Amor en Londres (Faberry)

By Laureen_Aileen

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Quinn Fabray, una joven de 22 años, es desterrada de EE.UU. por escribir un libro en contra del ex presidente... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítuo 19
Capítulo 20 (Final)
Epílogo

Capítulo 5

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By Laureen_Aileen

Rachel

La tía Beth se iba el domingo por la tarde, así que la noche del sábado la compartiríamos con ella. Estuvimos todo el día contándole de las audiencias de Quinn, mis buenas notas en la universidad y el hecho de que Evelyn y Quinn están tomando clases de canto. Lo que ocasiona que Puck no pare de insistirles que se una a su banda y ellas le digan que no.

Esa noche estábamos en la sala, mirábamos como Evelyn y Quinn practicaban para una prueba de canto que tenían el lunes. Tenían que aprenderse la versión en inglés de Chiquitita, de Abba. La cantaron con la versión original sonando en el reproductor de música y la tía Beth observaba sonriente. Especialmente a Evelyn, ya que no sabía que pudiera cantar tan bien. Al terminar las aplaudimos y la tía Beth las felicitó por tener una hermosa voz. Miré el piano atrás de mí y se me ocurrió una idea. Me acerqué a Puck y le dije que trajera su guitarra y que se preparara para tocar. Me miró sonriente y salió corriendo a su cuarto. Fui a la repisa y busqué las partituras mientras los demás me miraban curiosos. Cuando vieron entrar a Puck con la guitarra, mi papá Hiriam comenzó a reí junto con Evelyn.

La encontré, me senté sobre el piano y la preparé. Miré a Puck y me asintió. Luego miré a Quinn, ya que debía tener la letra de la versión en español en sus manos. Me acerqué y le quité las hojas. ¡Sí, la tenían! Se las extendí y me miraron sorprendidas mientras me acercaba al piano y colocaba los dedos en su lugar.

«Canten otra vez, por favor»

Puck comenzó y le seguí dos segundos después de observar bien las notas. Mientras tocaba miré por un segundo a Quinn y estaba maravillada. Luego comenzó a cantar.

Chiquitita, dime por qué.
Tu dolor, hoy, te encadena.
En tus ojos hay,
Una sombra de gran pena
No quisiera verte así
Aunque quieras disimularlo
Si es que tan triste estás
Para que quieres callarlo

Quinn cantó esta primer parte sola. Mientras tocaba el piano, escuchaba su voz y me enorgullecía. Puck tocaba junto conmigo y no escuché una voz más hasta que a continuación, Evelyn comenzó a cantar con ella.

Chiquitita, dímelo tu
En mi hombro, aquí llorando
Cuenta conmigo ya
Para así seguir hablando
Tan segura te conocí
Y ahora tu ala quebrada
Déjamela arreglar
Yo la quiero ver curada

Las dos voces juntas, en susurros, eran hermosas. La que más me gustaba era la de Quinn y no lo digo porque sea mi novia, es porque así lo era realmente.

Chiquitita, sabes muy bien
Que las penas vienen y van y desaparecen
Otra vez vas a bailar y serás feliz
Como flores que florecen
Chiquitita, no hay que llorar
Las estrellas brillan por ti, allá en lo alto
Quiero verte sonreír para compartir
Tu alegría, chiquitita
Otra vez, quiero compartir
Tu alegría, chiquitita

Las miré y estaban juntas cantando una al lado de la otra. La tía Beth miraba a Quinn asombrada y sonreí, volviendo a concentrarme en las notas musicales. Mientras que Evelyn cantó lo siguiente sola y su voz era preciosa.

Chiquitita, dime por qué
Tu dolor hoy, te encadena
En tus ojos hay
Una sombra de gran pena
No quisiera verte así
Aunque quieras disimularlo
Si es que tan triste estás
Para que quieres callarlo

Mi papá Leroy se acercó a mí y quedó mirando como tocaba mientras comenzaban con el estribillo alegremente.

Chiquitita, sabes muy bien
Que las penas vienen y van y desaparecen
Otra vez vas a bailar y serás feliz
Como flores que florecen
Chiquitita, no hay que llorar
Las estrellas brillan por ti, allá en lo alto
Quiero verte sonreír para compartir
Tu alegría, chiquitita
Otra vez, quiero compartir
Tu alegría, chiquitita
Otra vez, quiero compartir
Tu alegría, chi-qui-ti-ta

Terminaron de cantar pero continué con mi solo, Puck dejó de tocar para darme ese honor. Cuando terminé, los demás estaban a mi lado. Quinn envolvió sus brazos alrededor de mis hombros y apoyó su mejilla en la mía, supe que lloraba al sentir que estaba mojada. Me giré en mi asiento y me miraban sonrientes, con Puck chocamos nuestras palmas como un cumplido y miré a Quinn. De sus ojos continuaron saliendo lágrimas y se las sequé mientras la miraba tiernamente. Aunque me sorprendió besándome y le respondí mientras todos se retiraban riendo.

