Sinónimo de amor |Golifla, AU|

By Saiyajin_24

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Para una Sayajin como Caulifla, el peor destino era acabar con las demás de su raza, a cierta edad acabar ten... More

Synopsis
One
Two
Three

Prologue

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By Saiyajin_24

Sinónimo de amor Sayajin

Dedicado al ángel que me gusta y que es imposible de alcanzar para una mortal como yo.

Y para tí que lees esto.



PRÓLOGO

Los cielos eran de un bello y tranquilo tono naranja, adornado por las nubes. El sol ascendía a su lugar como astro rey mientras las estrellas iban desapareciendo, algo brillante en el cielo se acercaba hacía el planeta Veggeta.

En una de las bases de comando una Sayajin llamada Kale esperaba anciosa.

Pequeños sonidos provenían de la computadora mayor que se encargaba de identificar las naves que entraban en orbita con el planeta de la raza de guerreros más poderosos.

—¡Despejen el área! —Gritó un joven Sayajin con la vestimenta de batalla habitual, su cabello era puntiagudo y de color oscuro, al igual que sus ojos.

Todos se alejaron sin objetar y se inmediato varias luces se veían surcar el cielo, fue entonces que pudieron ver a las naves de sus amigos arribar al planeta, varios sonreían felices ya que de seguro traerían noticias favorables acerca de planeta Arlia, el cual era una buena mercancía para ellos.

Los enviados a esa dura misión eran Sayajin de Clase Alta llamados "Escuadrón Sayajin Élite", y eran los más poderosos del planeta.

Los Élite aterrizaron bruscamente en la pista de aterrizaje principal y todos los presentes se reunieron a observar anciosos.

La primera capsula en abrirse fue la del Príncipe, y este salió con su expresión fría de siempre, sólo que sostenía algo en sus manos que nadie llegaba a ver claramente, hasta que este descubrió la cosa dejando ver la cabeza del Rey Moai.

Gritos y aplausos hicieron barullo en el lugar y Vegeta sonrió complacido.

Las demás Cápsulas también se abrieron y más Sayajines salieron victoriosos. En total eran seis, cada uno de ellos más fuertes que los demás y siendo de Clase Alta, nadie podía hacerles frente. El equipo se conformaba del Príncipe Vegeta, y cinco guerreros más, llamados: Black, Solen, Raditz, Salat, y la única chica, Caulifla.

—¡VIVA EL ESCUADRÓN ÉLITE! —Exclamó uno de los presentes usando todo el aire de sus pulmones  y todos gritaron felices.

Kale, sonrio y aplaudió la victoria de su hermana mayor y además de su pareja. Estaba feliz de volverlos a ver luego de ya demasiado tiempo.

Caulifla, una Sayajin hembra que desde pequeña había llamado la atención de muchos por su incomparable fuerza, miró a Solen con expresión de pocos amigos para luego golpearlo en el abdomen.

—¡Idiota! —Reclamó una molesta Caulifla —¡Como te atreviste a robarme a mi víctima y luego correr con la victoria!.

Solen se quejo pero no pudo evitar carcajear.

—¡Hey Bonita!. Tranquila —En respuesta solo recibió otro golpe.

—¿¡A quien le dices bonita!? ¡Sopenco!.

—¡Solen, Caulifla. Silencio! —Ordenó Vegeta ya harto de las peleas de ambos Sayajines.

Solen obedeció por miedo a represalias, pero la chica chasqueo la lengua inconforme.

—¡Cau! —A lo lejos, Kale se acercaba corriendo hasta llegar al lugar y abrazar a su hermana con fuerza —¡No puedo creer que estés aquí! —La Élite no pudo evitar jadear por la fuerza del abrazo.

—Kale, me asesinas.. —Chilló Caulifla pálida por el agarre que su hermana y aprendiz había empleado, palmero entonces la espalda de la menor como si se estuviese rindiendo.

—Lo siento —Se disculpo riendo y luego giro para poder encontrarse con su pareja. —¡Vegeta! —Habló Kale y se detuvo antes de querer besarlo, ya que conocía el carácter de Vegeta y sólo sería incómodo.

