Washington D.C
29 de marzo de 2021, 06:45 a.m.
Edificio J. Edgar Hoover
Sede del FBI
-Esto es un desastre -Cody gruñe y deja caer su puño contra el escritorio de su oficina-, son cuatro homicidios sucediendo en cuatro diferentes lugares del país, a personas protegidas por el programa, casi simultáneamente.
Mientras volaban de regreso a Washington, tras tomar la poca evidencia del asesinato de Bryan y pedirle a la policía de San Francisco que se les informara de cualquier avance, habían sido informados que los otros tres testigos habían muerto. Al igual que con su testigo en San Francisco, los cuerpos fueron encontrados en sus casas o apartamentos con un disparo a quemarropa y evidencia de tortura junto al símbolo de la serpiente en las plantas de sus pies. Las cerraduras tampoco fueron forzadas y, ya que no tenían la escena del crimen, tampoco tenían evidencia.
-Joshua Guzmán estuvo creando su imperio desde cero mientras se mantuvo fugitivo -la voz gruesa de su superior resuena en la oficina.
-Eso parece jefe -dice Nick con un suspiro cansado y los ojos entrecerrados, prácticamente no habían dormido en toda la noche.
-Se está haciendo más fuerte de lo que fue su padre -susurra Cody y Nick es capaz de ver fuego salir de su nariz llena de furia.
-¿Tenemos algo? -pregunta su jefe.
-La firme sospecha de que alguien dentro le dio la información.
-Mhmm -murmura y asiente-. Esa sería una buena razón de porque cada vez que estuvimos cerca de atraparlo, lograba adelantarse a nuestro golpe.
-Y de cómo consiguió información de los testigos sin ser detectado.
-Necesitamos averiguar de quien se trata -dice Cody.
-Pondremos todo nuestro esfuerzo en encontrar al infiltrado para poder llegar a Guzmán.
-Antes de eso -suspira Cody-, debemos poner bajo custodia a Zoe Spencer. Es nuestra única testigo en su contra. Y, dado que los asesinatos de los otros testigos fueron simultáneamente en cuatro ciudades de cuatro estados diferentes, no habrá forma de culparlo. Tampoco tenemos evidencia que lo incriminen.
-Tengo entendido que no encontraron a la señorita Spencer en Detroit, así que hay un equipo buscándola.
Cody da un paso hacia atrás y golpea su silla con sus piernas.
-Yo me encargo, jefe -dice-. La vida de Zoe es mi prioridad en este momento.
-Espero que por razones adecuadas agente Wexler.
Cody asiente y toma su chaqueta del respaldo de su silla.
-Nick y yo nos encargaremos -responde.
-Está bien -asiente y se levanta con un suspiro cansado-, podrán trabajar desde una casa de seguridad.
-Lo tengo.
-Wexler, haga lo que tenga que hacer para atrapar a esa rata.
-Sí, señor.
Antes de salir de la oficina, el hombre gira la cabeza y le da una mirada rápida.
-Y proteja a esa chica.
Cuando Cody se aseguró de que su jefe se fuera, miró hacia su compañero. Deja escapar un suspiro al ver que Nick se había quedado dormido con la cabeza apoyada al respaldo y los brazos cruzados. Acercándose a paso lento, Cody sabe que él está cansado, y ella también siente cómo sus ojos se cierran y su cuerpo se queja por la falta de sueño, pero tiene una misión y una promesa que cumplir, así que estira su pie y da una pequeña patada a la pierna de su compañero.
-Oye Nick -susurra y lo oye quejarse-, vamos amigo.
-¿Qué hora es? -pregunta adormilado.
-Dormiste cómo dos minutos -responde y camina hacia su escritorio para empacar todo lo que va a necesitar.
-Oh, genial -responde y estira su cuerpo-. Un nuevo récord.
-Debemos irnos ahora.
-¿A dónde?
-Pasaremos por nuestras cosas y luego recogeremos a Zoe para llevarla a una casa segura donde tú y yo cuidaremos de ella mientras investigamos a todos los posibles sospechosos.
-¿Y dónde encontraremos a Zoe? -pregunta Nick rascándose los ojos para despertarse.
