FBI

By jayus_97

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La agente especial del FBI, Cody Wexler, y su compañero Nicholas Swanson, tienen como misión encontrar y mant... More

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By jayus_97

En algún lugar al sur de Canadá

31 de marzo de 2021, 10:28 a.m.

Casa de seguridad

Cody escucha risas desde la planta baja atravesar la espesa neblina del sueño que la envuelve. Parpadea un par de veces y le cuesta reconocer donde está, hasta que una lengua muy húmeda le lame la cara y la peluda cabeza de Rex aparece frente sus ojos. Le sonríe y se acurruca con el perro.

-Hola, amigo -susurra en su tono de voz ronca.

El perro lanza un ladrido y Cody sonríe perezosamente. .

-Veo que ya despertaste, hermana -la agente gira su cabeza al reconocer la voz de su hermano y lo encuentra recostado en la entrada de la habitación con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón-. Todos hemos desayunado ya, pero no te preocupes que tu linda Blair ha empezado a preparar más panqueques para ti.

-Oye, Isaac -saluda y le da una suave sonrisa mientras se sostiene de los codos-. Qué bueno verte ¿Cómo está Australia?

-Genial -asiente y da unos pasos hacia adelante, adentrándose-, las chicas te han enviado muchos saludos. Extrañan surfear con la tía C.

-Yo también las extraño.

Cody se desliza fuera de las sábanas y toma su celular de la mesita de noche donde seguramente Blair lo puso a cargar cuando despertó esa mañana. Hala un poco el aparato para desengancharlo del cargador y la pantalla cobra vida permitiéndole ver la hora. Ésta si era una nueva racha.

-Woow -murmura sorprendida y se rasca la nuca.

-Sí, la pelirroja no nos permitió despertarte antes -dice él en un tono divertido-. La verdad me alegra que se preocupe tanto por ti.

Cody asiente y deja escapar un bostezo cansado. Hace cálculos mentales y se da cuenta que ha dormido poco más de doce horas, aparentemente, pero su cuerpo sigue magullado por las horas de viaje y el poco descanso que ha tenido los últimos meses. Rex se sacude a su lado y le vuelve a lamer la cara, haciéndola reír.

-Tu desayuno estará listo en poco, ve a lavarte la cara y baja -avisa-. Ya me he encargado de revisar la seguridad cibernética de la cabaña y está todo bajo control, también nos hemos puesto al día sobre nuestras vidas los últimos tres años, y Nick se ha enojado por ser el único en no tener idea de nada -encoge un hombro mientras le recapitula las últimas horas-, aunque Ryan le dijo que el también acababa de enterarse.

-Genial, creí que ya lo habíamos aclarado -bufa divertida.

Su hermano le sonríe y luego la señala con un divertido gesto de seriedad.

-Apresúrate, o si no ella vendrá a arrastrarte fuera de la cama para que desayunes algo -le advierte-. Y tú, muchacho -se dirige a Rex, que lo mira enseguida con total atención-, será mejor que vayas por tu comida también.

No tiene que repetírselo, porque Rex salta de la cama y lo rodea para correr fuera del dormitorio e ir por su preciada comida. Cody niega y escucha a su hermano reír.

-Parece que él es capaz de abandonarte por un gigante tazón de comida y una linda pelirroja.

-Ya lo veo -Cody asiente-. Lo bueno es que su deber es proteger a la linda pelirroja y no a mí.

Isaac asiente y da un paso hacia atrás.

-Entonces, te esperamos abajo -señala con la barbilla-. Hay mucho trabajo que hacer.

Cody vuelve a asentir y lo ve salir de la habitación. Se levanta de un empujón de la cama, y aparentemente calcula mal su fuerza porque se balancea hasta tropezar con sus zapatillas, pero la mesita de noche le impide irse de cabeza al piso de madera. Enderezándose, Cody lanza un suspiro y agita una mano frente a su cara, tratando de quitarse todo el cansancio y sueño del cuerpo.

