Maratón 1/3.
De camino a casa voy pensando en todo lo sucedido hoy, en mis amigos, en el proyecto y en él estúpido de Kim TaeHyung, este último ocupa la mayoría de mis pensamientos en este momento.
No entiendo el porqué de su actitud, por un momento es bueno, atento y cariñoso y luego actúa de una manera posesiva y tóxica, contrarresta todas las acciones buenas que tiene conmigo y me confunde, porque no sé a dónde quiere llegar con todo esto.
El frío de la ciudad me cala en los huesos y me hace temblar ligeramente, justo hoy decidí no traer ningún abrigo porque hacía calor de día, pero el clima siempre me juega en contra y esta vez sé que fui idiota en no confiar en mí instinto.
Agarro fuertemente mí mochila colgada en mí hombro y camino rápidamente hacía mí departamento que se encuentra a una cuadra, apesar de que son las ocho de la noche, la calle se encuentra desierta lo cual me parece extraño, siendo un día entre semana tendría que haber tráfico, le resto importancia y apresuro el paso.
Siento un mal presentimiento en mí interior así que decido quitarme los auriculares para estar más atenta a mí alrededor, cuando estoy a media cuadra, escucho unas risas masculinas y me entra el pánico, yo sola, en medio de la noche en una calle desolada con hombres aparentemente borrachos no es una buena combinación.
Siento pasos detrás de mí así que me dispongo a correr, las piernas me tiemblan ligeramente pero no paro hasta llegar hasta la puerta de mí edificio y saludar al portero que me mira con una expresión de confusión y preocupación.
—¿Se encuentra bien, señorita?—me observa con cuidado y se toma la molestia de acercarse, él se llama Juyeon por lo que tengo entendido, es amable y siempre hace bien su trabajo.
—S-sí, solo vine corriendo, sentí que alguien me estaba siguiendo, ya estoy mejor—le sonrío lo más amable posible y luego de asegurarle que estoy en perfecto estado, subo las escaleras para ir a mí apartamento.
Una vez enfrente a mí puerta, saco mis llaves de mí cartera y abro, apenas entro me quito mis zapatillas y las cambio por una para usar en casa. La sala se encuentra solitaria, sonrío porque puede que haya una posibilidad de que tenga la casa para mí sola y eso es algo magnífico.
Camino con lentitud hacía mí habitación y una vez allí, me despojo de mí ropa para poder darme una buena ducha caliente para aliviar la tensión acumulada en mis hombros y cuello.
Ya limpia y relajada, voy hasta la cocina para prepararme un café con unas galletitas para mirar mi serie como todos los días, pero siempre tiene que pasar algo para que yo no pueda cumplir con mí rutina.
Mí teléfono suena y hago una mueca de fastidio, dejo que suene hasta que la otra persona finaliza la llamada.
Sonrío feliz y me siento en el sofá mientras dejo mí comida en la mesita del frente hasta que el teléfono suena nuevamente, grito de la frustración y atiendo la llamada claramente molesta.
El nombre de Mark ilumina la pantalla y frunzo el ceño ligeramente, ¿y a este joto qué le sucede?
—Ayo, what's up, ¿te interrumpí?
Mark, estaba en el medio de una serie comiendo mí merienda, sí me interrumpiste, pero ya, ¿sucede algo?Nunca me llamas a esta hora.—
—Sí, en realidad era para hacerte una propuesta, te necesito como amiga, por favor.
¿Qué necesitas? Mientras no sea nada ilegal, puedo ayudarte.—
—Mmmh no es nada raro, solo que, bueno, ¿te acuerdas que te conté de Yuta hyung? El chico con el que estoy saliendo, es amigo de tú chico, Kim TaeHyung, ellos hablaron y bueno, Yuta me contó que tiene planeado una cita doble.
Que bien, me alegro mucho, ¿y con quién vas a ir a la cita doble? No entiendo para que mierda me necesitas, Mork.—
—Deja de decirme Mork joder, y, ¿pero tú eres estúpida o no te da para procesar lo que estoy diciendo? TE NECESITO A TI, QUE TÚ VAYAS CON KIM TAEHYUNG A LA CITA DOBLE.
Stop, espera, ¿qué? MARK, CARAJO, ¿POR QUÉ MIERDA ME METISTE EN ESTE PROBLEMA? NO QUIERO IR, NEGATIVO.—
—HYUN SU, REINA MÍA, POR FAVOR, TE PIDO DE RODILLAS QUE VAYAS CONMIGO, HARÉ LO QUE TÚ QUIERAS, POR FAVOOOOOR.
Mark, es que, joder, no estoy en condiciones para ir con Kim en este momento.—
—Te pido por favor, solo por esta vez, sino Yuta se va a poner intenso, una vez que quiere algo, no para hasta conseguirlo.
Voy a hablar con TaeHyung, intentaré ir, ¿si? No prometo nada, pero me vas a deber una grande, Mark Lee.—
—Lo que desees, reina, ahora, mañana a las 8pm en el restaurante que está a dos cuadras de mí apartamento, el que es medio lujoso, ya hemos ido antes así que supongo que lo vas a reconocer, la reserva está en nombre de Nakamoto Yuta.
