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CAPÍTULO ONCE
🗯️ VENGADORES.
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Con algo de sigilo y desconfianza, el agente Barton fue reintegrado al equipo. Sin ninguna autorización de abandonar el Helicarrier y dirigirse a la ciudad, Tony y Charlotte salieron volando casi al mismo tiempo que los demás en uno de los jets. Nadie le quiso decir que no al Capitán Rogers, y la verdad, estaban temerosos de la señorita June después de enterarse que, aunque lucía bastante pequeña, logró pelear a puño cerrado con Hulk.
El rascacielos de Stark estaba invadido en el techo por un hombre, trabajando bajo un encantamiento de Loki para abrir el portal en el cielo, que traería a sus dichosas tropas. Finalmente, June comenzaba a sentirse en un ambiente más familiar, pues pelear con extraterrestres con instintos destructivos era lo que hacía todos los días.
Se encontraba en la parte trasera del jet, con Steve, preparándose para la pelea. Aunque no era nada fuera de lo común para la castaña, comenzaba a considerar los riesgos para los ciudadanos de Nueva York. El portal ya estaba abriéndose para cuando llegaron a la ciudad, aterrizando de la peor manera posible. Saliendo rápidamente de este, lo primero que notaron fueron muchos civiles corriendo, huyendo por su vida después de mirar la cantidad de chitauris que salían del agujero en el cielo. Corrieron por unos metros hasta llegar a la altura de la Torre Stark.
Quill soltó un suspiro, mirando el cielo y todo lo que venía saliendo de ahí. El rostro de impresión de sus tres compañeros a su lado la hizo entender la situación de una mejor manera: las personas no estaban listas para ver lo que estaban viendo, ni siquiera los más capacitados. El más grande pasó justo sobre sus cabezas, liberando a sus guerreros de su cuerpo, dejándolos boquiabiertos. Eran monstruosos. Iba a ser un largo día, si tenían suerte.
—Entonces... ¿así es allá arriba? —cuestiona Romanoff, mirando a June.
—Sí, algunos son muy feos —responde en voz baja.
—Stark, ¿estás viendo esto? —habla Rogers.
—Lo veo, pero me cuesta trabajo creerlo —escucha detrás de su oído—. ¿No has visto a Banner?
—¿Banner?
—Avísame si lo ves —finaliza.
—June, ¿alguna idea? —le pregunta Steve.
—Cerrar el enorme portal en el cielo no sería lo peor —pronuncia, seguido de un suspiro, conociendo lo complicado de esa situación—. ¿Están listos?
La castaña se voltea, mirando un poco más arriba de ellos a Loki, por los aires, disparando a civiles inocentes lo más que podía. Los cuatro procedieron a bajar un poco la guardia, al ver las explosiones en las calles. June no pudo evitar ver, el fuego y el polvo en el aire, cubriendo tal vez los que serían algunos cuerpos. No pensar en eso, era lo que lo que los podría hacer ganar esa pelea, pero a veces era muy difícil no hacerlo.
—Son un blanco fácil —habla Steve, mirando a las personas que seguían en las calles.
—Ve —dice June—. Nos encargamos aquí.
—¿Estás segura?
La castaña crujió sus dedos hacia atrás, mostrando algo de su ego, haciéndole entender de nuevo al Capitán la respuesta afirmativa. Ella brincó, para ponerse encima de uno de los taxis amarillos medio destrozados, para mirar a varios de los Chitauri, gritando y apuntando sus armas hacia a ella. Se abalanzó hacia ellos para evitar que le hicieran daño al par detrás de ella, quienes tenían como tarea implícita también ayudar a los civiles cerca y golpear a algunos de ser necesario.
Gastando algo de fuerza, June arrancó una puerta de un auto pequeño para usarla como defensa, sus golpes eran bastante fuertes ya, pero robó la idea de Steve de usar un escudo y usarlo para detener algunos golpes. Pero la puerta de metal de un auto no era tan resistente como el escudo de Rogers, para nada, por lo que no le duró mucho.
Con facilidad logró deshacerse de varios de los que estaban atacándola, no eran demasiado eficientes. Les podía robar sus propias armas con facilidad para atacarlos, justo como Romanoff también decidió hacer.