Quinn

Leroy e Hiriam se han convertido en mis padres, los quiero muchísimo y ellos me quieren de la misma manera, pero eso no significa que haya olvidado a mi familia, al contrario, los extraño aún más y no tengo noticias de ellos. Lo que me hace enloquecer.

Hubo un fin de semana que la tía de Rachel, Beth, pasó el fin de semana y durmió en mi habitación. Es una gran persona, la madrina de Rachel y una gran defensora de nuestra intimidad. Sí, vino desde Irlanda especialmente para hablar con nosotras por decidir abstenernos a tener sexo hasta después de que consiga mi ciudadanía. Nos dijo que si nos amábamos y decidíamos que era hora de hacerlo, que no lo dudáramos. Igualmente decidimos intentar cumplir con nuestra promesa, se lo debíamos a Hiriam y Leroy.

Puck me preguntó si sabía tocar algún instrumento, le dije que nunca aprendí a tocar ninguno porque no me gustaban y que lo mío era el canto. La verdad es que sabía tocar la guitarra, lo que ocurría es que solía tocar con mis hermanas y me traía recuerdos, haciéndome querer llorar. Evelyn y yo estamos tomando clases de canto y al parecer somos muy talentosas. Ahora tenemos que soportar a Puck que insiste en que nos unamos a su banda y ya estamos cansadas de decirle que no.

Rach me sorprendió revelándome su talento, el piano. Haciendo que Evelyn y yo cantáramos la versión en español de chiquitita, de Abba, con la ayuda de Puck que la acompañaba en la guitarra. Es muy buena y sé con seguridad que si se dedicara a ello tendría un buen futuro en la carrera musical. Cuando terminó de tocar la abracé con admiración y la besé emocionada por la letra de la canción que me hacía sentir identificada con la tristeza que llevaba por dentro.

Días después de que su joven tía de 30 años se marchara, estaba ayudando a Leroy a cocinar cuando escuchamos a alguien correr. Nos giramos para ver entrar a Evelyn con su novio Edward. Él traía una notebook en sus manos y Evelyn parecía consternada.

«¿Qué pasa?»

Le preguntó Leroy pero en cambio, Evelyn miró hacia mí y su mirada me dio escalofríos por toda la espalda.

«Quinn, necesitas ver esto.»

Observé como Edward ingresaba en su Facebook y daba play a un video que estaba enlazado en el muro de su página. Me extrañó que dijera Para Quinn Fabray y presté atención. Apenas comenzó me inundó la necesidad de llorar, eran mis hermanas abrazadas una a la otra y hablaban a la cámara.

«¡¡Hola, Quinn!! Enlazamos el video en el muro de un chico brasilero que conocimos en un baile y que casualmente tiene un amigo inglés que tenía una foto tuya con otras personas más. ¡¡Ah!! ¡Que locura!»

Hicieron una pausa para reírse y en ese momento Rachel se unió a mirar.

«¿La morena de ojos marrones que estaba abrazada a ti es tu novia? ¡Tenías bien guardadito el secreto de que eres lesbiana, eh! Vimos la foto de hace unos meses atrás en el partido, gritando los goles con ella y te vimos feliz, nos alegra mucho. Es un poco raro imaginarte con una mujer, pero no nos importa mientras se amen.»

Miré a Rachel mientras unas cuantas lágrimas corrían por mi mejilla, ella me abrazó y me dio un beso en la frente.

«Una amiga nos mantiene informadas de lo que dicen de ti en Internet y ahí fue donde nos enteramos de ustedes, gracias a la foto del partido. Y después vimos la foto en el Facebook de tu amigo y bueno... nos dimos cuenta de la verdad.»

Erica, la cual había estado hablando hasta ahora, dejó de hacerlo para darle una oportunidad a Fernanda.

«Estamos orgullosas de ti. No nos importa tu orientación sexual porque te amamos. No importa en qué parte estés de Londres, ten en cuenta que aquí hay personas que te quieren y piensan en ti siempre. Más allá de cualquier religión, te amamos Quinn. Erica no se anima a decirte esto porque es una cobarde, pero si encuentras a los gemelos Weasley por ahí, envíalos para aquí y les haremos compañía.»

