento que verdaderamente le intereso a alguien —comenzó a explicar cruzándose de piernas, algo apenado por estar hablando de esto con él —. Itachi me ha tratado distinto al resto de mis compañeros, siempre es muy atento y cálido conmigo, se preocupa por mi bienestar y ha sido más que lindo este poco tiempo que lleva en la empresa. Además en ningún momento me ha lanzado indirectas de querer acostarse conmigo a pesar de gustarle, al parecer es un hombre increíblemente caballeroso que no piensa únicamente con la cabeza "de abajo" —señaló hacia su entrepierna para terminar de aclarar el concepto —. Ya no quedan hombres como él, y no voy a desperdiciar esta oportunidad, ¿te quedó claro?

Naruto creía en lo que le decía, pero también sabía que Sasuke se volvía algo "ciego" al momento de pensar en su próxima pareja – la cual siempre resultaba ser un fracaso –, aún así su intención no era pelear con él, no había venido a eso.

Entonces, sonriente y sin ánimos de seguir discutiendo, tomó asiento a su lado y le dijo que él ya era grande y que podía tomar sus propias decisiones; si creía que Itachi le daría "eso" que tanto buscaba en una pareja, no se opondría a nada. Lo único que le pidió es que no se confiara demasiado y que intentara no ilusionarse de más; una vez dicho esto se dispusieron a conversar de algunas anécdotas que habían estado sucediendo desde la última vez que se vieron (hace ya más de dos meses) poniéndose "al día" de todo, hasta que sintieron sueño y decidieron irse a dormir.

Pero Naruto, por no haber avisado que iría a visitarle y por ser algo tarde, dormiría esa noche junto con su hermano en su cama, la cual era lo suficientemente amplia como para que quepan los dos sin problemas. Aunque Sasuke odiaba compartir cama con él dado que éste era de moverse mucho y se la pasaba "rodando" por todo el colchón, aplastándole y empujándole por momentos.

Aún así lo iba a soportar, una noche no iba a matarle, pensó. Más flojera le daba tener que buscar sábanas y demás cosas para prepararle un lugar donde dormir, estaba agotado mental- y físicamente como para dedicarse a eso ahora.

"Debería hacerle dormir en el suelo por idiota", concluyó mentalmente el azabache mientras se acomodaba junto a su hermano.

Ya acostados, espalda contra espalda, lo único que pasaba por la mente de Sasuke era aquel beso que se había dado con su jefe. Recordó la suavidad de sus labios, aún latentes sobre los suyos, sus desesperadas caricias, su cuerpo rozándose contra el suyo...

Definitivamente estaba loco por él, le gustaba demasiado, hacía tiempo que no era "flechado" sentimentalmente de esa manera tan intensa.

En verdad tenía la idea de que Itachi era el hombre de sus sueños, aquel que tanto había esperado toda su vida, y el que le daría una inmensa felicidad.

Sólo había un error en su ecuación, siendo éste que Itachi no parecía verle de la misma manera, la felicidad que pretende darle no es como amante...sino como hermano.

—Oye, Sasuke, ya deja de excitarte pensando en tu jefe —habló de pronto el rubio a la vez que le daba un suave codazo en la espalda.

—¡Qué dices! ¡Yo no estoy pensando en él! —bramó acomplejado por creer que Naruto podía meterse en sus pensamientos de alguna forma misteriosa.

—Oh vamos, puedo oír tu agitada respiración, 'ttebayo —dijo con burla a la vez que comenzaba a dramatizar y a gemir como si estuviera teniendo sexo —. Oh, sí, Itachi, así...dame más fuerte, vamos. ¡Ahh, ahhh!~

—¡Ya cierra la boca! —lo pateó con tanta fuerza que el rubio casi sale despedido de la cama —. ¡Si te sigues burlando juro que te haré dormir en la calle, oíste!

—Bien, bien...—se "rindió" mientras se sobaba la zona golpeada —. Sólo te pido que esperes hasta mañana para jalártela, cuando yo ya no esté durmiendo a tu lado...—añadió dando pequeños golpes a su almohada fingiendo volver a acomodarse, para finalmente apoyar bruscamente su cabeza sobre ella.

Las mejillas del azabache ardían como nunca, tan así que tuvo que cubrirse la mitad de la cara con la sábana para evitar que por nada en el mundo Naruto pudiera ver su inminente sonrojo.

Él tenía razón, si no fuera porque estaba allí en su cama, ya se hubiese manoseado, masturbado e incluso autopenetrado con sus dedos pensando en el Uchiha, lo cual, de hecho, no sería la primera vez que sucedía.

—Eres un idiota —finalizó en un susurro haciéndose "bolita" debajo de las cobijas, hacía tiempo que no sentía tanta vergüenza.

•••

Al día siguiente Sasuke había decidido visitar a Itachi a eso de las 10 de la mañana (el Uchiha ya le había dicho dónde vivía la primera vez que le alcanzó hasta su casa).

Obviamente no sabía a qué hora solía comenzar su día, pero la incertidumbre por saber si estaría enojado por lo sucedido era más fuerte, necesitaba oír de su propia boca que todo estaría bien entre ellos.

—Buenos días —le saludó tímido una vez que la puerta fue abierta —. Oh, disculpe si lo desperté, no fue mi intención —añadió al ver que éste estaba con el cabello suelto y algo revuelto, y con el torso descubierto vestido únicamente con un cómodo pantalón de algodón, haciendo que los colores se le subieran al rostro al instante, deseando que no se le notara. Era evidente que Itachi acababa de levantarse.

—Hola, Sasuke...—intentó no bostezar, su mente todavía funcionaba con lentitud por el sueño. Realmente no comprendía qué hacía su hermano tan temprano allí, aún así le agradaba volver a verlo.

—Sé que mi visita es algo imprevista y quizás el momento no sea el adecuado...—continuó antes de que el mayor dijera algo más o le sugiriera que se reunieran más tarde —, pero necesitaba conversar con usted —pese a todo debía mantener cierto formalismo —. Realmente me quedé muy mal por lo que pasó con mi hermano.