Los golpes, los gritos de los Chitauri y las explosiones se mantuvieron sin cesar durante varios minutos. Uno de los feos, y algo más grande, estaba enfocado en golpear a June. Sintiendo un fuerte asco por él mientras le gritaba en su cara, June decide también gritarle, como si fuera un monstruo, de manera algo infantil, para después cubrir su mano de algunas rocas en el suelo, haciendo un puño sólido de piedras que después usó para romperle la cabeza. Una escena no muy bonita.
Fue entonces cuando el Capitán regresó, empujando a varios a la vez. También había logrado presenciar eso, mirando la sangre alienígena color púrpura en June. Habría vomitado si no hubiese estado tan acostumbrada a que ese tipo de cosas sucedieran. Se limpió la cara con su antebrazo, soltando un fuerte suspiro.
Thor cayó del cielo, deshaciéndose de los restantes en la calle con sus rayos.
—¿Qué está pasando allá arriba? —cuestionó Steve.
—El poder que rodea el cubo es impenetrable —asegura, haciendo gruñir a June. Se lo imaginaba.
—Thor tiene razón, debemos lidiar con estas cosas —Stark habla.
—¿Cómo lo hacemos? —habla Natasha, cobrando algo de aire.
—Como equipo —responde el Capitán—. Necesitamos concentrar la atención de Loki en nosotros, sin él, estas cosas se dispersarían. Stark y Heller están allá arriba, pero nos necesitará para...
Steve detiene sus palabras, al escuchar el motor de una motocicleta y las miradas del resto del equipo detrás de él. El responsable, era el doctor Banner, regresando.
—Vaya, esto se ve terrible —es lo primero que dice.
—He visto peores —responde la pelirroja.
—Lo siento —se disculpa ante ella, para después mirar a June, quien solamente le puede regalar una sonrisa.
—No, es justo lo que ahora necesitamos.
—Stark, tenemos a Banner —anuncia el rubio—. Justo como dijiste.
—Pues que se prepare, la fiesta va para allá.
El grupo alzó la mirada, encontrándose primero con el par en sus armaduras, Charlotte yendo más rápido, casi parecía que estaba huyendo del enorme amigo de los chitauri, destruyendo consigo medio edificio detrás de él. Rápidamente, Thor fue el primero en mostrar una postura lista para atacar, igual que June. Continuó devastando media calle, justo cuando Banner comenzó a caminar lentamente hacia él.
—Doctor Banner, sería bueno que comience a enojarse —pide el Capitán.
—Ese es mi secreto, Capitán —el hombre da media vuelta—. Siempre estoy enojado.
En medio segundo, el doctor había abandonado la escena, introduciendo a Hulk, gritando como siempre, pero también logrando frenar con tan solo su puño a la bestia que se dirigía hacia ellos.
—¡No lo sueltes! —exclamó Charlotte, arrojando con su traje un pequeño pero fuerte explosivo.
Steve se agachó, para proteger con su escudo a la pelirroja y a él mismo. Barton logró cubrirse con ayuda de un auto hecho trizas, mientras que la fuerza y resistencia de Thor y June, les ayudaron a mantenerse de pie y sólo protegerse un poco consigo mismos. La cabeza cayó debajo del puente, con suerte no habría heridos gracias a eso. Las personas continuaban corriendo, pero también asomando sus entrometidas cabezas con un muy alto riesgo de morir, por simple curiosidad. Humanos.
June se preguntó tan solo por un segundo qué hacía peleando en un planeta que, técnicamente, no era su hogar, con personas que no conocía, algunos no le agradaban, otros eran demasiado excéntricos como para pensar en ganar una pelea contra un enorme grupo de alienígenas. Durante todo el tiempo se convencía a sí misma de que se trataba de Andrew, de su hermano, de proteger el lugar en el que seguramente continuaba viviendo. Pero no. June tenía el hábito de ayudar sin mirar a quién, siempre y cuando supiera que eran indefensos. Se había sentido indefensa por gran parte de su vida, presenciar la muerte de su madre, ser separada de la familia que le quedaba, cautiva en otro planeta, eso la sacó de órbita, literalmente. No le desearía eso a nadie, no quería ver que Loki lograra deshacer familias en la Tierra, ni en ningún otro lugar del universo.
