" Los secretos de una Bestia...

By Yuni0298

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"(...) Bésame, dame la humedad de tu lengua, de tus labios, has que tu saliva se confunda con la mía creando... More

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By Yuni0298

No se movía, mantenía su mirada clavada en la puerta de su casillero... petrificada. Inhaló con todas sus fuerzas tratando de tranquilizarse o aseguraba que haría el ridículo delante de él, y eso es lo menos que quería hacer en esos momentos.

Con la mirada en sus zapatos se giró con lentitud para darle la cara, siempre con la mirada abajo, hay que demostrar respeto hacia su persona o sino recibías tu merecido a la manera que solo Víktor Vinogradov sabe hacer.

- Lo siento... - susurró nerviosa - no volverá a pasar

- Mira niña - sintió su aliento a cigarrillo cuando habló tan cerca de ella - puede que me coja a tu prima, pero eso no te da el derecho de mirarme - gruñó en su rostro

Mordió su labio inferior nerviosa, tenía miedo de ese hombre, nadie se atrevía a enfrentarlo o a llevarle la contraria y si lo mirabas a los ojos...acabas de cavar tu propia tumba.

Sus ásperos y gruesos dedos se posaron con violencia en su barbilla haciéndole daño, soltando un gemido de dolor. El rostro de Lucía fue alzado con rapidez hacia el suyo.

Sus indiferentes ojos carentes de emoción se clavaron como estacas sobre los de ella, enviando una corriente eléctrica por todo su cuerpo haciéndola estremecer en su lugar.

Víktor alzó su mano retirando las gafas de la indefensa chica dejándola endeble ante él , tuvo que pestañar varias veces para adaptar su vista y aún así, todo lo veía borroso.

Comenzó a retorcerse bajo su tacto, si no la soltaba iba a llegar tarde a clase, nunca había faltado a ningún turno de clases, siempre era la alumna sobresaliente, ejemplar, nunca había sido señalada por ningún profesor, es una buena estudiante.

Lucía lo miró rogándole con la mirada que la dejara ir, pero al parecer nada causaba efecto en él. Su mano abandonó su barbilla para dar un fuerte empujón en su hombro, tan fuerte que su espalda escoció cuando impactó contra el casillero reflejando en su rostro la molestia por el dolor.

Tuvo que sostenerse de la puerta del casillero para no perder el equilibrio y caer al suelo. Echó su cabello hacia atrás para poder verlo mejor ya que este debido al empujón y el impacto se había salido de lugar.

Con timidez y muy cohibida por primera vez observó el color de sus ojos, azules claros que adornaban su rostro embravecido.

Cómo es que alguien tan malo, altanero y sádico puede tener tanta belleza y a la vez estar vacío por dentro.

Desvío su vista de sus imnotizantes ojos hacia la mano que sostenía sus gafas, al parecer no tenía intención de devolvérsela, lo miró de una manera que comprendiera que las quería de vuelta, sin ellas no podía ver, al parecer él había captado el mensaje, ya que con una sonrisa vacía le dedicó una de sus más frías miradas haciendo que la pobre Lucía se encojiera en su lugar.

- Me l..la dev..vuelmes p.por favor - titubeó al hablar, las palabras salían intendibles por lo nerviosa que estaba y con el miedo a flor de piel.

Sus lágrimas amenazaban con salir, si lo sé, era débil en todos los sentidos, tanto física como mental, después de tantos malos buches tragados aún no se adaptaba a este trato tan...humillante.

Una maquiavélica sonrisa de lado asomó en su rostro de aquel muchacho transformándolo en solo maldad pura, lo que se avecinaba no era nada bueno, ella lo podía presentir rondando en el ambiente.

Estiró la mano que contenía sus gafas poniéndola frente a ella, dedicándole la asustada Lucía una mirada de duda, no confiaba en él.

Lo siguiente que sintió fue un crujido, algo quebrándose, una lágrima salió de su ojo derecho, que había hecho para merecer un trato como este, no le gustaba que la vieran llorar y mucho menos él...pero ya no aguantaba más...estaban rotas...lo que tanto cuidaba con todo cariño estaba roto.

