OUIJA. the boyz, hyu...

Por skylinjie

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Todo comenzó solo porque Eric estaba aburrido. ⚠️ posible muerte de personajes ㅤㅤㅤ22.08.20 ━ 01.04.21 Más

nota de autora
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15 - parte 1
15 - parte 2
16
18
19 - final
epílogo
capítulo especial

17

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Por skylinjie

por favor lean la nota al final del capítulo, hay algo importante !!









— Así que... lo que quieren decir es que hay alguien más por ahí con un espíritu dentro suyo. ¿Y está esperando que nos descuidemos un segundo para volver a asesinar? —Les cuestionó Jacob, viéndolos.

Sunwoo y Hyunjae se vieron entre sí, hasta mirar una vez más a Jacob y asentir con sus cabezas.

Unos pocos metros más atrás, estaba Kevin, mirándolos de brazos cruzados mientras escuchaba la conversación que estaban teniendo.

— Es exactamente lo que nos dijo Ten. —Sangyeon habló luego de haberse mantenido en completo silencio al margen de la conversación, justo igual a como estaba Kevin.

— ¿Hablas del peón?

— ¿Peón? —Entonces Kevin habló, completamente confundido.

— No creo que sea bueno hablar de eso aquí. —Sunwoo dijo en un tono bajo, esperando a que solo los que estuvieran más cerca suyo pudieran oírlo.

— ¿Desconfias de mí acaso, Sunwoo? —El canadiense saltó a la defensiva al segundo, frunciendo sus cejas—. De hecho, ¿qué hacemos confiando justamente en él?

— Kev.. —Comenzó Jacob, hablándole de forma suave.

— No confío en él, Coby. —Dijo.

El pelirrojo salió de la sala luego de pronunciar sus palabras, Jacob por su parte dejó caer su cabeza y apoyó su frente contra la mesa. Estaba completamente exhausto, las malas energías que rodeaban la casa lo estaban abrumando de a poco y sentía que en algún momento todo eso estallaría si él no hacia algo.

— La última vez que hablé con Changmin.. —Las palabras del menor en el comedor hicieron que Jacob levantara solo un poco su mirada, para verlo—.. yo le conté sobre algo.

— ¿Qué le contaste?

— No sé si lo recuerda, hyung. —Sunwoo tomó una bocanada de aire antes de continuar, dándole una rápida mirada a Hyunjae—. Pero hubo una vez donde desperté en la madrugada, había algo molestándome. Ese algo me llevó por la casa y terminé llendo hacia la habitación donde duermes con Kevin hyung, Chanhee hyung y.. Changmin hyung.

— ¿A qué va todo esto? —Sangyeon preguntó, sin encontrar relación entre eso y las cosas que estaban sucediendo.

— Recuerdo haberme despertado una noche también. —Jacob asintió con su cabeza, volviendo a sentarse derecho—. Sentí escalofríos pero cuando vi hacia la ventana estaba cerrada, así que me extrañé porque si estaba cerrada no pudo haber entrado viento. Pero luego vi la puerta siendo abierta y entendí que por eso fue el escalofrío.

— Entonces.. no me viste.

— ¿Estabas ahí? Ese día fue cuando con Hak te descubrimos en el segundo piso. —Recordó el rubio.

— Fue extraño, luego ya no estabas ahí, era como.. viajar en el tiempo. Y suena estúpido, pero así fue. Vi a un grupo de amigos, eran siete en total, uno de ellos estaba muriendo y estaba en la cama. Pero ellos no estaban solos. Había algo más acompañándolos.

— ¿Por qué esto suena tan.. familiar? —Sangyeon llevó las manos a su rostro, tratando de recordar de dónde le sonaba la historia de Sunwoo.

— El punto, y lo que le conté a Changmin hyung, es que luego todo se distorsionó. Nos vi a nosotros, vi a uno de nosotros a punto de morir.

— ¿Ese era Changmin?

El labio inferior de Sunwoo tembló, mientras a su mismo tiempo sus ojos marrones se llenaron de lágrimas. Y su rostro estaba lleno de dudas, como también de miedo. Entonces pensó en que no se dió cuenta, pero en lo que vió, en realidad faltaba Changmin.

— No. —Negó con su cabeza, bajando la mirada—. No era Changmin.










Juyeon se apoyó en el marco de la puerta, cruzando sus brazos sobre su pecho miró aquel cuerpecito que estaba dándole la espalda.