Al escuchar eso, todos los que miraban el video, incluida yo, nos reímos y noté que estaban por terminar.

«Te queremos mucho hermanita, cuídate.»

Dijeron las dos a la vez, demostrando que eran gemelas.

Terminó el video y la angustia me llenó por completo. Acerqué la silla más cercana para sentarme, apoyé mis brazos sobre la mesa y escondí mi cara en ellos para llorar. Extrañaba a mis hermanas más de lo que creía. Ellas, que eran las homofóbicas más grandes del planeta estaban felices de verme con Rachel. Levanté mi rostro al sentir una mano sobre mi hombro y al ver que era ella, me puse de pie y la abracé. Me quedé llorando sobre su hombro por mucho tiempo hasta estar al borde del derrumbe. Leroy insistió que bebiera un té con limón que él mismo me preparó, bebí para sentirme mejor pero no me quitó la tristeza ni la melancolía. Igual le agradecí a Edward y Evelyn por enseñarme el video.

Rachel me tomó de la mano y me llevó a la sala, donde nos sentamos una al lado de la otra. Le acaricié la mejilla y la miré, sabiendo que era extremadamente hermosa. Acercó sus labios a los míos y me regaló el beso perfecto. Estaba lleno de emoción, dulzura y por sobre todo, amor. A medida que lo profundizamos, la sentía más acoplada a mí y creo que logró detener la sangre que corre por mis venas pues no podía ni respirar. Tuvimos que detenernos al escuchar el grito de Leroy llamándonos. Quería que fuéramos al mercado por unas cosas. Le dijimos que no había problema y que era una buena excusa para distraerme; cuando estábamos abriendo la puerta delantera y agarrando las llaves del auto, nos sorprendió un cartero a punto de llamar. No dijo nada, solo entregó la carta que tenía en sus manos y se fue.

Al ver que iba dirigida a mí me asusté, era del gobierno de los Estados Unidos. Miré a Rachel asustada y suspendimos la diligencia un momento. Fuimos a la cocina y allí me senté a abrir el sobre. Leroy me miró extrañado y al ver la carta palideció. Se habían enterado que los ingleses me aceptaban como una de ellos y el presidente actual, me suplicaba que no lo aceptara. Según él, no debía negar mis raíces y debía defender mi país con honor. Tenía hasta la siguiente semana para enviar mi respuesta afirmativa y regresar o me quitarían la ciudadanía para siempre.

Tomé la carta y la arrugué en mis manos. Si regresaba no podría volver a Inglaterra, si no lo hacía no volvería a ver a mi familia jamás. En ese instante tomé la decisión más difícil de toda mi vida. No tuve que pensar mucho. Hice una pelota de papel con la carta, me acerqué a la basura y la tiré con furia. Me giré hacia Leroy, Rachel y Evelyn que habían estado observándome.

«No voy a volver. Me quedo a tu lado.»

Le dije a Rachel, esta sonrió y se le llenaron los ojos de lágrimas.

«¿Prefieres quedarte y perder todo sólo por mí?»

Me acerqué a ella y la tomé de la mano, los miré para contestarles a los tres.

«Voy a vivir donde esté mi corazón y yo se lo entregué a Rachel.»

Se largó a llorar y me abrazó. Realmente la amaba y no podría separarme de ella, jamás. Me dio un beso, el cual se mezcló con lágrimas. Mientras se limpiaba el rostro, Evelyn me apartó de ellas y me habló en secreto.

«¿Te gustaría hacer algo especial para mi hermana?»

Le asentí enseguida y me sonrió.

«Entonces relaja tu garganta porque tú y yo nos unimos a la banda de Puck.»

Chocamos nuestras palmas como un cumplido y cuando Leroy y Rachel preguntaron qué pasaba, les dijimos que estábamos festejando que no me iría de Londres. Puck llegó a la casa, le comunicamos nuestra idea y se unió al proyecto al instante.

Rachel

Durante los siguientes dos meses Quinn comenzó a comportarse de forma extraña. Pasaba horas y horas con Puck y Evelyn, además de las tardes «observando» a la banda de Puck. Lo más extraño es que cada vez que ellos dos estaban juntos, Mary llamaba para saber si él estaba disponible para hablar y se suponía que estaban con ella. No quería imaginar que estuvieran juntos nuevamente pero lo hice. Me los imaginaba besándose en secreto y yo con unos grandes cuernos sobre mi cabeza. Mi papá Leroy me miraba en la cocina como caminaba de un lado a otro porque Quinn y Puck se habían ido temprano en la mañana y no habían regresado hasta ahora. ¡Y era de noche!