Entre los dedos de Víktor se encontraban lo que alguna vez fueron sus gafas, rotas, quebradas si se le podía llamar gafas. Algunos cristales se habían incrustado en su piel, pero al parecer eso no le importó ya que no mostró...nada de su parte, ni un quejido de dolor o alguna mueca...nada...ese chico no sentía nada.

- Estás advertida Riddell - su voz gruesa le heló la sangre - no me mires más o recibirás algo peor.

Los trozos de lo que una vez fueron sus gafas cayeron de su mano, las había tirado, como si fuera basura, bueno básicamente lo es, ya no servían para nada.

Su musculosa espalda se puso en su campo de visión cuando se giró para retomar su camino a no sé dónde. Cuando estuvo lo suficientemente segura que no volvería fue que pudo estar tranquila.

Un suspiro de dolor y tristeza abandonó sus labios al observar sus gafas.

Se agachó en el suelo para recoger sus rotas gafas, lágrimas salieron de su rostro.

Ahora que hacía?...que podía hacer?

Esas gafas fueron compradas por su madre de un pequeño ahorro que había hecho hace tres meses, ahora como le decía que estaban rotas?

Lucía no tenía cara para decirle una cosa así a ella, su madre trabajaba mucho para recibir de ella más problemas de los que tenían.

Secó sus lágrimas con la manga de su abrigo mientras echaba lo que quedaba de las gafas en la mochila. No podía ir a clases, después de todo el profesor no la dejará entrar, ya era muy tarde.

Guardó una vez más los libros en el casillero para poner la clave y cerrarlo, colocó su mochila en su hombro a la vez que salía de la universidad hacia el patio trasero.

El gélido aire golpeó su rostro en cuanto puso un pie fuera, su cuerpo tembló ligeramente debido a eso. Caminó hacia una de las bancas para colocar la mochila en el suelo y sentarse.

Recostó la cabeza sobre la mesa, aunque tenía frío prefería estar aquí afuera que bajo la mirada de aquel salvaje, siempre a sido así, desde que su prima se lo presentó como su novio oficial siempre ha mantenido la misma seriedad y misterio.

Las horas fueron pasando hasta que sonó el timbre del recreo, se levantó e ingresó a paso rápido al interior de la universidad, el frío le estaba matando y con ellas las ganas de ir al baño.

Esquivando cómo pudo a todos aquellos que salían despavoridos hacia la cafetería logró llegar al segundo piso donde se hallaba el baño.

Estaba desolado, todos estaban en la cafetería o eso supuso, unos ruidos extraños provenientes del baño la alarmaron que no estaba del todo sola.

Quien podría ser?

Era toda una curiosa, se podría decir que ese era su defecto, pero que esperaban, nadie es perfecto.

Con mucho sigilo se fue acercando al cubículo de damas, lugar de donde provenía ese inquietante ruido.

Mientras más de acercaba a la puerta, más se iba aclarando el ruido, que no era un ruido cualquiera sino...gemidos?

La puerta del baño de damas estaba entreabierta dejándole un poco de visión a lo que estaba sucediendo allí adentro.

Los ojos de Lucía se abrieron desmesuradamente mientras llevaba sus manos a sus labios ahogando un gritó de asombro y sorpresa.

Maldita la hora en la que vino a aquí....

No daba crédito a lo que veía, su prima sentada abierta de piernas en el lavamanos, con la blusa rasgada dejando sus pechos operados al aire, su cabello rosa alborotado, su maquillaje corrido y su boca abierta de la cual provenían sonoros gemidos de placer.

Y él...

Él la estaba follando como todo un animal!!!

La vergüenza y la pena mataba a Lucía, no había visto nada igual,
sus embestidas eran bestiales, sus nalgas se contraían cada vez que arremetía contra ella, no podía observar con claridad a falta de sus gafas, la imagen que podía visualizar era borrosa.

Pero al contrario de ella... él no gemía, sino...gruñía?, Como un animal...un perro rabioso.

Sorpresa y asombro era lo que había en su rostro al ver como, cada embestida que daba el lavamanos se quebraba, se estaba rompiendo...esto era brutal, una bestia es lo que es....

Movió sus piernas torpemente tratando de irse de esa horrible y erótica escena pero, sus piernas fallaron por el nerviosismo, haciendo que cayera de bruces contra el suelo del interior del baño de damas.