A June no le encantaba la idea de considerarse una heroína. Pero no sabía por qué.
Más chitauri cayeron del cielo, colgándose con sus armas sobre los rascacielos de Nueva York, dispuestos a aniquilar a lo que sea en su paso. Estaban rodeados justo en el centro de la ciudad, y debían mantener la pelea en ese lugar. Escuchó rugir a Hulk, logrando aturdir un poco los oídos de los presentes, perfectamente preparados para combatir la pelea. Los ocho estaban ahí.
El portal solamente dejó ver en ese momento más bestias. Sería un día bastante ocupado.
—¿Entonces, Capitán? —cuestionó June, sin voltear a verlo. Todos estaban hipnotizados con sus próximos contrincantes en el cielo.
—Hasta que podamos cerrar el portal, nuestra prioridad es que no se escapen. Barton, en el techo, busca patrones y ataques sueltos. Ustedes dos se encargaran del perímetro —señala al par con el traje brillante—, son veloces, si algo se aleja más de tres calles lo hacen volver o lo hacen cenizas.
—Thor, tú puedes obstruir el portal. Mientras menos vengan aquí, mejor. Puedes freírlos —le da una mirada.
—Nosotros nos quedamos aquí —Steve continúa, hacía las dos mujeres—. Y Hulk —el monstruo verde voltea, con el típico rostro molesto que causó una pequeña sonrisa en June—, aplasta.
Los voladores y Barton se habían esfumado. La castaña dio un vistazo a sus puños, pues apenas comenzaba la pelea y ya estaban fritos. Detestaba haber dejado sus catalizadores de energía en casa, esos eran perfectos para arrojar descargas a sus enemigos. Tenía buen porcentaje de energía, podría durar todo el día con sus manos cubiertas de luz y fuerza azul, pero necesitaban cerrar ese portal antes de que los únicos en combate fueran ella y Hulk.
Tal vez si forzaba a Loki a cerrarlo con una buena tortura, podrían ganar aquello.
Esa se volvió en seguida su tarea personal. Continuó arrojando golpes y arrancando extremidades a los chitauri a su paso, ayudando bastante en la batalla. Miraba de vez en cuando al cielo, buscando al príncipe entre los aires, para ir detrás de él, sin embargo, no quería descuidar las calles sin tenerlo cerca.
Todos hablaban tras su auricular, sobre todo cierta rubia con notables problemas de paranoia. June no quería decirle que se tranquilizara, aunque deseaba que lo hiciera, le extrañó dejar de escucharla durante unos minutos, pero no dejó de trabajar. Por un segundo, se sintió en su planeta. Sus golpes eran casi involuntarios, le preocupaba que su combate fuese convertido en un patrón, así sería más fácil vencerla. Pero los chitauri eran muy torpes.
Entonces lo miró. No lo pensó dos veces, soltando un grito por el dolor del esfuerzo, lanzó la mitad de la puerta de un auto, logrando derribarlo. Celebró mentalmente, pues corrió con gran velocidad hacia la calle en donde había caído el dios, logrando mirarlo. Estaba huyendo para subirse a otro de los transportes sumamente rápidos, pero ella fue más veloz, dándose impulso para volar gracias a las funciones de su traje. Sin embargo, cayó de nuevo al suelo al sentir un gran choque de energía en su cuerpo, logrando formar cierta abolladura en el concreto del suelo. El príncipe se fue. Justo cuando creía que uno de sus aliados había sido el responsable, miró el traje púrpura con plateado a unos metros de ella.
—Necesitas mejorar esa puntería —le hace saber, mientras la rubia se acerca.
La castaña piensa que le ofrecería una mano por el accidente, justo cuando está frente a ella. Se equivocó. Iron Woman tomó uno de sus brazos para arrojarla lejos, logrando estrellarla ahora con un auto medio destruido. Completamente confundida y un poco aturdida por los últimos dos golpes, mira a la rubia, quien continuaba cerca de ella.