Salpica agua en su cara y se recoge el cabello en una coleta. Va hasta su maleta y saca unos joggers junto a una camiseta blanca básica y se quita el pijama. Sus pies descalzos se deslizan por la alfombra que cubre el piso de madera en el pasillo del segundo piso, y baja los escalones cuidadosamente, con su mano escurriéndose en el barandal. Encuentra a sus amigos conversando en la pequeña sala y a Isaac concentrado en su computadora portátil.

-Hola capi -Ryan le sonríe y se acerca para atraparla en un abrazo-, es bueno ver tu cara ruda después de tanto.

-Bájame ahora, Ryan -ordena en un tono fuerte, pero él echa la cabeza hacia atrás y ríe.

-Como digas.

Entonces abre los brazos y Cody por poco evita irse de cabeza, otra vez.

-Hey, apenas estoy despierta -le gruñe de brazos cruzados. Pero la fachada no le dura mucho, porque ella también ha extrañado tener a su equipo cerca, así que una pequeña sonrisa nace en la comisura izquierda de sus labios-. Y yo también he extrañado verte, fortachón.

-Nos hemos portado bien con tu chica, capi.

Cody pone los ojos en blanco y se da la vuelta para ir a la cocina. Los oye reír y luego un golpe la hace detenerse. Ryan grita un repetitivo "estoy bien" y ella niega con una sonrisa divertida en su rostro y continúa caminando.

Se detiene cerca de la cocina y encuentra a Blair preparando panqueques mientras balancea sus caderas al ritmo de una canción que está tarareando, y le recuerda mucho a las mañanas en que ella se levantaba mucho antes de la cama para prepararle el desayuno antes de que se fuera a trabajar. Rex, en una esquina, combina su atención entre su enorme plato de comida y la exuberante pelirroja que los tiene locos a ambos.

La sonrisa de la pequeña agente disminuye hasta ser casi imperceptible con sus labios entreabiertos y su mirada llena de admiración. Cody apuesta que, si pudiera ver sus ojos ahora, se encontraría con un brillo indescriptible. Porque ella sabe que es uno de los efectos que Blair Hollis causa en ella. Y Cody sabe que quiere momentos así por el resto de su vida, quiere vivir envuelta en todos los maravillosos efectos y sentimientos que Blair le proporciona con una sola mirada o una sonrisa tierna.

Quiere tomarla de la mano y besarla como si no hubiera un mañana.

Quiere ser todo para Blair, y que Blair sea su todo por los años que les restan de vida.

Y nunca pensó que estaría tan de acuerdo con algo así, hasta que ella apareció.

-Oye -la voz divertida de la pelirroja llama su atención y Cody la mira, encontrándose con una hermosa sonrisa-, ¿Cuánto llevas ahí?

Encogiéndose de hombros, Cody da un paso hacia adelante y esconde las manos en los bolsillos de su jogger. Ve a Rex echarse contra el piso y soltar un bostezo que la hace reír.

-Solo unos segundos -le responde-, Rex y yo nos hemos quedado hipnotizados por tus movimientos.

-Ah, ¿sí? -bromea Blair, volviendo su atención al sartén-. Tengo muchos más, por si te interesa saber.

-Oh, sí que me interesa -asiente Cody y se acerca para darle un beso en la mejilla.

-Soy una experta en el paso del robot.

Cody niega con una sonrisa divertida.

-Buenos días, y gracias por dejarme dormir tanto.

Encogiendo un hombro, Blair toma el panqueque con la espátula y lo lleva hasta la cima del plato. Luego coloca arándanos y fresas a un lado y gira su cabeza para encontrarse con esos ojos azul grisáceo que tanto adora.

-De nada -susurra y señala el plato con un movimiento de su barbilla antes de moverse hasta el refrigerador-, realmente lo necesitabas.

Cody toma el plato entre sus manos y se acerca a la isla de la cocina donde se deja caer sobre el taburete y espera a Blair. La pelirroja aparece con un tenedor en su mano derecha, y la miel de maple en su mano izquierda.