No le gustaba que Eric estuviera así, tan metido en sus pensamientos, negándose a hablar con alguien. Días antes al menos quería mantenerse lejos de la casa, sin embargo ahora no quería salir ni tampoco despegarse de la cama. También estaba negándose a comer o incluso beber algo.

— Hyung.. —Juyeon fijó su mirada en el rubiecito que aún seguía dándole la espalda—. Quiero volver a casa. Quiero a Changmin hyung con nosotros.

Lee sintió su corazón romperse al oír la voz congestionada del menor, Eric estaba destrozado, sentía tanta tristeza, tanto miedo y tanta culpa de algo que ni siquiera era responsable.

Al acercarse a la cama, Juyeon se sentó en ella y estiró su brazo hasta atrapar el del contrario. Tiró un poco del cuerpo de Eric hasta tenerlo encima suyo y lo envolvió entre sus brazos, acurrucandolo contra su pecho.

Había tenido a Eric muchas veces de esa manera. Por sus amores fallidos, esos que le partieron su corazoncito tan sensible, por veces donde tenía baja autoestima y lo único que quería era llorar, por veces en la que no comprendía algún cálculo de matemáticas por más que se lo explicaran una y mil veces, también por pérdida de familiares más cercanos a él. Y por eso mismo es que sabía que el rubiecito era una persona que podía romperse fácilmente, que si Sunwoo o lo que fuese que estuviera controlándolo en ese momento le dijo que era su culpa entonces él iba a creerselo y nadie iba a lograr quitárselo de la cabeza por más que hiciera miles de intentos.

Y el fallecimiento de Changmin no hizo más que aumentar esos pensamientos.

— Jacob hyung terminó de perder la cordura. —Musitó Hyunjoon ingresando a la habitación con un paquete de doritos en sus manos.

— ¿De qué hablas? —Juyeon sintió a Eric removerse un poco hasta correr su rostro y ver al chico pálido que acababa de llegar. Hyunjoon se sentó en una de las camas con sus cejas fruncidas y un pequeño puchero adornando sus labios finos.

— Está confiando en Sunwoo, ¿no es una locura eso? Es obvio que él fue el que lo hizo.

— ¿Hablas de.. asesinar a Changmin hyung? —Cuestionó Eric, apretando un poco la remera que traía puesta Juyeon.

Hyunjoon corrió su mirada de su paquete de snacks, para mirar al rubio. Movió su cabeza en señal de afirmación, él estaba completamente seguro de lo que decía. Solo que aún le faltaba probar que tenía la razón, porque después de todo Sunwoo intentó asesinar a Eric, solo que fue descubierto y no lo logró.

— Hyunjae también confía en él, ¿no? —Juyeon dijo, dejando caricias en la espalda de Sohn.

— Pues Hyunjae hyung está equivocado, no debe confiar en él. Es un tonto.. —Lo último fue dicho en un susurro que ambos chicos lograron escuchar y por su tono, se notaba que Heo estaba algo decepcionado.

— Sunwoo es mi amigo, confío plenamente en él. —La voz de Hyunjae los tomó por sorpresa a los tres en la habitación, no se dieron cuenta del momento en que llegó—. De todas maneras eso no importa ahora, vengo a avisarles que Younghoon llamó. Están trasladando el cuerpo de Changmin hacia Seúl, van a hacer su funeral en dos días, por si quieren volver y despedirse formalmente de él.











El día del funeral no tardó mucho en llegar.

Verlo allí, dentro de ese cajón de madera, fue como un balde de realidad cayendo sobre los hombros de Choi Chanhee.

Toda esa tristeza que no apareció antes, esa que se había ido para dejarlo en un estado shockeante, apareció cuando lo vió de esa manera. Cuando vió su cuerpo descansando dentro del cajón, con sus ojitos cerrados sin intenciones de volver a abrirse otra vez para verlo con todo el amor del mundo.

El pelirosa creía que era irreal ver a Changmin de esa manera, descansando sin vida dentro de un ataúd. Una persona que siempre estaba tan llena de vida. Y era tan triste de pensarlo de esa manera.

Chanhee no se separó de su lado, se mantuvo ahí, sentado a un costado sin quitarle la mirada de encima mientras de sus ojos no paraban de brotar lágrimas.

Del lado derecho había otra silla también, que era ocupada por la madre de Changmin. Con la diferencia de que la mujer se levantaba de vez en cuando a buscar algo de tomar y llevárselo a él. Aún si el chico se negaba a tomar o comer algo.

