CAPÍTULO 1; Feliz cumpleaños Harry.
Tres meses pasaron y con ello los nervios de los dos chicos, haciéndolos unidos cada vez más. En ese corto tiempo Harry había formado una leve atracción hacia Kay, quien era demasiada despistada para darse cuenta. Los focos de los postes alumbraban el cuarto de Kay, quien estaba acostada en su cama mirando el guardapelo que le regalaría a Harry por su cumpleaños.
El cumpleaños de Harry era en unos minutos, pero Kay estaba muy emocionada por dárselo y no podía esperar, agarro la cajita donde vino el guardapelo y lo coloco de nuevo. Kay no era buena envolviendo regalos, siempre le salía deformes y feos, por eso opto por entregárselo como lo compro.
Bajó de su cama, agarro unas botas lilas y una casaca blanca. Se peinó y salió de su cuarto, cerro la puerta detrás de ella y camino a pasos ligeros intentando no hacer ruido, lo cual fue un éxito. Sus padres se encontraban durmiendo en su cuarto y ella intentaba escapar de su casa, gran familia.
Cuando llego a las escaleras fue su pesadilla, no podía creer que esas escaleras sonaran, paso por paso fue bajando y en el último escalón se resbaló haciéndola caer de cara, ya se le hacía raro que no se cayera por ellas. Se levantó como si no hubiera sucedido nada y siguió con su escape. Logro salir por la puerta trasera.
Para su suerte Harry estaba en la cocina bebiendo un vaso de agua, Kay corrió hasta la ventana de la cocina.
—¡Harry!— Exclamo Kay apoyándose en aquella ventana haciendo sobresaltar al pequeño Harry.
—Por dios Kay, casi me matas de un susto.— Murmuro Harry llevándose una mano al corazón.
—Perdón— Se disculpó Kay.—. ¡Feliz cumpleaños, Harry!
Harry la miro con sorpresa para después sonrojarse, se había acordado de su cumpleaños.
—Te acordaste.— Sonrió Harry.
—Por favor Harry, ¿Cómo no me iba a acordar del cumpleaños de mi único amigo? —Pregunto Kay con sarcasmo.
Harry volteo los ojos y sonrió. Posiblemente le dolería las mejillas de tanto sonreír.
—Bueno...—Kay lo interrumpió mostrándole la pequeña cajita que contenía el guardapelo.
—Toma—Dijo Kay entregándole la cajita.—. Y no digas que no porque si no me enojare y no te volveré a hablar.
Harry no objeto ni reclamo nada, no quería que Kay le dejara de hablar, eso sería el horro en vida para él. Agarro la cajita con sumo cuidado.
—Harry, no podre ver tu cara de asombro al abrir mi hermoso regalo porque mis padres me mataran si se enteran de que salí sin permiso. Perdón —Se disculpó Kay despegándose de la ventana.—. Nos vemos.
Y Kay entro a su casa dejando a Harry desconcentrado. Harry volvió su mirada a la pequeña caja rosada con dorado, típico de Kay. La abrió, adentro de ella había una pequeña nota.
«Para Harry Potter, el esclavo de los Dursley. Hombre escapa de esa casa por favor.»
Harry soltó una pequeña risa y suspiro. Dejo la nota al lado y agarro el guardapelo plateado, lo abrió y observo una pequeña foto de Kay con él sonriendo.
Esa foto había sido tomada por la mamá de Kay, quien estaba encantada con Harry. Fue una pequeña anécdota.
—Kay por favor ponte bien la blusa.—Le ordeno su madre por tercera vez.
—Ya lo hice mamá.—Respondió Kay acomodándose su blusa por tercera vez.
—Sonríe.
Kay mostró una linda sonrisa, la cual era fingida para la cámara. «Quisiera dormir.» Pensó.
Harry salió de su casa con un papel en la mano. Y Kay vio una oportunidad de escapar. Intento llamarlo con la mirada, pero Harry ni siquiera la vio. Opto por el plan B, gritar su nombre.
—Harry—No la escucho.—. ¡Harry! ¡HARRY!