—Raditz hermano, vayamos a casa, mamá estará ansiosa —Dijo Black despeinando su cabello con la mano.

—Tienes razón —Concedió el mayor y ambos luego de despedirse, se marcharon volando de allí.

Vegeta comenzó a alejarse también siendo perseguido por Salat y Kale. Dejando solos a Caulifla y Solen.

—¿Y pensaste en lo de....? —Fue detenido por la mano de su amiga.

—Ni siquiera quiero hacerlo, así que mejor me marchó, nos vemos hijo de puta —Se despidió la Sayajin hembra y emprendió vuelo hacía su hogar.

Estaba nerviosa puesto que la ceremonia que tanto odiaba estaba por llegar, al igual que su cumpleaños número 21, y ni siquiera estaba lista para lo que se avecinaba. Suspiro mientras sentía el frío del ambiente mañanero chocar contra su piel, y no tardo en descender al suelo para seguir el camino a pie. Pero esperaba que nadie la saludara, pues todos conocían su edad y el deber que estaba en sus manos, el futuro de su raza también estaba sobre sus hombros, y quisiera o no, era algo inevitable.

(✓)

Se esforzaba, en serio, hacia lo posible para intentar destacar como sus demás hermanos mayores lo hacían, de hecho si ellos podían él también, solo no tenía la misma capacidad al pelear como los demás y todo porque Bardock se lo prohibía, no tenía idea si su padre se avergonzaba o no de él porque aveces daba esa impresión.

Todos en el sitio en donde vivían lo conocían y de hecho se llevaba bien con todos, conocido por su inusual carácter alejado de lo que todos esperaban, Kakarotto era un Sayajin de Clase baja hijo de uno de clase alta muy conocido por todos, Bardock era todo lo contrario a su hijo mejor, a escepcion de la apariencia física.

Kakarotto había regresado a casa, un poco más tarde de lo habitual ese día, con su traje de combate roto por la mitad y su rostro repleto de sangre, no se distinguía si era la suya o de alguien más, miró a su madre desde la puerta y trató de no hacer demasiado ruido al pasar pero tragicamente Gine era demasiado buena detectando cosas, y una de ellas era a sus hijos. La Sayajin soltó un suspiro a verlo de ese modo y sonrió dejando de lado un pedazo de tela para acercarse al menor de sus hijos.

—¿Y ahora que te paso? —Preguntó, resignada y más que nada preocupada.

—Nada —Respondió simplemente, queriendo irse a dar un baño realmente.

—De nuevo estas peleando de esa forma hijo.

A lo que se refería Gine, era que tras los reclamos de Bardock por la poca fuera y el poco poder de pelea que tenía su hijo, le era imposible verlo normalmente y que no entendía porque Kakarotto había salido de ese modo tan deprorable cuando Raditz y Black habían salido perfectamente bien, ambos eran Sayajines poderosos y pertenecían a la agrupación más poderosa del planeta.

—Mamá —Suspiro el menor —Debo hacerlo, no quiero ser débil toda mi vida, ¡Es tan injusto!.

Gine miro a su hijo con toda comprensión del mundo, porque lo entendía, no debía ser fácil para él sufrir todo eso siendo tan joven.

—Puedes entrenar Kakarotto, no te dijo que no lo hagas, pero trata de no lastimarte de este modo tan cruel, ¿Con quien peleaste esta vez?.

No fue buena señal cuando el menor bajo la cabeza.

—Con tres chicos de la academia.

—Dios —Musitó Gine, recordando lo crueles y sádicos que eran esos Sayajines.

En Veggeta existían tres tipos de "escuelas" para los Sayajines que quisieran convertirse en guerreros, dos eran conocidas por ser las mejores en controlar poderes y fuerza bruta y finalmente y institución conocida como la academia era la más solicitada para crear bestias sin control a la hora de pelear, nada bueno salía de allí más que Sayajines sin control y demasiado violentos.

—Te prohíbo, hijo. Que vayas a ese lugar —El tono de voz de la mujer había cambiado a uno fuerte y mandatario —Te dejó hacer lo que quieras a ti y a tus hermanos, pero los tres tienen totalmente prohibido poner un solo pie en ese lugar, ¿Haz entendido?.