Younghoon se acercó a Chanhee, viendo también el cuerpo de quien fue su amigo.

Le dolía en demasía verlo y quería llorar, romper algo o hacer cualquier cosa con tal de que él regresara, pero lo último no era posible. Y lo demás... él estaba manteniéndose fuerte, porque Choi necesitaba a uno de sus amigos que pudiera sostenerlo cuando ya no pudiera soportarlo más. Juyeon también estaba en el lugar junto a Eric, pero el pelinegro estaba demasiado ocupado consolando al rubiecito que no paraba de llorar, incluso aunque aún no había entrado  a ver a Changmin.

— Chan.. ya es hora de llevarlo. —Le informó, viendo al pelirosa tocar una de las manos de Changmin con las suyas.

— Está tan frío.. —Susurró, con su voz rota—. Cuando éramos pequeños y hacíamos pijamadas yo solía abrazarlo mucho porque siempre estaba muy calentito. —Contó, llevando una mano a su boca para acallar el sollozo que buscaba salir.

— Chanhee, si quieres decirle una última cosa lo mejor es que lo hagas ahora, cariño. —Le dijo la señora Ji, dándole un apretoncito a su hombro.

Si no fuese porque Chanhee vió en la noche como la mujer se rompió más veces de las que podría contar con los dedos de sus manos creería que los señores Ji estaban tomándose todo el tema a la ligera. Probablemente él no entendía el gran dolor que los padres de Changmin estaban sintiendo, porque nada se comparaba el perder a un hijo.

— Creo que hasta aquí llegamos, bebé. —Comenzó, acercándose un poco para verlo mejor, sin importar que él ya no estuviera vivo—. Te prometí que estaría siempre a tu lado y.. —Relamiendo sus labios, Chanhee apretó su mano—.. y lo hice, estuve contigo en todo momento. —Sollozando por lo bajo, juntó sus frentes. Era una posición bastante incómoda donde le dolía un poco el cuello pero no importaba, en ese momento nada le importaba—. Yo.. yo estoy un poco molesto contigo, ¿s-sabes? No cumpliste.. no cumpliste con tu promesa.

Las lágrimas del mayor mojaban las mejillas pálidas de Changmin. Y viéndolo desde una perspectiva de afuera, las lágrimas del pelirosa parecían ser las del chico fallecido.

— Tend.. tendré que cortarte el dedo entonces.. —Intentó bromear, soltando una risita que terminó por romper en llanto.

Un llanto horrible, que dejaba a vista todo el dolor que estaba sintiendo. Sentía un dolor tan fuerte en su corazón que creía en cualquier momento se rompería en mil pedazos, tanto que jamás nadie podría curarlo.

Cuando dijeron que ya debían cerrar el cajón para llevárselo al cementerio, Chanhee se desesperó y Younghoon tuvo que tomarlo porque no quería que se lo llevaran. Chanhee no quería dejarlo ir.

Gritó, pataleó y lloró, pero aún así nada de eso era suficiente, porque Changmin no volvería.





















UNA SEMANA DESPUÉS...

La sala de espera del hospital estaba bastante vacía, Younghoon era el único sentado en una de esas horribles sillas esperando por Chanhee, parecía que últimamente era parte de su rutina estar en un hospital, sentado en la sala de espera.

El menor tenía turno con un médico para que le viera su cuello y le quitaran el cuello ortopédico si era que ya se encontraba sano, a lo cuál Chanhee le confesó que dudaba se lo quitaran ese día.

Ya había pasado una semana desde el funeral de Changmin, fueron días bastante difíciles a decir verdad, sobre todo para ese pelirosa que aún seguía sufriendo su muerte. Younghoon trataba de apoyarlo lo más que pudiera, sin embargo, como él aún no hizo su propio duelo, le estaba costando un poquito.

— Hyung~

El llamado, que fue tan repentino, hizo que dejara caer el vaso de café caliente de sus manos. Y pudo verlo caer despacio, como si fuese un efecto de cámara lenta que utilizaban en las películas. Su voz, tan melosa y al mismo tiempo sonando tan horrenda, hizo que los pelos se le pusieran de punta.

No se animó a observar a su costado, sin embargo tampoco se movió. Sentía su cuerpo paralizado, probablemente por el miedo que estaba sintiendo. Y es que no era como la vez pasada, antes él no sabía que ese niño estaba muerto ni que habían posibilidades de que fuese un ser demoníaco fingiendo ser uno, ahora era completamente consciente de que esa cosa no estaba viva.