Papá fue al estudio de mi padre a hacer una llamada cuando apareció Evelyn, la cual me miró y sonrió.

«¿Qué pasa contigo ahora?»

Me paré en seco y la miré totalmente seria.

«¿Tú que crees? Mi novia desapareció con su ex... mi hermano. ¡¡Todo el maldito día!!»

Comenzó a reírse y se tapó la boca con la mano.

«¡Tranquilízate! Está con él y su banda. ¿Y sabes qué? Mary está allí.»

«¿Por qué?»

Negó con la cabeza y me tomó de los hombros.

«Están tocando nuevas canciones, Mary y Quinn les dan una opinión. Y quieren la nuestra así que voy a llevarte a ti y nuestros padres hasta allá.»

Esperamos a que mi padre Hiriam llegara y luego nos encaminamos a la casa de Edward (donde practicaba la banda). Los padres de Edward nos recibieron con amabilidad y nos guiaron hasta un galpón donde estaban todos. Abrieron la puerta y la sangre me hirvió en ebullición, Puck le hacía cosquillas a Quinn y esta intentaba inútilmente librarse de él. Nos quedaron mirando y se separaron, me encontré con la mirada de Quinn y apreté los dientes furiosa.

Puck indicó que la banda se colocara en sus lugares mientras que se acercaba a todos nosotros y nos acomodaba en sillas. Antes de que pudiera acercarse a mí me senté automáticamente. Cuando levanté la mirada buscando a Quinn y la vi detrás del micrófono fruncí el ceño. Más aún al ver a Evelyn entre ella y Puck, el cual preparó su guitarra y comenzó a tocar.

Me di cuenta que tocaban Love is all around, el tema de Cuatro bodas y un funeral. Me agarré la cabeza y les grité de todo al darme cuenta que no me habían dicho que Evelyn y Quinn se habían unido a la banda. Por eso se pasaba todo el día con ellos. ¡Qué alivio! Me hizo callar cuando dijo que me dedicaba la canción a mí y Puck comenzó a cantar y le presté atención.

I feel it in my fingers
(Lo siento en mis dedos)
I feel it in my toes
(Lo siento en mis pies)
Love is all around me
(El amor está a mi alrededor)
And so the feeling grows
(Y entonces el sentimiento crece)

Cantó Puck y las chicas comenzaron a hacer el coro en voz baja.

Its written on the wind
(Está escrito en el viento)
Its everywhere I go, oh yes it is
(Está adondequiera que voy, oh si lo está)
So if you really love me
(Entonces si de verdad me amas)
Come on and let it show
(Ven y demuéstramelo)

Y entonces cantaron el estribillo a todo pulmón, los tres.

You know I love you, I always will
(Tu sabes que te amo, siempre lo haré)
My minds made up
(Mi mente está hecha)
By the way that I feel
(Para el modo en que me siento)
There's no beginning,
(Ahí no hay comienzo)
There'll be no end
(No habrá un final)
'cause on my love you can depend
(Porque de mi amor puedes depender)

Casi me caigo de mi asiento por lo bella que era la canción y por los ojos amorosos de Quinn que no dejaban de mirarme. Evelyn comenzó a cantar lo siguiente sola.

I see your face before me
(Veo tu cara frente a mí)
As I lay on my bed
(Mientras estoy sobre mi cama)
I kinda get to thinking
(Y suelo pensar)
Of all the things you said, oh yes I did
(En todas las cosas que dijiste, oh si lo hago)

Lo siguiente lo cantaron los tres a todo pulmón.

You give your promise to me
(Tú me diste tu promesa)
And i give mine to you
(Y yo te di la mía)
I need someone beside me
(Necesito a alguien a mi lado)
In everything I do, oh yes I do
(En todo lo que hago, oh si lo hago)

Entonces miré a Quinn que me tiró un beso con su mano y cantó el estribillo con Evelyn haciendo el coro en voz baja. Mientras me miraba con un amor tan puro que me daban ganas de ir a besarla.

You know I love you, I always will,
(Tú sabes que te amo, y que siempre lo haré)
My minds made up
(Mi mente está hecha)
By the way that I feel
(Para el modo en que me siento)
There's no beginning,
(Allí no hay comienzo)
There'll be no end
(Ni habrá un final)
'cause on my love you can depend
(Porque de mi amor puedes depender)

Lo siguiente lo cantó Puck solo.