Una de las cualidades que tenía Kakarotto era no tener miedo a nada, por más qur esto fuera demasiado peligroso, pero a su madre..

Asintió como pudo y tras recibir una sonrisa conformada de su madre, por fin pudo ir a tomar el tan deseado baño que quería.

Trato de ser rápido y limpiar toda la sangre que más que de nadie más, era la suya, le dolía todo el cuerpo pero lograba aguantarlo y tornarlo fuerza, las cicatrices en su cuerpo eran más que nada de peleas buscando incrementar su poder, y sería más fácil si sus hermanos lo apoyaran, pero no era caso.

«Hermanos...», pensó y recordó que ambos debían llegar hoy, de seguro en unos poco minutos, así que apresuró todo y salió rápidamente a vestirse nuevamente con ropa limpia y más cómoda que la armadura.

Escucho voces fuera de su habitación, y de inmediato reconoció la voz de Raditz, se emociono inevitablemente y fue hasta la cocina en donde ambos debían estar hambrientos y comiendo.

—¡Entonces, ella solo lo descuartizo! Te juro madre que si me dieran a elegir ella sería mía —Hablaba Raditz, con una enorme ración de carne en su mano.

Black estaba de pie recostado sobre un pilar y tomaba un vaso de agua, fue el primero en notar su presencia.

—Regresaron —Dijo yendo al lado de ambos —¿Como les fue?.

Raditz miró a Black pero este lo ignoro, era el único que jamás molestaba a Kakarotto en nada puesto era su gemelo, pero no tenían gran vínculo, solo que era más fácil estar al lado de Black que del otro.

—¿Y tu para que quieres saber, acaso quieres ir con nosotros? —La burla en su voz era palpable.

Gine se acercó a su hijo mayor lentamente con sus ojos oscurecidos y con un cuchillo en manos, hizo una maniobra y este giro entre sus dedos para finalmente aterrizar frente a Raditz que quedó perplejo. No se lo esperaba.

—Deja de ser un poco hombre Raditz, me tienes harta con tus burlas sin sentido —Gruñó —Si te vuelvo a escuchar tratar así a tu hermano te juro que corto un dedo, y no estoy jugando.

El mayor sabía que su madre hablaba en serio, y asintió nervioso viéndola retirar el objeto filoso de la madera de la mesa.

Kakarotto se sintió pésimo, no quería que fuera su madre quien lo defendiera de nadie, quería ser él mismo, su mirada viajo a su gemelo que lo miraba con algo de decepción, lo vio suspirar con los ojos cerrados he indicarle con la cabeza que lo siguiera afuera, lo hizo simplemente. Black nunca quería hablar con él, por eso le pareció extraño que lo hiciera.

Una vez afuera, el otro freno y ladeo su cabeza para verlo.

—Eres débil —Cito, entre cerrando sus ojos.

—No, no lo soy —Contrarresto el menor, precionando sus puños con fuerza.

Odiaba la para débil que era lo que siempre oía por todos lados, en donde fuera le decían lo mismo y aunque dijera lo contrario y lo demostrará nunca acababa, tal vez nunca sería tan fuerte como lo era Black, ya que después de todo él era un Élite.

—Hermano, estoy cansado de verte ser víctima de todos y tu no puedas hacer más que hablar sin actuar, eres un Sayajin, hijo del general del ejército de Vegetta, hermano mío por lo tanto eres fuerte, solo que no haz podido demostrarlo.

—Black.. ¡No tengo idea de como! ¡Lo he intentado todo, he peleado y he sido derrotado todas esas veces! No lo entiendo...

Black rió en silencio y giro totalmente para verlo.

—Es porque peleando de ese modo tan pobre no aprenderás nada más que el sabor de la tierra Kakarotto, para saber pelear debes tener un maestro, alguien que te enseñe, no Sayajines inútiles que se divierten de ti, creo tener la solución para ti.

El menor lo miró curioso, quería saber que estaba pensando Black para él, y si era para ser más fuerte, iba a aceptar.

—¿De que se trata?.

