[Notita: Entramos al capítulo final, preparen algunos pañuelitos por si acaso]
[Notita dos. Cap inspirado en la canción de Stay we me de Miki Matsubara]
— • —
Ante la conmoción, Kanao entró a la habitación después de la salvaje aparición de Inosuke y el grito de su maestra, y con un poco de preocupación en su pecho se permitió acercarse para ayudar en todo lo que más pueda a Shinobu-sama.
—¡Yumiko! ¡¿Dime que le pasa?!- Exigió el ojiverde apenas se puso de lado de la pálida y sudorosa gigante.
— ¡Es su presión! La sangre de la transfusión parece ser rechaza por su cuerpo y tiene dificultad por respirar— Contestó impaciente Shinobu quien giró su cabeza hacia Kanao en busca de la medicina en caso de emergencia, pero el pequeño frasco que esperaba le fue entregada otra mano. Antes de poder mencionar algo sobre los invitados, la misma persona quien temblaba por miedo habló lo más firme que podía.
—Sálvala— Inosuke sostuvo temploroso el frasco con la posible salvación para su amada gigante. El simple hecho de que con el paso de los segundos está alejandose la oportunidad de que regrese a sus brazos, lo aterroriza.
Shinobu, quien tomo la medicina con agilidad, se levantó hacia el despacho y tomar algunas cosas para el procedimiento, así mismo pidió que Kanao e Inosuke se colocaran a los costados de la paciente y se mantuvieran listos para sostener el sudoroso cuerpo que se estremecía por las dolorosas respiraciones.
Los minutos que le tomó a Shinobu intervenir e inyectar el liquido con cuidado por una de las venas dorsales fueron pocos, pero el abismal dolor que sentia la donadora sangre fueron apaciguandose intraquilamente hasta que la presión y las fuertes respiraciones se apagaron lentamente, pero...
—Yumiko, Yumiko abre los ojos— El ojiverde quien se mantuvo sosteniendo sus manos durante el procedimiento sintió la perdida súbita de fuerza y la poca calidez que enmanaba aquel cuerpo se había desvanecido por completo.
Shinobu quien trataba de mantener una postura optimista y tranquila para buscar más soluciones en escasos minutos, comenzó a perder esperanzas así como la fuerza de reprimir sus ganas de llorar ante la frustración, enojo hacia ella misma y culparse por no ser más firme ante los limites de arriesgar la vida de sus personas más queridas y el deber que tiene como cazadora de demonios. Sus puños arrugaban más y más los plieges de su ropa y simplemente unas gotas cristalinas cayeron sobre sus blanquecinas manos.
—Yumiko, por favor no me hagas esto— El único que se mantenia hablando era Inosuke, quien se rehusaba soltar su mano— Por favor, quédate conmigo Yumiko.
El tenue llanto silencioso apagaron las luces de aquella habitación, un salvaje muchacho testarudo renegaba en soltar aquella fría mano, una mujer joven trataba mantenerse firme por aquellos jovenes cazadores, pero no encontraba soluciones para calmar su llanto, y una joven cazadora solo pudo sostener la mano de su maestra y tratar juntar las piezas destrozadas por la pésima situación...
El lamento y la perdida se habían posecionado en aquel momento melancólico, llevado a cabo por la... muerte de Yumiko Fukubashi.
.
.
.
¿Qué significado tiene la vida?
"Depende de cada persona, Yumiko"
Entonces...
¿Cuál es el significado para ti, mamá?
"Um, tal vez el amor"
¿Entonces el amor es la solución a todo?
"No a todo, depende de cada persona"
No recuerdo en que momento precisamente cerré mis ojos, ¿acaso la anestesia de Shinobu tomó un efecto más pronlogado? entonces porque me siento tan liviana...
En alguna parte, una joven mujer alta caminaba sobre un espacio blanco, muy blanco y sin nada a su alrededor, creyendo que todo debe ser un sueño provocado por las sustancias administradas en su cuerpo. Yumiko caminaba sin tener un rumbo, pisando con sus pies desnudos la suavidad como un cómodo futón, del cual no quiere separarse y mantenerse ahí, si es posible, toda la vida.