De manera automática saltó en su lugar al sentir unas pequeñas manitos tocar su brazo izquierdo, moviéndolo levemente pero con insistencia. Como si estuviera tratando de llamar su atención.

Younghoon creía que se largaría a llorar ahí mismo. Porque estaba solo, no había nadie en esa sala a excepción de él.

Si se volteaba a verlo, si veía su rostro, ¿cuánta seguridad habría de que no le haría daño o que no jugaría con su cabeza una vez más para volverlo loco?

— ¡Hyung!

Sintió las manitas apoyarse, esta vez, en su espalda y luego un fuerte empujón lo hizo caer contra el suelo, logrando así que su cabeza golpeara fuertemente contra el cemento de esa desierta sala.

Y Younghoon no tardó mucho en perder la consciencia.












Juyeon ingresó al hospital con su teléfono en su oído, llevaba llamando a Younghoon hace más de media hora. Se suponía que luego de dejar a Eric en casa de sus padres iría en búsqueda de los otros dos porque la revisión médica no tardaría mucho, sin embargo el mayor no estaba respondiéndole las llamadas. Y el teléfono de Chanhee marcaba como apagado.

Le preguntó a una enfermera dónde quedaba el consultorio del Doctor Park, quién se encargaría de revisar a Chanhee y ésta no tardó en responderle, diciéndole que estaba en el piso número quince, que siguiera derecho en los pasillos y luego doblará hacia la derecha.

El pelinegro le agradeció de inmediato por su atención y con una leve inclinación se alejó de la mujer para dirigirse hacia los ascensores.

Cuando marcó el piso quince y las puertas del ascensor se cerraron, fijó su atención en su teléfono donde tenía varios mensajes de Eric.

Youngjae<3

Hyung, ¿va a volver rápido?

Ya lo extraño :((

Mamá preparó una torta, voy a tomar la chocolatada mientras los espero, no tarden mucho porfii

Dile a Chanhee que compré mucho helado para el camino y descargué sus películas favoritas en mi teléfono para que las veamos juntos

Te quiero, Juyi hyung. Te quiero mucho mucho

“Juyi” pensó Juyeon, sonriendo por el nuevo apodo que le había puesto el menor.

— ¿Has visto a mi hijo?

La voz de la mujer le dió un gran susto, al punto en que dejó caer su teléfono contra el suelo del ascensor. Mantuvo su mirada en la mujer que no dejaba de mirarle atentamente, sin siquiera pestañear.

Una sensación extraña lo recorrió de pies a cabeza, mientras su mirada se fijaba más allá de la mujer, a espaldas de ella, donde un cartel indicaba uno de los pisos más bajos del hospital.

“Morgue” se podía leer en letras mayúsculas.

— No, lo siento. —Se animó a responder, con su voz sonando ronca por lo baja que salió.

Los ojos contrarios no parpadearon en ningún momento ni se desviaron a otra dirección, al igual que el ascensor parecía haberse detenido por completo en ese piso que tenía un aura tan fría, tan horripilante.

Su teléfono comenzó a vibrar en el suelo, pero no se movió. En cambio, apretó sus puños al ver como los ojos de la mujer se fijaban en el aparato. Y entonces una risa siniestra comenzó a salir de sus labios pálidos, una risa que Juyeon estaba seguro nunca podría olvidar.

El rostro de la señora comenzó a deformarse mientras la risa se hacia cada vez más fuerte, comenzaron a notarse cortes en gran parte de su rostro y sangre comenzó a brotar de sus ojos. Era tan perturbador que,  mientras esa terrorífica escena sucedía, la mujer jamás dejó de reírse.

— Niño tonto.. —Dijo entre risas, avanzando un paso que Juyeon retrocedió por instinto—. Tan estúpido. Merece morir y tú lo sabes.

Tomando valentía, Juyeon estiró su mano para apretar un botón varias veces, ni siquiera vió cuál era ni a qué piso dirigía pero solo quería que las puertas se cierren antes de que ella lograra subirse.

Lo último que vió antes de que las puertas se cerraran, fue a Eric.

Lo vió con una expresión asustada en su rostro mientras la mujer lo sostenía por detrás y sus uñas se clavaron en su cuello, desgarrando su piel hasta llegar a sacarle sangre. La mujer reía mientras el rubiecito estiraba su brazo en su dirección, como si esperara que él lo rescatara.

Al salir del trance, Juyeon tomó de inmediato su teléfono, marcando el número de Eric tan rápido como sus dedos temblorosos se lo permitieron.

