Nota; Este es un tipo de Friends..., algo diferente.
Quizás dejé mi cabeza volar un poco más de la cuenta; quizás.
•••
_______________ suspiró mirando por la ventana. Apoyó la mejilla sobre el hombro de Katsuki, y este solo gruñó por su acción. Lo dejó estar, tampoco le molestaba.
Lo que sí le dejaba las pelotas ardiendo, era escuchar a Denki cantar una canción estúpida tras otra para hacer participar a todos los pasajeros del bus.
Odiaba las excursiones con toda su explosiva alma.
-¡Mina se ha hecho pis en el saco de dormir!-exclamó Kaminari en un pegadizo canturreo.
-¿Quién yo?-siguió la chica.
Katsuki comenzaba a gruñir por lo bajo, le sacaba de sus casillas aunque quisiera darle toda su atención al paisaje de fuera. ______________ rio con suavidad y tomó su mano para acariciar el dorso suavemente.
-¡Si tú!-añadió el rubio, esta vez acompañado por Sero.
-¡Yo no fui!
-¿Entonces quién?
Mina observó a su alrededor, hasta que vio la cabellera de Bakugo. Sonrió de lado, con una mirada pilla.
-¡Katsuki!
Denki ni lo dudo.
-¡Katsuki se ha hecho pis en el saco de dorm...!
-Como digas una sola palabra más juro dejarte calvo de un guantazo -amenazó de inmediato el pelo ceniza.
Todo el bus se calló.
(•••)
Un campamento de 3 días junto a la clase B, ¿quién se negaría?
La verdad es que el gran porcentaje fue obligado a ir por sus profesores.
Se instalaron en los templos del lugar, los cuales estaban conectados entre ellos, por un puente que sobrepasaba el río principal del monte. Aquella agua, iba directa al estanque que se encontraba al pie del valle, pero como el invierno estaba a la vuelta de la esquina, nadie se atrevería a bañarse.
Fue un primer día completo. Les enseñaron las instalaciones, comieron, hicieron miles de actividades e incluso aprendieron cientos de artesanías del antiguo Japón.
El entusiasmo que la mayoría no había tenido desde un principio ante la idea del campamento, iba desarrollándose a medida que los tenían entretenidos con cualquier cosa.
Fue así, hasta que llegó la noche. Ambas clases se encontraban alrededor de una amplia fogata, la cual era la única luz de la que se abastecían a parte de la linterna de sus móviles, que obviamente, solo los utilizaban en caso de emergencia.
Denki, Monoma y Kirishima se encontraban terminándose una bolsa de malvaviscos por sí solos. Los tres se entretenían punzando las golosinas en una rama, para hacerlas en el fuego y comérselas.
Sin embargo, cada uno tenía una forma bastante... Curiosa de asarlo.
Mientras que a Kirishima se le chamuscaba a tal punto de echar fuego, Denki lo dejaba como un maldito ladrillo; negro y deshaciéndose en cenizas, dejando a Monoma como el único experto, quién los dejaba en su punto perfecto.
-Jope...-refunfuñó Denki-. Llevo 10 seguidas...-tiró el malvavisco entre los arbustos.
-¡AH!-y un grito retumbó entre los árboles, la misma zona la cual el dulce había aterrizado.
Kirishima y Monoma alzaron la cabeza dirigiéndola hacia el estruendo con curiosidad.
-Es Hanta -habló Mina, apoyando la espalda en uno de los troncos al mismo tiempo que se estiraba gustosamente-. Había salido a mear.
Acto seguido, el nombrado salió a paso robusto y caminó hasta que el fuego iluminó su semblante.
Y el chichón nuevo y palpitante de su cabeza también.
-¡¿Quién ha lanzado una piedra?!-exclamó echando humo por la nariz, señalándose el golpe. Monoma y Kirishima señalaron a Denki.
________________ suspiró, se abrazó a sí misma y se juntó un poco más al cuerpo de Katsuki. Tenía sus piernas sobre las de él, ambos sentados en el mismo tronco tallado en forma de banco. Apoyó la cabeza en su pecho y hundió la nariz en el cuello de su chaqueta, tapando parte de su cara.
-¿Me abrazas?-preguntó casi en un susurro.
Bakugo arrugó la nariz. Odiaba ser cariñoso en público, ya aguantaba demasiado dejándose dar algunos besos por la chica.
-Tienes el fuego chamuscándote en la oreja, dos térmicas, dos pantalones, dos pares de calcetines, una de mis sudaderas y la chaqueta -masculló-¿Y quieres un jodido abrazo?
-Sí.