El tener un espacio tan abierto y tan infinito provocaba que sus preocupaciones desaparecieran, se desvaneciera con el soplo de un viento así como ella, siente que se desvanece lentamente, pero no desea eso, quiere saber donde está su querido alumno, su apreciada amiga y los recuerdos que ha llevado recolectando durante el tiempo de vida.
—Yumiko
Una suave susurro permitió que recuperara la consiencia de su liviano cuerpo, y sorpresivamente vio a su madre sonriente, llevando las mismas ropas que recordaba en su infancia y el momento la llenó de nostalgia, el querer abrazar y sentir la calidez de su madre era un anhelo guardado en lo profundo de sus sentimientos desde que la perdió. Yumiko alcanzó a sentir la tenue caricia de su mano sobre su mejilla. Quisó llamar a madre pero su voz se había marchado y se apartó asustada por un momento.
— Tranquila mi Yumiko, aún no es tu hora— Habló suavemente su madre quien aún conservaba su juventud, ella la tomó de su mano y comenzaron a caminar en una linea recta— Has crecido formidablemente, me enorgullece que seas tan alta, tal vez algunas dificultades que solia tener no las tengas tu probablemente— Sonrió la mayor mientras que la atonita Yumiko aún trataba de comprender en lo que estaba ocurriendo en ese momento, ¿Estaba soñando, no?
—Parece que aún dudas Yumiko— Su mirada grisacea se encontró con los amorosos ojos de su madre quien sin palabras lograba comprender lo que pasaba por la mente de su niña— No es un sueño, pero no es tarde para querer despertar, ¿no es así?— Yumiko sin saber como reaccionar, se dio cuenta que su altura había cambiado y miró al suelo, observando que llevaba su pequeño yukata de la infancia, ¿cuando fue que...?
Y al girar su pequeño rostro, hacia la mano que sostenía. No encontró al de su madre, sino la cálida y amistosa mano de su respetada y querida hermana mayor. Kanae quien vestia con su usual traje de cazadora junto con el haori de mariposa, sostuvo su mano con cariño y siguieron recorriendo el camino.
—Yumiko, pensé que no te encontraría tan pronto por aquí— Mencionó la de cabellos de morado oscuro hacia la pequeña Yumiko— Esto me recuerda como la primera vez que te traje conmigo a la finca, Shinobu me buscaba enojada por haber llegado tarde— La nostalgica risa de Kanae provocó que lentamente Yumiko lagrimeara, quiso mantener su postura madura que ha conseguido siendo... siendo... no podía recordarlo.
Angustiada volvio a mirar a Kanae desde una altura no tan diferenciada, y nuevamente observo que sus ropas habían cambiado y su altura casi igualaba a su yo de los 14. En busca de respuestas, intentó hablar pero fue el mismo resultado.
—Me alegra que te hayas convertido en una maravillosa persona y en una sabia maestra a pesar de lo joven que eres— Comentó Kanae, pero su tono alegre cambió un poco luego de mencionar algo que impacto en la pelimorada de ojos grises— Pero debes recordar que debes hacer a tu persona la mayor prioridad.— Dijo firmemente la mayor quien lentamente fue soltando su mano y el andar de ambas se había detenido.
—El camino que hemos recorrido juntas no termina aquí— Señalo Kanae con la mirada fijada en un punto entre todo el blanco que Yumiko podía percibir— Así que quedate con las personas que te esperan ansiosos más adelante.
—Pero...— Yumiko quien finalmente había recuperado su voz, giró su rostro en dirección a Kanae pero solo había quedado una suave brisa como en su eterno laberinto de árboles... ¿árboles? Cuando se dio cuenta, ella se encontraba a menos de 10 metros de su casa en el bosque, entonces a su costado el vuelo de una mariposa la guió hasta la calidez de los recuerdos que había hecho junto a su querido alumno.
