Itadori Yūji es el típico novio que
si están tranquilos en su habitación y estás boca abajo, comenzaría a dar palmadas en tu trasero como si fuera un tambor.
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La chica estaba aburrida así que optó por ir a la habitación de su pareja para pasa el rato. Picó a la puerta y esperó a que la abrieran.
—¿Sí? —preguntó el chico que estaba dentro de aquella habitación, alargando la última letra. Después de eso abrió la puerta y vio a su novia fuera. —Oh, si eres tú. —sonrió con dulzura al verla.
—Holu. —dijo la chica sonriendo de la misma manera y yendo a abrazarlo.
—¿Holu? — rió. —¿También lo dices en persona?
Y es que la chica cuando saludaba por mensaje tenía por costumbre decir "holu" en vez de hacerlo como normalmente alguien haría. Aunque aquello al chico le resultó extraño, no pudo evitar sentir gracia y ternura a la vez.
—Sí, ¿Algún problema? —le preguntó con gracia.
—Ninguno.
Se quedaron abrazados un rato hasta que pasó Megumi por el pasillo de las habitaciones, mirando la escena confundido, tal y como estaba la pareja parecía que no se hubieran visto hace mucho tiempo.
—Mejor entremos. —contestó el chico empujando con suavidad a la chica por su espalda, entrando así a la habitación y cerrando la puerta.
La chica fue a tumbarse en la cama, pero antes de hacerlo vio el póster de Jennifer Lawrence al lado de aquella cama. Se giró y miró a Itadori con los brazos cruzados, se hizo la molesta pero realmente le daba igual, solo quería molestarlo.
—Eh... —soltó nervioso, no sabía qué decir, aunque para su suerte un aullido le salvó de aquel "regaño".
—¿Qué cojones? —la chica buscó con la mirada de donde venía aquel sonido, hasta encontrar a uno de los lobos de Megumi en la habitación de Itadori. —¿Qué hace aquí? — preguntó acercándose al lobo blanco para acariciarlo.
—Insistí a Megumi de que me lo dejara un rato.
—¿Y te dejó?
—No.
Te giraste para fulminarlo con la mirada.
—¿Y por qué está aquí?
—Le dije a Panda si podía pedírselo él sin decir que me lo quedaría yo, costó trabajo pero funcionó.
—Como se dé cuenta te matará y yo no te ayudaré, te lo mereces. —dejó de acariciar al lobo para levantarse y ahora sí, dirigirse a la cama y tumbarse. El lobo la siguió para seguir teniendo aquella atención que le daba la chica, se subió a la cama y se tumbó delante de ella. La chica como estaba boca abajo aprovechó que estaba delante suyo para colocar su cabeza sobre su lomo, disfrutando de aquel cálido pelaje.
—Me siento abandonado. —dijo el chico haciendo un puchero, incluso sintiendo celos de aquel lobo y arrepintiéndose de haberlo traído.
Ignorando aquel comentario del de pelo rosa comenzó a acariciar cómo podía al mamífero. Itadori al ver que le quitaban la atención que tanto quería de su novia decidió también acostarse en la cama. Se puso encima de la chica, sin ningún cuidado.
—¡Quítate, cerdo, no respiro!
—Te lo mereces, por no darme atención.
—¿Haces esta mierda porque no te doy atención? —el más alto hizo un sonido afirmando que era cierto. —Pues ahora te jodes, ya sí que no te voy a dar atención.
Itadori se quitó de encima y se sentó entre las piernas de la chica, ahora no se podría quejar de que la aplastaba porque no había absolutamente nada que la tocara o estuviera encima.
Al pasar el rato seguían de la misma manera, incluso le estaba entrando sueño a la chica, estaba muy cómoda con la cabeza sobre el lomo del lobo de Megumi. Por otro lado, Itadori no estaba nada contento, necesitaba urgente la atención de su novia o daba por seguro que moriría. Sin saber cómo y al intentar muchas cosas para que le hiciera caso, sin resultado ninguno, se rindió. Su vista fue a su pareja acariciando al lobo, frunció el ceño como si fuera un niño y bajó su vista, hasta encontrar el trasero de su novia.
—¿Me darás atención? —preguntó, ya ideando un plan por si no le contestaba.
Al no haber respuesta puso su plan en marcha.
