UN VIERNES POR LA mañana, Tommy y Pearl Shelby organizaron una reunión para la caridad, en donde se reclutaría una cierta cantidad de dinero para abrir dos orfanatos en Birmingham; una de estas instituciones fue nombrada "Pearl Shelby Institute for Orphan Children" y la otra, "Martha Shelby Institute", este último será una escuela.
Pearl, más que emocionada por la gran visita que tendría en casa, estaba irritada y cansada.
Lo harían por una buena causa y ella estaba más que contenta de apoyar a los pequeños que estaban pasando por malos momentos, pero no le emocionaba pasar tres horas con personas millonarias que solo hablarían de riquezas y viajes porque a ellos no les importaban esos niños.
Lo que más le molestaba era saber que su marido y ella podían sin dificultad pagar la manutención de ambas fundaciones.
Aún así, la gente comenzó a llegar al rededor de las ocho de la noche.
— Hola, cariño — saluda Polly besando la mejilla de su nueva sobrina. —. ¿Cómo estás? — sonríe.
— He estado bien, Pol. Luces preciosa — halaga. —, me encanta tu vestido.
— Gracias, linda. Tommy me lo obsequió, viene de Estados Unidos — sonríe.
— Pues es hermoso — finaliza.
Se entretuvieron en una plática de Michael y sobre cómo Polly tenía miedo de que se adentrara en el negocio, pero fueron interrumpidas por Tommy, quien necesitaba a su esposa para recibir a los invitados.
— Invité a tus padres, me dijeron que vendrían pero no los veo — dice abrazándola por los hombros.
— Son los reyes de la impuntualidad — sonríe. —. ¿A qué hora darán la cena? Realmente es la única razón por la que bajé.
— En una hora exactamente. Cariño, sonríe — burla Tommy. —. Luces muy linda hoy, Pearl — dice con los ojos iluminados.
— Gracias, tú también luces muy bien.
— Hola, buenas noches. ¿Cómo estás? — saluda, teniendo que ignorar a su mujer.
— Thomas, hace tiempo no te veía. ¿Es tu esposa? — pregunta el hombre.
— Efectivamente, sí — sonríe.
— Pearl Shelby, un gusto conocerlo.
— Harry Watson, el gusto es mío — sonríe.
El hombre no se veía mayor que Tommy, lucía menor, tal vez de la edad de John.
Su cabello era castaño claro, tenía ojos azules verdosos, deslumbrante sonrisa y era alto en estatura. Pearl conocía a las personas que había aquel día en su hogar, pero no pudo reconocer a aquel muchacho por mucho que lo intentó.
— Me parece muy amable de tu parte que hayas invertido en los niños.
— Ya debíamos haber tenido alguna fundación así, nos hubiera ahorrado mucho — responde Shelby. —. Discúlpame, debemos atender a los demás invitados.
— No, claro, adelante. Señorita, un placer — sonríe sin mostrar sus dientes.
La pareja se retira y efectivamente reciben a los demás invitados, incluidos los padres de Pearl quienes llegaron un poco más tarde de lo que ella esperaba.
— ¿Quién era el señor, Tom? — susurra.
— ¿Harry? Fue compañero mío en la guerra, pero se mudó a Estados Unidos pocos meses después de regresar y me enteré de que estaba aquí, así que lo he invitado — responde.
— ¿Y él también hace lo mismo que tú?
— Sí, Pearl. Él tiene una banda en el otro continente — asiente, después siguieron recibiendo y hablando con los invitados.
— ¿Ya van a servir la cena? — sonríe.
— Al menos ya tienes apetito — suspira. —. Solo deja que la gente se acople un poco más, dales media hora y serviremos la cena.
— Bien, iré a hablar con mis padres un momento.
— Claro, yo iré con John y Arthur para que revisen seguridad — asiente besando su frente.
Uno de los temas aquel día fue el como Pearl recibió un disparo el día de su boda y lo joven que era la muchacha para la edad de Thomas.
A ellos les daba igual, la verdad era que ya estaban acostumbrados a escucharlo.
— Ada, ¿viste a mis padres?
— No. ¿Te ayudó a buscarlos?
— No, no te preocupes — sonríe.
— ¿Está perdida?
La remarcada voz de Harry se hace presente y cuando Pearl voltea, niega suavemente.
El muchacho la había puesto nerviosa.
— No, solo buscaba a mis padres.
— Douglas y Meredith Rowen, ¿verdad? — ella asiente. —. Recuerdo a su padre por la guerra, era general — suspira.