—¿Alguna vez fuiste a la escuela de combate? —Preguntó, la verdad no estaba seguro porque casi nunca estaba en casa y no podía adivinar su Kakarotto fue o no alguna vez.

—No..., bueno intente entrar a la Academia Brute force pero...

Fue silenciado por la mano de Black elevabada.

—No creas que iras allí, es un asco, un hoyo para bárbaros, nosotros tenemos otro tipo de enseñanza. Iras a la ACDS, allí vamos todos los mejores —Menciono orgulloso.

Kakarotto conocía ese lugar, siempre oía que la gente iba allí y salían siendo los mejores guerreros de Veggeta, también cabía la oportunidad de que te eligieran para ciertos grupos especiales, pero no estaba seguro de eso.

—¿Podré estar en un grupo? —Preguntó de repente.

Black lo pensó inmediatamente y finalmente hizo un mueca de sí.

—Puede ser, de hecho dos de mis compañeros del Escuadrón, Vegeta y Caulifla están buscando integrantes para sus grupos personales, pero ambos sol demasiado estrictos dudo que seas elegido —No quería ser cruel pero era la realidad.

Todos conocían al Príncipe Vegeta, arrogante y cruel que disfrutaba de burlarse de los débiles a toda costa y próximo líder de los Sayajin, que también era líder del Élite, los más poderosos de Vegetta. Caulifla, por lo tanto, Kakarotto había oído ese nombre ya varias veces, decían era la Sayajin más fuerte de todas y que podía hacer que cualquiera besara sus pies si lo quisiera, decían que era letal y hermosa, todos la querían de pareja pero ella jamás demostró interés.

Kakarotto no la conocía, pero se hacía la idea que de seguro era más hermosa de lo que decían.

—¿Kakarotto me oyes? —Habló Black con sus brazos cruzados y molesto.

—Por supuesto —Mintió, no sabía que demonios había dicho su hermano en esos minutos que divago —¿Como es Caulifla? —Preguntó sin darse cuenta, le había dado curiosidad el tema.

Black levantó una ceja interrogandolo.

—¿Para que queres saber tu sobre ella?.

—Es solo que.. -Murmuró sin saber que decír realmente —Si me llegara a elegir...

El mayor de ambos rió un poco frenando su tonta explicación.

—Perdón hermano pero dudo mucho que Caulifla te vaya a elegir, ella ha dicho que le da pavor los débiles, y.. Tampoco creo que tengas oportunidad con ella si es lo que querías saber.

Lo tomo por sorpresa, y se sonrojo inevitablemente, no la conocías demonios, ¿Como iba a gustarle?.

—No era eso.

—Caulifla es difícil, y está muy tensa estos días, prefiere que nadie se le acerque más de lo debido.

—¿Y eso, porque? —Indagó.

—Pues, esta en la edad en la que las hembras deben elegir un Sayajin como pareja, y ya sabes, alguien con su carácter no es fácil de domar, ella prefiere seguir luchando pero le será difícil, probablemente su pareja quiera que este en casa.

—¿Y nadie del Escuadrón la ha pretendido?.

—Que yo sepa no, nadie se atreve. Pero, ella y yo somos algo unidos en ese aspecto.

Kakarotto alzó la mirada, perplejo, no sabía que Black ya tuviera pareja o algo, y que fuera la chica por la que todos suspiraban.

—¿Quieres decir que es tu chica?.

—Para nada —Rió Black nuevamente, solo quería molestar —Pero si ella me escoje no me opondría, pocas chicas me interesan y ella es demasiado perfecta como para negarme.

Abiendo dicho eso, Black comenzó a caminar de vuelta a casa, no sin antes detenerse de nuevo.

—¡Mañana iras conmigo a la ACDS! ¡No lo olvides! —Advirtió y después de eso desapareció por la puerta.

Kakarotto miró el cielo y sonrió de felicidad, al fin podría ser aquel Sayajin que quería desde un principio, y lejos de las burlas ahora podría ser todo lo que una vez soñó.

Final Notes:

Sé que había dicho que volvería antes xd, pero se me hizo algo imposible tener una inspiración concreta, pero sin más estoy aquí con esta historia que espero les gustes!

Sayajin.

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