Itachi, aún adormilado, sonrió enternecido, le había parecido muy linda la expresión cohibida de su hermano menor.

—No te preocupes —dijo mientras hacía un ademán con la mano quitándole importancia al hecho en cuestión —. Pero ya que estás aquí, pasa. Te invito a desayunar, si es que aún no lo has hecho —le ofreció haciéndose a un lado, tratando de acomodar su cabello para verse un poco más "presentable".

Sasuke asintió dubitativo, aunque no se sorprendió por aquella invitación. Conocía muy bien a su jefe a pesar de ser nuevo en la empresa, sabía que era una persona muy amable y atenta.

Ambos ingresaron y se dirigieron a la cocina.

Sasuke había contemplado cada detalle de la casa la cual, si bien no era muy grand, exhibía el lujo y la prolijidad en cada ambiente. Aun así se notaba que Itachi no era alguien que disfrutara mucho de mostrar sus riquezas (algo que claramente poseía por su estatus profesional). Una persona bastante humilde, lo catalogó el menor finalmente.

Pero lo que más admiraba de su jefe era su inigualable atractivo.

Estaba que moría por él, le era imposible no quedarse embobado mirando su tonificado abdomen, sus abdominales y oblicuos luciéndose frente a él como si le estuvieran tentando a que los tocase, y su cabello meciéndose de un lado a otro con cada movimiento que el pelilargo hacía ya sea para buscar alguna taza o algo en la nevera, todo le parecía condenadamente sensual en él. Y a Sasuke se le notaba demasiado en la cara, no había manera de ocultar lo mucho que le atraía su jefe.

Cuando estuvieron sentados junto a la mesa ya con todo listo para desayunar, Itachi sentía la mirada de su hermano puesta sobre él, sabía muy bien que le estaba mirando de la forma en que no debía. Aún así no lo impedía, adoraba fingir que no se daba cuenta, haciéndose el distraído mientras Sasuke disfrutaba de observarlo como si fuera una de las maravillas del mundo. Pero éste debía volver en sí, no podía quedarse tan sólo mirándole cual colegiala enamorada.

—Bueno, cómo podrá ver, mi hermano es un idiota —empezó a decir mientras tomaba la taza entre sus manos una vez que pudo salir del trance en el cual babeaba por aquel hombre —. Ya hablé con él, y le dije que no volviera a actuar sin antes pensar.

Itachi rió mientras endulzaba su café.

—Olvídate de eso, él sólo te cuida — dijo con suavidad dejando la cuchara a un lado —. Yo también lo hubiera hecho si te veía besándote con un chico.

—¿Huh? —el menor enarcó una ceja, confundido.

—Es decir, haría lo mismo en el caso de que fuera tu hermano —fingió toser y comenzó a jugar con su taza —, lo cual claramente no soy.

Sasuke no pudo evitar sonreír, no siempre se daba la oportunidad en que su jefe se mostrara ansioso frente a otros.

—Y a mí me alegra que no lo sea —añadió e Itachi lo miró a los ojos.

—¿Te alegra?

—Así es —su sonrisa se ensanchó un poco más —. Imagínese si tuviera que compartir mi vida con alguien que además de ser mi hermano mayor también es mi jefe. ¡Vaya tortura!

El Uchiha forzó una sonrisa, la verdad que él sí amaría tener la oportunidad de ser su hermano como corresponde...

—Claro, es buen punto.

—Además...—continuó mirándole ahora de forma seductora, meciendo sus largas pestañas negras —. Usted me interesa de otra forma...no como un hermano.

De pronto la cocina quedó en completo silencio, donde sólo se miraban mutuamente como si intentaran leer el pensamiento del otro, escondiendo las verdaderas y contradictorias intenciones de cada uno.

Entonces a Sasuke se le ocurrió que era el momento perfecto para mencionar el beso que se habían dado, el cual le había encantado al punto de no poder pensar en otra cosa.

—Yo~/ Oye, Sasuke~

Hablaron al unísono, queriendo ambos romper el hielo. Se rieron por instinto, y fue Sasuke quien le dijo que fuera él quien hablara primero. Itachi se negó, le dijo que podía esperar ya que no era algo muy importante, dándole la palabra a su hermano.

—Oh, bien, verá —empezó a decir vacilante con las mejillas arreboladas, no sabía ni cómo empezar —. Ayer cuando nos besamos...—lo miró, necesitaba ver las expresiones que Itachi hacía al mencionar ese hecho —, sentí una conexión muy especial entre nosotros, como si hubiera algo intenso y pues, quería saber si usted había sentido lo mismo...

Itachi tragó pesado, se dio cuenta de que no estaba listo para abordar ese tema. La realidad, por muy enfermizo que fuera, es que le había encantado besarse con su hermano, pero comprendía que aquello estaba peor que mal. No había estado buscándole tanto tiempo para terminar besándose con él, ni mucho menos para seducirle o confundirle.

—Pues, la verdad...—Itachi llevó su vista en cualquier dirección, rehuyéndole a la desesperada e ilusionada mirada de su hermano, buscando algún indicio que le pudiera sacar de este aprieto —. ¡Oh, vaya, olvidaba que en una hora tenía que reunirme con alguien! —mintió fingiendo ver la hora en el reloj de pared de la cocina, el cual ni siquiera funcionaba, estaba allí por pura decoración. Sasuke miró en aquella misma dirección, enarcó una ceja al notar que las agujas ni se movían.

—Lo siento, pero tendremos que dejar esta conversación para otro momento —soltó levantándose a la vez que amagaba a juntar las tazas y demás cosas para llevarlas hasta el lavado.

El menor suspiró, le dolió que estuviera esquivándole sin descaro alguno. Aún así...

—Permítame ayudarle —dijo levantándose velozmente para pararse a su lado. Pronto sus manos se rozaron al querer tomar la misma taza produciendo que ambos se estremecieran ante el suave contacto, deteniendo cualquier movimiento mientras sus ojos se encontraban y se conectaban como nunca.

Se sostuvieron la mirada, uno muy cerca del otro, ninguno podía pronunciar palabra alguna.