Lucía cayó a cuarto patas como aquel que dice en la escena del crímen, tapó sus ojos con sus manos mientras se reincorporaba torpemente de su patética caída.

- L..lo si.. siento no qu...quería interrumpir so..lo quería ir al baño - habló rápido trabándose en ciertas palabras

- Pero mira que tenemos aquí...

Sintió cierta burla en sus palabras, había caído ante la bestia, entreabrió un poco sus dedos pero a la velocidad de la luz los volvió a cerrar al darse cuenta que aún no se había subido los pantalones y tenía aquella....cosa al aire.

- Acaso querías ver cómo me follaba a tu prima? - dijo arrogante

- N..no yo s..solo... - la interrumpió

Algo frío se plantó en su frente, lo sentía, algo metálico, se comenzaba a asustar.

- Abre los ojos... Riddell...

Demandó potente, parecía enojado, y quien no, le habían arruinado su polvo.

- Amor ella es solo una niña - expresó burlona Susan - no sabe nada de esto, ni siquiera a dado su primer beso - río con arrogancia

- Por eso, ya es hora de que vaya aprendiendo...no es así Riddell?

Lucía asintió rápidamente a sus palabras, estaba aterrada, tenía miedo de que él le hiciera algo.

Con lentitud fue retirando la mano de sus ojos descubriendo que lo que tenía en frente era una pistola.

Una pistola!!!... Gritó mentalmente..

Clavó su vista en el techo, no quería mirarlo aún con su cosa afuera y a su prima aún abiertas de piernas, porque me pasan estas cosas?...eran esas simples preguntas las que siempre rondaban por su cabeza.

Retiró la pistola de su frente mientras se dirigía a su prima una vez más, lo otro que hizo Lucía no sabría que decir, ya que volvió a cerrar los ojos nuevamente.

- Mírame!

Su grito la estremeció de pies a cabeza, abrió sus ojos y con miedo los clavó en su persona.

Había ajustado sus pantalones y acomodado a su diminuta cintura, la ropa un poco desajustada y estrujada debido al jaleo que tenía hace unos instantes lo delataban, unas pequeñas gotas de sudor se deslizaban por su cuello perdiéndose entre sus pectorales, la mirada traviesa y arrogante que le dedicaba la ponía nerviosa.

La iba a traumar de por vida.

Si antes no lo juzgaba por su fachada de chico malo y criminal, ahora sabe que lo es, no es sólo una fachada, Viktor Vinogradov es malo y peligroso.

Lo odiaba por destrozar las gafas que le había regalado su madre y ahora a aumentado su odio por lo que le estaba obligando a presenciar.

- Ven aquí....

La agarró con fuerza del brazo haciendo que se levantara del suelo, su fuerte brazo rodeó su cintura pegándola a su cuerpo, enseguida aquel dulce aroma que desprendía su cabello se coló por las fosas nasales de Víktor... haciéndolo viajar hacia el paraíso...

La risa burlona de Susan se escuchaba en el cubículo observando el espectáculo que daría su novio.

Lucía luchaba, forsejeaba y golpeaba a Viktor intentando escapar de su agarre..pero nada funcionaba, las lágrimas comenzaron a salir cuando su cuerpo quedó atrapado entre la pared y el de Viktor.

- Suéltame!!!...no me toques!!! - gritó - sueltam....!!!

La inmensa mano de Víktor cubrió sus labios impidiendo que siguiera gritando.

- Enséñale como se trata a una mujer de verdad cariño - río - ya es hora que aprenda....

Su áspera y caliente lengua se deslizó por su mejilla izquierda librándola de cualquier rastro de lagrimas, con su mano libre comenzó a acariciar su cuerpo...tocando sus senos, muslos y glúteos dejándola quieta en su cintura donde inició una serie de caricias por toda su cintura y vientre.

Lucía estaba aterrada, le daba asco que la tocara sin su permiso, no le agradaba, lo odiaba con todo su ser.

Su mirada cargada de coraje y odio se entrelazó con la deseosa suya cuando una siniestra sonrisa adornó su boca...llevando sus labios hacia su oreja en donde chupó y mordió su lóbulo.

- Creo que no podré....controlarme.... Riddell














Continuará.....

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