— No sabía que conocía a mi padre, a él no le gusta hablar de eso — negó.
— A nadie le gusta, señorita. Venga, le invito un trago — sonríe nuevamente.
Harry y Pearl caminaron charlando sobre cómo era la vida en el otro continente y la muchacha pensaba en que sonaba algo aburrida.
A ella le gustaba el frío Inglaterra, no lo cambiaría por Estados Unidos.
— Whiskey escocés y... — la mira.
— Ginebra y tónico — responde. —. Mi marido y toda su familia bebe whiskey irlandés, ¿cuál es la diferencia? — pregunta.
— El escocés es más fuerte porque tiene un sabor de añejamiento y el irlandés es más suave y un poco dulce — contesta. —. Pensé que no bebía, al parecer me he equivocado — suspira.
— No bebo comúnmente, solo en los días en donde me siento agotada. Si mis padres me ven con este vaso seguro me matan — ríe.
A lo lejos, la dura mirada de Arthur Shelby se posó sobre su cuñada y Harry, apretó su mandíbula y trató de ocultar sus notables celos.
— Watson se puso amigable con Pearl — susurra a su hermano. —. Él nunca tuvo fama de fiel — finaliza bajando la cabeza.
— No a sus parejas, pero sí a sus compañeros — dice John con una media sonrisa.
Tommy chasqueó la lengua y decidió no hacer nada, no acercarse, no interrumpir la plática. Quería saber qué tan coqueta podía actuar su esposa con tal apuesto hombre, quería saber si aquel muchacho sería capaz de sobrepasarse con ella. Una vez más, Shelby actúa de una manera idiota y poco respetable.
— Deberías ir a verla, Tom.
— No está haciendo nada malo, ¿o sí? — pregunta en tono relajado. —. Debo ir a atender a mis suegros — dice seco.
El Blinder atraviesa todo el salón hasta llegar a la esquina donde se encontraban los Rowen, charlando animosamente con la pareja Sodi.
Al verlo, los padres de su esposa le reglaron una sonrisa y los otros dispusieron a retirarse amablemente.
— ¿Cómo están? — pregunta el muchacho sonriente. — ¿Cómo estuvo el viaje?
— Estamos bien, Thomas, pero no podemos encontrar a nuestra hija. Pensábamos que estaba contigo — declara Douglas.
— Pearl está hablando con un viejo compañero en Francia, Harry — susurra con la quijada apretada.
— ¿Harry Watson?
— Ah, lo conoce — sonríe falsamente.
— Sí, estuvo en mi tropa el primer mes — responde mirándolo. —. Pensé que había muerto — suspira.
— No, está vivo y con muchas ganas de mi esposa — dice inaudiblemente.
— ¿Disculpa? — dice Meredith.
Tommy retuvo una sonrisa y observó nuevamente a su mujer y a Harry, quienes en efecto, no estaban haciendo nada malo, pero le causaba celos verla hablar tan animosamente con el muchacho.
La comunicación no era el fuerte en su relación y seguramente era lo que lo ponía más celoso de todo, que ella tuviera una conversación sin pausas con otro hombre sin aburrirse o que el ambiente se sintiera incómodo.
— Que raro, a Pearl no le gusta conocer gente nueva. Al menos desde que ustedes aparecieron, no — susurra la madre.
— Pensé lo mismo, me pareció extraño.
A Shelby le hervía la sangre, más aún cuando los vio reír y a Pearl poner una mano en el pecho del hombre, le fue difícil de ver.
Obsesivo o no, Tommy casi que corrió hacia su esposa y actuó lo más tranquilo posible.
— Harry. Amor — saluda. —. Van a servir la cena ya, hay que tomar nuestros lugares — sonríe falsamente.
— Perfecto, cariño — sonríe la muchacha. —. Un gusto hablar con usted, señor Watson.
— El gusto fue mío y por favor, dígame Harry — pide con una sonrisa.
— Nos vemos, Harry.
La pareja camina al comedor, donde los empleados se encontraban sirviendo y preparando la mesa, al ver a Tommy se apresuraron y terminaron rápido.
— Timothée, por favor avisa que pasen a cenar — pide el hombre sin mirarlo.
— Claro, señor.
— ¿Pasa algo, cariño? — pregunta Pearl acariciando su mejilla.
— No, solo... me duele un poco la garganta, es todo — sonríe.
— ¿Te parece si te preparo un té de menta cuando esto acabe? — sonríe.
— Eso sería espectacular.
