Leo ya había terminado de realizar las preparaciones para el viaje a Boston. Sería el único que acompañaría a David, disminuyendo la posibilidad de que llamaran la atención hacia ellos. David, por su parte, ya había trazado el plan. Iría a hablar con Jack después del almuerzo, ya le había enviado un mensaje indicando que se juntarían en las bodegas de Dryden a unas 7 cuadras del edificio corporativo. Había sido una decisión estratégica, debido a que por la investigación, el edificio estaría acordonado y con miles de reporteros, a quienes Dev quería evitar a toda costa. Además las bodegas deberían estar sin trabajadores por el momento, puesto que Sofía había enviado un correo a todos los trabajadores de Dryden Corp. indicando que las actividades de la empresa se suspendían por 4 días, para protegerlos de cualquier repercusión. Jack siempre fue quien lidió con los medios, y no sería ahora que cambiaría su enfoque, especialmente bajo la sospecha de que Jack era parte del plan de ataque.
Subieron al coche que tenía Dev. Cubrirían la distancia de 50 kilómetros rápidamente en él, y pasarían inadvertidos entre los miles de coches que viajaban desde los suburbios de Boston hacia el centro de la ciudad. Ingresaron por la carretera este, y se dirigieron sin problemas hacia las bodegas. Ya eran las 2 de la tarde, y todo se veía con normalidad, salvo las cuadras alrededor del edificio corporativo, que aún se encontraban en tránsito restringido por las investigaciones. El coche de Jack ya se encontraba aparcado en el estacionamiento cubierto de la bodega.
Leo se apartó de David, y decidió entrar por una de las entradas de carga de las bodegas. No quería que Jack lo viera allí, además, era el único lugar que tenía un punto ciego en las cámaras. Leo se había opuesto a ese punto ciego al principio, pero Dev alegó que sería una buena forma de no dejar registro del transporte de los proyectos que realizaban. Si había registro visual, habría una forma de hackear la señal, y descubrir exactamente en qué puerta descargaría, y por lo tanto, se podrían filtrar informaciones confidenciales. Dev era por sobre todo una persona que respetaba al pie de la letra los contratos de confidencialidad, y en todos los laboratorios de experimentos "sensibles" no tenían registros visuales a menos que fueran estrictamente necesarios para el análisis de resultados. Ese pensamiento sería el que le otorgaría "invisibilidad" a Leo.
David ingresó por la puerta principal, y se dirigió a la oficina de ingresos. Jack estaba dentro, sentado en uno de los escritorios revisando algo en el computador de la oficina. Dev respiró hondo e ingresó a la habitación, que estaba en una altura similar a un segundo piso, y tenía ventanales para observar todo el espacio de la bodega 3.
- Hola Jack, ¿estás bien?
- Hola David. Sí, no estaba en el edificio al momento del incidente. Estaba camino a mi doctor, para mi chequeo mensual...
Jack había tomado precauciones por su lado, postergando su visita al doctor una semana hasta el día marcado con Marshall. Era la cobertura perfecta.
- Ah, sí, recuerdo eso. Supe que enviaste a Sofía a casa también...
- Sí, como no estaríamos ni tu ni yo en la oficina, pensé que sería bueno darle el día libre. No es como si fuera la primera vez que sucede, pero estoy agradecido de que no estaba en la oficina al momento de... - Su voz se puso un poco sombría, hasta un poco depresiva - Maldición, sabía que las demás empresas eran capaces de espionaje, pero ¿llegar a un conflicto armado? ¿A qué estamos llegando David? - Sus ojos miraron fijamente a Dev, buscando una respuesta a la discusión que habían tenido hacía no más de un mes sobre la seguridad de Dryden Corp.
- Habíamos proyectado escenarios similares - respondió Dev, intentando buscar un indicio que determinara que Jack estuviese dudando sobre lo que estaba diciendo, o al menos, que estuviese ocultando algo, pero como buen hombre de negocios, ocultaba bien sus emociones y dudas - pero no pensé que podría pasar. Supongo que debería haber escuchado a Leo en aquel entonces...