Cody detiene sus movimientos y lo observa con cuidado. Será la primera vez que revele la ubicación de la rubia, y aunque se trate de su mejor amigo, la sola idea de ponerla en peligro le causa un escalofrío. Pero se lo debe a Nick, y sabe que ahora mismo es el único en el que puede confiar.
-En Baltimore.
*
Baltimore, Maryland
29 de marzo del 2020, 08:57 a.m.
Waldorf School of Baltimore
Cody estaciona el viejo sedan en el parqueadero muy cerca de la entrada a la escuela mientras Nick a su lado tecleaba en la pantalla de su tableta, con su rostro comprimido en la pura concentración.
-¿Cuánto tiempo más necesitas? -le pregunta.
-Ya casi está listo -responde su compañero.
Cody asiente y sujeta con fuerza el volante mientras espera. Da un par de suspiros y trata de controlar su nerviosismo, pero saber que Zoe está a pocos metros de distancia la vuelve loca. Quiere correr a ella y decirle que Joshua está en prisión y que podrán estar juntas ahora, sin embargo, eso no era lo que iba a suceder y la tenía llena de ansiedad.
-Listo -chilla su compañero.
Nick le sonríe y asiente en dirección a su tableta.
-Genial.
Su voz tiembla y Cody sabe que su compañero lo ha notado.
-Así que aquí es donde has tenido a Zoe escondida por estos tres años, a menos de hora y media en auto.
-Si -asiente ella.
-¿Te pone nerviosa verla?
Encogiendo un hombro, Cody murmura -Tal vez.
Nunca antes había tenido nervios de enfrentarse a alguien. No mientras atravesaba la escuela secundaria llena de todos esos adolescentes idiotas y hormonales, no cuando en su último año tomó la decisión de enlistarse al ejército y tuvo que enfrentar a su padre que se oponía rotundamente. Tampoco estuvo nerviosa cuando, siendo la única mujer de su pelotón, fue excluida por varios de sus compañeros y obligada a trabajar el doble para demostrar su valía.
Cody nunca retrocedió ni tembló ante sus superiores, pero el solo hecho de pensar en Zoe Spencer provocaba un sin fin de emociones que sacudían su cuerpo.
-Entonces es aquí donde pasabas tus días libres y pensabas en la vida y todas esas cuestiones filosóficas -bromea.
Cody sonríe divertida.
-Si.
Nick asiente y bufa.
-¿Sabes? me duele que no me hayas contado, pero me alegra saber que ella está bien.
La tableta suena tres veces y Nick revisa la pantalla.
-¿Todo bien?
-Todo bien -él asiente-, el equipo está listo y estarán en la casa de seguridad lo más pronto posible.
-Genial.
Nick la mira y señala con un movimiento de cabeza la escuela frente a ellos.
-Debes ir pronto.
-Lo sé -responde.
-Entonces sal ahora -él replica.
-No sé cómo hacerlo.
-Fácil -Nick pone los ojos en blanco y apunta con el índice la manija de la puerta del auto-, abres la puerta y pones un pie fuera. El resto se hace solo.
Cody niega y deja caer su cabeza al volante.
-No sé cómo acercarme.
-No es como si no se conocieran.
-Eso ya lo sé -gime Cody llena de frustración.
-Oye, has venido aquí literalmente cada semana a verla ¿por qué esto es tan difícil para ti?
-Porque no le he hablado en ninguna de esas ocasiones -susurra.
-¿Qué?
-Nunca le he hablado -repite-, siempre mantengo mi distancia para que no me vea. Solo me aseguro de que esté bien y de que no haya nadie acechando.
-Amiga, tú eres quien la acecha.
Cody ríe porque sabe que su amigo está en lo cierto.
-¿Qué te pone tan nerviosa? -pregunta Nick.
-Es solo... -suspira-, le prometí que vendría por ella cuando atrapara a Joshua.
-Oh -Nick susurra.
-Aún no lo tenemos -Cody asiente-, y eso me hace sentir como si le hubiese fallado.
-Ella no creería eso.
-Pero ¿y si lo cree?
Nick niega y estira su brazo para darle un apretón en el hombro a su mejor amiga.
-No lo hará, porque no es así, Cody. Has trabajado más fuerte que nunca en este caso y ella lo sabe -susurra él-. Ten por seguro que lo atraparemos y la mantendremos a salvo, pero para eso debes ir y hablar con ella -señala con la barbilla al edificio-, así que ve por tu chica.