Itachi sentía como su corazón comenzaba a acelerarse, inclusive pensaba que su hermano podía llegar a oírle por lo rápido que latía, mientras que el otro sentía sus mejillas arder ante la cercanía de sus rostros, moría por besarlo una vez más.

Y entonces:

—Por favor, no vaya a enojarse —susurró Sasuke acortando lentamente la poca distancia entre sus rostros.

—¿Por qué me enojaría? —estaba consciente de lo cerca que estaban, podía sentir incluso el aliento ajeno rozar sus labiis, pero aún así no se apartó.

—Por gustarme tanto y no poder resistirme más...

Y entonces pasó lo que no debía de ocurrir.

Sasuke lo tomó del rostro para juntar sus labios en un apasionado beso.

Otra vez volvía a suceder lo mismo, pero Itachi no podía impedirlo, se sentía preso de la boca de su hermano, tan dulce y tan arrolladora. Simplemente no podía negarse a algo así...

La pasión iba elevándose, sus cuerpos comenzaban a encenderse, y la cordura amagaba con desaparecer...

Entonces el mayor llevó sus manos a la cintura de su hermano, la apretó mientras profundizaba el contacto labial haciendo que sus lenguas se rozaran, y al cabo de unos unos segundos lo alzó sentándolo sobre la mesa para posicionarse entre sus piernas, presionando su cadera contra la suya.

Sasuke, por su parte, se dedicaba a deslizar sus dedos por toda la fornida espalda del pelilargo, delineando cada vértebra de su columna, acariciando cada músculo marcado, deleitándose con la suavidad de su piel. Le encantaba, le excitaba, y quería explorar cada recoveco de su cuerpo...

Sus bocas seguían unidas, continuaban saboreándose como si el mundo fuera a acabarse, y fue entonces que el menor no pudo contener un gemido cuando Itachi comenzó a tocar su entrepierna por encima de la tela de su pantalón, friccionando a su vez la cadera contra la suya al simular cortas y lentas embestidas.

Sin duda para Sasuke la sensación generada era demencial.

Instintivamente, ante el placer experimentado, llevó sus manos hacia el elástico del pantalón del mayor para quitárselo pero cuando iba a hacerlo fue detenido por éste al tomar sus manos para que no continuara con lo que tenía en mente.

—¿Qué pasa? —susurró Sasuke con la respiración agitada y el ceño levemente fruncido ante aquella inesperada actitud, aunque en el fondo sabía la respuesta.

—No podemos hacer esto —intentó alejarse un poco para verle a los ojos, los cuales suplicaban por más.

—Sí podemos...ambos lo deseamos, no hay nada de malo.

Pero a quien más le dolía esta situación era a Itachi, al caer en la cuenta de que estaba deseando a su hermano de una forma inapropiada, le hacía sentir mucho asco hacia sí mismo.

—Es que no lo entiendes —volvió a negarse dando un paso hacia atrás a la vez que se pasaba la mano por la cabeza —. Tú y yo no podemos tener nada.

—¿Por qué no? —Sasuke bajó de la mesa para hacerle frente, se sentía decepcionado por su negativa —. Sea sincero conmigo, por favor.

—Pues porque trabajas para mí — puntualizó lo obvio, aunque esa no fuera la única razón —. Yo no soy esa clase de personas que infringen las reglas, no quiero tener problemas a futuro.

El menor hizo una mueca con su boca, podía darse cuenta de cómo intentaba camuflar la verdad con sus palabras. Pero aún así decidió callar su indignación.

—Bien, entiendo...—susurró cabizbajo y, tras acomodarse un poco la ropa, se encaminó hacia la salida de la casa siendo acompañado por Itachi.

Pero no, no iba a irse sin antes corroborar algo que le estaba molestando hace minutos.

Fue entonces que se giró para encararlo, y le preguntó:
—No te gusto, ¿verdad? Es por eso que no quieres tocarme...—con su mirada suplicaba sinceridad de su parte, no soportaba más juegos de ningún tipo. Ya bastante habían jugado con él durante varios años...

Itachi se mordió el labio inferior, ignorando el hecho de que no estaba tratándole formal.

—La verdad...—vaciló, no quería engañarlo. Pero aún así, comprendiendo que debía alejarlo ahora que las cosas se habían vuelto complicadas entre ellos, lo miró fijamente a los ojos y respondió:—. No, no me gustas...

Los ojos de Sasuke se humedecieron, se sentía como un completo idiota. La poca dignidad que le quedaba frente a los hombres había sido arrojada a la basura con esa respuesta.

Y, sin poder continuar con esta situación, abrió bruscamente la puerta para irse pero fue detenido al ser tomado de la muñeca. Sus miradas volvieron a encontrarse.

—Lo siento, Sasuke —musitó en un hilo de voz, sintiendo mucha pena por él.

Una breve pausa, y al final:

—Yo lo siento más.

Dicho esto se soltó violentamente del agarre y salió rápido de la casa sin siquiera despedirse.

Itachi suspiró abatido y apoyó su espalda contra la puerta tras cerrarla, dándole un pequeño y suave golpe con su cabeza al sentirse la persona más estupida sobre la faz de la Tierra.

¿Cómo había dejado que las cosas se confundieran así con su hermano? Eso jamás debió de suceder, el plan no había sido ese.

Siempre quiso protegerlo, incluso del sufrimiento amoroso, y ahora era él quien terminaba dañandole. 

"No me gustas, Sasuke...más bien, diría que me encantas, y mucho", susurró en respuesta a su pregunta a la vez que se cubría el rostro con ambas manos para evitar gritar lo mucho que le dolía admitir algo que con tanto esfuerzo intentaba ignorar.

Y entonces se detestó a sí mismo. Se dio cuenta de que estaba sintiendo más de lo que debería por su hermano.

•••

Una vez que volvió a su casa con todo el malhumor del mundo, se encontró a Naruto tomando algo en la sala junto con Karin, quien al parecer le había ido a visitar.

"¿Alguien más va a aparecer sin avisar?", pensó para sí mismo cerrando la puerta a la vez que dejaba las llaves sobre una mesita que había cerca de la entrada.

