Sueños Distorsionados (Yaoi/G...

由 sunimi

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Jet Creed es un chico de 17 años que vive en un amplio pueblo rodeado de un antiguo bosque, el cual cuenta co... 更多

Sinopsis
Capítulo 1 "Pesadilla"
Capítulo 2 ''Invisible''
Capítulo 4 ''Monstruos Imaginarios''
Capítulo 5 ''El León y la Gacela''
Capítulo 6 ''Gracias''
Capítulo 7 ''La realidad supera la ficción''
Capítulo 8 ''Demonio de la muerte''
Capítulo 9 ''Asedril''
Capítulo 10 ''Frustraciones y arrepentimientos''
Capítulo 11 ''El chico de los cuervos''
Capítulo 12 ''Confía en mí''

Capítulo 3 ''Slow Death''

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由 sunimi

Hola y lamento la tardanza ^^''
Aquí os traigo el capítulo 3 ^o^/ El cual me he pasado 3 vidas escribiendo xD
Y que estará lleno de una que otra sorpresita ;)
No diré nada más porque eso quiero, que no os lo esperéis(?)

La foto del capítulo es de Kriss *---* (Personaje nuevo ''asdfjkld'' que conoceréis en este capítulo)

Puse una canción en el capítulo. Recomiendo *cof*ordeno*cof* (okno) que la escuchéis mentras lo leéis para crear ambiente :)

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El día siguiente a la pesadilla había pasado rápido. A decir verdad en un abrir y ojos.

Tanto que incluso ya había llegado la noche en la que había prometido a Clyde y a Klaus que iríamos los tres juntos al Night club, disco o lo que sea la dichosa cosa esa llamada ‘Slow Death’ que quedaba a las afueras del pueblo.

Irónico nombre por cierto. ¿Lo habían puesto por cómo morían lentamente los que iban a diario a ese lugar por exponerse tanto a bebidas alcohólicas y drogas?

A pesar de ello y de aquel nombrecito, había escuchado decir cosas buenísimas de aquel sitio. Ya sea por su ambiente tan místico y oscuro como ellos llamaban o por su música, que en muchas ocasiones era electrónica o del género metal.

Decidí dejar de pensar en Slow Death y rebusqué cada rincón de mi armario en busca de algo decente para ponerme esta noche. No era de los que se pasaban una vida solo para escoger que ponerse, pero esto ya era una salida, y encima a una discoteca.

Justo en el momento en el que por fin me había decidido por algo, sonó el móvil

 —el cual se encontraba sobre mi tan desordenada cama—.

—¿Diga? —me puse al habla preguntando por quién era.

—Soy yo, Clyde —precisó la voz—. Te llamaba para decirte que te des prisa. Klaus y yo ya estamos listos. ¡Ah y antes de que se me olvide! Jet, procura vestirte lo más gótico posible.

¿Vestirme gótico?

¿Cómo y de dónde se supone que iba a sacar yo ropa gótica?

—Tú flipas, tío —repuse incrédulo y rodé los ojos —. No tengo ropa gótica, ni la quiero y  tampoco creo que me dé tiempo ir a comprar una ahora mismo. Ya me las apañaré. También te aviso que no tardo, en seguida os pillo en la salida del Slow Death.

—Claro. Nos vemos allí.

Tras finalizar mi corta llamada con Clyde, escogí una camisa negra con botones de manga larga juntos a unos vaqueros ceñidos del mismo color y seguidamente lancé un suspiro, sintiéndome extrañamente algo cansado al haber tenido que hablar por lo menos unos pocos segundos con Clyde.

No sé que era, pero había algo en Clyde que hacía que te sintieras exhausto mentalmente después de hablar con él.

Terminé de vestirme y acicalarme y salí de casa lo más sigilosamente que pude para que mi padre no se diese cuenta en ningún momento de que había salido y menos a dónde me dirigía.

Entré al coche y ya teniendo todo listo, arranqué para ir a Slow Death.

                                                                                                                                                                            *  *  *

—¡Llegas tarde! —me reclamó nada más verme llegar Clyde.

—Oh por favor. Sólo han sido unos pocos minutos desde que le llamaste —puntualizó poniendo los ojos en blanco Klaus.

Klaus recibió una mirada asesina por parte de Clyde, y con eso me dispuse a hablar.