- Sí, es lamentable que no hayamos escuchado con más atención a Leonardo. Si hubiésemos aplicado sus recomendaciones... Y en parte me siento responsable David. Fui yo quien decidió postergar los gastos en seguridad aludiendo a que un ataque sería casi imposible a la luz del día... - dijo Jack con un poco de tristeza.
Había aprendido a manipular sus emociones reales para moldear las palabras y ser más convincente en las negociaciones. Efectivamente, Jack sentía tristeza por los empleados asesinados, y había controlado su frustración y enojo al haber sido el causante de eso frente a David.
- No digas eso Jack, todos pensamos en lo mismo en ese momento. Y el proyecto Farscape estaba consumiendo más recursos de los que habíamos planeado. Fue una decisión de negocios - Dijo David, observando cada movimiento de Jack. A sus ojos, se sentía realmente responsable de su decisión, y no podía determinar si había algo más.
- Necesitaremos dar una rueda de prensa. Ya la marqué para hoy en la tarde, con el lugar a confirmar, pero necesitaba informártelo. Como siempre, tomaré las riendas de eso para que puedas encargarte de las familias de los empleados que perdieron la vida... Es importante que reciban de ti las condolencias, y obviamente, el papeleo del seguro de vida de los trabajadores... - Dijo Jack, planeando la estrategia de relaciones públicas.
Efectivamente, era David quien tendría que encontrarse con cada una de las familias de los heridos y muertos. Eso lo habían decidido después del primer accidente de Dryden Corp. hace 6 años, en donde dos pilotos de pruebas habían perdido la vida en un accidente, probando un vehículo aéreo solar que era capaz de quebrar la barrera del sonido.
- Lo sé, Jack. Es parte de nuestro protocolo de crisis. ¿Puedes dirigirte al edificio corporativo y convocar a la rueda allí mismo? Estoy seguro que los buitres de la prensa estarán esperando la primicia afuera. Supongo que ya enviaste a nuestro vocero a que los calmara...
- Eso lo hice ayer después del ataque. Sabes cómo funcionan los medios... Entonces David, ¿qué harás ahora?
Ahí estaba la pregunta que estaba esperando David. Había pensado que Jack se la haría tarde o temprano, pero no imaginó que vendría en persona. Sin embargo ya había planeado qué decirle.
- Iré a una reunión con una especialista de informaciones que conozco de Brasil. Está en Boston por esta semana, y quizá podría ayudarnos con la investigación interna para llegar al fondo del asunto... - dijo, esperando que Jack no hiciera muchas preguntas sobre la mentira blanca que había dejado sobre la mesa.
- ¿Una agente externa? ¿Es de confianza? Sabes que esto se sale del protocolo... - respondió Jack, con una mirada desconfiada, y una gota que corría por su patilla dejó entrever que estaba un poco nervioso.
- El ataque entero se salió de nuestros protocolos, Jack. Es importante que obtengamos información sobre nuestros atacantes, y sepamos exactamente con quién estamos lidiando para llevarlos a la justicia - disparó David, notando el nerviosismo de Jack.
Ese pequeño quiebre fue el que le otorgó a David la duda que necesitaba. Aún no podía decir con seguridad si Jack estaba involucrado, debido a que había estado a su lado por los últimos 7 años como un hombre de plena confianza. La idea de que Jack podría ser un traidor aún no se asentaba completamente en su cabeza, y eso también le jugó en contra al juzgar las emociones de Jack. Algo le parecía fuera de lugar, pero debido a la situación, podría ser un sinnúmero de posibilidades. Decidió que lo dejaría ahí por el momento, pero al menos deberían indagar un poco más en las próximas horas. Se despidieron, y Jack se dirigió a su coche y partió al edificio corporativo.
Leo salió de su escondite. Había subido a uno de los andamios que se encontraban en las bodegas, y apuntó un pequeño micrófono de largo alcance para escuchar la conversación completa entre David y Jack.