Sin saber si esto saldría mal o bien acercó sus manos y comenzó a dar palmadas suaves en el trasero de la chica, haciendo como un ritmo musical.
—¿Se puede saber qué haces?
—Nada. — y seguía haciendo aquello.
—¿Nada significa pegarme en el culo?
—¡No te estoy pegando! Te estoy usando como tambor propio, además lo estoy haciendo flojito y suave, para que no te quejes luego.
—Estás fatal.
—Te pasa por no darme la atención que merezco.
—Me da igual, ves a pegarle en el culo a tu Jennifer Lawrence o a Megan Thee Stallion.
—No quiero, quiero el tuyo.
—Que raro.
—¿Por qué?
—¿Acaso desaprovecharias la oportunidad de tocar el trasero de tus amores platónicos? Me da que no.
—Pues a mí me da que sí, prefiero el tuyo dije. —cansado de aún así no recibir atención dejó caer su cabeza en el culo de la chica.
—¿¡Pero qué coño haces!?
—Déjame, estoy malito.
—¿Malito de qué?
—De no recibir la atención que merezco.
—¿Sabes que te curará? El pedo que me tiraré como no saques tu cara de ahí.
El chico sin hacer caso siguió en el mismo lugar sin moverse, aunque después de un rato con las quejas de la más baja de fondo, decidió colocar su cara en una nalga y con su mano volver a hacer lo de las palmadas en la otra nalga.
—Itadori, basta.
—No~.
—Te juro que me tiraré un cuesco en tu cara como no salgas.
—Mejor, es una manera de reforzar nuestra relación y confianza.
—Enserio lo haré.
—Hazlo, no me importa.
—Estás mintiendo.
—No lo hago.
—¿Y si viene con sorpresa y me cago encima?
Al escuchar eso quitó su cabeza corriendo, no estaba tan mal como para querer que le caguen encima.
—Eso ya no tanto, pero te quiero igual que lo sepas.
La hechicera rió y decidió dejar al lobo de Megumi a un lado, para al fin, darle la atención que tanto quería su novio.
—Ven aquí, idiota.
El recipiente del Rey de las Maldiciones saltó sin dudarlo al escuchar eso, la abrazó fuerte pero con cuidado y se tumbaron en la cama. Sin poder aguantarlo Itadori comenzó a darle besitos por todas partes, se sentía muy feliz en aquel momento.
—Dame un beso, ¿O eso tampoco me lo darás? —dijo mirándola haciendo un puchero, sus caras estaban a centímetros, la chica agarró sus mejillas con una mano, apretándolas con cuidado para después pegar sus labios con los de él, dándole por fin el beso, haciendo que Itadori se ponga tan feliz que la apretó hacia él.
—Cuidado, me acabarás clavando los dientes así. —se le dificultó hablar al estar besando a su novio, pero aún así no se separó y lo siguió.
—Gomen, Tsuki.
—Itadori, creo que ya no te pondré más Haikyuu.
—¡No, ni se te ocurra quitármelo!
—Vale, pero con la condición de que veamos Owari no Seraph, ¡Manga incluido! Quiero llorar con alguien.
—Acepto. —contestó besando la mejilla de su pareja y acurrucándose a ella.
El lobo de Megumi se cansó de estar ahí y comenzó a rasguñar la puerta de la habitación, dando también algunos aullidos.
—¿Itadori? —preguntó alguien detrás de la puerta.
—Mierda.
—Abre la puta puerta Itadori, ¿Qué cojones haces con mi shikigami en la habitación? Se lo dejé a Panda.
—Yo no tengo nada. —dijo con miedo.
—Te voy a matar.
ִֶָ𓏲࣪un voto me ayudaría
muchísimo.🦋
¿Llevan el manga de jujutsu kaisen al día? Yo desgraciadamente sí, quiero llorAr.
Espacio especial para recordar que amo con toda mi alma a Itadori, Yūta, Satoru y Megumi.👩❤️💋👩
CREO QUE DEBERÍA HACER UN LIBRO COMO ESTE PERO DE YŪTA, AUNQUE TAMBIÉN QUIERO HACERLO DE MEGUMI, AYUDA WIXBDUDJ
Aunque de Yūta no hay apenas y se lo merece, es un ser de luz🤝✨
2021