Gruñó entre dientes, arrugando el entrecejo e intentando intimidarla con aquella mirada explosivamente intensa. Pero sabía que _____________ era inmune ante aquellas amenazas de lenguaje corporal. Así que, exhaló, apartó la vista hacia el fuego y simplemente pasó los brazos por alrededor de la chica para retenerla contra su cuerpo.
Dejando la barbilla sobre su coronilla, la nariz de la (H/C) en el hueco de su cuello, y permitiéndole que sus manitas viajaran por debajo de su abrigo para anclarlas en su lumbar, descubriendo el increíble calor corporal que aguardaba el chaval bajo aquellas prendas.
_______________ sonrió, cerrando los ojos. Ahora sí estaba calentita al 100%
Aizawa se presentó junto a Present Mic y Vlad King, los tres parecían tener varios papeles entre las manos. Papeles desgastados, de periódico seguramente, y acompañados por una grapadora. Cada uno llevaba una.
Parecía que habían acabado de preparar algo, pues guardaron aquellos mismos materiales en sus maletas, las cuales custodiaban Momo y Kendo tras sus espaldas.
-¡Chicos, ha llegado la hora de contar historias de miedo!-exclamó Present Mic, rebosando una increíble ilusión.
Todos se miraron mutuamente. Había sido muy de repente, y por supuesto, habían roto su estado de calma. Más de uno se encontraba a poco de dormirse frente al calor del fuego.
Con lo cual, se juntaron más alrededor de la fogata una vez que los profesores tomaron asiento juntos. Quedaron expectantes, ¿debían hacerlo por turnos?
-¡Yooho!-exclamó TetsuTetsu, tirando la rama con la que estaba haciendo dibujos en la tierra, y yéndose a sentar junto a Kirishima.
-¡Venga!, ¡no os cortéis!, ¡contad la historia de miedo más terrorífica que hayáis escuchado jamás! -animó el rubio, observando a todos sus alumnos impaciente- ¡Hay que entrar en ambiente!
_______________ arrugó la nariz. Alzó la vista para ver a Katsuki, y al parecer este tuvo la misma extrañeza, pues bajó la cabeza para verla también, creando un contacto visual donde sus expresiones de duda fueron idénticas. ¿Crear ambiente?
¿Para qué?
(•••)
No había pasado ni una hora de aquella sesión de terror en medio del bosque, y con la fogata aún resistiendo con fuerza entre ellos. Sin embargo, _______________ tenía agarrado a Kirishima en una de sus piernas, obligándola a romper la cómoda posición que mantenía con el rubio ceniza.
Y no era el único, Sero apretaba la espalda de Kirishima, y Kaminari la de Sero, creando una pequeña cadena de miedosos que rodeaba a la pobre chica por su lado izquierdo, y teniendo a Katsuki a su derecho, quién solo gruñía porque no dejaban a su novia en paz.
Y por si era poco, Mina se agarraba al brazo libre de Katsuki, Ochako a esta, Tsuyu también y así seguido con el resto.
En conclusión; la clase 1A se había aferrado a la pareja como si fueran sus únicos guardianes, e hinchándoles las bolas hasta explotar. _______________ tenía la vena marcada en la frente, y uno de sus párpados temblaba de la irritación.
Frente a ella observó a Kendo y a Shinsou, donde ambas se encontraban en su mismo lugar, soportando el tembleque de su clase.
Sin duda alguna, habían creado un buen ambiente escalofriante. Justo lo que los profesores querían.
Sin embargo, un gran chillido en coro por parte de todos los miedosos, ensordeció el bosque. Y no solo el bosque, sino también los pobres oídos de todos aquellos que ni si quiera se habían inmutado ante el grito repentino de Present Mic.
-¡Comencemos el juego chicos!-anunció de un segundo a otro. Llevaba una sábana encima-. ¡El terror no acaba aquí, la noche es joven!
Katsuki y _______________ se lanzaron una simple mirada, dándose la razón mutuamente. Habían sospechado bien.
Iban a hacer una actividad nocturna.
Aizawa fue el siguiente en informar sobre aquel divertido juego que iban a comenzar.
-Debeis formar grupos de máximo 7 personas -se posicionó frente a todos, cruzándose de brazos-. Sólo dispondréis de un mapa, una linterna, y una brújula -seguian tan aterrados por el susto de antes que no eran capaces de responder, solo escuchar-. Vuestra misión será buscar y encontrar 8 páginas, situadas a lo largo del bosque, con la letra correspondiente a vuestro grupo -hizo una pausa para disfrutar de sus espantadas caras-. Tendrá la victoria quién consiga primero traer las 8 paginas. No importa si no vienen todos los miembros del grupo, basta con que sea uno de ellos...