-Y gracias por el desayuno.

Blair coloca su codo sobre la mesa y posa su barbilla en su mano hecha un puño mientras ve, con una sonrisa divertida y cariñosa, a la pequeña morena devorar esa torre de seis panqueques.

-Conoces el camino a mi corazón, sin duda roja -murmura con la boca llena de fruta.

La pelirroja niega y estira su mano para atrapar la jarra de jugo y el vaso, y luego lo desliza a Cody que lo agradece con una sonrisa manchada de miel.

-Déjame limpiar tu cara -susurra Blair agarrando una servilleta de la mesa. Sostiene a Cody de la barbilla y frota la tela por sus labios con extrema cautela-. Eres como una niña pequeña.

Cody lleva su mano hasta el codo de la pelirroja y luego desliza sus dedos a lo largo de su brazo en pequeñas caricias. La mano de Blair se detiene y sus ojos van directamente a ese azul acero que la miran como si fuera la mujer más hermosa del planeta, y le causa un escalofrío en todo el cuerpo.

-Extrañaba tus panqueques -le susurra.

-Bueno, yo extrañaba preparar el desayuno a una muy gruñona agente del FBI -responde con una sonrisa divertida y frota por última vez la servilleta antes de dejar caer su mano.

Cody exhala una sonrisa y desliza sus dedos hasta la sonrojada mejilla de Blair.

-Los últimos días he estado recordando lo mucho que te he extrañado en mi vida -confiesa-, lo mucho que he extrañado verte en mi cocina preparando el desayuno, o en mi sala leyendo alguno de mis libros, o en el balcón hablándole a las plantas.

-¿No las has dejado morir?

-Créeme, Nick y yo hicimos todo lo posible, pero la jardinería no es lo nuestro -responde con una mueca.

-Son un desastre -asegura la pelirroja sintiendo el pulgar de Cody acariciar su mejilla.

-Lo confieso, sin ti soy un desastre -asegura-. Te volviste una parte importante de mi vida en pocos meses.

-Y tú de la mía.

Cody empuja su cuerpo hacia adelante, acercando su rostro al de la pelirroja hasta sentir sus respiraciones mezclándose. Ella podía asegurar ahora que ya habían esperado más que suficiente, y la ansiedad de besar a Blair la estaba matando por dentro. Necesitaba tanto sentir sus labios, como si ellos fueran la cura para su mortal enfermedad.

-Oh, rayos -Blair sonríe divertida al reconocer la voz de su amiga, y no se sorprende para nada que hayan sido interrumpidas. Otra vez-. Lo siento capi.

Echando la cabeza hacía atrás, Cody le da una mirada molesta a su rubia amiga y la pelirroja se da cuenta que ya no le divierte tanto las interrupciones.

-Oye, Rachel, no puedo decir que me agrade verte ahora.

-Lo siento -niega y señala en dirección a la sala-, me voy.

Desaparece tan rápido como apareció en primer lugar y Blair escucha a la morena gruñir.

-Ellos no me dejaran llegar a primera base contigo jamás.

Echando la cabeza hacia atrás, Blair suelta una sonora carcajada y se lleva las manos al estómago del divertido dolor que le causa el enojo de Cody. La escucha gruñir nuevamente y Blair niega y estira su mano para atrapar los dedos de la morena y entrelazarlos.

-Oye, no es gracioso.

-Ya lo sé.

-Entonces deja de reírte -reniega.

-Es que eres tan linda cuando te enojas.

-Oye, yo no soy linda ni tierna.

-Ay, no lo niegues -bromea Blair-. Eres la cosa más tierna del mundo.

-Probablemente a Rex le guste escuchar algo parecido -murmura con los dientes apretados mientras utiliza el tenedor para cortar un pedazo de panqueque-, pero a mí no.

-Sé que te gusta, no lo niegues.