Got to keep it moving
(Debo continuarlo en movimiento)
Oh, its written in the wind
(Oh, está escrito en el viento)
Oh everywhere I go, yeah, oh well
(A todos los lados que voy, si, oh bien)
So if you really love me, love me, love me
(Entonces si de verdad me amas, amas, amas)

Y terminaron las dos últimas entre los tres.

Come on and let it show
(Ven y demuéstramelo)
Come on and let it show
(Ven y demuéstramelo)

Al terminar la canción fui corriendo a los brazos de Quinn y le agradecí por dedicarme la canción con un beso. Había sentido celos sin justificación, ella me amaba con el alma y Puck amaba a Mary de la misma manera.

Cuando vi que todos estaban distraídos decidí llevar a Quinn a algún lugar donde pudiera agradecerle como se debía. Llegamos hasta el frente, donde habitaba un muro totalmente oscuro que daba a la calle. Si te recostabas contra él nadie te vería y serías invisible. Luego de verificar que no había nada malo como arañas o algo así, la arrinconé y la besé apasionadamente. Formé un recorrido con mi mano desde su cuello y bajando lentamente hasta su trasero con caricias en todo lo que se interpusiera ante su paso. Logró encendernos a las dos y nos comenzamos a tocar, apoyé mis caderas en las suyas y acarició mis senos con tal delicadeza que me hizo ver las estrellas. Escuchamos que la madre de Edward nos buscaba y nos alejamos a la luz para pretender que nos dábamos un simple beso. Yo sabía que no faltaba mucho para que sucediera lo que dijo mi tía Beth y no lo soportáramos más.

Cuando llegamos a casa, notamos una carta del tribunal y nos asustamos. Estados Unidos le había quitado la nacionalidad a Quinn por lo que debía pasar el año que quedaba en la cárcel. Nos miramos y me lancé sobre ella llorando al imaginarme todo ese tiempo separadas. Me abrazó con fuerza y me acompañó en el llanto mientras le repetía una y otra vez que por favor, no se alejara de mí, que no quería perderla. Mi padre Hiriam fue a su estudio para buscar un abogado que la representara. Encontró uno caro y Quinn se negaba a que pagara tanto. Le dijo que es algo que haría por cualquiera de sus hijos y que ella era uno de ellos. Yo sabía bien que Quinn los consideraba sus padres y que le dijeran eso la destrozó. Asintió y lo abrazó, agradeciéndole. Luego subió las escaleras hasta su dormitorio e irse a dormir, agotadísima y sin siquiera darme las buenas noches.

No pude dormir de los nervios y me aparecí en la mitad de la noche en el cuarto de Quinn. Me dejó acostarme a su lado y me abrazó para que llorara.

«No va a pasarme nada.»

«¿Estás segura?»

«Vamos a estar juntas toda la vida. Solo prométeme que vas a tener paciencia al igual que yo y me vas a esperar el tiempo que sea necesario.»

La miré destrozada y le asentí. Ella me beso y a medida que profundizamos el beso nos acoplamos más una con la otra. Me quitó la parte superior de mi pijama desprendiendo los botones y luego mi sostén. Nos desnudamos una a la otra e hicimos el amor entre llantos. Fue como si nos hiciéramos una sola persona y teníamos tanto miedo de no volvernos a ver que tuvimos nuestra primera vez. Ella, al igual que yo, nunca había estado con nadie.

Se convirtió en algo especial como dijo Beth y sabía que nos ayudaría a seguir adelante. Eso era lo que tendría que darme fuerzas para continuar, la esperanza de volvernos a ver dentro de un año de separación, poder hacer el amor cada vez que queramos y demostrarnos cuanto nos pertenecemos.

Quinn

A la mañana siguiente hicimos otra locura, nos bañamos juntas (gracias a que mi habitación tiene cuarto de baño) y allí, volvimos a hacer el amor.

No nos dijeron nada cuando nos vieron salir juntas del dormitorio, pero si nos miraron incómodos, en especial Hiriam. Habíamos quebrantado una regla muy importante para él. Rachel llevaba la parte de abajo de su pijama en las manos y fue a su cuarto a cambiarse, digamos que fue un poco obvio.

Cuando llegamos a la cocina tuvimos que soportar el interrogatorio de Hiriam y Leroy. No les gustaba que hayamos estado juntas y les recordé, bastante molesta, que probablemente pasaría un año en la cárcel y que no nos veríamos en todo ese tiempo (o quizás no nos volveríamos a ver porque uno nunca sabe lo que puede suceder en esos lugares), necesitábamos algo que nos uniera más que antes y hacer el amor había sido perfecto. Luego de esa explicación nos pidieron disculpas y nos preparamos el desayuno.