—Inosuke...— Una garrasposa voz rompió la depresiva burbuja que rodeaba la habitación. Las mujeres alrededor de Yumiko estaban impactadas por el hecho de que la pelimorada abría débilmente sus ojos grisaceos—¿Por que están llorando?
—¡Maldita sea, Yumiko!— La mujer que sostenía su mano de manera temblorosa hablaba como Inosuke, y no fue que al instante se abalanzó contra ella sin querer separase jamás.
—¡Yumiko! ¡Inosuke-kun aléjate y dale espacio para que respire! ¡Kanao trae uno de esos sueros, necesito administrar sacarosa y potasio!— Pero lo que primero hizo la pilar fue también apresurarse para abrazar a su querida amiga y hermana Yumiko.
Solo un milagro, fue lo que salvo la vida de Yumiko, o eso creían las llorosas personas aferradas a la débil mujer postrada en el futón. Por otra parte, Kanao quien se mantuvo un poco alejada suspiró en alivio por que las cosas salieron bien y no hubo pérdidas, pero observó que una brillante mariposa de preciosos colores arcoíris salía por un costado de la señorita Yumiko, y aquel aleteo sublime le recordó con un vistazo la figura de Kanae y una hermosa mujer parecida a la paciente.
Es un acierto, un milagro y el impulso de regresar al lado de las personas que te hacen feliz fueron el apoyo y el motor para que Yumiko no se rindiera al final, además de que siempre hay otras personas cuidando de ti aunque ya no estén contigo.
.
.
.
Pasaron exactamente cinco días luego de aquel acontecimiento, y durante ese periodo de tiempo, Inosuke se había rehusado a alejarse de Yumiko y pensaba cuidarla por su cuenta. Claro, mitad de lo que quería hacer fue rechazado y muchas personas de la finca de mariposa vinieron a visitar a su amada gigante, y entre ellos el cabeza dura de Gonpanchiro y el ruidoso de Chenitzu.
—¡¿Cómo es posible que conozcas a una belleza así?! ¡Te quiero arrancar los cabellos y dejarte calvo!— Claro, la tranquilidad y reposo de la maestra fue cuestionable por el ambiente lleno de júvilo en su habitación. Pero en los ojos grises miraba con felicidad la gran amistad que tiene su querido alumno con sus amigos y la gente a su alrededor. Estar en un lugar lleno de felicidad era más efectivo que cualquier medicina, reparaba el alma.
—¡Cállate, no debes gritar maldita sea!
—¡Pero también me estás gritando!
—¡¿Hah?! ¡Quieres pelear con el rey de la montaña!
Pero entre amenazas, el chico Tanjiro, Aoi y Shinobu trataban de poner orden y tener un espacio optimo para que Yumiko pudiera descansar. Al caer de la noche, un muchacho de brillosos ojos verdosos se escurría a la habitación de la mayor y poder dormir junto a ella. Y hoy no era distinto, Inosuke sostenía su mano con cariño bajo el cobertor mientras conversaban entre susurros.
— Estoy agradecido por tenerte a mi lado.
— Y yo por estar al tuyo.
—Entonces, prometes quedarte conmigo hasta que seamos viejos ancianos arrugados.
—Sí, prometo quedarme a tu lado en esta y en la otra.
—Fin—
.
.
.
.
Hola, espero que tod@s ustedes hayan disfrutado leer esta historia tanto como yo escribiendola, y a pesar de los altos y bajos que ha tenido el desarrollo de Enséñame dedicada con todo mi corazón a Inosuke ̶H̶a̶s̶h̶i̶b̶a̶r̶a̶ Hashibira de Kimetsu no Yaiba.
Para mí, se siente como si se hubiera cerrado una etapa en mi vida y me alegro de haberla compartido con ustedes mis estimados lectores. Estaré escribiendo el epílogo y notas finales en donde podrán hacer preguntas y disfrutar un poco del futuro de esta pareja.
Hasta entonces, les agradezco nuevamente el que hayan leído mi historia.
Sin nada más que agregar,
me despido.
Les quiere mucho, Mint-sama