Nos encontramos en un parque cerca del palacio, es bastante tranquilo así que no puede haber mejor lugar para pasar un buen rato con mi futura esposa y mi hija. Además, tengo que aprovechar los pocos momentos que puedo compartir con ellas, mis labores como monarca de un país no son para nada fáciles, más sabiendo que el reino es uno de los más importantes, un error y todo se viene abajo.
Luego de la conversación que tuvo Shey con sus amigos decidimos salir tal y como lo habíamos planeado.
No voy a negar que me desconcertó y mi lado celoso se activó cuando escuché el comentario de Harley, el cual dijo que Sheyda y él habías sido novios durante la universidad. La primera porque Landon y él son pareja y la segunda por saber que hubo personas muy especiales en la vida de mi prometida.
Observo como Sheyda ríe con Amori, le está haciendo cosquillas provocando que la pequeña suelte risas tan tiernas. Desde que supe que tendría una pareja destinada para toda la vida, me imaginé este tipo de escenas, en dónde solo seamos nosotros dos y la pequeña.
La castaña de ojos ambarinos comienza a caminar con la otra castaña de ojos azules hacia mí. Como si hubiera sabido que estaba pensando en ellas.
—Majestad, ¿Por qué tan pensativo? —Cuestiona tomando asiento a mi lado.
—Estaba pensado en que ustedes dos son lo que siempre deseé. Desde que supe que tenía una elegida. Sin embargo, he de decir que tú sin duda alguna superaste mis expectativas —tomo la mano de Shey y deposito un ligero beso sobre ella.
—Tú sabes que eres lo que siempre quise. Sabes muy bien que siempre estuve enamorada de ti, muchísimo antes de conocernos. Eres el sueño de mi vida —se acerca para besar mis labios.
—Mamá.... Pa...pá —una dulce voz es la encargada de separarnos.
No puedo creer lo que acaba de decir.
—¿Me dijiste papá de nuevo? —Mi voz suena más que ilusionada.
—Papá —escucho como vuelve a repetir, está vez sin impedimentos.
—¡Shey! ¿Escuchaste? Me llamó papá —nunca creí sentir tanta emoción, es decir, saber que tienes una hija es maravilloso, pero escuchar cómo te llama papá es indescriptible.
—La pequeña Amori es muy lista, dentro de poco comenzará a decir más palabras —comenta Shey observándola con adoración.
La niña le sonríe mostrándole los pequeños dientes que ya tiene. Voltea hacia donde yo me encuentro y estira sus brazos para que pueda cargarla.
—Ven acá princesa. Eres tan hermosa — y cómo si ella entendiera lo que estoy diciendo lleva una de sus manitas hacia mi rostro y deja una caricia sobre él —. Eres la princesa de papá.
De la nada escucho el sonido de una cámara. Miro hacia la dirección en la cual proviene el sonido y veo a mi pequeña con su teléfono.
—No pude evitarlo, era un cuadro precioso.
—Shey, estoy enamorado de ella. Es que es tan tierna que no sé cómo explicarlo. Una sonrisa suya y me tiene a sus pies —contesto mirando a mi hija.
—Vaya creí que eso era lo que yo provocaba —habla intentando sonar indignada.
—Claro que lo provocas, pero es que ella es diferente —ni yo mismo sé explicar lo que siento cuando veo a Amori.
—Y de pensar que la vas a ver ilusionarse con un niño. La verás enamorada, la verás sufriendo por su primer amor. Algo me dice que serás un papá bastante celoso —cada palabra entra en mi cabeza con mucha fuerza.
—Jamás permitiré que alguien la lastime. Y menos un idiota, además para eso falta muchísimo —un instinto protector habla —. ¿Verdad princesa que no vas a tener novio?
Amori mueve su cabeza diciendo que sí. Escucho una sonora carcajada proveniente de Shey.
—Creo que alguien va a tener canas muy joven —se burla descaradamente.
—¡Sheyda! En lugar de que me apoyes, te pones en mi contra —reclamo.
—Y créeme que nunca te apoyaré, sé lo que es vivir bajo la sobreprotección de tres hombres y no es lo más lindo.
—¿Tres hombres?
—Así es, mi padre, Alessandro y Carlo. Parece que se ponían de acuerdo para espantar a mis pretendientes —hace una mueca de desagrado.
—Pues muy bien, te imaginas si te hubieras llegado a casar con alguien, luego nos conocemos y te enteras de que yo soy tu pareja destinada. No me hubiera gustado romper un feliz matrimonio —digo como si fuera lo más obvio del mundo.
—No digas tonterías, cariño. Para que lo sepas yo no pensaba en casarme. Incluso una vez llegué a decir que solo me iba a casar si tú me lo proponías. Y mira parece que fue una predicción —responde besando mi mejilla.
—En ese caso que bueno que te encontré a tiempo, mi pequeña de cuatro hoyuelos.
Uno nuestros labios en un beso. Esta vez ya nadie nos interrumpe.
—Sabes no puedo creer que te inspiraste en mis libros favoritos para ambas declaraciones. Fue un gesto demasiado lindo majestad —dice al separarnos.
—Es que hablabas con tanta ilusión de ellos que se me fue imposible no recordarlos. Tus ojos brillan y pones una cara de ensoñación que amo observar. Así que, porque no hacer algo que cada vez que lo recordaras, lo hicieras sonriendo y emocionada de contarlo —la miro directamente a los ojos.
—Eso es muy dulce, majestad. Pero, ¿puedo hacerte una pregunta? —Cuestiona haciendo lo mismo que yo.
—Claro, pequeña, dime de qué se trata.
—¿Ahora en que libro te vas a inspirar para nuestra boda?
—En ninguno. —Contesto inmediatamente.
—¿De verdad? —Me mira sorprendida, a lo que muevo la cabeza de manera positiva —. Y puedo saber ¿Por qué?
— Porque esta vez quiero que creemos nuestra propia escena, sin la necesidad de inspirarnos en otra novela, sin necesidad de que haya líneas y emociones escritas. Quiero que ese día tan especial sea solamente para nosotros y el amor tan grande que nos tenemos, deseo que ese momento sea el protagonista de nuestra propia historia.
Hola!!! Aquí está capítulo de hoy.
Ojalá les guste ✨💕.
Le mando puras vibras bonitas ✨✨❤️.
Evelin C.