June se acerca, dispuesta a continuar con la pelea que había comenzado la mujer. Lanzó primero un golpe, que fue atrapado por el puño de la misma Charlotte, sin embargo, con piezas de concreto que había destruido rodeando su otro puño, logró soltar un golpe con mucha fuerza directo en la cara, consiguiendo tirar la máscara del casco al piso.
Pero había algo diferente en su mirada, demasiado azul para la memoria de Quill.
—Eh... Stark, recuérdame de qué color son los ojos de Charlie —pide.
—Verdes, preciosos. ¿Por qué? —responde en seguida.
Heller (o lo que parecía ser ella) no planeaba dejarla hablar demasiado. Las dos mujeres se enfrentaron, dándose con fuerza entre los golpes, patadas y las habilidades del traje que June trataba de arrancarle del cuerpo. Sin el traje, no podía hacerle nada a nadie.
Los objetivos de ambas estaban muy claros. No dudó por un segundo que Loki usó aquella varita mágica para que la rubia lograra darle una paliza a June, cosa que estaba logrando. Su cara estaba un poco resentida, también su torso, se había concentrado en esas dos partes. Sintió algo de sangre corriendo por una de sus mejillas, así como creía que se le saldría un ojo en algún momento. Charlotte, aunque mentalmente estaba perdida, su físico también lamentaba los intentos de la castaña de quitarle el traje. Pero June sabía que el único que podía hacer eso con mucha más facilidad, era su novio.
—¡Stark, necesito apoyo aquí! —exclama apenas, mientras la rubia intentaba quebrarle el cuello—. ¡Ya!
Sin intenciones de perder el tiempo en contestar, el hombre apareció en su traje rojo en cuestión de segundos. June se había estado defendiendo con un tubo que seguramente había roto alguna tubería de la calle. Quería ser lo suficientemente brusca para arrancarle el traje.
—¡Quítale el traje! —exclama.
Stark miró con desconfianza a la chica del espacio. No la conocía, no sabía si estaba mintiendo y todo el tiempo había estado del lado de Loki. ¿Quién podría saber algo acerca de ella?
June estaba literalmente encima del traje púrpura, tratando de arrancarle el brazo a la mujer, parecía un animal salvaje, pero también se miraba desesperada.
—Charlie —habla el hombre.
—¡Cielo, quítamela de encima! —exclama la rubia—. ¡Está loca!
Cielo, ajá.
—Jarvis, desactiva el Mark 27 —pide en seguida.
June frunce el ceño, ante la inesperada reacción. Justo cuando Charlotte la había tomado por el cabello, el traje se desintegró en partes justo frente a ella, dejando ver a la rubia y a sus enormes ojos... azules. Sin pensarlo dos veces, June golpeó su cabeza sin demasiada fuerza, logrando derribarla. Incluso aunque eso fuese de ayuda, Tony alzó su brazo para mandar volando a la chica de las estrellas al piso, quién entendió, aunque le molestó la acción. Ella también se molestaría si alguien le diera un golpe en la cabeza a su novia. Esperaba no haberla matado, porque le agradaba.
June sólo pudo ver como el moreno se llevó a la rubia entre sus brazos, seguramente lejos de ella y para intentar despertarla. Fue entonces cuando escuchó por su audífono que estaba en el techo, con Romanoff. Quill se quedó unos segundos más en el suelo, pero no había tiempo para sentirse mal por haber noqueado a Heller.
Se levantó en seguida, usando sus propulsores de vuelo para acercarse a la calle en donde necesitaban más apoyo. Miró a Steve ser derribado por un arma de los chitauri, así como Thor, empuñando su martillo, arrojó con fuerza un auto hacia los restantes. June arrojó el tubo que usó con Charlotte para romperle la cabeza al que quedaba en la calle.
La castaña llegó junto a Steve, quien batallaba por levantarse. Estaba lastimado, tal vez más que cualquiera.
—Arriba —le dice ella—. Siguiente ronda.
—¿Y Heller? —cuestiona, algo adolorido.
—Loki y su varita mágica —resume—. No sé cómo lo hizo, pero espero que recobre la cordura.