No se molestó en mostrarse alegre, simplemente les saludó a ambos y se dejó caer sobre el sillón extendiendo sus brazos a cada lado apoyándolos sobre el respaldo.

—Naruto me estuvo comentando lo que sucedió anoche —comenzó a hablar la pelirroja —. ¿Está todo bien?

Por el rostro del azabache claramente nada estaba bien, pero aún así quería preguntar, deseaba ayudarle en todo lo que pudiera.

—Por favor, Naruto —miró al susodicho, quien se encogió de hombros al recibir tan penetrante mirada —. Intenta no divulgarle mis temas personales a la gente, ¿de acuerdo? Saber mantener la boca cerrada, suele ser una virtud.

—¡Oye, no lo culpes! —intervino Karin, acomodándose las gafas —. Él sólo está preocupado por ti. Además, sabes que yo no soy "la gente", a mí pueden contarme lo que sea, Sasuke.

Éste rodó los ojos con hartazgo y resopló fuerte, la verdad que no tenía ni ganas de discutir, por ende intentaría permanecer en silencio y no refutaría nada.

—Por cierto, ¿a dónde habías ido? — preguntó Karin con sincero interés, Sasuke alzó una ceja.

—¿Acaso eres mi madre? No tengo porqué decirte lo que hago con mi vida —respondió de mala gana sin poder evitarlo, lograban sacarlo de quicio fácilmente.

Entonces cansada de su actitud, se levantó de uno de los sillones individuales en el que se encontraba y caminó hasta pararse de brazos cruzados frente al azabache. 

—Háblame bien, ¿oíste? —vociferó como si ella verdaderamente tuviera algún tipo de poder sobre él —. Naruto y yo siempre estamos para ayudarte, deberías tratarnos con más cariño o mínimamente agradecernos por gastar nuestro tiempo intentando levantarte el ánimo.

Sasuke le retó con la mirada, pero al darse cuenta de que ella tenía toda la razón al estar enfadada, respiró hondo y ladeó el rostro al saber que no ganaría esta batalla, volvía a sentir su orgullo romperse. Ya era la segunda vez en el día, y lo peor es que a penas iba a ser mediodía...todavía podía empeorar, aunque esperaba que eso no sucediera.

—Él me dijo que no le gusto —soltó en voz casi inaudible al cabo de un breve silencio bajando las manos hasta su regazo para apretar la tela de su pantalón. Naruto y Karin le miraron con pena al saber a quién se refería, ahora comprendían porqué aquella actitud de hace minutos —. Fui a su casa a confirmar lo que estaba pasando entre nosotros, entre otras cosas, y al parecer volví a equivocarme. No le intereso.

Ambos no dudaron en sentarse a cada lado del azabache para brindarle su apoyo, aunque probablemente que no fuera a servir de mucho ahora.

Habían visto lo ilusionado que él estaba con Itachi, les dolía que las cosas siempre le resultaran mal en cuanto al amor.

—Lamentamos oír eso —susurró la pelirroja sonriéndole con pesar a la vez que tomaba su mano —. Pero tranquilo, ya verás que aparecerá alguien mejor para ti...—la típica frase hecha, pensó Sasuke cansado de escuchar siempre lo mismo.

—Sí, de eso que no te quepa duda —añadió Naruto abrazándolo con cariño —. Y si no aparece nadie pues... yo seré quien estará contigo, 'ttebayo.

Sasuke no supo si reír o llorar ante ese comentario. Debía irle realmente del asco en lo sentimental como para que su hermano se ofreciera como un reemplazo a todos los que le rechazaban y abandonaban.

—Agradezco la oferta, pero creo que preferiría morir solo —bromeó el azabache dándole unas palmaditas sobre el hombro.

Karin rió a carcajadas y Naruto infló las mejillas al saber que se estaban burlando de él.

—Calma, Naruto. Piensa que son hermanos, y sería raro que estuvieran juntos —dijo la fémina entre risas —. Y no creo que Sasuke esté tan desesperado como para terminar teniendo una relación incestuosa contigo.

—Yo por Sasuke haría lo que sea, 'ttebayo —afirmó seguro de sí mismo —. Lo amo demasiado —entonces lo tomó del mentón y le dio un ruidoso beso en la mejilla.

El azabache lo empujó sin ser muy brusco y comenzó a limpiarse la mejilla con la mano, como si le fuera a contagiar alguna enfermedad mortal al besarle, Naruto suele ser más cariñoso de lo que él puede soportar.

La mujer continuaba riéndose por la forma en la que se trataban mutuamente y fue así que Sasuke, gracias a las dos personas que tanto adora (aunque no se los diga abiertamente), pudo relajarse y sentirse mejor.

Quizás al final no iba a ser un día tan malo para él, tenía fe en que esos dos harían de su fin de semana uno muy divertido.

De todas formas iba a intentar que los pensamientos en torno a su actual interés amoroso (Itachi), no influyera negativamente en su estado anímico a partir de ahora.

No iba a darle ese lujo....

•••

Los días pasaron y la relación entre Itachi y Sasuke se había vuelto cada vez más tensa. Ya casi no se hablaban, y si lo hacían era para tratar temas de trabajos a entregar o mal realizados (según el Uchiha); a penas se cruzaban miradas o mostraban interés en el otro.

Cualquiera que los viera – que no supiera que son jefe y empleado –, pensaría que son ex novios que acaban de terminar una relación.

La verdad es que Itachi sólo intentaba que su hermano no siguiera confundiéndose sentimentalmente con él, tratarlo con frialdad y mantener la distancia era algo que debía hacer por su bien (y por el suyo propio).

Por otra parte, Sasuke intentaba mostrar una actitud que se basaba en querer recuperar el poco orgullo que le quedaba y en hacerle ver que no iba a sufrir por él, quería demostrarle que ya no le importaba en lo más mínimo. Esa era su venganza, hacerle creer que sólo había sido una calentura pasajera y ya.