—Lo siento —me disculpé —, pero es porque no me decidía por nada. Al final he acabado escogiendo lo más simple que tenía.

—Es cierto que es simple… pero es mejor a lo que sueles llevar —sonrió inocentemente para que no lo golpeara ante el comentario que había hecho.

—Tú no deberías ni hablar, Clyde. Me dijiste que me vistiera gótico y tú estás vestido como un jodido macarra —Le miré de arriba abajo, echando un vistazo a su atuendo rockero que consistía en unos pantalones iguales a los míos, pero en azul, una camiseta de cuello ‘’V’’ blanca y finalmente una chaqueta de cuero negro típica de motorista aunque llena de emblemas de marcas comerciales perfectamente dibujadas de todo tipo, cómo ‘’Lego’’, ‘’McDonald’s’’, ‘’PlayBoy’’, ‘’Ebay’’, ‘’CNN’’

¿A quién en su sano juicio se le ocurría poner esas cosas en una chaqueta? En. Una. Maldita. CHAQUETA.

Ah, pero claro. Estábamos hablando de Clyde. Alguien que no estaba muy sano mentalmente que dígamos.

—¿A qué mola? —señaló su chaqueta emocionado y con una sonrisa de oreja a oreja mientras cruzábamos el umbral de la puerta del local que estaba siendo guardado por esos típicos gorilas musculosos con gafas negras.

Era un milagro que hubiesen dejado pasar a menores. O mejor dicho, el milagro lo eran los carnés de identidad falsos que nos había pillado Clyde por los contactos que decía tener.

Por otra parte, no podía aguantar más ver esa aberración humana antes conocida como chaqueta.

Si la miraba por más tiempo acabaría quitándosela a la fuerza y la quemaría inmediatamente después, y no me arrepentiría. Ni un poco.

—Lo siento —se oyó un murmuro.

Giré hacia atrás confirmando que la voz había sido de Klaus.

—No te preocupes. Si te sirve de algo… dibujas muy bien.

—Ya lo sé —respondió prepotentemente.

Y… otro más que se lo tenía muy creído.

Una vez dentro, en seguida, me arrepentí de haber decidido venir allí con ese par de idiotas que tenía de amigos.

Sobre todo al notar que estaba perdiendo poco a poco mis oídos y sentido de la vista, debido a la música tan alta que estaba sonando y la especie de humo extraño o mejor dicho niebla que había en toda la sala de la discoteca.

Esto de alguna forma me recordaba a mis sueños. A esos sueños tan extraños en los que me encontraba solo y perdido en la niebla de un laberinto.

Perdiendo de vista a Klaus y a Clyde por culpa de esa estúpida niebla, me abrí paso entre la multitud a base de codazos si era necesario para que me dejaran pasar.

Hasta que finalmente acabé chocando contra el pecho de alguien.

Espera ¿El pecho de alguien?

Imposible. ¡Era uno de los más altos de todo el pueblo! Supongo que sería de alguna ciudad.

Curioso, alcé la vista sorprendiéndome al instante al ver que era un rostro que nunca antes había visto antes, pero eso no era todo, no, la cosa no acababa allí.

Aquel desconocido estaba acompañado por más personas, cuatro chicos además de él y una chica. Uno de los chicos era Raine.

Por la oscuridad no se les podía distinguir muy bien, pero pude ver que la chica era de tez pálida, que era pelinegra, que tenía unos ojos del mismo color y que llevaba un corto vestido rojo y negro con una gargantilla de una pequeña cruz. Los otros tres chicos; Uno era rubio con un corte de pelo algo desigual, de ojos café y era el menos por no decir nada gótico del grupo. El otro tenía el mismo color de ojos que la chica y era peliblanco —probablemente teñido—, y el último era un azabache con el pelo puntiagudo, los ojos de un color rojizo e igual de alto que todos.

Con el que me había chocado, sin embargo, los superaba a todos en altura. Tenía unos ojos fríos y penetrantes de color azul con una mezcla de gris, llevaba unos cuantos piercings en la oreja al igual que Raine y tenía tatuado un extraño tatuaje en el lado derecho del cuello. El cabello lo tenía de color castaño oscuro, y de la misma forma que los otros, estaba vestido góticamente; Una chaqueta de cuero negra con capucha, una camiseta del mismo color con un símbolo raro y unos pantalones y botas militares de negros también.