-¿Eso significa que el grupo se separará?-preguntó Shinsou con total calma.
-¡Eso es imposible!-acotó Monoma, como si fuera una gran estupidez-¡El grupo deberá permanecer junto!
-Eso si es que no van desapareciendo por el camino...-habló esta vez Vlad King, quién no había abierto la boca hasta ahora. Su siniestra sonrisa dio escalofríos.
Monoma quedó con cara de Stickman.
-Va ir tu abuela porque yo no -expresó mientras se daba la vuelta para irse.
Pero Kendo lo detuvo agarrándolo por la chaqueta.
En menos de 10 minutos los grupos se formaron, dividiéndose por secciones, donde cada uno comenzaría su búsqueda por caminos distintos.
_____________ le echó un vistazo a su grupo. Suspiró observando tanto a Kyoka como a Katsuki, los únicos serenos que no temblaban del terror. Mientras que Kirishima, Denki, Sero y Mina, a penas podían mantenerse en pie por sus tiriteras piernas.
Se repartieron los utensilios entre los más firmes. Bakugo llevaba la brújula, Kyoka la linterna y _____________ el mapa. Por el orden que debían seguir, Katsuki sería el último de la fila, dejando a los cagados en medio, y a las otras dos chicas en frente para ir guiando y alumbrando con la linterna.
______________ hizo un pequeño puchero, tendría a Katsuki lejos.
Una vez que dieron el grito de salida, todos los grupos se adentraron a la frondosidad nocturna.
Teniendo en cuenta lo calentitos que se encontraban con la fogata, la humedad chocó como filos de cuchillo contra sus rojas mejillas. El frío lo acompañó, atravesando todas su prendas de ropa. Y por si fuera poco, el fresco aroma a musgo y tierra mojada les dio la impactante sensación de soledad.
Porque así era; estaban solos, por completo.
No eran capaces de escuchar a los demás grupos. Solo sus pisadas, el temblor de sus cuerpos y a Kirishima hiperventilar exageradamente.
Ah sí, y el zape de Katsuki para hacerlo parar.
-Debería de haber una por aquí cerca...-habló ____________ con cautela, observando el mapa. Si Katsuki no le había dicho nada, es que iban por buen camino.
El maldito se había memorizado las rutas e ilustraciones del papel en tan solo 5 minutos. Así que, la brújula solo acentuaba su buena orientación.
-¡Allí!-exclamó Jirou, alumbrando uno de los árboles.
Se apresuraron en llegar al frente de este. ______________ cogió la nota a la vez que los demás la rodeaban. Kyoka alumbró el desgastado papel, descubriendo el número que les correspondía; 5Z. Era la letra del grupo.
-¡Yey, solo nos faltan otras 7!-animó Mina.
-Pues venga, no perdamos más el tiempo -siguió Bakugo, empujando al grupo para que siguieran con la búsqueda.
Fueron pasando los minutos, lentos, densos, uno más helado que el siguiente, más escalofriante, más espeluznante y sofocador a medida que iban encontrando más notas...
Hasta que la (H/C) paró su paso. Haciendo detener al resto del grupo. Creó el silencio.
-¿Por qué te pa...?-Katsuki se encargó de taparle la boca a Denki.
Y ambos, miraron hacia la misma dirección. Se echaron una discreta mirada, donde ___________ apretó el mapa entre sus manos, sintiendo el miedo que había estado encadenando hasta el fondo de sus pensamientos.
No estaban solos.
Y un crujido entre los arbustos más lejanos, confirmó su teoría. El bello de su nuca se encrespó, se ahogó con su propio aire, y retuvo un suspiro de miedo entre los dientes. Su mirada buscó de nuevo la de Katsuki, no soportaba tenerlo lejos.
Y este, haciéndole un simple ademán con la cabeza, le indicó que siguiera avanzando.
La chica tragó saliva, fue como pasar miles de astillas por su garganta. Hinchó su pecho de aire y enterró la punta de los pies en la tierra para seguir el camino, haciendo mover al grupo de nuevo.
Siguieron el mapa, de vez en cuando Katsuki iba rectificando las direcciones de la (E/C), dándole también una pequeña tranquilidad al oír su voz. Al resto del grupo se le hacía eterno, querían irse de aquel bosque, les daba igual haber encontrado 3 notas más, no soportaban estar en aquella penumbra.
En cualquier momento se desmayarían.
-¡____________, allí!-la voz de Kyoka sonó como un ángel entre la oscuridad.
Corrieron de nuevo. Ni si quiera sabían qué hora era, ni cuánto tiempo llevaban. Pero daban por seguro de que era muy tarde.
Katsuki cogió la nota. Era la quinta que tenían; 2Z.
-¡3 más y hemos acabado!-exclamó Hanta, sudando del miedo.
-¡Sí, a parte, hemos hecho la gran parte del mapa, eso significa que...!-y la voz de Jirou fue interrumpida por ella misma, dejando un espacio por completar, que fue sustituido por un suave hilo de aire, escapado de entre el lugar más profundo de sus pulmones.
Parecía haber sido muteada.
____________ alzó la vista, intentando descifrar la penetrante expresión de la chica. Quién alumbraba en un lugar en concreto.
-¿Jirou?-preguntó la (H/C) en un siseo. Rozó los dedos sobre su hombro, y su garganta quedó más seca que antes.
No fue la única en percatarse.
-¿Y Denki?
La voz de Mina dejó un acuoso eco en sus oídos, haciendo crecer un nudo de pánico en sus pechos, un intenso calor en las palmas de sus manos... Unas terribles náuseas que solo pedían por echar a correr.
No supieron cuándo, ni cómo aquel rubio se había desvanecido sin hacer ruido alguno.
"Eso si es que no van desapareciendo por el camino..."
La gruesa voz de Vlad King rasguñó la cordura que _____________ luchaba por mantener. Apretó todo músculo existente, a tal punto que sus articulaciones ardieron en tensión.
-Hay que seguir -espetó. Se llevó las alucinadas miradas de los demás. Dándose cuenta de que Kirishima estaba al borde del llanto-. Debemos seguir -reiteró-. Si no nos movemos, alguien de nosotros será el siguiente.
Katsuki, tragando duro, fue el primero en prender su paso, dejando a los demás con un gran peso de responsabilidad en la espalda. _____________ los miró por última vez, y siguió a su pareja.
No tuvieron otra opción que mantener al grupo unido.
Solo quedaban 3 cartas..., 3 dichosas cartas...
Y no eran conscientes de lo difícil que lo tendrían.
El tiempo voló a pesar de que pareciera estar estancado entre barrotes. Sus pisadas eran cada vez más pesadas, costosas, donde más de uno comenzaba a arrastrar los pies. Jamás llegarían a pensar que aquella actividad fuera tan agotadora.
-Oye..., me estoy meando...-la voz de Hanta rompió el pesado silencio.
-¿Otra vez?-se quejó Mina.
-Es por el miedo...
-Pues te meas encima -respondió Katsuki, echándole un vistazo a la brújula-. No podemos parar.
_____________ suspiró, e hizo todo lo contrario a lo que el rubio había dicho. Detenerse.
-Ves a mear, Hanta...-echó un largo suspiro, recuperando el aliento. Aquel bosque tenía colinas tan empinadas que te dejaban sin aire. Justo se encontraban subiendo una de tantas.
-¡¿Ah?!-replicó Katsuki.
-Y tú, acompáñalo -volvió a dictaminar, ignorando el fastidio del chico.
Katsuki fue a reprochar, a tirarle la brújula a la cabeza, pero, al ver el agotamiento en su mirada, se tragó las palabras y chasqueó la lengua.
Con un ligero "Vamos", le indicó al chico que caminara hacia los arbustos más cercanos. Kirishima, que también se había estado haciendo pis todo el camino, pero no había dicho nada por respeto, vio la oportunidad perfecta y los siguió.
Dejando a las chicas solas, apoyadas en unos árboles caídos. Suspiraron abatidas y esperaron por ellos.
Mientras, los chicos no se alejaron mucho, lo suficiente para no perderlas de vista.
Debido a que Katsuki era el único sin la necesidad de hacer sus cosas, quedó a las espaldas de sus amigos, vigilando sus retaguardias con los brazos cruzados y una postura relajada.
Cerró un poco los párpados, se moría del sueño. Y desde su posición observó la silueta cansada de su novia. Hizo un quejido gutural, mirando al suelo. Sabía y era totalmente consciente de que _______________ necesitaba grandes descansos por su exigente Kosei. Y ahí estaban, haciendo el tonto en medio del bosque.
Bostezó calmadamente, sin embargo, cerró la boca de golpe tras escuchar el chillido de Kirishima.
Volvió hacia ellos, agitado.
Hanta había desaparecido.
-¡¡Lo tenías al lado idiota!!-exclamó el rubio, rugiendo.
-¡Y estaba hablando con él!-lloriqueó, dando pasos hacia atrás-. ¡He bajado la vista para sacar las últimas gotitas y ya no estaba!
Un crujido de ramas instaló una nube de pánico en el pelirrojo. Y de un momento a otro, comenzó a correr mientras echaba un largo y estridente chillido. Katsuki lo siguió, mirando hacia atrás con la vena hinchada de su cuello.
Su paciencia se acababa con aquel juego.
-¡¿Qué?!-Kyoka se levantó de inmediato-¡¿Qué ha pasado?!
Las tres chicas voltearon hacia ellos. Pero sus próximos gritos no fueron exactamente por el miedo.
-EIJIROU, LA PICHULA -avisó _____________ tapándose los ojos junto a las demás.
El pelirrojo se dio la vuelta de inmediato, escondiendo su amigo, que por el terror, no se había dado cuenta de que lo estaba sacando de paseo.
-Hanta ha desaparecido -avisó Katsuki, ignorando aquella idiotez.
Las chicas bajaron los hombros, echando un largo suspiro.
-A partir de ahora, nadie se separará -limitó la (H/C), observando a todos sus compañeros-. No nos detengamos, ni un solo segundo. El resto de grupos estarán igual o peor que nosotros.
Sin más que decir, continuaron su travesía del terror.
El ambiente pesado, que en un principio a penas había sido irrelevante, comenzaba a abrasar sobre sus hombros y nuca. Era tan punzante como tajante, provocando que su aire fuera el suficiente para no caer desmayados.
Finalmente, encontraron la sexta nota; 8Z. Dos más, y acabarían aquel infierno.
-¿Y la botella de agua?-preguntó Kirishima, tocándose la garganta sediento. Aquello le pasaba por gritar cada vez que pateaban una simple piedra del suelo.
-En mi mochila -siguió Ashido, dándole la espalda para que la abriera por sí mismo. Katsuki se acercó a las otras dos chicas.
-Deberiamos ir hacia el este...-apuntó en la brújula, comparando la ruta con el mapa-. De esta forma podremos cortar el camino, y llegar a...
El sonido metálico de la cantimplora, cayendo al suelo, provocó un silencio ensordecedor. Mina se giró del susto, con el corazón en la garganta.
Lo habían perdido de vista un segundo, un maldito y mísero segundo.
-Ya no está...-susurró la pelirosa, cogiendo la botella y metiéndola en la mochila como si ardiera. Se acercó a sus amigos al acto, aterrorizada.
El rubio se encogió de hombros.
-Qué pena. Uno menos.
Y siguió caminando.
El lado bueno; sus oídos tendrían un descanso hasta que la actividad terminara.
Sin embargo, a pesar de actuar con tranquilidad, los cuatro se decidieron por acelerar la marcha. Uno de ellos sería el siguiente, y se negaban a aceptarlo. Con lo cual, sus pasos a penas podían ser escuchados de lo rápido que empezaban a ir.
-Siguiente árbol a la izquierda.-guió Katsuki, haciendo caso al instante. Fueron colina abajo, patinando de vez en cuando con el barro del suelo, pero pudiendo mantener el equilibrio con algunas ramas salientes de los troncos.
El aire comenzaba a escocer en sus esófagos, transpirando de forma automática, nerviosos, agitados del irónico silencio que les rodeaba.
-¡Chicos, esperad!-pidió Mina, iba la última debido a que se había caído de culo-¡Que me he comido el sue...!-y justo cuando volvieron hacia ella, alumbrando su zona, lo último que vieron fueron sus pies desapareciendo entre la maleza.
De una forma tan rápida y sigilosa a la vez, que los hizo saltar. Kyoka alumbró por todas partes, con la esperanza de buscar un rastro. _____________ hizo el amago de ir a por ella, queriendo buscar entre los arbustos donde fue perdida.
Pero Bakugo agarró su muñeca, deteniéndola en seco. Giró hacia él, histérica, con el espanto tatuado en sus pupilas, y los labios secos de respirar aceleradamente por la boca.
El rubio negó con la cabeza. Jirou apretó los labios, y la luz comenzó a difuminarse en la tierra, indicando que sus manos temblaban de forma insana.
-¡Debemos correr, chicos!-sus Earphone Jack estaban conectados directamente al suelo, percibiendo las vibraciones y aumentando su pavor-¡Están cerca!, ¡joder!, ¡hay que correr!
Sin siquiera discutirlo, dieron unos primeros pasos de vacilación antes de mover las piernas como locos, corriendo monte abajo sin importar que estuviera todo resbaladizo, y con el peligro claro de caer y abrirse la cabeza en cualquier momento.
Pero el miedo en sus venas ganaba cualquier otro tipo de preocupación.
Saltaron troncos, atravesaron riachuelos rompiendo así la escarcha que los cubría, apartaban las ramas y evitaban todo tipo de arbustos que llegaran a más altura que su cadera.
______________ derrotada de por sí, a penas podía seguir el ritmo de aquellos dos, sus piernas parecían pesar toneladas, y sus talones comenzaban a hacer callo por los pisotones que daba contra el suelo. Hiperventilaba directamente por la boca, dejando su garganta picando como si fueran miles de aguijones. Tragaba saliva cuando podía, pero aquello solo la hacía toser más.
Katsuki volteó, agitado. No pensaba dejarla.
Le arrebató la mochila de la espalda, y comenzó a empujarla desde su zona lumbar con el antebrazo, aumentando la ligereza de sus piernas y obligándola a mirar al frente. Ella podía, estaba seguro de eso, solo necesitaba un poco de ayuda.
-¡La penúltima nota chicos!, ¡está allí!-y Kyoka alumbró a un árbol a pocos metros de ellos.
Una vez que llegaron, frenaron casi de golpe, cayendo todos al suelo. Pero se dieron prisa en enderezarse, sin bajar la guardia ni un maldito segundo. Sus respiraciones inquietas hacían eco en la penumbra. Al igual que sus gemidos de cansancio, algún que otro gruñido al cielo, y malas palabras soltadas con gusto.
______________ agarró aquella nota, teniendo las otras 6 en el bolsillo de cremallera de su pantalón de algodón. Cerró los ojos con fuerza y apretó las manos contra su pecho, le iba a explotar. Sus párpados temblaban, y su frente se arrugaba en signo de dolor. Tuvo que apoyarse en el tronco de aquel árbol.
Le punzaba todo el abdomen a causa de la ansiedad. Y en poco, podría caer inconsciente.
Sin embargo, sintió un pequeño paño de agua fría por sus mejillas y cuello. Entreabrió los ojos, encontrándose con las preocupadas miradas de sus compañeros. Kyoka agarrando la cantimplora de agua recién abierta, ligeramente inclinada hacia ella, y por el otro lado, Katsuki pasando aquel trapo por las zonas más calientes.
Acariciando sus ojeras, mandíbula, detrás de las orejas, de nuevo por el cuello, y por la frente, humedeciendo la zona por donde comenzaba la raíz del cabello.
Por último, acunó sus mejillas entre sus manos, mordiéndose la lengua por dentro.
-¿Estás bien, tonta?-susurró.
Y se calmó cuando le dio la afirmativa.
Entonces Jirou, guardó tanto la botella como el paño, a la vez que alumbraba temblorosa alrededor de ellos.
-¿Por dónde deberíamos ir?, tendríamos que coger la ruta más corta...-iluminó el mapa que portaba la (H/C)-. Quiero irme ya de aquí...
Entonces, cuando vieron una dirección clara, la pareja habló.
-Al Sur.
-Al Este.
Ambos se miraron tras decir caminos contradictorios. Jirou alzó una ceja, observándolos. Katsuki juntó las cejas y levantó la barbilla.
-Hacia el sur -habló de nuevo, agravando su voz.
-Hacia el Este -y ella lo imitó.
El chico murmuró entre dientes, mordiéndose la lengua y dando un paso más hacia ______________.
-Hacia. El. Sur -a cada pausa, le dio un golpe con los dedos en la frente.
-Hacia. El. Este -repitió su acción, pero golpeándole el pecho. Un crujir de ramas tras sus espaldas horrorizó a Jirou.
-Chicos, creo que...
Aún así, aquellos dos siguieron concentrados en esa batalla por quién se acabaría llevando la razón.
Típico en aquella pareja.
-¡Es hacia el Sur maldita tonta!-explotó, chillando mientras pegaba su frente a la de ella.
-¡¿Hacia el Sur?!, ¡tienes la orientación en el culo!, ¡es hacia el Este Peinabombillas!-lo señaló, forzando la unión de sus entrecejos.
-¡Si tuviera la orientación en el culo no hubiéramos llegado hasta aquí!, ¡hazme caso y vayamos hacia el Es...!
Y de golpe, la luz que los alumbraba, cayó directa al suelo, arrancándoles la discusión de cuajo. Ahora, sus rodillas y pies eran lo único iluminado.
Quedaron mudos, sin desviar la vista de sus ojos. Tragaron saliva a la vez, pues, cuando voltearon al mismo tiempo, pudieron ver que Jirou ya no estaba.
Solo el rastro de la linterna tirada en la tierra.
_____________ se agarró automáticamente al brazo fornido de Katsuki, mientras que este con el otro, cubrió como pudo su cuerpo, protegiéndola.
Entonces, una mano, bañada en un oscuro mate y acabando en filosas uñas descuidadas y espantosas, salió de aquel circulo de oscuridad, arrastrándose por el suelo y acercándose poco a poco al único objeto que les daba luz. Tenía la intención de arrebatarlo, y los movimientos bruscos que hacía, acompañaba el sonido huesudo de sus falanges. Era espantoso y nauseabundo.
Antes de que pudiera quitarles nada, _____________ se apresuró mientras que Katsuki intentó detenerla. Sin embargo, esta reunió la suficiente valentía para pegarle una patada a lo que fuera eso para apartarlo y coger la linterna lo antes posible.
Echaron tan rápido a correr que no fueron capaces de distinguir el chillido de aquella figura misteriosa, que se camufló entre los suyos que sobrepasaban la décima octava musical.
Corrieron tan rápido como sus últimas fuerzas les permitían. _____________ alumbraba por donde pasaba, teniendo a Katsuki cubriendo sus espaldas.
Ah, y por supuesto, yendo hacia el Sud.
-¡¿Y ahora?!, ¡el camino se corta!-un muro de piedras se presentaba a unos cuantos metros de ellos, delimitando la zona frondosa.
-¡Debemos ir hacia la izquierda!-su ronca voz rebotó entre los árboles-. ¡Atravesar la zona del parque abandonado y girar hacia la derech...!
Un tirón zafó el agarre que mantenía con el rubio. Siguió corriendo, pero fue tan brusco que tuvo que pararse.
-¡¿Hacia la derecha?!-volvió hacia él de forma agitada.
Pero no estaba.
Katsuki ya no estaba.
Estaba completamente sola, rodeada de aquel silencio helado, acompañada de una simple linterna, que temblaba entre sus manos.
Bramó su nombre. Pero sólo escuchó su propia voz en eco. Sus ojos se volvieron acusos, provocando que su labio inferior temblara, y apretara el puño contra su pecho, arrugando su chaqueta.
Apretó tanto la mandíbula que su cabeza comenzó a punzar. Respiró hondo, por la nariz, y miró a todas partes, tan asustada como una liebre huyendo de un galgo inglés en plena caza.
Y sin tener el mismísimo valor de dejar las cosas así, después del esfuerzo que habían hecho, para finalmente llegar hasta ahí; no pensaba alzar bandera blanca.
Arrugó la nariz y echó a correr de nuevo. Sus fuerzas habían vuelto, sus pisadas eran más rápidas, veloces y silenciosas sobre las hojas secas. Los sentía, sentía que aquellas cosas la perseguían.
Logró llegar al parque abandonado, y siguiendo las indicaciones de Katsuki, dio vuelta hacia la derecha, derrapando en el suelo, casi cayéndose por la velocidad a la que iba.
La linterna comenzó a parpadear.
-¡Oh por dios, no me jodas!-exclamó exhausta, dándole golpes al objeto con la otra mano.
Y entre uno de esos parpadeos, divisó la última y jodida nota del juego.
Ni si quiera se paró para apreciarla. Arrastró la mano por todo el tronco, agarrando de una el trozo de papel, y comprobando que era el de su equipo.
Solo le quedaba correr.
Pero la linterna dejó de funcionar por completo. Continuó por darle un golpe tras otro, chillando barbaridades, y maldiciendo cada característica de su forma.
Aunque, empeoró.
Si no le bastaba quedarse sin luz, se aterrorizó de pies a cabeza cuando miles de risas rodearon su perímetro. Hacían eco, parecía que estaban a su lado, calentándole la oreja. Por detrás, delante, izquierda, derecha... Incluso arriba. Eran risas, carcajadas que afilaban sus oídos y se tatuaban en su mente de forma torturosa.
Mandó la linterna al carajo, tirándola a cualquier sitio, y se tapó las orejas.
Por eso, tampoco pudo escuchar el siguiente chillido de dolor entre los arbustos.
Y simplemente, se apresuró en volver al ritmo de antes, siguiendo su camino y tropezándose con absolutamente todo. Lo único que la guiaba, era la estela de luz que iluminaba el final del bosque, dando a entender, que habían dejado la hoguera encendida para dejarles la ruta de vuelta más fácil.
Se escuchaba transpirar por la boca a sí misma. Tragaba saliva arenosa, y sus ojos picaban llorosos, acompañando al frío de su cara, de la cual no podía sentir a penas nada.
Las 8 notas estaban agarradas con tanta fuerza que se desintegrarían en su puño. Los escuchaba, los seguía percibiendo tan cerca que podía sentir hasta el más mínimo jadeo.
Saltó, se deslizó, e incluso escaló una pila de troncos derribados por las tormentas pasadas, cortándose las manos y seguramente rasguñandose ambas mejillas. La corteza era tan resbaladiza por el musgo, que debía aferrarse con toda su resistencia.
Una vez que logró pasar, dio sus últimas zancadas hasta llegar a la zona compartida y externa. Sintiendo el calor del fuego rodear su cuerpo, el alivio recorriendo cada maldito bello...
Agachó el cuerpo y apoyó las manos en las rodillas. Con cuidado, alzó el mentón y observó a sus demás compañeros.
Sentados en los bancos, en el suelo, abatidos y más de uno temblando del miedo, abrazándose entre ellos. Parecían traumados por la palidez en sus caras, idos de la cabeza, mudos... ¿Ya habían acabado la prueba?, ¿era la última en llegar?
Se sintió estúpida y lenta.
¿Cómo mierdas había llegado a ser la última?, aquello había sido una maldita pesadilla, y estuvo a punto de abandonar.
¿Cómo lo hicieron ellos?
Un cuerpo ocupó todo su radio de vista. Elevó un poco más la cabeza y analizó a Present Mic, quién estiró la mano en forma de petición.
______________ se mordió la mejilla por dentro, y dejó los papeles en sus manos. Se enderezó, y ladeó un poco la cabeza, observándolo detenidamente.
¿Por qué tenía dos chichones tan notables en la cabeza?
-Enhorabuena -habló una voz externa. Dirigió la mirada hacia ella, viendo a Midnight cubierta por un gran abrigo de piel-. Habéis sido el único grupo en no salir del bosque antes de tiempo y lograr encontrar las 8 notas -sonrió, orgullosa-. Os habéis ganado una cara y lujosa comida.
Quedó de piedra.
Supuestamente aquella mujer no debía estar en el campamento. ¿Cuándo había venido?
Pero unos brazos la rodearon, descolocándola por completo. Seguía derrotada, le costaba pensar a más de 2 por hora. Tenía un hamster dando vueltas en la cabeza.
Sin embargo, el zarandeó de Mina, junto a los gritos de los demás, fue suficiente para devolverla al mundo.
-¡Lo hemos conseguido!, ¡casi nos matan del pánico pero, lo hemos logrado!-exclamó la pelirosa, gritando junto a los demás y saltando de la alegría tal como Kirishima y Denki.
_____________ sintió que se iba a desvanecer. Toda la adrenalina que la había poseído para huir, comenzaba a bajar, sustituyéndola por ese estado de relajación que la dejaría en poco contra el suelo.
Y cuando sintió que no pudo más, entonces fue Katsuki quién aguantó su cuerpo con el suyo, abrazándola, dejando que su frente se apoyara en su pecho.
-Muy bien, idiota...-susurró de forma relajada, en su oreja, siseando cosas que solo ella pudiera escuchar-. Siempre me llevas la contraria y discutes cualquier cosa conmigo...-hizo una sonrisa socarrona-. Pero aún así me vuelves loco...
Agachó la cabeza para besar su mandíbula con una delicadeza electrificante. _____________ sintió los calores hasta las cejas, y golpeó su estómago con suavidad, haciéndolo reír.
-¿Cómo has desaparecido?-preguntó, desviando el tema. Katsuki hizo una mueca y observó a Midnight.
-La bruja nos ha sedado de uno en uno -se rascó la nuca-. Primero nos atrapaba, y luego nos dormía. Ha sido tan rápida que no fui capaz de escucharla...
A los pocos minutos fueron apareciendo los alumnos que restaban. Casi todos sollozaban, no querían estar ahí dentro más tiempo. Aquello significaba, que no habían logrado hacer la ruta entera.
El grupo Z, fue el único en conseguir las 8 notas.
Midnight carcajeó ante las dos pelotas de tenis que mantenía Present Mic en la cabeza, hinchadas, rojizas y palpitando del dolor.
-¡Te dije que no iba a ser buena idea asustarlos!-exclamó entre risotadas.
El hombre, con una mueca, volvió a ponerse hielo.
•••
Menudo batido de; miedo, humor, tensión, ira y drama he hecho...
Pero, bueno; e aquí mi resultado.
¡Nos vemos en el próxima Shot!