Ahora se encontraban en medio de una reunión en la que se trataba un nuevo proyecto a realizar, donde también estaba presente Karin, quien notaba claramente la tensión entre ellos. Muy incómodo, según ella.

Los lugares parecían estar distribuidos estratégicamente a propósito como para que los hermanos se mataran visualmente de a ratos. O más bien era Sasuke quien se mostraba visualmente agresivo, el otro más bien expresaba indiferencia y frialdad.

Itachi se encontraba ocupando la cabecera de la extensa mesa mientras que Sasuke estaba del otro lado enfrentándole, y la pelirroja a la izquierda de éste como si fuera su protectora o algo por el estilo.

—Necesito que para la semana que viene esté hecho al menos el 80% del trabajo —dijo el Uchiha con claro liderazgo ordenando los papeles dentro la carpeta utilizada en la reunión —. Se ha invertido mucho en esto y no puede haber retrasos, ¿de acuerdo?

Todos asintieron al unísono, menos Sasuke quien sólo se dignó a mirarse las uñas con total indiferencia en lo que su jefe exigía.

Itachi frunció el ceño, no iba a dejar pasar esa falta de respeto hacia él, debía comportarse como su empleado y no como un niño caprichoso.

—¿Prefiere retirarse, joven Uzumaki? —se dirigió a él, y todos pusieron la mirada sobre el nombrado —. No lo vi muy compenetrado en la reunión. Si se está aburriendo puede irse ahora mismo...

El resto de los presentes comenzaron a mirarse entre ellos, sabían que no estaba sucediendo nada bueno. Alguien podría salir muy mal de esta situación...

Karin le golpeó la pantorrilla con la punta de su tacón al ver que Sasuke no respondía nada y seguía ignorándole sin miedo a las consecuencias.

—Ya di algo, por favor —siseó la mujer con desesperación, intentando que el resto no le oyera.

El azabache miró mal a su prima, no era asunto suyo después de todo. Pero en seguida se recompuso y con total tranquilidad, llevó su vista hacia la de su jefe. Ambos se miraron con tanta intensidad que incluso el aire podía cortarse con un cuchillo.

—Entonces, si no le molesta...me iré —finalizó altivo y todos abrieron la boca en total asombro. Pero Sasuke bien sabía que de todas formas no iba a despedirle así de fácil. Él llevaba varios años trabajando en esa empresa y era un peón muy importante para ella, Itachi debía tener varias razones para solicitar su despido.

El Uchiha suspiró molesto, ya no iba a seguir permitiendo que le tratara así; así que les pidió al resto que se retiraran para poder hablar a solas con su insolente empleado.

Inmediatamente todos obedecieron y uno a uno fueron despejando la sala. Karin fue la última en salir, sin antes decirle a Sasuke que era un idiota y que se comportara de forma más madura.

Una vez que estuvieron solos, el mayor se levantó de su asiento para acercársele y poder hablar sin tener que elevar demasiado el tono de voz.

—Te pido que dejes esta actitud, Sasuke. No es correcto que estés actuando de esta manera —le dijo tomando asiento ahora donde anteriormente había estado la pelirroja.

—Tsk —bufó y lo miró cual chico presumido que cree que puede hacer lo que le venga en gana —. ¿Y que si no obedezco? ¿Hará que me expulsen de la compañía?

El Uchiha tuvo que contar mentalmente para no salirse de sus cabales, no podía creer que su hermano fuera tan aniñado a veces.

—Oye, lamento no corresponder tus sentimientos —intentaba mantenerse sereno, no era su idea pelear con él, después de todo él había tenido gran parte de la culpa —, pero debes aprender a separar el trabajo de lo emocional. Por favor, te ruego que ya termines con esto.

Él había puesto una mano sobre la rodilla del joven en gesto de súplica haciendo que éste sintiera una corriente recorrerle la columna, era muy sensible al tacto del hombre que le quitaba el sueño cada noche. Aún así iba a intentar que no notara todo lo que sentía por él, ya se había rebajado lo suficiente como para toda una vida.

—No puedo terminar algo que jamás empezó —soltó refiriéndose a la relación que Itachi rechazó, mientras le quitaba la mano de un fuerte manotazo para luego levantarse y dirigirse hacia la salida.

El pelilargo le siguió con la mirada, pero antes de retirarse, Sasuke se giró un poco para mirarle por sobre el hombro, aún tenía algo que decirle.

—Por cierto, no besa muy bien...así que olvidarlo no resulta difícil —mintió de forma engreída, para finalmente salir de la sala.

Itachi cerró sus ojos e hizo una inhalación profunda, su hermano era demasiado peleador y orgulloso. No iba a ser fácil lidiar con él, y comenzaba a arrepentirse por haber aparecido a su vida.

Definitivamente no sabía cómo ser un buen hermano mayor...

•••

Era sábado por la noche.

Sasuke había salido a cenar con un chico que conoció hace un par de días pero al haberle resultado un idiota decidió dar por finalizada la cita ya que no llegarían a nada serio. Y justo eso es lo que buscaba en una pareja: seriedad y estabilidad.

Ahora iba caminando tranquilamente por las iluminadas calles de su barrio, sumido en sus pensamientos, la semana le había resultado más difícil de lo que esperaba. Le dolía estar mal con Itachi, la verdad que extrañaba mucho aquellos días en que se trataban con cariño y respeto.

Pero, siendo honesto consigo mismo, él era quien volvía complicada la situación al ignorarle y enfrentarle frente a otros empleados, mientras que el Uchiha sólo buscaba la manera de disminuir las tensiones al hablarle como si nada hubiera pasado entre ellos.

No sabía si le dolía más que le haya rechazado o que ahora fingiera que a penas le conocía. Su indiferencia podía ser aún peor...

La buena noticia es que al parecer no iba a buscar la manera de despedirlo de la empresa, pero lo malo es que tampoco mostraba intenciones de recuperar lo que en algún momento tuvieron. Sólo le veía como un empleado más, incluso a Karin la trataba mejor.

Suspiró angustiado.

Itachi le gustaba demasiado y lo único que había logrado fue alejarlo de él sólo por no haber podido ser más paciente y no haber dejado que las cosas siguieran su rumbo.

Sí, tal vez Itachi aún no sentía lo mismo, pero si no le hubiera presionado en su momento, ahora podría estar seduciéndolo más para que lo mirara con otros ojos, de la forma en que él esperaba.

Se sentía un idiota, él mismo se había boicoteado...

De pronto su andar se detuvo cuando vio a unos pocos metros suyo al pelilargo bajando de su auto, al parecer acababa de llegar a su casa.

Quizás volvía de una cita al igual que él, concluyó para sí mismo pero en seguida negó con la cabeza, Itachi no era de los que se interesaban en romance y esas cosas como él lo hacía.

Se recriminó mentalmente al caer en la cuenta de que inconscientemente había terminado en el último lugar de la Tierra donde debería de estar. Pero ya era tarde, allí estaba parado...apreciándolo desde la distancia, como si de un acosador se tratara. 

Su corazón latió desbocado al verle de perfil, tan perfecto y único, también contempló su majestuoso andar. Le veía como en cámara lenta, admirando más y más cada mínimo aspecto de su persona.

No pudo evitar preguntarse, ¿cómo es que no tiene a miles de chicos y chicas suplicando por salir con él? Claro, debía rechazar a todo el mundo al igual que lo hizo con él, pensó sintiendo el pecho arderle al recordar ese hecho. Cuánto le dolía...

Y, a pesar del enojo que aún recorría sus venas, se acercó a él con el único motivo de hablarle, aunque no supiera bien qué iba a decirle. Sólo necesitaba arreglar las cosas, ya no podía más con la muralla que ambos habían puesto en medio. Quizás no vayan a ser pareja, pero al menos podía recuperar el compañerismo y respeto que habían perdido.

—Itachi —le llamó aún desde la distancia dejando la formalidad de lado, no estaban en la oficina así que no hacía falta aparentar.

El nombrado ladeó su cabeza al oír su voz, estaba asombrado de verle allí. Nunca esperó que le fuera a visitar.

—Hola...—saludó como si nada, tomando las llaves de su casa mientras comenzaba a abrir la puerta principal —. ¿Necesitas algo?

—Sí...sucede que ya no soporto más todo esto —confesó con la voz quebrada, no supo lo afectado que estaba hasta que comenzó a hablar con él de forma sincera —. No puedo pasar mis días creyendo que me desprecias o que no me soportas...tampoco aguanto que nos estemos llevando tan mal. Yo sólo...—y no pudo seguir hablando porque si lo hacía, terminaría llorando y sentía que eso le haría ver aún más patético. 

Itachi le miró angustiado, no podía verle sufrir, y menos por su culpa.

Entonces dio un paso hacia él con la intención de abrazarlo pero se abstuvo de hacerlo al caer en la cuenta de que eso podría aumentar las confusiones entre ellos. La distancia física era imprescindible ahora, debía respetarse.

Así que, sonriéndole tiernamente, tan sólo alzó su mano y con dos dedos le picó con suavidad la frente, haciendo que Sasuke apretara sus párpados como acto involuntario.

—Ya respira, Sasuke...está todo bien entre nosotros, no te preocupes.

—¿E-en serio? —preguntó a la vez que parpadeaba y se sobaba la frente donde Itachi le había tocado —. Porque de verdad lamento como estuve comportándome contigo, sé que no estuvo bien. Si piensas que soy un maldito caprichoso, estás en todo tu derecho —balbuceaba casi sin hacer pausas mientras gesticulaba con sus manos —. La cuestión es que suelo volverme muy insoportable cuando se trata de temas amorosos. Pero estoy realmente arrepentido por haberte puesto en una situación incómoda, tan sólo yo-

"Al carajo todo", sentenció Itachi al morir de ternura por su hermano.

Y fue entonces que Sasuke no pudo seguir hablando ya que había sido tomado inesperadamente del cuello de su playera para que sus labios se unieran con los contrarios. Fue Itachi esta vez quien le besó, quien decidió dejar de lado lo racional para hacer aquello que tanto había anhelado durante todos estos días.

El sólo hecho de ver a su hermano pidiendo disculpas, mirándole con esos ojos negros repletos de arrepentimiento, y su boca tentándole al hablar, fue más de lo que pudo soportar y lo único que atinó a hacer fue callarlo con un beso. Parecía como si su mente y su cuerpo estuvieran en distinta sintonía, éste último se rehusaba a obedecer las señales nerviosas, las cuales le gritaban que se mantuviera lejos de su hermano.

Y ahí estaban devorándose la boca sin piedad, a un paso de la puerta entreabierta y a plena vista de la poca gente que transitaba a esas horas por allí, quienes podían verles pero que ninguno podía saber que no sólo eran los labios lo único que compartían ambos jóvenes, sino también el ADN.

—Qu~ —Sasuke abrió lentamente los ojos y se ruborizó una vez que el mayor cortó el contacto labial sin separarse demasiado, le había hecho sentir como si estuviera tocando el cielo con las manos.

—Lo siento, es que estabas hablando mucho —susurró el Uchiha y le dedicó una dulce sonrisa —. Creí que un beso sería la mejor forma de silenciarte.

El menor sonrió también, volvería a hablar sin control mil veces más si así obtenía más besos de su parte.

—Entonces tú...

—Sí me gustas, Sasuke —confesó tomándole del rostro —. Y sé que no debería fijarme en ti, pero no puedo evitarlo. Así que soy yo quien debería disculparse contigo...

—¿Disculparte? ¿Por qué? —lo sujetó de los antebrazos para que por nada en el mundo se arrepintiera y deseara alejarse de él —. ¿Por gustarte?

"Por todo...ni siquiera aceptarías algo como esto si supieras la verdad", pensó sin dejar de mirarle a los ojos. Aún sentía la necesidad de protegerlo pero ya no podía mirarlo únicamente como un familiar.

—Así es —afirmó acunando el rostro de su hermano —. Tener algo contigo sería un error, y-

Sasuke le impidió seguir hablando al poner dos de sus dedos sobre su boca.

—Ya no pienses más, Itachi —susurró mirándole con increíble sensualidad —. Por esta vez déjate llevar por lo que sientes...

Y fue así que el menor lo atrajo hacia su cuerpo al tomarlo por la cintura, y volvieron a besarse. Después de todo es lo que ambos deseaban...

Itachi terminó de abrir torpemente la puerta de su casa casi sin cortar el beso, y pronto se adentraron allí tocándose y comiéndose la boca con desesperación. La puerta fue cerrada de un golpecito dado por el talón del pelilargo, quien pronto acorraló a su hermano contra la pared a la vez que elevaba sus brazos sobre su cabeza, tratando de someterlo. 

Segundo a segundo, el beso fue volviéndose más urgido, mientras ambos buscaban la dominación del otro, excitándose mutuamente sin piedad alguna.

Itachi lo tocaba, y Sasuke hacía lo mismo.

Itachi le mordía el labio suavemente para meter su lengua, y su hermano la acariciaba con la suya con obscenidad.

Itachi friccionaba su entrepierna con la contraria, y el otro lo tomaba del trasero y se lo apretaba con fuerza atrayéndolo más hacia su cuerpo para que el franeleo fuera mayor.

Se tenían tantas ganas que el calor les quemaba la piel y el deseo les nublaba la razón, necesitaban sentirse y explorarse. Estaban entregados al placer...

Entonces Itachi tomó del borde de la playera de su hermano y se la quitó con violencia, un poco más y se la terminaba arrancando; sentía que si perdía más tiempo volvería a arrepentirse, y lo que más anhelaba ahora era "llevárselo a la cama".

Fueron quitándose prenda por prenda a medida que avanzaban entre besos y toqueteos hacia la habitación, y pronto estuvieron desnudos uno arriba del otro sobre la cama en menos tiempo que les tomó darse cuenta de lo que sucedería allí.

Itachi, quien estaba encima de su hermano, volvió a besarle a la vez que lo tocaba y acariciaba de una forma tan salvaje que Sasuke comenzaba a gemir en su boca. Su cuerpo exigía una ruda y firme penetracion...quería que le hiciera gritar y rogar por más.

Fue entonces que de un ágil movimiento le hizo cambiar de posiciones dejando a Itachi debajo suyo, le divertía jugar a ver quién tenía mayor control sobre el otro; y cuando el pelilargo iba a decirle algo Sasuke le cerró la boca con un demante beso para después tapársela con una mano a la vez que bajaba su rostro depositando mojados besos y mordidas por todo su torso hasta estar frente a su erecto miembro.

Empezó a lamerlo desde la base hasta la punta, formó círculos con su lengua alrededor del glande haciendo que la espalda de Itachi se arqueara en consecuencia.

Éste gimió descontroladamente cuando sintió su hombría ser envuelta por aquellos suaves labios, siendo en ese momento que Itachi se mordió el labio inferior y lo tomó del cabello hundiendo sus dedos a causa del placer que sentía por estar recibiendo una felacion por parte de alguien "prohibido".

Éste subía y bajaba hasta que la punta le rozaba la garganta, se la chupaba como todo un maldito experto, se la humedecía totalmente al succionarla como si quisiera beberse todo su líquido.

"Mierda, Sasuke...lo haces tan bien", decía en su mente mientras veía como su propio miembro desaparecía una y otra vez dentro de la boca de su hermano, quien tenía las mejillas ruborizadas y por momentos le miraba con los ojos vidriosos por la excitación. Una imagen realmente obscena...perfecta.

—Ahhh...por favor, d-detente...—susurró Itachi cuando sintió aquel conocido cosquilleo en su bajo vientre, iba a venirse en cualquier momento si no le obedecía. Estaba demasiado caliente e increíblemente húmedo.

Sasuke se había dado cuenta de ello, ya sentía como el líquido seminal comenzaba a salírsele permitiéndole deleitarse un poco con su sabor. Pero quería sentir el semen en su interior, que lo mojase con él llenándolo por completo.

Entonces obedeció y dejó de hacerle sexo oral para incorporarse y subir hasta su boca, volviéndosela a besar, a la vez que se acomodaba sobre su cadera para comenzar a autopenetrarse.

—Espera, Sasuke~...—le detuvo con la respiración entrecortada al ver sus intenciones —. Tengo que buscar un condón...

—Tranquilo, estoy completamente sano —le aseguró, desesperado por continuar con lo que hacían. Y no era mentira, él siempre se cuidaba cuando tenía relaciones y cada tanto solía hacerse chequeos médicos, era bastante precavido en ese sentido.

Itachi lo dudó un momento, pero se abstuvo de decir que no estaba muy seguro de hacerlo sin protección, y al final:
—Está bien...—tampoco podía soportar mucho más sin ponérsela, estaba demasiado excitado, así que decidió creerle —. Pero al menos déjame prepararte, no quiero hacerte daño.

El menor sonrió enternecido, obviamente Itachi no tenía idea de que él no necesitaba demasiado de "eso". Solía acostarse varias veces en la semana con quien sea su chico de turno (sólo por haberse ilusionado con ellos, al igual que ahora lo hacía con su jefe), y si no tenía sexo, él mismo se autopenetraba con sus dedos y se dilataba cuánto deseara. No era ningún novato en el tema...

—Te la lubriqué lo suficiente como para que no me duela tanto —susurró con picardía mordiéndole el lóbulo de la oreja para luego lamérselo, haciéndole soltar un gemido contenido.

Dicho esto y sin demorar mucho más, tomó con una mano su miembro y comenzó a metérselo lentamente sintiendo como iba rasgándole el interior, hasta que pronto lo tuvo bien en el fondo.

Ambos gimieron al unísono, gozaban por igual.

Entonces comenzaron las subidas y bajadas, primero lentas hasta que las paredes internas de Sasuke se fueran dilatando y acostumbrando a la intromisión, y luego se tornaron cada vez más fuertes.

Sus cuerpos se complementaban a la perfección, sus pieles igual de suaves y sus miradas tan profundas y similares. Había tanto en común entre ellos, como un lazo espcial que se hacía más fuerte e intenso con cada roce y beso que se regalaban.

Y luego de unos cuantos minutos, cambiaron de posición volviendo Sasuke a ser el de abajo abriendo sus piernas para recibir una vez más a su amante.

Itachi lo penetró con ímpetu llegándole hasta lo más profundo de su canal...una y otra y otra vez profanaba aquel cuerpo que nunca debió de tocar. Maldijo el hecho de estar gustándole tanto...

Y por la boca de Sasuke comenzaban a escaparse gemidos y gruñidos que parecían querer rasgarle las cuerdas vocales, estaba disfrutando como nunca, y fue entonces que Itachi le tapó la boca con una mano. Si bien nadie podía oírles gritar de placer, era él mismo quien no podía permitirse escuchar el goce que le provocaba a su hermano por estar cogiéndolo. El morbo por saber lo que producía en él con cada estocada que le daba le encendía a niveles inimaginables, con la culpa elevándose a la par.

Y así continuó metiéndole su miembro hasta tocar aquel punto donde Sasuke no lo soportó más terminando por venirse en medio de ambos abdómenes, ahogando un grito en la boca de Itachi, quien había vuelto a besarle, al no poder expresarlo como corresponde, tan sólo dejando que su cuerpo convulsionase por aquel grandioso orgasmo.

Al cabo de unos segundos, luego de que sus paredes internas aprisionaran involuntariamente su miembro, fue Itachi quien acabó de una última fuerte estocada mojándole con su cálido semen.

Una vez que se vació por completo, salió de su cuerpo y se dejó caer agotado boca abajo a su lado dejando que su mejilla tocase la almohada.

Ambos intentaban recuperarse de lo vivido, les había fascinado por igual.

Sasuke sentía como el semen comenzaba a escurrirse entre sus nalgas y muslos, estaba feliz por haberlo hecho con el hombre que actualmente apreciaba.

Entonces tras recuperar un poco el aliento se giró hacia Itachi como si fuera a abrazarlo por detrás casi subiéndose sobre él y fue dándole pequeños besos en el hombro, ante lo cual el Uchiha cerró los ojos con serenidad por la dulce forma en que era tratado. Sasuke le encantaba más de lo que podía admitir...

—Gracias, Itachi...—le susurró tiernamente a la vez que apoyaba su mejilla sobre la zona de su omóplato y hombro, y se relajó allí.

—¿Por qué?

—Por haber aparecido en mi vida...— comfesó sonriente.

Itachi sonrió también, pero no duró demasiado al pensar en el error que había cometido al tener relaciones con su hermano. Aunque ya no había marcha atrás...

Y fue así que ambos, manteniendo sus ojos cerrados, se quedaron dormidos al sentirse extrañamente a gusto sintiendo el calor corpóreo del otro.

Sasuke no había planeado quedarse a dormir en la casa de su jefe pero el agotamiento físico había sido mayor, sólo esperaba que Naruto no se preocupara demasiado.

De seguro mañana le llenaría a preguntas como si de un padre se tratase, él siempre había sido muy sobreprotector. Aún así lo quería tal cual es, se alegraba de tener un hermano tan bueno como aquel rubio. No lo cambiaría por nada en el mundo...

Pero lo que sí debería de cambiar son sus sentimientos por Itachi, siendo éste el último hombre en el mundo de quién debe enamorarse. Y lo mismo aplicaba para el pelilargo, el cual se había regocijado muchísimo al tener sexo con la persona equivocada, comenzando a crear un afianzamiento enfermizo con su hermano...

Aunque el caso de Sasuke era distinto al suyo, ¿cómo él va a modificar un error del cual no es verdaderamente consciente?

No le cabe ni la más remota sospecha de que se había entregado en cuerpo y alma a su hermano mayor...

•••

Al día siguiente Itachi despertó a causa del sonido del timbre.

Al abrir sus ojos notó que su hermano dormía plácidamente abrazado a él ocultando el rostro en su pecho, algo que le pareció sumamente tierno. Si pudiera lo tendría entre sus brazos por siempre...

No podía creer cómo alguien que anoche había sacado su lado más salvaje e impuro, ahora resultara ser lo más dulce del mundo, al menos así lo veía él.

Con cuidado de no despertarle, fue removiéndose para poder levantarse y, una vez que lo logró, tomó el primer pantalón y bóxer que tuvo a mano (ya que sus ropas estaban desparramadas por todo el camino hacia su habitación) para dirigirse hacia la entrada de su casa.

No tenía idea de quién podría visitarle un domingo por la mañana.

Se miró rápidamente al espejo que yacía colgado sobre la pared cerca de la puerta para acomodarse un poco el cabello y tras aclararse la voz, se dispuso abrir.

Enorme fue su asombro al encontrarse con la última persona que esperaba ver allí.

—Hola, hijo —le saludaron con una amable sonrisa manteniendo su postura de mujer reservada y serena.

—Madre...— su corazón comenzó a latir muy rápido —. ¿Q-qué haces aquí? 

—Lamento aparecer así, pero debo advertirte de algo muy importante y no podía hacerlo por teléfono...— explicó dando un paso pretendiendo que se hiciera a un lado para que le dejase pasar, pero Itachi no se movió ni un ápice, incluso entrecerró más la puerta para evitar que se metiera en la casa.

No podía permitírselo, sino terminaría enterándose de que Sasuke estaba durmiendo en su cama totalmente desnudo, no había que ser muy inteligente para saber que habían tenido sexo (además del desorden que habían dejado por la casa).

Y no sólo se descubriría que su hijo mayor se revolcaba con hombres sino que además lo había hecho con su otro hijo, eso sólo le produciría un ataque de nervios a su madre.

—Hijo, ¿vas a invitarme a pasar o no? —insistió ella al ver que él no se apartaba, tan sólo se mantenía petrificado mirándole con miedo —. ¿Te pasa algo? ¿Acaso tienes compañía?

—Pues...

Itachi tragó pesado y sintió como la respiración se le agitaba, tenía que pensar cómo salir de esta situación. Ni Sasuke ni su madre, bajo ningún punto de vista, podían verse ahora.

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