«Definitivamente ese niño está sordo.» Pensó Kay cuando por fin le había escuchado.
—¿Kay?—Pregunto Harry un poco ido.
—Si, te estoy llamando.—Kay se acercó a Harry llevándose una mirada confundida de su madre.
—Lo siento, no te escuche.—Se disculpó Harry con un leve sonrojo.
—Si, me di cuenta—Kay lo miro.—. Ayúdame, mi madre quiere tomarme fotos y yo no quiero.
—Pero tú amas las fotos.—Murmuro Harry.
—Lo sé, pero no me gusta que me las tomen a fuerza, Duh.—Respondió Kay.
—Kay.—La llamo su madre.
—Mamá, ¿Harry se puede tomar fotos conmigo?—Pregunto Kay llevándose una mala mirada de Harry, quien estaba nervioso.
—Oh, Claro.—Respondió la madre de Kay con una sonrisa.
Kay jalo el brazo de Harry llevándolo hasta adelante de la cámara.
—Si sufriré, será contigo.—Kay le dio una sonrisa.
Harry sonrió al recordar ese pequeño momento. Cerro el guardapelo y lo volvió a ver, noto que había algo escrito en él.
«Solo confía en ti, sé que puedes.»
Volvió a colocar el guardapelo con la caja y cerro la ventana de la cocina. Definitivamente había comenzado bien su cumpleaños.
Harry miro por la ventana de la cocina como Kay intentaba hacerse un emparedado. Pero sabía que la pelirroja era mala en la cocina, hasta para hacer un simple emparedado. A la pelirroja se le calló el pedazo de pan al piso, pero lo recogió al instante. Los labios de la pelirroja estaban presionados intentado concentrándose el poner todos los ingredientes.
Kay se dio cuenta de que Harry la observaba y lo saludo moviendo la mano de un lado a otro. Harry intento arreglarse su revoltoso cabello y le devolvió el saludo con una sonrisa tonta en sus rosados labios. La pelirroja abrió la ventana y el azabache copio la acción de Kay.
—¿Qué hay cicatriz rara?—Lo saludo Kay dándole una mordida a su emparedado.—¿Te gusto mi regalo?
Cicatriz rara, era el apodo más usado de la pelirroja. Además de cuatro ojos, niño piojoso y feo.
—Hola, pelirroja—Le devolvió el saludo regalándole una sonrisa.—. Y si me encanto.
La pelirroja bailó en su lugar celebrando el hecho que le haya gustado su regalo.
—Genial, espera un rato.—Dijo Kay dejando su emparedado en un plato.
Camino hasta su refrigeradora y saco un pastel en forma circular de color blanco.—¡Tara!
Harry se quedó anonado mirando el pastel.
—¿Kay?—Pregunto Harry intenta pensar que no era para él, cuando era todo lo contrario.
—Ya, ya. Lo hice para ti.—Dijo Kay dejando el pastel encima de la mesa.
—¿Segura que lo hiciste tú?—Preguntó Harry mirándola con el ceño frunció.
—Ok, no lo hice yo. Lo hizo mi mamá para ti.
—Pero Kay, te dije que...—Lo interrumpió metiéndole un pedazo de torta en la boca.
Harry casi se atraganta con el pedazo, lo trago a duras penas. Kay sonrió satisfecha con su trabajo.
—¿Está rico?—Le pregunto Kay cambiando de tema.
Harry solo asintió.
—¿Hoy sacas la basura?
—Sabes que siempre lo hago.—Le respondió Harry con glaseado en la boca.
—Te veo ahí.—Dijo Kay entusiasmada.
Kay cerro la ventana y de nuevo dejo a Harry con la palabra en la boca. Definitivamente le gustaba Kay. Él también cerro su ventana y se apoyó en el lavado, hasta que su tediosa tía lo llamo.
HOLAAAA. VOLVÍ. NUEVO CAPÍTULO.
Espero que les haya gustado, no se olviden de votas y comentar.
VOTA - COMENTA
Fabiola Perez.