¿O SEA QUÉ YA TENÍA UNA RESERVA?¿SI YO NO ACEPTABA IR, QUÉ HACÍAS? DIOS MARK, YO TE VOY A MATAR—
—Yo sabía que ibas a aceptar así que no hay problema.
Pequeño hijo de puta, tienes suerte que eres mí amigo y te adoro, te dejo, voy a seguir mirando la serie, nos vemos mañana.—
—Yo también te adoro, Su, nos vemos, cuídate, perra.
Termino la llamada y apoyo mí cabeza en el respaldo, cierro los ojos y trato de verle el lado positivo a la situación.
Al menos sé qué hago esto por mí amigo y su pareja, voy a intentar hablar con TaeHyung y llegar a un acuerdo sobre como debemos actuar, claramente esto es incómodo para mí, pues él y yo no estamos saliendo ni somos pareja, y por como va el camino tampoco creo que lleguemos a ser algo más que solo sexo.
Y creo que eso está bien, sería medio difícil el ser algo de TaeHyung, no sé si es lo suficientemente maduro como para poder afrontar el compromiso y mantener la monogamia conmigo.
Respiro hondo y exhalo lentamente, esto va a ser difícil.
Le pongo continuar a la serie hasta que siento tres toques en mí puerta, tiro el control fuerte contra el sofá y me levanto resignada y enojada, hoy por fin que tengo el tiempo para mí, todo el mundo me interrumpe.
Camino hasta la puerta y la abro, no me interesa que la otra persona se fije en mí aspecto, claramente mí ropa de casa no es la mejor, una remera negra larga que me llega hasta los muslos, mis calcetines largos hasta la rodilla y mis bragas, nada más.
Detrás de la puerta estaba nada más y nada menos que Byun BaekHyun, mí querido amigo. Me mira de arriba a bajo para luego subir su mirada a mis ojos con clara sorpresa.
—Hola, hermosa, ¿estás son maneras de recibirme?—lo miro con cara de asesina antes de tirarme hacía sus brazos, lo extrañaba muchísimo.
—Maldito hijo de perra, al fin te dignas a venir a verme, te extrañé—sus fuertes brazos se envuelven en mí cintura y me presiona contra su cuerpo.
—Perdona, bonita, he estado bastante ocupado por mí trabajo, ya sabes, ser el jefe de una empresa no es fácil, pero cuéntame tú, ¿cómo te lleva la vida?—camina conmigo en sus brazos mientras se quita sus zapatos en la entrada, luego cierra la puerta de una patada y nos lleva hasta el sofá para luego dejarse caer de espaldas conmigo encima.
Me separo para poder verlo y le sonrío en grande.
—No pasa nada, oppa, he estado bien, estudiando y trabajando, nada más, aunque actualmente el estrés que tengo es grande—me mira con preocupación para luego dejar una caricia en mí mejilla.
—Ya te he dicho que trates de manejar el estrés, no es bueno que a tú edad te sientas de esa manera, Su, ¿por qué no tratas de relajarte un rato? Puedo cocinarte algo rico y luego miramos una película—me sonríe con dulzura para luego dejar un beso en mí cabeza.
Asiento a su pregunta y él camina hacia la cocina para preparar algo para ambos. En estos momentos agradezco tener un amigo como él, siempre está ahí apoyándome en cualquier cosa que necesite, y yo a él también claramente, pero como es más grande que yo, a veces siento que parezco muy niña a su lado.
Su grito me llama desde la cocina y camino hacia allí rápidamente, él está de espaldas a mí con la mitad del cuerpo metido en la heladera buscando comida. Yo me río y me acerco para acariciarle la espalda.
—Oppa, ¿qué haces? Pareces un muerto de hambre con casi todo el cuerpo metido en la heladera—escucho su risa y se gira para mirarme.
—Es que Su, no tienes una mierda de comida, ¿qué es lo que comes siempre? No me jodas que pasas comiendo cosas instantáneas—hago una mueca que me deja en evidencia que sí hago eso.
Él suspira resignado y se levanta del suelo.
—Bueno, pediré comida italiana, ya que no hay nada aquí, la próxima vez voy a venir más temprano y te voy acompañar para llenar tu alacena, ¿entendido?—ruedo los ojos y sonrío mientras asiento.
—Dios, Baek, pareces mí padre—me mira para luego levantar las cejas con una expresión difícil de descifrar.
—Eso sería muy turbio ya que bueno, te he follado muchas veces, oh, tengo una idea, ¿y sí me dices papi cada vez que follemos?—mi expresión cambia a horror y le pego un manotazo en el hombro.
—¡No seas idiota, Byun BaekHyun! Dios mío, solo a ti se te ocurren esas cosas—escucho su ronca risa para luego sentir sus manos abrazar mí cintura.
—Pero es que venga, tú vestida de esa manera no ayudas en nada, no es culpa mía que estés follable, pero ya, vayamos a pedir la comida, bonita.