- ¿Entonces Leo? ¿Crees que está involucrado?
- Es difícil decirlo. Dev. Al menos en su voz no noté nada particularmente distinto... Sabes que tendría que tenerlo en frente para poder decirte más...
Leonardo, como parte de las fuerzas especiales del ejército, había recibido entrenamiento con especialistas del ejército en interrogaciones a sospechosos. Esto era de mucha efectividad cuando estaban en misiones donde los interrogatorios debían ser conducidos en terreno, sin mucho acceso a las condiciones óptimas que tenían otros organismos del gobierno, como lo eran el FBI, la CIA o la temida NSA. Este entrenamiento, con las habilidades de Leo para las decisiones tácticas, lo había convertido en un candidato ideal para la misión Arpón Azul, la misma por la cual lo darían de baja por "heridas en combate".
- Supongo que ya tendremos la oportunidad de reunirnos después de la conferencia... Tendremos que marcar una reunión con los jefes de división de Dryden y entonces podrás verlo con más calma...
- Sí, pero algo me huele raro. Sí noté nerviosismo cuando mencionaste a la mujer. Puede que no sea nada, pero vale la pena investigar un poco más... En cualquier caso, felicitaciones por mantener tu cabeza mientras le lanzabas esa bola curva. Sé que no eres buen mentiroso...
- Vamos Leo, me conoces desde pequeño. Ante eso estoy en clara desventaja porque a ti no puedo mentirte nunca...
- Vale, vale. Salgamos de aquí, tienes que encontrarte con la "especialista".
Ambos se subieron al coche en dirección a una cafetería que se encontraba cercana a la ópera de Boston, el lugar donde había combinado encontrarse con Aline. Leo nuevamente estaría a una distancia prudente, observando los alrededores para ver cualquier movimiento sospechoso. Su sexto sentido no le fallaría en caso que se encontraran en peligro.
David llegó al café un poco antes de la hora marcada, y reconoció la cabellera negra de Aline. La saludó con un beso en la mejilla, y se sentó al lado derecho de Aline. Pidió un expresso doble, y un muffin para acompañarlo, y Aline pidió un Latte con una tostada.
- David, ¿te encuentras bien? El distrito financiero es un caos...
- Sí, los policías tienen acordonado el edificio corporativo de Dryden en el distrito financiero. Un incidente de esta escala no sucedía desde los atentados de la maratón de Boston...
- Mis pésames por tus trabajadores... Dios, no sé qué decir en este momento... - dijo la muchacha, con un poco de pena.
- Muchas gracias, Aline. La verdad es que yo también estoy un poco en shock. Tendré mucho trabajo y muchos rostros que ver en los próximos días...
- Si puedo ser de ayuda en algo, sólo dímelo. Sé, por lo que han dicho en la prensa, que sospechan de uno de tus rivales... - sus ojos verdes se clavaron en los de David, con una genuina preocupación.
- Sí, siempre ha existido el espionaje corporativo... Pero llegar a estos extremos... Gracias por el ofrecimiento de ayuda, pero no creo que la necesite... Además, ¿cómo sé que puedo confiar en ti? Apenas te conozco...
- Es cierto, no hemos tenido tiempo de charlar. Quizá sea hora de hacer una presentación como corresponde. Soy una consultora freelance. Trabajo alrededor del mundo obteniendo información para diversos clientes a través de mis análisis. Gracias a mi conocimiento de sistemas y tecnología, y mi red de contactos, puedo obtener información que otras personas normalmente no podrían...
- ¿Eres una hacker? - preguntó Dev sin mucha delicadeza.
- No precisamente - respondió la chica, dejando entrever una sonrisa en sus labios rojos carmesí - Alguna vez lo fui, pero ahora no hago nada relacionado con "entradas ilegales" a la información... Todo lo que obtengo, lo hago a través de medios al borde de la legalidad...
- Es decir que eres una procuradora entonces - dijo Dev, con un poco de alivio, pero intrigado por el trabajo de la analista.