Faltaba también el importante detalle que todos y cada uno de ellos llevaban una chaqueta negra con capucha.

—¿Vas a moverte o acaso te gustó quedarte tan pegadito a mí? —me trajo su voz con un tono lleno de socarronería de vuelta a la realidad el que supongo que era él ‘’líder’’. Cómo líder que era, no faltaba que fuese todo un cabrón.

Las pequeñas risas que dominaron el ambiente también ayudaron.

Raine, sin embargo, era el único que no se había reído.Estaba demasiado sorprendido como para hacerlo.

Al instante di un brinco y me separé de él. Volviendo a clavar mi mirada en él, vi que aún llevaba puesta una media sonrisa burlona en sus labios.

Raine dejó de tener esa expresión de asombro en su rostro para abrir la boca y decir algo, decirme algo, pero inmediatamente la cerró sin decir nada.

Chasqueé la lengua molesto por la actitud tan prepotente de ese tipo y esos aires que se daba de superioridad y la actitud en general de todos ellos.

Me alejé del grupo y fui en busca de Clyde y Klaus.

Es él ¿Cierto, Raine?—habló el ‘’líder’’ que me observaba detalladamente de espaldas mientras me alejaba poco a poco de ellos

—Así es, Kriss —asintió con la cabeza Raine, notándoselo más calmado que antes —. Él es Jet Creed.

—¿Él es Jet Creed? —repitió incrédulo el rubio.

—No sé… pero me lo esperaba más… ‘’apañado’’ —comentó la chica —. Añadiendo que es un simple mortal.

—Además de que su físico no se parece en nada a su personalidad —indicó cruzado de brazos y con los ojos entrecerrados el albino.

—Menuda decepción —suspiró el de pelo en punta.

                                                  
                                                                    
                            *   *  *

Poco después y con suerte, entre tanto borracho y gente bailando, logré reunirme de vuelta con Clyde y Klaus.

Cuando me preguntaron por qué me había demorado tanto tiempo, no tuve otra opción que mentirles. Porqué es que… ¿Cómo diablos iba explicar aquello?

Mejor que no se preocupasen por tonterías. Con tal de no volverme a encontrar con ese gilipollas y su séquito todo estaría bien.

Tomé otro trago agresivamente que nos habían servido en la barra.

Por alguna maldita razón no podía sacar a ese chico de mi mente. ¿Porqué me había molestado tanto lo que había dicho?

No solía ser de los que se enfadaban tan fácilmente y por nada…

Suspiré y traté de concentrarme en la conversación que estaba manteniendo con Clyde y Klaus hasta que aun con la música y todo el barullo de la sala, se oyó un grito proveniente de una de las habitaciones que disponía la discoteca para que ciertas personas con las hormonas revolucionadas no se lo montaran en medio de la pista de baile.

Un grito casi alarido, que nadie parecía haber oído.

—Chicos… ¿Habéis oído eso? —les pregunté preocupado e inquieto.

—¿Eso? —frunció el ceño Klaus —. ¿A qué te refieres?

—Alguien… u-un chico acaba de pegar un grito —balbuceé nervioso —. ¿En serio no lo habéis oído?

No era posible. No podía haber sido yo él único que hubiese oído semejante grito.

El grito había sido tan potente como el de una mismísima banshee.

—Jet… creo que la bebida te está afectando —me quitó el vaso Clyde.

—No. Yo sé perfectamente lo que he escuchado —dije firme a mi opinión.

Estaba seguro que no habían sido imaginaciones mías.

Dejé que Clyde me quitará el vaso y sin darles ninguna explicación fui corriendo a la habitación de dónde me había parecido oír el grito.

Por alguna razón, no recordé, pero sentí cuál era la habitación correcta.

Tragué saliva y finalmente abrí la puerta, solo para encontrarme a un chico cómo de mi edad acostado junto a una chica. Ella estaba dormida pero en cambio él no dejaba de moverse y retocerse en su sueño.
Estaba sufriendo de una pesadilla.

Estaba tan concentrando observando al chico que no me di cuenta en ningún momento que el grupito de antes estaba delante de mí.

¿Qué hacían ellos aquí? Entonces… ¿No había sido el único?