Los invitados comienzan a pasar al comedor y tomar sus asientos. Tommy rogaba que su ex-compañero no los divisara y se sentara lejos, pero no; al encontrarse con Douglas y saludarse, el más grande comenzó a dirigirlo hacia donde se encontraba su hija y yerno, así que Harry se sentó al lado de Meredith y frente a Pearl y su celoso esposo.
— Antes de empezar, quiero hacer un brindis por Tommy Shelby. Que su gran corazón y su amabilidad perduren por siempre — dice el suegro. —. Salud — dice.
Una vez todos lo imitan, este vuelve a sentarse y sonreírle a Tom, con quien trataba de mejorar su relación. Pero este no estaba prestando atención, pues su esposa comenzó nuevamente a tener una animada conversación con Watson.
No escuchó nada, si alguien le habló, posiblemente le ignoró; no estaba de humor como para adentrarse él mismo a la conversación.
Tommy no era un hombre que se dejara intimidar y mucho menos que sintiera celos, pero cuando se incluía a Pearl, era todo muy diferente. No quería pensar mal de ninguno, pero tampoco se sentía del todo seguro.
[...]
Mucha gente ya se había retirado y como máximo quedaban seis invitados en casa.
Harry se levantó de la mesa después de acabar su trago de whiskey y sonrió.
— Donaré ocho mil euros a las fundaciones — anuncia. —. Tommy, estamos en contacto. Cualquier cosa que necesites o mandes, estoy a tus órdenes — dice amablemente. —. Muchas gracias por la invitación — sonríe.
— No, gracias a ti por venir y por tu donación — asiente. —. Espero verte pronto, Harry — suspira.
— Tienes una increíble mujer, muchas felicidades — declara.
Y él ya no podía más.
¿Por qué tenía que halagar tanto a su esposa? Que la deje en paz, ¿era acaso tan complicado?
Sin embargo, Pearl se sonrojó y se despidió de él, pero aquel gesto molestó aún más a Tom, quien observó claramente la posición de la mano del muchacho en su esposa.
— Bueno, ya es tarde, deben estarte esperando afuera — finaliza algo irritado.
— Sí. Nos vemos — sonríe.
Pearl largó un suspiro y miró a su esposo, notoriamente cansada y rezando para que la gente tomara consciencia de la hora y se retirara.
— Muy amigable, ¿no? Harry.
— Oh, sí. Es buen tipo, además su donación fue excelente — asiente.
— Si, muy coqueto también.
La muchacha, quien había tratado de evitar pensar en los celos de su marido, escondió su rostro entre sus manos y respiró pesado.
Los celos de Tommy eran notorios, estaba molesto.
— Sabes que yo no necesito a nadie más, ¿verdad? — pregunta. —. Fue la única persona que se atrevió a hablar conmigo hoy.
— Vaya, qué considerado.
— Thomas, basta. No me estoy metiendo con él o algo por el estilo, es suficiente. No entiendo por qué nunca puedes creer en mí.
— Harry no tiene fama de ser muy fiel, solo eso. Tengo que ir a despedir a los últimos invitados, ve a dormir si quieres.
Sin más que decir, el hombre salió del comedor y Pearl fue a la cocina a preparar el prometido té de menta.
Pensó en por qué Tommy había arruinado un buen momento, en cómo Harry le había hablado y los repentinos celos de su esposo.
No quería hacerlo sentir mal, pues tal vez eso era lo que estaba experimentando pero ella no hizo nada mal. Ni ella, ni Harry.
Nadie tenía la culpa, nadie más que el celoso de Thomas y aunque no le disgustaran los celos, no veía al caso su comportamiento, ni se le hacía una coincidencia.
A Pearl no le gustaba lidiar con hombres, le parecían demasiado estúpidos y ese día, fue un claro ejemplo del por qué. Pero, ¿tenía sus razones? Pues ella misma podía admitir que su conversación junto al casi americano fue más interesantes que las que tenía con Tom la mayoría de las veces.
¿Pero qué decía? Con Tommy, todo era absolutamente mejor... o al menos pasable.
Buenas, bueeeenas.
¡Tenemos a un personaje nuevo! Ya tengo cara y todo, pero espero que a ustedes les simpatice a quien escogí aunque me re dolerá lo que haga y tener que tenerlo con esa cara, lol.
Harry Watson inicia su parte en esta novela, ¿qué opinan de él?
Ah, y, ¿qué piensen que pase con Alfie?
Espero que les haya agradado, recuerden que si tienen algún comentario háganmelo saber.
Son increíbles.
- Mary, xx.