Camino al tribunal, Rachel estaba muy callada y tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Lo único que pude hacer fue tomarla de la mano y darle fuerzas para seguir adelante. Leroy me recomendó que hablara bien de mi estadía en Londres para demostrar que tenía intenciones de quedarme en el país. Al comienzo de la audiencia, el juez habló de los motivos de la misma. Mi país me había quitado la nacionalidad y se debatía el que hacer conmigo. El abogado que contrató Hiriam habló muy bien de mí, explicando que era una gran escritora, buena persona y que amaba Inglaterra con el alma. Cosa que era cierto e interrumpí al abogado para decirlo con mis propias palabras.

Cuando me interrogaron me hicieron hablar de mi relación con Rachel y que esperaba de ello. Les aseguré que la amaba con todo mí ser y que quería pasar cada uno de los días de mi vida con ella. Interrogaron a todos los integrantes de la familia Berry a los que yo amaba y consideraba mi familia. Y cada uno habló maravillas de mí, haciéndome sentir querida.

Al final de la audiencia llegó el momento del veredicto, el cual consistía en que debía pasar seis meses en la cárcel y al salir tendría mi ciudadanía inglesa lista. Al escuchar esas palabras enloquecí y un policía tuvo que sostenerme para que no saliera corriendo.

«¡¡No!! ¡No pueden hacerme esto! ¡No puedo perder a mi familia otra vez! ¡¡Rachel!!»

Le grité mirándola mientras las lágrimas caían por mi rostro como si fuera el mar mismo. Hiriam la sostenía de los brazos para evitar que fuera hacia mí y que la arrestaran. Tuvieron que agarrarme entre dos policías para sacarme de allí, lo último que vi fue a Rachel llorando y gritando que no me llevaran lejos de su lado. Fue como revivir el pasado, cuando me desterraron de mi país por un maldito libro y lo último que vi de mi familia fue a mi madre gritándome que no me fuera. Ahora ella estaba muerta por culpa de una mala información. No podría seguir viviendo si algo le pasaba a Rachel.

Rachel

Al llegar el momento del veredicto, Evelyn se colocó a mi lado y mi padre me abrazó por los hombros, dándome apoyo. Mi corazón estalló en latidos y mi respiración era muy pesada. El juez dictó que debido a la buena conducta de Quinn y las buenas opiniones de los testigos sobre ella, en vez de pasar un año en la cárcel debía pasar seis meses. Era algo bueno pero de igual manera enloquecimos las dos. Mi papá Hiriam me sostuvo de los brazos mientras lloraba angustiada y pedía por favor que no la alejara de mí. Quinn comenzó a gritar y tuvieron que sacarla de allí entre dos policías.

«¡¡No!! ¡No pueden hacerme esto! ¡No puedo perder a mi familia otra vez! ¡¡Rachel!!»

El juez dio por finalizada la audiencia y se retiró mientras veía que alejaban a Quinn de mí. Papá me sostenía con fuerza y cuando desapareció de mi vista caí débil de rodillas. Evelyn me abrazó y me sacaron del edificio mientras no dejaba de llorar. Me faltaba el aire y quería salir corriendo en busca de Quinn para tenerla a mi lado. Puck indicó que llevaría a Edward y Mary a sus casas mientras los demás me llevaban a descansar.

Evelyn me recostó en sus piernas mientras sentía que mi pecho se iba a salir de su lugar. Cuando llegamos a casa me ayudó a subir las escaleras e ir a nuestro cuarto a dormir un poco. Estando en el marco de la puerta, me arrepentí y me fui a la habitación de enfrente. Sabiendo que no habíamos cambiado las sábanas me lancé sobre ellas y aspiré su olor, todavía estaba ahí. Junto con el recuerdo de las caricias y besos que me había dado. Vi su mesa de noche y estaba la foto que le regalé en su cumpleaños. La tomé y la abracé alrededor de mi corazón mientras que Evelyn se sentaba a mi lado y acariciaba mi hombro. Solo eran seis meses, pero me daba la impresión de que no la vería nunca más.