June alza el escudo tricolor, para brindárselo al Capitán.
—¿Y dónde está Loki? —pregunta Thor.
—Te preguntas eso muchas veces al día, ¿no crees? —responde ella.
El dios del trueno no se tarda en darle una mala mirada. Aunque tenía razón, la actitud de la chica a media pelea era demasiado casual para el gusto de cualquiera.
—No planeé pasar mi día así —se sincera Rogers.
—La verdad, yo sí —se encoge de hombros—. Todos los días son así, allá. Sin un enorme portal en el cielo y Hulk, pero sí.
Steve sonríe ligeramente. No había más chitauri en la calle en la que estaban, solo continuaban saliendo de ariba, de manera significativamente reducida.
—¡Puedo cerrar el portal! —escucha la voz de la pelirroja—. ¿Alguien me copia? Puedo cerrar el portal.
—¡Hazlo! —grita el Capitán.
—¡No! Aún no. Se está acercando un misil, explotará en un minuto —asegura, provocando que los tres en suelo se miren entre sí—. Y sé justo donde lo pondré.
June logró mirar en el cielo la figura del hombre volando, con el misil sobre su espalda.
—Stark, no es posible. Déjame hacerlo —la cabeza de June se cubre con el casco de su traje—. Es un viaje sin retorno.
—No hay tiempo —es lo último que dice.
Impacientes, todos miraban hacia arriba, esperando lo mejor del improvisado plan ante una muerte segura para toda la ciudad, que era precisamente por lo que estaban trabajando y asesinando alienígenas. Se acercaba cada vez más al agujero de gusano, sin parecer titubear en su decisión, cuando escuchó un alterado grito de Charlotte Heller, al cual Tony decidió no responder en absoluto. Debía ser difícil. June lo sabía.
La castaña compartió una mirada con Steve, al escuchar las que eran súplicas por parte de la rubia, sin embargo, lograron mirar a Stark atravesar el portal con el misil con éxito. Era motivo de celebración para la ciudad, seguro para Fury y su equipo, pero en la mente de June, estaba una posible pequeña de ojos verdes y cabello rubio que tendría que lidiar con muchas explicaciones. Sin conocerla, pudo sentir empatía por la hija de Charlie.
Expectantes ante el enorme agujero sobre su cabeza a que Iron Man regresara, vieron el cuerpo caer con rapidez, logrando que la pelirroja cerrara el portal en cuanto eso sucedió, con el hogar de los chitauri siendo estallado en mil pedazos. June sonrió al mirar al hombre cayendo, sin embargo, era demasiado rápido para que fuese él quien controlara su caída.
—Está cayendo sin energía —expresa Thor, apunto de lanzarse a volar para atraparlo. Quill consideró lo mismo.
Pero cierta bestia enorme y verde cayó también sobre un edificio, alcanzando entre sus brazos al hombre en armadura. Cayeron de manera brutal. Sin embargo, rápidamente retiraron la máscara del traje, para ver si tenía respiración. Estaba completamente inconsciente, cuando el mismo Hulk rugió, logrando despertarlo con susto e impresión.
—Heller, él está bien —exclama June, con una sonrisa—. Ya puedes dejar de llorar.
Escuchó cierto suspiró de alivio de su parte.
—¿Qué pasó? —cuestionó el moreno—. Por favor diganme que nadie me besó.
June se ríe. Le gustaba su sentido del humor. Comenzó a respirar con algo de tranquilidad, dejándose caer en el suelo, para descansar un poco.
—Ganamos —aseguró Steve Rogers.
—Ah... ¡hurra! —comienza a celebrar—. Buen trabajo, señores. No hay que venir mañana, tomémonos el día. ¿Han comido shawarma? Hay un restaurante de shawarma como a dos calles. No se que sea pero se me antoja.
—Aún no finaliza esto —asegura Thor, refiriéndose claramente a cierto hermano que estaba por ahí.
—Y el shawarma después —dice Tony.
June asiente con la cabeza, genuinamente feliz del triunfo, el triunfo de los Vengadores.
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ㅤY, bueno, mientras tanto June en este capítulo: