Conociendo lo prohibido ©️ (E...

Por NarcirisFerrerV

550K 32.8K 13.8K

TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... Más

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 11^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 30^

7.3K 425 94
Por NarcirisFerrerV



Pitt

Si tengo que llevármela al fin del mundo allí la llevaré. Me dejo llevar por mis palabras, entramos en el auto y noto el desastre de color que lleva en sus uñas.

—Te gusta mucho el azul —digo con la vista en el frente.

Ella entrecierra las manos luego de ubicar el cinturón.

—He notado que lo usas mucho, me gusta como te queda.

—¿De verdad iremos a la India? —gira un poco para verme.

—¿Tienes algún problema? —veo por retrovisor— Iremos en mi avión privado.

Se queda en silencio.

—¿A la India? —suelta como si estuviera frente algún payaso.

Asiento bajando la velocidad del auto.

—¿Olvidaste algo? —vuelvo a ver por el retrovisor.

—Apenas me diste tiempo de tomar mi pasaporte, ¿Qué ropa se supone que usaré?

—Deja que me encargue de eso, supongo que no tendrás problema , ¿O si?

La imagen llega a mi cabeza, y simplemente es perfecta.

—Será interesante verte así.

Le aviso al piloto que se aliste para mi llegada, no quiero tener que esperar demasiado para el despegue, quiero que salgamos de aquí lo antes posible, el resto lo dejo en manos de Lisa, sé que sabrá muy bien cómo manejarlo, tampoco es como que lo que tiene que hacer sea la gran cosa.

Entramos al avión y Vanessa se acomoda frente a mi. Mando pedir de comer cuando veo que no deja de llevarse la mano al estómago, yo tampoco he tenido tiempo de comer ya que el día no me lo ha permitido.

La azafata llega con dos bebidas y algo de comer, Vanessa se abalanza sobre los platos empezando a devorarlo, la sigo hasta estar complacido y descanso sobre mi lugar.

—¿Recuerdas que te había contado de mis ganas de hacerlo un avión?

Cruza las piernas, me corta los ojos y sonrío.

Reconozco que será un largo viaje de más de quince horas y lo único que quiero estar lo más cómodo posible.

Ya tendré tiempo después.

El avión aterriza en Aeropuerto de Gwalio y no me queda de otra que despertar a Vanessa, ella pidió que el hospedaje se ubicará en las cercanías de la ciudad de Agra, el auto estacionado fuera nos espera, es mi primera vez en esta ciudad así que dejo que el chofer nos guie, la verdad esperaba estar a solas con ella desde ya, pero que se le va hacer.

La diferencia de horario más las horas de vuelo hacen que lleguemos a las seis y ocho de la noche del sábado tiempo indio, lo cual serían las nueve de la mañana del sábado en P.R.

Llegamos al dichoso hotel Oberoi Amarvilas donde nos reciben dos sujetos y no puedo dejar de ver los vestidos que llevan, Vanessa parece estar deslumbrada con ellos, las luces y lo espacioso del lugar.

—¿Qué haces? —pregunto al verla meterse con ropa a la cama.

—Dormir. —se cubre de pies a cabeza.

<<Siempre he sabido que está loca>>

—No dormirás vestida.

—Mmmhu.

—¿Qué es eso?

Guarda silencio.

—Vanessa.

—¿Me dejas dormir? —descubre su cabeza viéndome— Estoy cansada, además mañana quiero ir a ver el monumento.

—¿Qué monumento?

—El Taj Mahal.

¿El taj ma qué?

Tuvimos un largo viaje por lo cual también estoy cansado pero al menos antes de dormir hay una cosa que quiero hacer, tomo la sábana blanca y intento descubrirla jaleando de ella.

—Suéltala. —me hace resistencia.

—No. —aplico más fuerza.

—Vamos déjala ir.

Guarda silencio.

—Vanessa estoy hablando contigo.

La escucho bostezar.

¿De verdad pretende qué me creeré eso?

—Hay algo que me debes. —doy la vuelta a la cama quedando en su frente y me siento junto a ella colocando mi brazo alrededor de su cintura —Vamos.

—No sé de qué hablas.

—Está bien, abre las piernas y lo entenderás.

Remuevo un poco la sábana que aún la cubre.

—¡Pitt! —me llama y mis ojos se pierden en sus senos.

—¿Mmm?

—No.

—Mhuuu.

—¡Pitt! —insiste y mi mente sólo se enfoca en una cosa, lo duro entre mis piernas.

—Te escucho —meto mi mano bajo la blusa.

—Que haya venido contigo no significa que vayamos a tener sexo, preguntaste, te dije y me invitaste, no hay forma de que hubiera rechazado venir a la India —saca mi mano— En resumen, que haya aceptado tu invitación no me obliga a nada, ni me hace deberte algo como tan tampoco pasará nada entre nosotros.

—Eres muy ruidosa y no entiendo de que tanto hablas, mejor cállate y haz lo que te digo.

Le da dos golpes al espacio disponible en la cama detrás de ella.

Realizo un ademán al pretender no entender que quiere decir.

—Aquí —dice— Acuéstate aquí.

Agacho la mirada para ver a mi miembro y de reojo su cuerpo que aún sigue cubierto.

—Naaaa —suelto y jalo la sábana arrancándola de ella— Vamos, ¿Te la quitas tú o lo hago yo?

—Ninguna de las dos. —suelta tomando la sábana y volviendo a cubrirse.

—¿Aún planeas continuar con esto?

—No sé de que hablas.

—¿No lo sabes?

—No señor.

Señor.

—Si planeas fingir amnesia por mi está bien, cierra los ojos y simulemos que en unas horas lo olvidaras, aunque ambos sabemos que eso es imposible.

Subo a la cama y ella se gira colocando su mano sobre mi pecho deteniéndome, <<No la traje a otro continente para esto>>

Los ojos me pesan pero por mi mente no pasa la remota idea de rendirme.

Se sienta sobre la cama moviéndome hasta el otro lado, su mirada me seduce y me dejo llevar, se coloca sobre mi y me recuesto viéndola pasar sus manos sobre mi abdomen.

—¿Qué haces? —pregunto viéndola tomar la colcha y cubrirse sobre mí— Vanessa —se acomoda sobre mi y mi duro miembro que estoy seguro no es de su ignorancia— Vamos muévete —pido cuando sus brazos me rodean y una de sus piernas abre espacio entre las mías.

—Vamos duérmase —habla con su cabeza contra mi pecho.

—Esto no es divertido.

—¿No?

—Tienes medio segundo para bajar y desnudarte.

—¿O?

—De verdad empiezas a sacarme de quicio.

Guarda silencio y siento su respiración sobre mi, se mantiene quieta como si realmente estuviera dispuesta a dormir.

—Por cierto, hablando de monumentos, ¿te refieres a esa cosa allá?

—¿Qué? —saca la cabeza de mi pecho.

Se levanta de la cama corriendo hasta el gran balcón que le da una vista algo cercana de la gran estructura.

—¡Tenemos vista del Taj Mahal! —voltea a verme— Quiero ir a verlo.

—Creí que estabas cansada y querías dormir. —bajo de la cama caminando hasta ella con una sola intención.

—Olvídate de dormir, quien duerme cuando se está en la India, sabes todo lo exótico que hay para ver y quiero hacer.

Lo único exótico que me interesa ver es su cuerpo desnudo sobre la cama.

—¿A dónde vas?

Se pone unos tenis blancos y sin decir nada sale de la habitación, la sigo viendo a todos indios del lugar, el sitio no está nada mal ya que supuestamente es el más costosos de la ciudad pero si quisiera podría comprar todos los hoteles de la cuadra incluyendo este en menos de medio pestañar, las mujeres y sus vestidos deslumbran a Vanessa, para ser honesto las indias no están mal pero prefiero mantenerme enfocado en la morena que me ha dejado atrás.

El chofer nos deja cerca del supuesto monumento, la vista no está mal, mi acompañante no ha cerrado la boca durante todo el camino, es obvio que estaba obsesionada con este lugar, la cultura es interesante, diferente y colorida.

—Escuché algo interesante sobre este lugar —comento cuando caminamos cerca del rio frente al monumento— Yo diría que muy interesante así que si quieres decirme algo puedes decírmelo directo y sin rodeos.

—¿De qué hablas? —inquiere caminando delante de mi.

—De su símbolo, un amor...

—En tus sueños —comenta seguido de interrumpirme apurando el paso.

—Si te refieres a mis fantasías, allí ocurren muchas más cosas de las que no tienes idea.

—Es una de las siete maravillas del mundo, es normal que la quiera conocer, además de ser impresionante, no creas nada más.

—Espero sigas así de emocionada cuando volvamos al hotel.

—Cállate y muévete —regresa hasta a mi tomándome de la mano y llevándome a su ritmo, parece una niña en plena juguetería, estoy de acuerdo que el monumento si algo impresionante, mármol blanco por donde quiera además de todos los turistas con sus cámaras en el lugar.

—¿Con qué tomaras fotos si dejaste todo en hotel?

Se muerde el labio.

—¿No traes tu teléfono?

Niego con la cabeza y la veo mirar a todas partes como si buscara algo.

—Espérame aquí —dice y se aleja— Lo olvidé —se devuelve hasta a mí— ¿Me prestas algo de dinero?

—¿Para?

—Conseguiré una cámara.

—¿Y cómo harás eso?

—No lo sé, solo dame el dinero y lo haré.

Bufeo.

—Eres muy mala negociante —saco mi billetera y saco algunos cientos de dólares— Pero antes —detengo mi mano en el aire con el papel en ella— Me pagarás pero no con lo mismo, ¿De acuerdo?

Ve el dinero y a mi intentando arrebatármelo.

—¿Es un trato? —inquiero viéndola.

—De acuerdo —contesta entre los dientes tomando los dólares— Se supone que cuando invistas cubres todos los gastos —espeta antes de alejarse y quedo viendo el gran trozo de mármol.

Desconozco hacia donde va o si tendrá éxito alguno en su intercambio, simplemente la dejo ser hasta que noto se aleja demasiado y empiezo a seguirla, lo último que me falta es que se fuera a perder entre tanta gente, me hace parecer un loco obsesionado que ni siquiera le da espacio personal, intento mantener mi distancia para que no me note, ella intenta hablar con un grupo de chicos que parecen ser turistas, la veo darle el dinero a una chica que aparenta ser de su edad y unos segundos después removerse la cámara que lleva sobre el hombro entregándosela a Vanessa, ella parece chequearla y se despide.

Me meto detrás de un grupo que pasa y la veo regresar hacia donde supuestamente espero por ella, veo a un señor con una maquina de algodón de azúcar y no me queda de otra.

La veo estar frente al rio tomando fotos.

—Aquí tienes —le entrego el trozo de azúcar de color rosa en mi mano.

—¿Fuiste por algodón?

Dejo el algodón en el aire sin decir nada, ella lo toma, lo ve y lo lleva a su boca.

—No iba estar como estatua esperando a que volverías.

Me pasa el algodón y lo acepto, ¿no le gusto?

Me muestra la cámara y las fotos que ha tomado.

—Solo hay algo de lo que me arrepiento —balbucea con la mirada baja y apenada— Quería ver los globos de papel pero el festival no es hasta noviembre.

Escucho lo que dice y respiro. Ya me hizo venir aquí, seguirla, comprarle algodón dulce y aún así sigue quejándose.

El supuesto festival no me dará más dolores de cabeza de los que ya he tenido.

Caminamos hasta las cercanías del monumento rodeado de jardines, bancos y estanques con flores de loto flotando en ellos hasta por fin entrar en el lugar donde Vanessa sigue tomando la delantera, el sitio está lleno de superficies pulidas, sus paredes de mármol tienen incrustaciones de veintiocho tipos distintos de piedras preciosas, como también gemas y diamantes.

—Démonos prisa —me pide— Queda poco tiempo para que cierren.

—Aquí dice que Taj significa corona y Mahal primera dama del palacio.

Se devuelve.

—A ver.

—Aquí —le muestro sin dejar de verla— O también la corona de palacios.

Guardo silencio mientras lee.

—Doncella.

—¿Mmm?

Sonrío sorpresivo cuando noto que sin darse cuenta responde a mi llamado.

—¿Sabías que a mediado que pasa el día puede adquirir más de diez tonos? ¿No es grandioso?

Me cuenta y asiento a lo que dice viéndola moverse.

Ella dice que las personas como yo no se conmueven de un día para otro, pero entonces, ¿Qué es esta calidez que siento?





-Vanessa-

He tomado fotos de todo lo que he visto, no puedo creer que de verdad me haya traído a la India, lo dije sin pensar y aquí estoy, en uno de los lugares de mis sueños.

El símbolo del amor de un emperador hacia su esposa favorita quien murió dando a luz a su último hijo, un monumento funerario en honor a su esposa que se tomo veinte dos años en ser construido.

Es cierto que he tomado tomas de todo pero en su mayoría son de él, si se las muestro seguramente me pediría deshacerme de ellas, no creo que sea del tipo que se sienta cómodo en esta clase de lugares donde el romance predomina, la trágica historia de amor que se esconde tras cada una de estas piedras es tanto dolorosa como hermosa.

Pitt se mantiene detrás de mi mientras coloco la correa de la cámara sobre mi hombro, los pasillos son extensos como majestuosos, con razón se ha ganado la posición que hoy en día tiene.

—¿Tardaremos mucho más? —inquieren detrás de mi.

—Apenas acabamos de llegar.

—Estoy cansado.

Resoplo deteniendome y volteando a verlo.

—Estamos cerca del hotel, puedes volver solo y yo lo haré más tarde usando un mapa, que tengas buen viaje de regreso —me doy la vuelta y lo dejo allí, algo me dice que no se irá hasta que yo lo haga y con el corto tiempo que aún me queda planeo ver lo más posible.

No puedo dejar de ver a las mujeres indias llevar esos Saris, son tan originales que hasta parece divertido, todas las joyas sobre sus brazos y cuellos tanto como los aretes ''Nath'' que he visto en revistas que van desde la nariz hasta las orejas me seducen, <<espero ver alguno>>

Parecen muñecas de porcelana envueltas en hermosas, coloridas y brillantes telas.

—¿Todavía? —esa voz ronca vuelve a resonar cerca de mi.

—Creí que ya estarías llegando a la habitación.

—No te dejare aquí.

—¿Por qué no? —volteo hacia esos ojos azules que aun contra el asombro diseño del lugar no dejan de ser asombrosos, si no todo lo contrario— Puedo cuidarme sola.

Él bufea.

—Ni siquiera puedes llevar bien la cámara y pretendes que podrás volver sola.

—Déjame y lo verás.

Dice que me traerá, lo hace y luego dice que debo hacer un trato para poder conseguir lo que quiero.

Idiota.

Continuo viendo el lugar y tomando fotos hasta que dan el aviso de cierre, salgo con pena y a la vez satisfecha, Pitt no deja de quejarse hasta que por fin volvemos a la habitación donde nos espera la cena servida, la diferencia de hora me tiene la cabeza echa un lio, pero si no perdí el control en Islandia no lo haré aquí.

Dejo la cámara sobre la cama y veo que han traído la cena, Pitt entra al baño y yo no espero por él para meter mano a los platos, la comida huele rico y todo se ve extremadamente delicioso, también han dejado una botella de alcohol, no tengo idea que sea pero la destapo y me doy el primer trago el cual es fuerte como amargo.

Los platos llevan de todo un poco, pan naan o pan indio, vegetales fritos en harina, samosas, jalebali, chata, pero mi vista se enfoca en una sola cosa, los camarones al curry con leche de coco, todo se hace agua en mi boca.

—¿Qué haces?

Guardo silencio y sigo llevando comida a mi boca, siento como si hace cien años que no comía y solo quiero devorar todo frente a mi.

Pitt carraspea y le doy una mirada.

—Eso es mío —dice y sé que la expresión en mi rostro cambia.

—¿Tuyo? —inquiero— Aquí no hay nada tuyo —regreso mi vista a lo que me interesa.

—Lo pedí exclusivamente para mi Vanessa.

Bueno, ya no.

—Todavía queda de esto, puedes comerlo todo si quieres —le muestro el plato con el pollo Tikka Masala— Adelante es todo tuyo.

Él se queda viéndome en silencio tensando la mandíbula.

Odio cuando hace eso, es como si intentara intimidarme.

Se sienta en el suelo junto a mi y su mano llega a mi mentón obligándome a verlo, sus ojos se pasean por mis labios seguido de su pulgar, una presión aparece en mi pecho cuando una curvatura aparece en sus labios junto con ese tono morboso que hace que todo en mi se corra.

Desliza su dedo despacio sobre mis labios para luego llevarlo a su boca, chupa de el y yo quedo hipnotizado viéndolo realizar la acción.

—¿Estaba rico? —musita metiendo su dedo en la salsa— Me parece que si —lleva el dedo de nuevo a su boca.

—Lo estaba —suelto tratando de mover el tenedor en mi mano.

—Me decepcionaría mucho si no fuera así.

Toma un trozo de pan y lo parte en dos comiendo de el, se inclina un poco para tomar el plato del Tikka Masala y sin decir nada más disfruta de el, en cambio yo luego de eso...

—¿No quieres más?

—No.

—¿Segura? puede que después te arrepientas por no comerlo.

—Ya he comido demasiado por un día.

Asiente y regresa su mirada al plato.

—Entonces te bañaré — me ve — De pies a cabeza, y hasta puede que haga algo más que eso. — sonríe de lado.

—Aún no olvido lo que hiciste con Pedro.

—¿Quién es ese? —deja de verme y toma un trago de lo que sea que hay servido en el vaso— Cuando estés  conmigo no quiero que hables o pienses en otro hombre que no sea yo, ¿acaso ya olvidaste que soy tu dios?

—¡Ja!

Me levanto.

—No he hecho ningún chiste, ¿o es qué acaso te parece que si? —dice y lo dejo allí, entro al baño, cierro la puerta con seguro y veo la estructura del lugar, me retiro la ropa, la he tenido por casi más de veinte ocho horas si no es que más, mi cuerpo está sudado y me pide a gritos un baño y una cama, más la reacción que me causó Pitt aún sigue encendida, pero debo concentrarme, mi entre pierna no se va a morir por no tenerlo en mi.

Preparo un baño de espumas y entro en el jacuzzi con refrescante agua, paso mis manos por mi cuerpo recordando cuando y como las suyas lo hacían en Islandia, aprieto mis senos al recordar los orgasmos que me ha causado, cierro los ojos y me dejo llevar por el calor que se produce en mi sexo cuando lo toco.

Tranquilidad total me abunda hasta sentir esas dos manos que se pasan por mi cabeza recogiendo mi cabello en una cola.

—¡Pitt! —volteo a verlo —¿Cómo entraste?

Sus manos me jalan hasta enderezarme dándole la espalda.

—Para mi nunca habrá una puerta con llave si tu estás dentro. —musita detrás de mi y su mano baja despacio por mi pecho hasta llegar a mi intimidad donde mis piernas por voluntad propia le abren el terreno.— Este par me tiene loco —su mano regresa y en compañía de la otra sujetan mis senos como si fueran dos pelotas anti estrés— No juegues conmigo Vanessa, no ganarás.

—No lo sabré si no lo intento.

Sus labios rozan mi cuello y su mano vuelve a bajar a mi sexo sujetándome mi clítoris, estos últimos días ni siquiera he tenido el valor de tocarme sabiendo que ya no es lo mismo, lo único que conseguiría al hacerlo es querer ir por él.

Él empieza a mover sus dedos sobre mí sin tener el cuidado que había tenido las últimas veces, intento acomodarme mejor pero su brazo rodeando mi cuello me detiene manteniéndome contra el borde.

—Dime algo. —musita junto a mi oído mordiendo mi lóbulo—¿De verdad crees que dejaré hagas lo que quieras conmigo?

Guardo silencio disfrutando de sus movimientos y la excitación que estalla en mi, quiero su boca en mi, deseo devorarlo y morder todo de él, espero dejar rastros de que estuve con él justamente como él lo hizo en mi la última vez.

Aun así me atraganto las ganas y me resigno con lo que estoy recibiendo.

—¿Um? —insiste acelerando los movimientos y un jadeo escapa de mi, sé que mis gemidos lo desesperan más a él que sus movimientos a mi— Contéstame maldición— pide y continuo en silencio—Bien— dice y se detiene liberando mi cuello y moviéndose frente a mi donde suelta su pantalón y lo primero que puedo ver es la forma de su gran erección a través del bóxer, me apresuro antes de que lo saque y lo tomo de la mano jalándolo hasta a mi, llevándola bajo el agua hasta mi sexo, la sostengo y hago que se mueva sobre mi, aprieto mis senos y continuo haciendo que se mueva, Pitt no parece muy complacido pero lo ignoro, dejo mi espalda caer sobre el borde y hago que sus dedos me penetren, él ve hacia el movimiento que es causado en el agua y yo lo único que quiero es conseguir el maldito orgasmo antes de rendirme y pedirle que use su miembro.

<<Quiero que él lo haga por voluntad pero su mano no hace otra cosa que permanecer firme si la suelto>>

Jadeo mordiendo mis labios mientras sus ojos chocan con los míos, él está molesto y esa mirada junto al tercer dedo que entra en mi sin tener que forzarlo a hacerlo lo deja en claro, lo hace con una deliciosa violencia que me hace dejar libre su mano.

Sus dedos en mi me calientan llevándome al cielo, percibo su otra mano estar frotando mi clítoris y Dios, ¿cómo es que tarde tanto en perder la virginidad?

La corriente en mi, las olas de placer que aumentan con cada frote me llevan al estaxis dejando que la calma gobierne en mi, no es nada comparado con su miembro pero por ahora estaré bien, me levanto desnuda con el resto de espuma sobre mi y salgo del agua, camino hasta la toalla y siento sus manos llegar a mis senos, volteo a verlo cuando soy consciente que si dejo que siga no podré detenerlo ni querré hacerlo, escondo mi cabeza por su cuello y dejo algunos besos húmedos sobre su piel seca.

—Ya he tenido suficiente por hoy, buenas noches señor. —le dejo la toalla en la mano y salgo de lo que terminó convirtiendo en un sauna por la calentura que me cargo, me meto directo a la cama así como Dios me trajo al mundo, sin nada de ropa.

Mis pensamientos y deseos pueden fallarme en cualquier segundo pero estoy convencida al atorarme la garganta con ellos, tomo la sabana y me cubro acomodándome sobre la suave almohada de algodón, cierro los ojos y dejo salir todo el aire que hay en mi repitiéndole a mi subconsciente una sola cosa.

Enfócate de una buena vez Vanessa.





Seguir leyendo

También te gustarán

4.3K 515 30
Incorrect quotes de Sonic prime, Sonic boom y Sonic movie 2, Sonic X no ya que no me lo eh visto
1.9M 135K 90
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
138K 29.4K 59
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...
526K 31.6K 81
✔️Historia COMPLETA Las decisiones marcan tu vida, amar al Diablo está prohibido, pero ¿si tú eres su Perséfone? ¿Qué serías capaz de hacer por amor...