-Ella no es mi chica –refunfuña sintiendo el calor de sus mejillas empezando a sonrojarse.
-Pero te mueres porque lo sea.
-Lo que digas, amigo -Cody pone los ojos en blanco y sale del auto.
Observa el edificio por unos segundos, y luego camina a través de las puertas de entrada con Nick pisándole los talones. Está tratando de respirar correctamente para no ahogarse y parecer una tonta.
-¿Sabes a qué salón debemos ir? -Cody asiente y gira hacia la derecha hasta un enorme pasillo-, después de que atrapemos al infiltrado y desarmemos a Guzmán nuevamente, tendrás que tomar tus vacaciones y llevarte a Zoe contigo a una linda isla griega.
-Ah, ¿sí?
-Por supuesto -Nick asiente y mueve sus manos al aire como si estuviera desplegando una pantalla-, ver el atardecer, bañarse en esas lindas aguas cristalinas, tomar martinis o lo que sea que quieran beber.
-Parece que ya has planeado todo por mí.
-Te cubro la espalda, hermana. Lo sabes.
Cody asiente en respuesta y se detiene junto a Nick frente a una puerta de madera. Ambos escuchan las voces entonar y el sonido del piano reverberar. Cody suspira porque es capaz de reconocer la angelical voz de Zoe entre todas, y sabe que es ella quien está en el piano. Después de todo, la música fue lo que las acercó.
-¿Es maestra de música? -pregunta Nick asombrado.
-Si -responde Cody-, y es la mejor.
Nick sonríe cuando ve los ojos de su amiga brillar de esa manera única.
-Bueno, ella definitivamente sabe tratar con niños.
-Lo sé -Cody levanta su mano en un puño para llamar a la puerta, pero se detiene.
-Cody, sabes que debemos hacerlo.
Ella asiente, pero no hace ningún movimiento.
-Tiene una buena vida aquí -susurra-, sus alumnos la adoran, ha hecho nuevos amigos. Ella está feliz.
-Y eso no servirá de nada si Joshua la encuentra -le recuerda con pesar.
-Lo sé.
Cody asiente y deja caer sus nudillos contra la madera repetidamente. Lo hace hasta que la música del piano y las voces dejan de escucharse, y se detiene cuando unos pasos se acercan. Sigue nerviosa y sin estar del todo preparada, pero necesita hacerlo.
Nick le vuelve a dar un apretón en su hombro, asegurándole que esta con ella, y se prepara. Ambos sienten que la puerta se abre en cámara lenta y retienen la respiración.
-Oh, por Dios -Nick se sorprende al encontrarse con una cabellera roja como el fuego, en lugar del rubio que la caracterizaba. Pero sus ojos seguían siendo de ese color azul cristalino que lo maravillaron desde el primer día que los vio, y que le recordaba a los ojos de un bebé-. Cody, Nick... Oh, por Dios -repite.
-Oye, Zo -saluda Nick.
La pelirroja niega y le da esa sonrisa característica que enloquecía a cualquiera que estuviera del lado receptor.
-Ahora soy Blair.
-Oh, lo siento -susurra él-. Hola, Blair.
La pelirroja asiente satisfecha. Luego mira en dirección a la pequeña morena y su sonrisa crece, sus ojos brillan y su corazón palpita a un ritmo tan acelerado que piensa que se le saldrá del pecho. Era lo que le hacía sentir Cody con esa sonrisa tímida que había extrañado ver y esos ojos azul acero que la volvían loca.
-Cody -susurra en un suspiro lleno de anhelo.
-Hola, Zoe -la pelirroja sonríe-. Quiero decir, Blair -se corrige-. Te sienta el rojo.
-Oh, gracias -sonríe con timidez, tomando un mechón de su cabello para colocarlo detrás de su oreja mientras sus mejillas se sonrojan.
-Blair, tenemos algo importante que decirte -dice Nick en un tono serio que parece pasar desapercibido para la pelirroja.
-¿Atraparon a Joshua? -pregunta emocionada.
Suspirando, Cody juega con sus manos y agacha la mirada temiendo ver la decepción en los ojos azul cristalinos de Blair. El gesto llama la atención de la pelirroja porque enseguida cambia su postura en la puerta, borra su sonrisa y frunce el ceño. Luego echa la cabeza hacia atrás y avisa a sus alumnos que podrían tomar un descanso, sale del salón y cierra la puerta.