Cody se llena la boca de comida y Blair sonríe por su movimiento tan infantil, pero la deja comer tranquila, aunque no le suelta la mano y pasa los siguientes minutos en silencio jugando con los dedos de la morena. Entrelazándolos y separándolos.

-¿Cuánto tiempo llevas con el insomnio de vuelta? -pregunta de repente, sin apartar la mirada de sus manos unidas.

La escucha suspirar, y oye como aleja el plato hasta el centro de la isla.

-Hace como un año -responde-, cuando tuve la última pista que me acercó a la última locación de Joshua.

-¿En Maine?

-¿Nick te habló de eso?

-Si -responde.

Cody asiente.

-Si -afirma-. Isaac me había dado la locación y estuvimos muy cerca, desde entonces mis sospechas de que tenemos un infiltrado se hizo real. He estado buscando y buscando, pero no tengo nada que me lleve hasta un posible sospechoso.

-Creo haber escuchado a Joshua hablar de conocer a alguien importante -recuerda vagamente.

-¿Lo viste alguna vez?

-No -Blair niega-, creo que no. Pero si escuché su voz.

-¿Mencionó alguna vez si esta persona importante era del FBI, o algo así?

Blair vuelve a negar.

-No, solo dijo que le ayudaría a hacer llegar una embarcación sin levantar sospechas -responde-. Y eso fue como un año antes de que nos conociéramos, así que si hubiese sabido que era del FBI te lo habría dicho.

-Él es muy cuidadoso.

-Mucho más que su padre -Blair asiente-, es muy calculador y despiadado. Nunca se la pasa nada por alto.

Cody siente la mano de la pelirroja apretar la suya con fuerza. La encuentra con la mirada perdida y llena de pánico, entonces la acerca a su cuerpo y la abraza.

-Tranquila, no permitiré que él se acerque a ti.

-Tampoco quiero que te hagan daño.

Blair la ve negar y siente sus manos acariciar su cabello.

-No nos hará nada, lo prometo -asegura-. Lo atraparemos y estará encerrado hasta el día de su muerte, luego te llevaré a unas vacaciones lejos de todo.

-Me agrada ese plan.

Cody le sonríe.

-Nick nos ha hecho hasta itinerarios.

-Oh, te creo. Por supuesto que te creo -Blair asiente con una sonrisa.

La morena se separa y agarra el tenedor en sus manos.

-¿Crees que si te hago escuchar audios con las voces de los únicos implicados en el caso, podrías reconocer su voz? Entre Nick y yo hemos querido hacer una lista de sospechosos, pero no hemos tenido tiempo y realmente todos son sospechosos para mi ahora.

-Ha pasado un tiempo, pero puedo intentarlo.

-Bien -asiente Cody, pinchando un pedazo de frutilla-. Mi jefe estará haciendo las investigaciones desde dentro, pero sabes que prefiero si estoy al tanto de todo.

-Lo sé -Blair asiente.

-Por eso me he traído todos los archivos que tengo sobre el caso, y le pediré a Isaac que busque la manera de conseguirme esos audios.

-¿Él es todo un profesional con las computadoras, no?

-Mmhhmm -murmura-, él es el nerd y yo soy los puños.

-Ya lo creo -Blair sonríe divertida- ¿Cómo es que nunca me contaste de él?

-¿No lo hice? -pregunta y arruga la ceja.

-No –niega la pelirroja, haciendo que sus rizos cobrizos se balanceen.

-Lo habré olvidado -responde con un encogimiento de hombros.

-¿Cómo olvidas que tienes un hermano? -pregunta con diversión.

-No lo sé -sonríe Cody-, solo lo olvidé.

Blair lo deja pasar y le permite terminar su desayuno, mientras ella disfruta del momento que han creado. Sus manos siguen unidas y Cody se las arregla para comer con una sola mano porque tampoco quiere alejarse de la calidez que le proporcionan los dedos entrelazados de la pelirroja. Nunca había tenido la necesidad de sentir contacto con alguien antes, es algo tan simple, pero a la vez tan acogedor e íntimo el cómo sus dedos juegan los unos con los otros entre caricias y pequeños rasguños.