- Algo así. Digamos que no puedo revelarte mis secretos de oficio, pero si la información existe, puedo obtenerla. Así que, nuevamente, si en algo puedo ayudarte, sólo pídemelo.
- Lo tendré en cuenta, Aline. Muchas gracias...
Los dos siguieron la conversación por un par de minutos más, cuando Leo desde el otro lado de la cuadra observó algo que lo dejó un poco alertado. Había un oficial de policía con una libreta de multas, pero en los 20 minutos que llevaban ambos en el café, aún no había sacado ninguna multa, y estaba caminando por la acera observando los coches que estaban estacionados en la misma cuadra. Leo recordó el incidente en Roma, en donde un hombre disfrazado de policía entró a la comisaría y asesinó al sospechoso que tenía el detective Marino en custodia. Su mente trabajó rápidamente para recolectar los datos de los alrededores, buscando otros elementos que lo alarmaran. No tardó en ver dos señales más que indicaban una posible vigilancia. Una mujer se había sentado en una banca cercana al café con un perro en brazos, pero no tenía ninguna bolsa para recoger los desechos del perro, y un ciclista que había parado para mirar su celular en el mismo punto hacía ya 15 minutos, pero su bicicleta no llevaba cadena para dejarla anclada a alguna reja. Decidió acercarse al café casualmente, para no llamar la atención, y emular un encuentro con su amigo. Cruzó la calle, observando con calma a los tres individuos, y entró al café. Localizó la mesa en donde se encontraban David y la chica, y se acercó lentamente.
- ¡Dryden! ¡Qué bueno encontrarte aquí!
Leo nunca le decía a Dev por su apellido, y habían combinado que si había algo sospechoso, Leo le llamaría así.
- Leo, ¿cómo estás? - dijo Dev, notando que tendrían que salir de allí luego.
- Bien, bien. Veo que estás bien acompañado... ¿No me vas a presentar a la chica?
- Sí, esta es Aline Cross, mi vecina de São Paulo. Aline, este es Leonardo Romano, mi jefe de seguridad...
- Mucho gusto. Lamento la pérdida para su empresa, señor Romano...
- Muchas gracias, señorita Cross. Llámame Leo. David, llevo toda la mañana buscándote. Menos mal que eres una persona de hábitos, y pensé que estarías aquí... Debemos ir a la reunión para discutir los pasos a seguir...
- Sí, claro. Perdón por no avisarte... - dijo David, un poco incómodo por tener que mentir una vez más.
- David, tengo la tarde libre. ¿Quieres que te acompañe? Así podemos hablar de lo que te ofrecí... - mencionó Aline, apuntando a su tablet.
- Leo, ¿hay algún inconveniente si la llevamos? Estuvimos hablando del incidente, y Aline puede sernos de utilidad para analizar los datos de la investigación... Es analista de sistemas y tecnología, y ofreció ayudarme.
- No veo inconvenientes... ¿Viniste en coche?
- Sí, lo tengo aparcado a dos cuadras de aquí. ¿Tú viniste caminando?
- Sí, vengo del edificio. La reunión está marcada para las siete de la tarde, después de la conferencia de prensa.
- Muy bien, guíanos Leo.
Los tres salieron del café, y se dirigieronhacia el coche de Dev. Leo estaba observando sigilosamente los personajes quehabía identificado. El policía y la mujer seguían allí, pero el ciclista ya sehabía retirado. Si estaban realmente bajo observación, tendrían que perderlosuna vez que estuvieran en el coche. Leo pensó rápidamente en una excusa para ira otro lado de la ciudad, con la esperanza de estar equivocado. Pero su sentidono fallaba. No lo hizo en Roma. Algo estaba en cocción, y aún no sabía qué. Lostres subieron al coche, y Leo pidió a Dev que pasaran por su departamento, pararecoger su computadora portátil. Esperaba que los 30 minutos de recorridofueran suficientes para confirmar si los estaban siguiendo...