-¿Qué está pasando? –pregunta y esconde sus manos temblorosas en los bolsillos traseros de su pantalón.
Su brillante sonrisa tiembla al igual que su voz.
-Tenemos que sacarte de aquí -dice Nick y da un breve vistazo a su compañera que se ha quedado petrificada-, te llevaremos a una casa segura.
-¿Por qué?
Cody odia escuchar el temor en su voz, así que cuadra la espalda, se endereza la chaqueta del traje y carraspea. Sus ojos se encuentran con en ese azul cristalino que había extrañado.
-Ya no es seguro que estés aquí -dice-, Joshua ha vuelto -agachando la cabeza, siente su cuerpo temblar-. Lo lamento.
Nick ve como el rostro de la pelirroja se llena de ternura mientras mira a la pequeña morena. Sabe que es un momento muy íntimo para ambas, y detesta ser un intruso porque no se han visto en mucho tiempo y merecen un adecuado reencuentro.
Blair da un par de pasos hacia adelante y atrapa la mano de Cody entre la suya, sintiendo una ola de sentimientos golpearla. Enreda sus dedos y suspira cuando el dedo pulgar de la pequeña agente le acaricia la mano. Al levantar la mirada se encuentra con un par de ojos azul oscuro como la medianoche y que brillan como si estuvieran llenos de estrellas. Piensa que es por ella, y eso solo hace que su corazón se agite de emoción.
-Está bien -le susurra y engancha su otra mano al cuello de Cody-, hicieron todo lo posible. Estoy segura de eso.
-Quizá no fue suficiente.
-Oye, no digas eso.
-Te prometí que solo te buscaría cuando tuviera a Joshua en custodia y te llevaría a casa.
-También prometiste que me cuidarías -la sonrisa y las caricias de Blair agitan el corazón de la morena-, y lo has cumplido muy bien.
-Creí que no me veías -sonríe avergonzada-, supongo que he perdido el tino en el espionaje.
-Oh, para nada -niega la pelirroja y sus rizos se mueven de un lado a otro, hipnotizando a Cody-. Eres muy buena en eso, nunca pude verte directamente, pero podía sentir cuando estabas cerca.
-¿En serio? -pregunta sorprendida y el brillo en los ojos azul oscuro se intensificó, como si más estrellas aparecieran.
-En serio -responde Blair con un asentimiento-, además de vez en cuando solías dejarme estos animales de origami o notas en el refrigerador.
-Amiga, ¿entrabas en su departamento? -pregunta Nick, interrumpiendo el cariñoso momento que tenían.
Blair ríe y esconde el rostro en el cuello de Cody, que pone los ojos en blanco y mira a su compañero con ganas de matarlo por interrumpir.
-Debía verificar que todo estuviera en orden -responde.
-Eres como ese tipo de You.
-Para nada, amigo -niega Cody.
Blair echa la cabeza hacia atrás y le da una mirada divertida a Nick.
-Cody es mucho más linda con su gorra negra.
-De acuerdo, basta -dando un paso hacia atrás, se aleja de la pelirroja pero no le suelta la mano-. Debemos irnos ahora.
Blair mira hacia su salón y luego a los dos agentes.
-No puedo irme así.
-No te preocupes -responde Cody-, todo está listo.
La pelirroja suspira y asiente. Ella confía en Cody, pero durante los últimos tres años construyó una nueva vida, hizo nuevos amigos, consiguió un trabajo que amaba y se le hacía difícil tener que abandonar todo ahora. Pero estaba Cody, la pieza que faltaba en su casi vida perfecta. Así que iría a cualquier lugar, siempre y cuando la morena se mantenga cerca.
-Solo diré adiós.
Cody asiente.
-Estaremos aquí.
*
Baltimore, Maryland
29 de marzo de 2021, 10:18 a.m
Banner Hill Apartments
-Lindo lugar -dice Nick cuando Blair los deja entrar en su departamento.
Cody está a su lado, y ambos giran sus cabezas hacia el pasillo al escuchar cuatro patas derrapar contra el piso. La pequeña agente sonríe porque sabe que se trata del fiel amigo de Blair.