Habían jugado de esa manera muchas veces en el pasado. Sus caricias nunca llegaban a la insinuación sexual, ni siquiera habían compartido un beso, y no podían negar que la tensión empeoraba cada vez, pero era agradable el saber que una parte de tu cuerpo esta entrelazada a la persona que quieres. Y no solo eran sus manos, sino también sus piernas, que, durante la madrugada, cuando se sumían en abrazos, terminaban enredadas hasta que no podían diferenciar donde iniciaba Cody, y donde terminaba Blair.

Y era algo que les encantaba, ¿Cómo no podría? Si la sola cercanía de la otra las enloquecía hasta el punto de escuchar sus propios corazones latir contra sus tímpanos. La primera vez que despertaron de esa manera fue, en palabras de Blair, vergonzosamente tierno. Ella había despertado primero, y aprovechó los minutos antes que la alarma de la agente sonara para poder observarla. Admiró lo serena que se veía en contraste a la seria y agitada morena que había conocido el primer día, no había ceños fruncidos ni mirada amenazadora. Solo un tranquilo rostro. Luego, cuando fue despertando, sintió como apretaba los brazos que le rodeaban la cintura y la vio sonreír.

Pero cuando sus ojos se abrieron, fue una historia distinta. Cody tardó unos largos diez segundos en captar el cuerpo pegado al suyo y los brazos y piernas enredadas a las suyas. Terminó dando vueltas en la cama y enredándose con las sábanas, lo que la llevó a caer de cabeza al piso de donde no tardó en levantarse y dar una enorme zancada lejos de la cama y la rubia que la miraba con las manos cubriendo su boca y unos ojos llenos de preocupación.

Blair la escuchó disculparse entre tartamudeos, lo que finalmente la hizo reír divertida por lo que había sucedido mientras el pálido rostro de la agente enrojecía desde el cuello hasta la raíz de su cabello. Cody salió esa mañana de la habitación prometiendo que no volvería a suceder, pero aparentemente, sus cuerpos no estaban de acuerdo porque se buscaban durante la madrugada y a la mañana siguiente tenían una escena parecida. Hasta que Cody dejó de alejarse.

Cuando se marchó a Baltimore, sus primeras noches estaban llenas de insomnio. Imaginaba el momento en que Cody tocaría a su puerta y la llevaría de vuelta a Washington con ella. Otras noches el temor se apoderaba de ella y terminaba despertando agitada en la madrugada, con el cuerpo empapado de sudor y temblando por la recurrente pesadilla que la atormentaba, donde Joshua no solo conseguía encontrarla, sino que asesinaba a la morena.

Después de dos meses y no tener una llamada o un mensaje, supo que Cody tardaría un tiempo en cumplir su promesa. Entonces decidió aprovechar su nueva vida, aplicó para varios empleos gracias a las referencias que Cody le había dado, y cuando lo obtuvo, se pintó el cabello para tener un buen comienzo.

Sabía que la morena cuidaba de ella. Nunca la vio, pero su cuerpo parecía sentir su cercanía. Siempre la sentía. Su corazón se aceleraba y un escalofrío le recorría de pies a cabeza sin razón alguna, luego volvía a casa y encontraba una mariposa de origami, o un león. O cualquiera que sea el animal del momento, con alguna nota pegada al refrigerador explicando su significado o halagando su ropa o cabello.

Blair incluso tenía una caja en la que conservaba con extremo cuidado cada uno de esos obsequios.

La mano de Cody le da un apretón en la mano, buscando tener su atención. Blair la encuentra, mirándola con detenido interés y ese brillo característico en sus ojos, le da esa sonrisa de marca registrada, con ojos achinados incluidos. La pelirroja se la devuelve y se acerca a besarle la mejilla.

-Vamos, hay que ponerse al día.

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Bad Blood By ty

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