¿Hyung? ¿Está todo bien? ¿Ya están viniendo por mí? —Se sintió como si el alma le volviera al cuerpo al oír su vocecita detrás del aparato.

— Bebé, ¿tú estás bien? ¿No te sucedió nada? ¿Estás lastimado? Por favor no cortes el teléfono por nada del mundo. —Habló de manera apresurada, apretando fuerte su aparato. Quería ir corriendo hacia él, envolverlo en sus brazos y protegerlo. Pero primero debía buscar a Younghoon y Chanhee, porque debían resolver eso del juego de una maldita vez.

Si esa mujer o lo que maldita sea, se le apareció a él, significaba que la maldición o eso que hubiera en la casa, los había seguido. Y no iban a dejarlos en paz. O mejor dicho, no iban a dejarlos vivir.

— Está preocupándome, ¿sucedió algo malo? ¿Chanhee hyung está bien? ¿Y Younghoon hyung?

— Está todo bien, no te preocupes. Estoy llendo a buscarlos e iremos directo a buscarte, quédate en casa y no me cuelgues.

Mmh.. de acuerdo. Pero si está mintiendo voy a enojarme mucho.

— No es como si pudieras estar mucho tiempo enojado conmigo, Jae.

Una risita se escuchó detrás del teléfono, dándole calma a su corazón que seguía latiendo acelerado en su pecho por el susto que se había pegado.

El ascensor se detuvo en el piso número quince, al abrir sus puertas notó que ese piso se encontraba desierto y quiso patear algo de la rabia. Si no había nadie habían más posibilidades de que esa mujer volviera a aparecerse y dudaba salir vivo de otro encuentro.

Eric seguía hablándole por el celular, contándole alguna cosa sobre sus amigos del vecindario y Juyeon realmente quería prestarle atención, pero no podía hacerlo. Se estaba sintiendo paranoico en ese momento, creyendo que esa mujer aparecería en cualquier momento mientras más avanzaba.

Siguió caminando en la dirección que la enfermera le dijo cuando llegó, con su corazón dando un gran salto asustado cuando, al doblar la esquina de uno de los pasillos, se encontró de frente con un Younghoon que tenía sangre cayendo de su frente.

El grito que pegaron ambos amigos fue digno de una película de terror, de esos gritos que daría la personaje principal.

— ¡Hijo de puta! ¡¿Cómo vas a aparecerte así?! —Le gritó, dándole una bofetada. Ambos se quedaron congelados en su lugar ante su acción y Eric, desde el otro lado del teléfono, miró confundido hacia la pantalla sin entender con quién hablaba su hyung.

— ¿Por qué me golpeas? ¡Fuiste tú el que apareció de la nada! —Exclamó Younghoon devolviéndole la bofetada. Juyeon soltó un quejido ante el golpe.

— Aish, idiota. Me dolió. —Se quejó, acariciando con su mano la mejilla que fue golpeada.

— ¿Y te crees que a mí no me dolió tu golpe? Tienes la mano de Hulk. —Younghoon pasó su mano por su frente, tratando de quitar la sangre que había brotado de ahí.

— ¿Qué te sucedió ahí? ¿Alguien te golpeó?

— No.. —Younghoon soltó una risa sin gracia, viendo la sangre en su mano—. Al parecer el niñito ese que se me apareció en la casa quería jugar conmigo otra vez.

— ¿Jugar contigo? ¿Dices que jugar es romperte la cabeza? Woah, que juego tan fantástico. Me gustaría jugarlo. —Ironizó el menor, Younghoon rodó sus ojos.

— No importa eso ahora, Juyeon. —El más alto habló, con la preocupación ahora expresándose en su rostro—. Me desmayé por no sé cuánto tiempo y cuando desperté fui directo a buscar a Chanhee pero no estaba en el despacho del doctor. El tipo me dijo que ya se había marchado e intenté llamarlo pero su teléfono está apagado.

— Se supone que debías cuidarlo, Younghoon. —Le reprochó Juyeon. Olvidando por completo que el rubio seguía en la llamada, escuchando su conversación—. Vayamos a buscarlo, no creo que haya ido tan lejos.

¡Iré con ustedes! —Se logró escuchar por los altavoces del celular. Juyeon entonces recordó la llamada y miró el aparato tecnológico en su mano.