Más no tuve la oportunidad ni de preguntarles a ellos ni de seguir preguntándome a mí mismo.

Una luz blanca muy familiar apareció de pronto y comenzó absórbelos poco a poco, antes de hacerlo por completo, por impulso, agarré del brazo a Raine quién se giró a verme sorprendido, y justo cuando, este, iba a dirigirme la palabra, la luz acabó por engullirnos a todos nosotros.

La cual terminó por llevarnos al mismo escenario de mis pesadillas.

Y cuando decía mismo, quería decir exacto.

El mismo laberinto cambiante en medio de un bosque tenebroso, la misma niebla que lo envolvía…
Tan solo faltaban esas figuras extrañas que me perseguían siempre.

Los seis se giraron a verme desconcertados, sorprendidos y perplejos.

—Tú… ¿Qué diablos haces aquí? —exigió saber el líder.

—No lo sé… —respondí. Lo cual era verdad —. Cuando vi esa luz blanca que os estaba absorbiendo, por impulso agarré a Raine del brazo y fui llevado hasta aquí.

Yo quizá era el que más estaba confundido de todos.

—Jet —habló esta vez Raine —. Tú no deberías estar aquí —comenzó a alarmarse—. Al menos no ahora… —terminó por decir.

‘’Al menos no ahora’’ ¿Porqué decía eso?  ¿Acaso el sabía sobre mis pesadillas?

No, claro que no. Eso no tendría sentido alguno

—El caso es que está aquí y no podemos irnos de aquí ni mandarlo de vuelta hasta que acabemos con ciertas ‘’personas’’ —les habló a los demás el peliblanco.

—Bueno… ¿Y qué problema hay? —se metió en la discusión el rubio —. Mientras lo protejamos, todo estará bien, ¿No? —sonrió débilmente.

—¿Cómo puedes ser tan simple, Gerard? —soltó exasperada la azabache —. El problema es que esté aquí Jet en sí. Que él esté aquí en este momento y en estas circunstancias va en contra de todo.

 —Ni siquiera podemos estar seguros  de que podamos regresar sin dificultad alguna —mencionó Raine cabizbajo.

—¡Mierda! —maldijo alterado el de pelo puntiagudo.

¿Pero que tenía que ver yo en todo esto? ¿Qué era lo que estaba en contra de todo? No entendía nada.

—Bueno, mantened la calma ¿De acuerdo? —puso orden el líder. El cual por primera vez, estaba mostrando verdaderamente dotes de líder —. Nuestra prioridad ahora es acabar con los Custos. Ya veremos luego cómo o si podemos volver siquiera.

Custos… ¿Era el nombre de esas figuras misteriosas?

—De acuerdo, pero ¿Y Jet? ¿Qué vamos a hacer con él? —preguntó Raine quién no dejaba de mirarme. Parecía como culpable.

Realmente la culpa era sólo mía.

—¿Acaso no está claro? Protegerle. Tú serías el más indicado para hacerlo ya que lo conoces de antes —repuso el líder con el semblante serio.

—¿Yo? —masculló sorprendido por su respuesta —. Pero, Kriss… no podré yo solo. Aún soy un principiante…

—Correción. El mejor principiante que ha habido nunca —sonrió ladeado el líder arrogante ahora con nombre. Kriss —. De todas formas, no me gustaría ponerte en peligro. Los Custos se habrán dado cuenta de la anomalía que se acaba de crear a causa de Jet, e irán a por él sobre todo. Está decidido. Yo iré contigo.

—Kriss, ¿Estás seguro? —quiso confirmar la chica.

—Sí, Lis. Vosotros tan solo encargaros de salvar al chico y acabar con los Custos si llegáis antes .

Esas fueron las últimas palabras que intercambiaron el grupo antes de dividirse en dos y partir cada uno por otro lado.

El primer grupo estaba formado por mí, Raine y Kriss, quiénes fuimos por la derecha, y el segundo estaba formado por Lis, Gerard, El peliblanco y el del pelo en punta, quiénes en cambio tomaron el camino o mejor dicho recorrido de la izquierda.

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Poco a poco las cosas están quedando más claras(?) :D
Y no sé... sólo digo... pero creo que Raine tiene competencia(?) ewe

Suertudo, Jet(?) D: y Lisbeth (Lis) con tantos hombres buenorros(?) xD

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