Prisionera de Vlad Sarkov

By NatsZero

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Cuando la joven Samantha Reyes llegó a trabajar como maestra particular del hijo menor de la acaudalada famil... More

Booktrailer
I La esperanza de la familia
Casting
II Ojos prohibidos
III Cambio de rubro
IV Una tacita de café
V El valor de un minuto
VI Llámame amo
VII Cuestión de pijamas
VIII Jefe irrazonable
IX Cambio de condena
X Masaje de emergencia
XI La madre del diablo
XII Un plan tras otro
XIII Almuerzo de la discordia
XIV Demasiado breve
XV Accidentes que pasan
XVI No a las drogas
XVII Lejana libertad
XVIII En busca de un milagro I
XIX En busca de un milagro II
XX El sabor del karma
XXI De vuelta al inicio
XXII Inevitable destino
XXIII Fuga de memorias
XXV Dulcemente perverso
XXVI El beso del demonio
XXVII Gratificaciones
XXVIII Maneras de divertirse
XXIX El padre del demonio
XXX Doble agente
XXXI Derechos humanos
XXXII Cupido negro
XXXIII Cadáver viviente
XXXIV Posesión demoniaca
XXXV Profesionales calificados
XXXVI Malos novios
XXXVII Palabras prohibidas
XXXVIII Recuerda tu lugar
XXXIX Esperanza de vida
XL Amo perverso I
XLI Amo perverso II
XLII Practica tus aprendizajes
XLIII Confiesa tu crimen
XLIV Sueños que dan insomnio
XLV Cuestión de gustos
XLVI Descansar, ni pensarlo
XLVII Intercambio comercial
XLVIII Por los viejos tiempos
XLIX ¿De quién es su corazón?
L Sueños proféticos
LI Maravillas secretas
LII Los reflejos en el pozo
LIII Habilidades manuales
LIV Sirvienta profesional
LV La que hace milagros
LVI Peticiones innombrables
LVII Anhelos imborrables
LVIII Sin vergüenzas
LIX Desobediencia
LX Dichoso castigo
LXI Hasta en las mejores familias I
LXII Hasta en las mejores familias II
LXIII Un recuerdo que no se va
LXIV Códigos de amistad
LXV Latidos de tambor
LXVI Distancia emocional
LXVII El encanto de su magia
LXVIII El nuevo trato
LXIX Llámame Vlad
LXX En evidencia
LXXI Hasta la luna
LXXII Nuevos recuerdos
LXXIII ¿Cómo hallar paz?
LXXIV El día más triste y feliz
LXXV Una estrella para ti
LXXVI Memorias del cielo
LXXVII Pequeños secretos
LXXVIII Profecía ineludible
LXXIX En busca de la libertad
LXXX Desafío supremo
LXXXI Convicciones peligrosas
LXXXII Ojo por ojo
LXXXIII El sabor del pecado
LXXXIV Eso no es deporte
LXXXV Regreso
LXXXVI Junto a los ciervos
LXXXVII En el ojo del huracán
LXXXVIII Nuevas pistas
LXXXIX Verdades a medias
XC Noche no tan buena
XCI Alimaña
XCII ¿Quién está celosa?
XCIII Nuevos planes
XCIV Frías apariencias
XCV Perversas influencias
XCVI Una vez más
Parte II
XCVII Prisionero
XCVIII Plan secreto
XCIX Un poco de luz
C El primero en caer
CI Amor mío
CII Aquella noche
CIII Nuevos aliados
CIV Cosas de familia
CV Ira y sorpresa
CVI Pacto
CVII El lado oscuro
CVIII Detective
CIX Secretos revelados
CX Todo por un sueño
CXI La última cena I
CXII La última cena II
CXIII ¿Y el postre?
CXIV Salvación
CXV Liberación
Advertencia
Advertencia 2
Epílogo
Comentarios
Extra: Descendencia perversa
Extra: Otro punto de vista

XXIV Demasiado estrés

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By NatsZero

Samantha preparaba el baño en la tina de hidromasajes como su jefe le había ordenado. Agregó sales y jabón para que quedara burbujeante y relajante. Con la mano probaba la temperatura del agua. No dejaba de pensar en lo que había oído. Lo que más la mortificaba era que quizás la señora tuviera razón y ella fuera la responsable del episodio de amnesia de su jefe. El horrible beso que le había dado pudo haberlo traumatizado. Era difícil de creer, considerando que se comportaba como un tirano despiadado y sin emociones, pero todo era posible.

A la hora indicada fue a esperarlo en la entrada.

—¿Qué te pasó? Luces como si hubieras visto un fantasma.

Ella, toda pálida y temblorosa sólo abrió de par en par sus ojos verdes y balbuceó un no ahogado, como si hablara para adentro en vez de para afuera. Las rarezas con esa mujer nunca acababan, pensó Vlad, yendo a su habitación. A los pocos segundos, Samantha recibió un mensaje para que fuera hasta allí también.

—¡¿En qué estabas pensando?! ¿Cuánto jabón le pusiste al agua?

La espuma se había rebalsado e inundado parte del baño. No paraba de salir.

—Amo… yo… yo lo limpiaré. —Alcanzó a dar unos cuantos pasos cuando sus pies comenzaron a patinar sobre las baldosas jabonosas, perdió el equilibrio y, en su desesperación, se afirmó de Vlad.