A medida que pasaron los meses no quería dormir en otro lugar que no fuera en la habitación de Quinn, me encerraba allí durante horas. Iba a la universidad y no prestaba atención, era tanta mi depresión que me mandaron a casa y suspendieron mi trimestre para dentro de 4 meses. Ya habían pasado tres desde que no tenía a Quinn conmigo y no teníamos noticias. No la dejaban recibir visitas, ni cartas. Había pasado mi cumpleaños sin ella y fue el peor día de mi vida. Y por primera vez en la historia, mi familia rompió la tradición y no me regalaron nada, ni siquiera me dijeron feliz cumpleaños porque yo se los pedí y cumplieron mi deseo.

Días después, salí a caminar y encendí un cigarrillo. Más bien me fumé una caja entera (lo venía haciendo por días). Estaba casi en el centro de la ciudad cuando empezó a llover y decidí ir en bus. Pero como no había traído mi celular o dinero, tomé un atajo por una calle a mi izquierda y comencé a caminar lo más rápido que pude. Estábamos en pleno verano por lo que no tenía clases y las calles estaban muy pobladas. Doblaba por una esquina cuando me topé con un chico. ¡Finn! Me miró y automáticamente me cubrió con el paraguas.

«¿Estás bien?»

Me preguntó y le asentí.

«Olvidé mi celular y dinero en casa.»

Sonrió abiertamente y me hizo una guiñada.

«¿Por qué siempre te encuentro así?»

Me le reí, ya que era cierto. Me miró de arriba abajo y se tentó al verme toda mojada. Se ofreció a prestarme ropa seca y luego de discutir un largo rato con él, terminé aceptando. Su casa estaba a tres pasos de nosotros y fuimos allí. Me llevó hasta su habitación, me dio ropa para cambiarme y dijo que luego me daría el teléfono para que llamara a alguien que me viniera a buscar. Me estaba cambiando y pensaba en Quinn, la extrañaba mucho y deseaba estar en sus brazos. Tenía la necesidad de sentirme amada, quería hacerle el amor. Iría hasta la cárcel a buscarla si fuera por mí.

La puerta del baño se abrió y casi me dio algo ya que tenía a Quinn frente a mí. Mi corazón estalló en alegría y me lancé a sus brazos. Nos besamos apasionadamente y me sacó de allí. Me llevó a la habitación más cercana y me fue desnudando en el camino. Cuando comenzamos a hacerlo noté que me dolía y quise decirle que fuera más despacio pero no lo hice.

Me gustó, sentí el placer inundar mi cuerpo de una manera que nunca antes había experimentado. La envolví en mis brazos con fuerzas y la presioné más contra mí para que no pudiera detenerse. Estuvimos así por largo rato.

«¡Oh, Quinn!»

Le dije al sentir que estaba a punto de llegar y en el momento en que ella lo hacía, se detuvo y la miré. ¡¡No!! ¡¡No era Quinn!! ¡¡¡Era Finn!!!

«Yo no soy Quinn.»

Me dijo extrañado y me lo quité de encima. Recogí mi ropa mojada y me la puse. Él me preguntaba que ocurría y no le contesté. Salí corriendo de la casa y me encaminé a la mía. ¡¿Qué había hecho?! ¡Estaba enferma! ¿Cómo pude imaginar que Quinn había regresado? Ella estaba en la cárcel, esperando para regresar junto a mí. ¡La había traicionado! Todo este tiempo temía que ella me engañara a mí y fue alrevéz.

Llegué a casa horas después, durante todo el camino me torturé a mí misma y me maldije por haber cometido tal atrocidad. Mi papá Hiriam enloqueció al verme y preguntó dónde había estado. Le dije que había ido a caminar, me encerré en mi habitación para cambiarme y luego llorar. Evelyn me quedó mirando y me consoló pero no pude decirle la verdad de lo que me pasaba porque me daba vergüenza. En vez de decirle que había tenido sexo con un chico pensando que era mi novia, le dije que Quinn me hacía mucha falta... y era totalmente cierto.

Pasó un mes y medio desde que me acosté accidentalmente con Finn. No salía de casa ni del cuarto de Quinn, solo para comer algo. El cumpleaños de Quinn había pasado y no había podido estar con ella en un día tan importante como ese. Toda esta situación me desesperaba, no podía ver a nadie a la cara porque me sentía miserable, no me merecía el respeto de nadie. Además de que me sentía extraña, no dejaba de vomitar y me sentía mareada. Tenía una sospecha de lo que podría ser y me atormentaba. Si llegaba a estar embarazada, Quinn me dejaría en el primer instante (mi vientre estaba abultado y deseaba que fuera el estrés). Tampoco podía ir a la farmacia y hacerme un test. Además, desde entonces me parece sentir la voz de Quinn en mi oído al despertar o me parece verla en todas partes y eso me atormenta. ¿Estaría muerta? ¡No, no podía estarlo! Nos habríamos enterado de ser así.