-Oye, grandulón -saluda con voz animada al Beagle que golpea sus piernas y se echa boca arriba contra el piso, moviendo sus patas al aire- ¿Quieres que te rasque la panza?
-Alguien te ha extrañado -le dice la pelirroja.
Dejándose caer sobre una rodilla, Cody extiende su mano hacia la panza expuesta del perro y lo acaricia. Blair sonríe enternecida y sigue su camino hasta su habitación para empacar todo lo que va a necesitar.
-¿Quién es él?
-Este es Rex -responde Cody-, lo obtuve de cachorro y le di un entrenamiento básico de K9 por un par de meses. Luego lo traje y lo dejé aquí en el departamento de Blair para que cuidara de ella.
-Ahora es mi pequeño bebé -escucharon la voz divertida de la pelirroja desde la habitación.
-¿Tú le pusiste el nombre?
-Si -asiente Cody-, Rex por la serie Comisario Rex.
-Ya veo -Nick sonríe divertido.
-Ven a conocerlo -le dice sin dejar de acariciar al Beagle.
Nick se inclina y acaricia las orejas del perro llamando su atención. Rex lo observa fijamente sin mover las patas por unos segundos y luego mueve la cabeza y le lame la mano al agente.
-Parece que le agradaste.
-Eso parece -responde, luego mira a su amiga y asiente al animal que ha vuelto a levantar la pata-. Pensaste en todo.
Cody encoge un hombro.
-Sabes que su bienestar es todo lo que me importa.
-Lo sé –asiente. Luego señala con la barbilla en dirección a la habitación de la pelirroja-, ve con ella.
Cody asiente y se levanta. Sacude el pelaje de sus manos y suspira, luego da un par de pasos vacilantes y se detiene.
-¿Es buena idea?
-No seas tonta y ve.
Ella vuelve a asentir y camina rápido, sin darse la oportunidad de ponerse nerviosa. Se detiene frente a la puerta abierta y encuentra a la pelirroja de pie frente a su cama cerrando la cremallera de su maleta. Se arrima al marco de la puerta y la ve tomar una fotografía y suspirar.
-Voy a extrañar este lugar -la escucha susurrar.
-Es un muy lindo lugar -asiente de acuerdo.
Blair la mira y le sonríe.
-Pero debo admitir que amo que estés aquí.
La agente agacha la cabeza para evitar que la pelirroja vea el rubor extenderse por su rostro.
-Es agradable poder hablarte después de tanto.
-Si -Blair asiente-, he extrañado el sonido de tu voz -deja el marco de la foto sobre su maleta y se acerca a Cody-. El olor de tu perfume -suspira- y sentir tus manos en las mías.
Volviendo a entrelazar sus manos, Blair se pega lo más que puede al pequeño cuerpo de la morena.
-No quiero volver a soltarte.
-Entonces no lo vuelvas a hacer -responde.
Sus ojos se vuelven a encontrar y la magia sucede. Sus corazones laten a ritmos desenfrenados, sus respiraciones se cortan y sus ojos brillan de esa manera tan deslumbrante.
-¿Vas a besarme? -pregunta la pelirroja a centímetros de los labios de la morena.
-No es el momento adecuado -responde Cody.
-No hemos esperado ya suficiente -susurra- ¿Cuándo será ese momento?
-Cuando no estemos huyendo -responde con una sonrisa encantadora-, porque quiero tomarme el tiempo de besarte como te lo mereces.
Blair le sonríe y asiente.
-Es una misión, soldado.
Cody echa la cabeza hacia atrás y ríe.
-Está bien, vamos a llevar tus cosas al auto -Blair le da un beso en la mejilla y se separa-, enviaré a alguien que recoja el resto de tus cosas y las deje en una bodega.
-Gracias.
Cody se acerca a la cama y ve la fotografía que la pelirroja dejó sobre la maleta, en ella vio a Blair junto a sus estudiantes en lo que parece una noche de recital.
-Fue un regalo de los chicos.
-Te ves tan linda -le sonríe y deja el portarretrato sobre la cama, luego señala la maleta- ¿Es todo?
-Todo lo que necesitaré por el momento, si -Blair asiente.
-Bien -deja caer la maleta a sus pies y toma la manigueta- ¿Lista? -pregunta-, porque tenemos un largo camino hasta la cabaña.