Ambos resbalaron y cayeron. Ella sobre su jefe, que se golpeó el trasero y la cabeza. ¡La cabeza!, lamentó Samantha. Esperaba no haberlo dejado peor de lo que ya estaba. Había tenido suerte evadiendo las preguntas del mayordomo que buscaba a Maya, pero de ésta no la salvaba ni todo un ejército de dioses.

—Amo, yo… ¡Lo lamento tanto!

—Me estás aplastando con la rodilla.

Ella le presionaba la entrepierna. Se apartó de un brinco, afirmándose de un estante para no volver a caer.

—Agresión y acoso, Sam ¿Cuál es tu propósito en la vida?

Ella tenía muchos sueños y metas profesionales, grandes aspiraciones por las que se había esforzado mucho. Era estudiosa, dedicada, responsable, quería ser exitosa y formar una familia. Ser feliz y, al envejecer, mirar hacia atrás y decir: no me arrepiento de nada.

—Vi… vivir, amo —dijo, haciendo un puchero.

—No vayas a llorar, ya no eres una niña… Creo que estás muy estresada y tu estrés no es bueno para mi integridad física. Haz que alguien venga a limpiar y me traiga un Martini. Vete a dormir y tómate el día de mañana libre.

—Gra-gracias, amo.

—No me lo agradezcas, se descontará de tu sueldo.

Empapada y adolorida, Samantha caminaba por el pasillo. Ojalá y un día libre le sirviera para relajarse. Cómo podía volver a estar tranquila si cada vez se hallaba más sepultada en problemas. Ahora no sólo debía cuidarse de su jefe, sino de la madre y de ese mayordomo también. Se habían encargado de Su, eso había oído. Qué más podía pensar salvo que el accidente de esquí no había sido tal. Ya iban dos “accidentes” que involucraban a mujeres relacionadas con Vlad Sarkov y comenzaba a sospechar que quizás, su jefe no fuera el responsable.

—Sam, querida ¿Qué te pasó? —preguntó la señora. Se encontraron al pie de la escalera—. Tienes espuma en la ropa ¿Te dabas un baño con Vlad?

—¡No, señora, claro que no! Su hijo es sólo mi jefe y si estoy aquí es porque le debo dinero, nada más. En cuanto mi deuda esté saldada, me iré.

—¿Es así?

—Por supuesto. Si algo me enseñaron mis padres es a conocer mi lugar y a ser prudente. Yo sólo soy una simple sirvienta, no tengo ningún interés en su hijo de ningún tipo.

—Eso es difícil de creer. Vlad es un excelente partido, es guapo, inteligente, adinerado. Cualquier mujer moriría por estar con él.

—¡Yo no quiero morir! —gritó. Hizo una pausa, recomponiéndose—. Yo… yo tengo un novio y estoy muy enamorada de él, no tengo ojos para nadie más que no sea para él, lo amo con todo mi corazón. Es mi primer amor, le entregué mi virginidad y esas cosas no se olvidan. Se llama Julian, mañana tendré una cita con él. —Terminó jadeando y con el corazón martilleándole fuertemente en el pecho.

—¡Eso es maravilloso, querida! —exclamó, sonriendo dulcemente—. Ya decía yo que eras una muchacha bien portada. No descuides a mi Vlad por andar con tu novio.

La mujer se fue tarareando hacia la sala. Su aparente felicidad debía darle algo de tranquilidad, pero se sentía todo, menos tranquila.

〜✿〜


Estaba decidido. No sabía si debía cuidarse de Vlad Sarkov o de su madre así que se cuidaría de ambos. Sería obediente con Vlad, rogando para que no se le ocurrieran obscenidades y le demostraría a la madre que nada tenía que ver con su hijo. Por eso había concretado su cita. Julian estaba disponible y se juntaron a comer.

—¿Buscas a alguien? —le preguntó él mientras esperaban por la comida—. No has dejado de ver en todas direcciones.

—No… sólo… sólo miraba a mi alrededor, es una linda tarde. —Miró por última vez, buscando al mayordomo que sospechaba la había seguido.

Pronto olvidó al mayordomo, olvidó a los Sarkovs y el peligro inminente que la acechaba. Todo lo olvidó viendo los profundos ojos azules de Julian, su ángel. Reía cuando él reía, soñaba cuando él le hablaba y se humedecía los labios cuando miraba los suyos. La cena acabó y fueron al auto que Julian tenía estacionado. Tenía él un conductor y se sentaron ambos atrás.

—Ha sido un almuerzo magnífico, Sam. Quisiera que volviera a repetirse pronto. —La miró fijamente a los ojos, como si fuera lo más maravilloso que hubiera visto en su vida, así lo percibió ella.

—Yo también… —dijo, acercándose para probar por fin esos labios que no lograba dejar de mirar.

El auto empezó a avanzar, mientras sus cuerpos agitados no dejaban de besarse con el ardor de quien se hallaba perdido en el desierto, deseoso de agua, de esa energía vital que sólo se conseguía en la comunión con otro ser humano. El apasionado beso de los recién declarados amantes se rompió bruscamente con un potente estruendo. Un camión impactó el auto en el que viajaban, haciéndolo rodar varias veces. Luego, sólo hubo silencio.

**********************************************************

¿Se tratará de un nuevo "accidente"? 😖

¿Cómo reaccionará Vlad cuando sepa que ella tiene un novio?

¡Gracias por leer!

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