Las bocinas de los autos sonaban cada vez que pasaban por su lado, algunos gritaban groserías por ver ese cuerpo delgado que caminaba por los costados en la calle haciéndolos desviar un poco su camino. Pero a él no le importaba, desde su partida creía que si lo atropellaban entonces estaba bien, porque de esa manera podría deshacerse de todos esos sentimientos tristes que residían en su pecho, haciéndole añicos su corazón mientras los días avanzaban.


Después de que el doctor le quitara el cuello ortopédico salió de su oficina para encontrarse con la sala vacía, Younghoon no estaba ahí ni tampoco se molestó en buscarlo. Necesitaba estar un momento solo, para arreglar sus pensamientos y llorar su pérdida si era necesario.

Así que ahí se encontraba, caminando sin ningún rumbo fijo, con su rostro mojado por lágrimas que no parecían detenerse jamás.

Sabía que si Changmin estuviera ahí con él entonces lo regañaría y le diría que la vida sigue pese a perder personas importantes en su vida, pero Chanhee sentía que no podía seguir sin él. Habían estado juntos hace tanto tiempo que pensar en un futuro donde Changmin no estuviera era imposible para él.

Al llegar al inicio de un puente, por alguna razón se detuvo. Y alzó su mirada. Sus labios se entreabrieron y comenzó a temblar por el llanto que buscaba comenzar de forma desesperada.

Él estaba ahí, viéndolo y esperándolo en medio del puente con una sonrisa tan bonita que Chanhee no pudo pensar en nada más que ir a sus brazos.

Corrió tan rápido como sus piernas se lo permitieron, con sus lágrimas volviendo a mojarle las mejillas y su pecho sintiéndose presionado.

Quiso abrazarlo, tan fuerte para que no pudiera irse de su lado nunca jamás. Pero cuando lo intentó, Changmin se alejó, viéndole con una media sonrisa.

— No puedes abrazarme. —Le dijo. Chanhee quiso llorar de solo oír su voz, porque aunque no pasó mucho tiempo desde que la escuchó, sabía que si seguía sin oírla entonces en algún punto la olvidaría y no quería hacerlo, por eso se sintió aliviado de verlo otra vez y escucharle hablar—. Pero, ¿sabes cómo puedes hacerlo? ¿Cómo podemos volver a estar juntos, Channie?

El pelirosa negó con su cabeza, queriendo memorizar con su mirada cada pequeña parte del rostro de Changmin.

— Saltando, Chan. —La cabeza de Changmin se inclinó un poco, mostrando hacia el borde del puente—. Si saltas, entonces estaremos juntos para toda la eternidad. ¿No quieres eso, bebé? Podremos besarnos, darnos mimos y ser muy felices. Solo debes saltar.

Choi miró hacia el borde del puente también, inclinando su cuerpo en su dirección. Avanzó unos pocos pasos hasta llegar a la barandilla y posó sus manos sobre ésta, viendo el agua de un río correr.

— Si salto.. —Murmuró, subiéndose un poco hasta cruzar y quedar del otro lado, aferró sus manos a la barandilla y volvió a girar su rostro para mirar a Changmin. El pelinaranja lo miraba con una media sonrisa, completamente sereno—.. ¿realmente estaremos juntos para siempre?

La mano de Changmin se levantó hasta posicionarse en su mejilla, su toque se sintió tan real que Chanhee creyó de inmediato que él estaba ahí. Aún si ya había visto su cuerpo sin vida la semana pasada él lo creyó.

— Para toda la eternidad, mi amor.

Sonriendo, todavía con mejillas en sus ojitos marrones, Chanhee asintió.

— Te amo, Ji Changmin. —Dicho ésto, Chanhee cerró sus ojos.

Sus palabras fueron dichas en un susurro, que él esperaba fuese solo escuchada por el amor de su vida.

Sin embargo, Changmin no las oyó. Porque él no estaba ahí, Chanhee estaba completamente solo en ese puente.

O, mejor dicho, estaba acompañado por un ser que estaba escondiéndose en la parte más oscura del puente, viendo contento como el chico comenzaba a soltarse de manera lenta.











siempre que narro algo de younghoon el flaco está en un hospital, en el prox capítulo pongo que ya se mudó a uno DECÍA

en fin, quiero decirles que les dejo dos opciones para el final, está todo en sus manos, elijan con sabiduría chiquis

OPCIÓN A

OPCIÓN B

y por último, gracias por las 6k de leídas, los 1k de votos y por todos sus comentarios, en serio me pone super feliz leer ver todo eso y les agradezco de corazón de apoyen mi historia<3

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