Necesitaba ayuda y supe a quién recurrir al instante, la tía Beth. Aproveché que todos estaban ocupados, fui con mi celular al patio de atrás y marqué su número. Me contestó en el cuarto timbre.

«¿Hola?»

Suspiré y cerré los ojos.

«Tía Beth, te necesito.»

Dije y sentí silencio absoluto.

«¿Rachel, que ocurre?»

Miré a mí alrededor y como no había nadie, continué.

«Necesito que vengas aquí en secreto. ¡Es urgente!»

Se quedó en silencio y suspiró nerviosa.

«¿Qué te pasó? ¿Y por qué en secreto, Rachel? ¿Qué está ocurriendo? ¡Deja de dar tantas vueltas al asunto y dime lo que está ocurriendo!»

Me senté contra el muro y me agarré la cabeza.

«No le digas a nadie pero creo que estoy embarazada.»

Dije y al instante me dijo que salía ahora mismo para el aeropuerto. Le hice prometer que no diría nada ni a su esposo ni a mis padres sobre mis sospechas; que le contaría todo al llegar y que solo debía decir que viene a ver como estoy. Era tarde en la noche por lo que mañana en la tarde llegaría. Le dije a mi familia que había hablado con la tía Beth y que venía a verme. Se preocuparon al verme tan callada y les dije que era lo mismo de siempre, nada sería igual hasta que Quinn estuviera a mi lado. El problema era que tenía miedo de enfrentarme a ella.

Al día siguiente llegó la tía, Puck la fue a buscar al aeropuerto y no le dijo nada sobre mí. Cuando llegó a casa, saludó a todos. Cuando me vio dejó de sonreír y me llevó al patio de atrás. Le dije lo que había ocurrido con Finn, que había creído estar haciéndolo con Quinn. Me dijo que todo estaría bien, que solo estaba enferma y había tenido un bache bastante grande pero que lo superaría con ayuda de todos.

Se pasó el resto del día tranquilizándome, disimulando los nervios de ambas y finalmente, explicándome cuales eran los síntomas de embarazo y todo lo que debía sentir, etc. Ambas temíamos un positivo.

Al día siguiente dijo que me llevaría a pasear y fue conmigo a la farmacia, compró un test y fuimos a un pub, nos encerramos en un baño y me lo hice. Luego de pasados unos minutos casi me da un ataqué, pues dio positivo. Me llevó afuera e intenté respirar con tranquilidad. ¡Estaba embarazada! En estos instantes crecía un hijo de Finn en mi interior. Quinn me dejaría al saber que la había engañado y había sufrido tanto que no podría vivir sin ella.

¿Vivir sin ella? Miré a mi derecha y a dos cuadras había un puente. Quizás mi solución era morir, se terminarían todos los problemas. Me alejé de Beth y salí corriendo con ella atrás de mí. Habíamos venido en bus por lo que tuvo que perseguirme. Cuando llegué al puente me paré en el borde y las personas de mí alrededor comenzaron a gritar, la que más lo hizo fue mi tía Beth.

«¡¡Rachel, por favor!! ¡Baja de ahí! Esta no es la solución, te prometo que tu bebé estará bien. Te guardaré el secreto hasta que Quinn salga y podamos explicar por qué ocurrió».

Giré mi rostro y la miré entre lágrimas.

«No puedo vivir sin Quinn. ¡La amo! Por favor, recuérdaselo».

Entonces me tiré y sentí gritar mi nombre desesperadamente.

«¡¡¡Rachel, no!!!»

Caí al agua y como no sabía nadar, me comencé a ahogar. Me di cuenta de la estupidez que había cometido y que no quería morirme sin ver a Quinn y besarla. Comencé a nadar inútilmente, pues la marea me llevaba lejos. Grité por ayuda justo cuando me golpee con una roca que sobresalía de la pared y todo se puso negro.

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Hola, gente. Lamento el retraso pero el miércoles tengo un examen muy importante y debo estudiar. Intentaré actualizar mañana.
¿Qué opinan de este capítulo? Rachel la está pasando realmente mal y está enferma. ¿Que creen que pasará? ¿Habrá perdido a su bebé? ¿Habrá muerto? ¿Que hará Quinn si se entera de lo ocurrido con Rachel? Dejen sus comentarios abajo.
Los leo.
Saludos.


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