Lo miro con asombro ante su confesión y me quedo parada a su lado, él se da cuenta y se ríe para luego tirar de mis brazos y llevarme con él.
Caminamos hacía la sala de estar y nos sentamos juntos mientras él hace el pedido. Al fin y al cabo mí noche terminó de buena manera.
Pateo el suelo por enésima vez, la molestia recorre mí cuerpo y estoy apunto de irme a mí casa de no ser por la promesa que le hice a mí amigo.
Camino por el edificio y maldigo mentalmente porque no hay escaleras para subir, tengo que usar el ascensor sabiendo que lamentablemente les tengo miedo.
Lo dejo de lado y pulso el piso de Kim para luego esperar pacientemente a que llegue, una vez allí, me dirijo a su puerta y toco tres veces, no voy a negar que estoy nerviosa hasta la mierda, ayer TaeHyung y yo no terminamos de buena manera, él por ser estúpido con sus actitudes de tóxico.
La puerta se abre y un Kim aparece allí, está vestido con una camisa negra que tiene los tres botones de arriba desprendidos, un jean negro ajustado a sus piernas y unas vans rojas, los aretes en sus orejas más los anillos y cadenas que adoran en su cuello hacen que el conjunto sea una obra de arte.
Suspiro mentalmente y prosigo a mirarlo a los ojos mientras le dedico una pequeña sonrisa. Él por su parte, sonríe juguetón para luego pasar una mano por mí nuca y jalar de mí para darme un beso en los labios.
Soy tan débil con él que no puedo negarme a sus deseables labios así que acepto gustosa el beso que me está dando. No es fuerte ni apasionado, todo lo contrario, es delicado y dulce contrarrestando su actitud de ayer.
Una vez que nos separamos apoya su frente contra la mía y suspira dejándome oler su aliento, menta y alcohol, una combinación letal.
—Buenas noches, preciosa—deja un casto beso en mí mejilla y se aleja de mí.
—Buenas noches, TaeHyung—nos miramos mutuamente hasta que yo corto la tensión y me adentro a su departamento.
Él me sigue y caminamos hasta su sala de estar, todo a mí alrededor se ve limpio y pulcro, sigo sorprendiéndome cada vez que vengo a su casa, la originalidad y creatividad que tiene a la hora de decorarlo me fascina de mil maneras posibles.
—Ya nos vamos, espérame aquí que olvidé algo en mí habitación, ya regreso—asiento y veo como desaparece por el pasillo.
Recorro la pared que está llena de cuadros con fotos viejas de él, en varias imágenes aparece con sus papás, hermanos y familiares. Dos chicos me llaman la atención y me quedo observando la foto, ellos dos están a los costados de TaeHyung, mientras se abrazan y sonríen en la foto.
Siento unos brazos rodearme desde atrás y una barbilla que se apoya en mí hombro. Los dedos de Tae se dirigen a la imágen que estaba mirando y acaricia el cristal con sentimiento.
—Ellos dos son mis hermanos, Kim YugYeom y Kim SunWoo, yo soy el mayor de los tres, hace mucho tiempo que no sé nada de ellos, papá y mamá no me permitieron verlos por mucho tiempo—sonríe con melancolía y luego se separa de mí.
—¿Por qué no te permitieron verlos?—con timidez pregunto y veo en sus ojos un destello de tristeza, sé que no debo ir por ese camino así que me callo y no pregunto más nada.
Lo tomo de la mano y caminamos juntos hasta la puerta, todo sin decir una palabra. La tensión palpita en el aire y sé que la cagué cuando pregunté eso.
Él no dice nada y eso me pone más nerviosa, lo observo mientras bajamos en el ascensor en silencio, no sé que pasa por su cabeza y quiero descubrirlo pero a la vez no, porque no es un problema mío.
—Hyun Su—su voz retumba en mis oídos y lo miro atentamente—¿qué sucede?—me acaricia el dorso de la mano y me observa con desasosiego.
—Perdón—es lo primero que sale de mí garganta, sinceramente me siento culpable por haber preguntado algo que no debí, simplemente me pasa por meterme en asuntos que no me incumben.
—Dulzura, ¿por qué te disculpas? No hiciste nada malo—me sonríe pero hay un altibajo de confusión en su mirada.
—No debí haber hecho esa pregunta, no es de mí incumbencia, creo que te pusiste incómodo o no te gustó y bueno, quiero pedirte disculpas—escucho su suave risa para luego sentir como sus brazos me envuelven.
—No hagas eso, tú no estuviste mal, yo sí, no me enojé ni me puse incómodo, a veces cuando pienso en el pasado actúo de esta manera, pero no eres tú, soy yo—me observa con ternura para luego dejar un besito en mí nariz.
Sonrío y asiento, al menos ahora me quedo más tranquila de que no cagué nada y todo sigue bien. Espero que esta noche salga todo perfecto. Nada puede salir mal.
¿No?
Disfruten la lectura.
Con amor;
—Lua✨.