(Acuérdense que Jungkook y Namjoon, son mucho mayores que Hoseok, por lo cual se le toma como "menor". )
07
Hoseok despertó temprano al otro día, revolviéndose entre las sabanas y dándole una patada certera a algo que rodo hacia el suelo soltando un gemido de dolor... esperen, ¿gemido de dolor?
Incorporándose con rapidez, aparto rápidamente la somnolencia y se inclinó a un lado de la cama, le lanzó una mirada confusa al moreno que estaba tirado en el suelo con una mueca de dolor plasmada en su rostro.
Desviando la mirada, divisó el considerablemente grande cuerpo de Namjoon acurrucado en un sofá cercano. Hoseok estaba muy seguro de que la noche anterior, cuando había decidido acostarse, estaba solo en la habitación. ¿Qué hacían esos dos ahí con él?
—¿Qué haces aquí? —siseó hacia el moreno, intentando no despertar a Namjoon—. ¿Por qué estabas conmigo en la cama?
—uhh... dijiste que éramos amigos —parpadeó hacia él inocentemente—. ¿Los amigos no duermen en la misma cama?
—No —frunció el ceño— Y tenga la impresión de que ya sabias eso.
—Claro que no lo sabía.
Rodó los ojos—. Como sea —susurró, dejándolo pasar. Hizo un gesto hacia Namjoon—. ¿Qué hace él aquí?
Jungkook miró en esa dirección y se encogió de hombros—. No lo sé, tal vez le teme a la oscuridad y no quería dormir solo.
—Ahora dime la verdad.
—Vino a asegurarse de que nosotros no follasemos —puso una expresión de "yo no tengo nada que ver" cuando Hoseok lo miró mal—. Hey, tal vez solo quería ver si podía unírsenos, no le pregunté.
—¿Alguna vez piensas en algo que no sea sexo? —su tono no era ofensivo, al contrario, realmente tenía curiosidad por saber lo que pasaba por la cabeza del moreno.
El mayor lo miró por un segundo, como si estuviese intentando descubrir si la pregunta iba con malas intenciones. Finalmente sonrió—. Si —aseguró—. No soy un obsesionado del sexo como a Namjoon le gusta creer, pienso en muchas cosas y la mayor parte del tiempo estoy preocupado por lo que puede salir mal pero cuando hablo del sexo solo... me distraigo, supongo.
—Esa explicación tuvo sentido, en algún punto. —se pasó una mano por el rostro de forma perezosa antes de caer sobre la cama—. ¿Qué hora es?
En vez de contestar, Jungkook levantó un pie y pateó el despertador que estaba sobre la mesa de luz, logrando que cayera sobre la cama cerca de donde Hoseok se encontraba. El rizado tomó el aparato y miró la hora, gimiendo bajo.
—Debo ir a trabajar. —susurró, enterrando el rostro en la almohada.
—Pensé que trabajabas de tarde. —el cabello disparatado de Jungkook apareció en el borde de la cama.
—Hoy es miércoles —explicó—. Lunes y miércoles hago el turno del desayuno, entro en dos horas.
Jungkook se subió a la cama, arrastrándose con lentitud antes de dejarse caer sobre Hoseok, su estómago sobre la espalda del rizado con sus cuerpos formando una cruz. El menor soltó un pequeño quejido cuando el peso se instaló sobre él, pero por lo demás, ninguno de los dos se movió. El calor de la carne desnuda del moreno -ya que este solo iba en boxers- tuvo a Hoseok cerrando los ojos suavemente.
—Hey, bichito de luz —Jungkook jaló sus rizos suavemente—. No te duermas.
—Salte de arriba —se removió— Me aplastas.
—No estoy tan pesado.
—Si lo estas —además de que el roce de la piel a través de la camiseta que Hoseok llevaba estaba comenzando a ponerlo duro y no quería un momento incomodo con el otro chico tan temprano—. Jungkook.
El moreno soltó un sonido disgustado antes de comenzar a rodar sobre las piernas del menor y hacia el final de la cama. Hoseok lo miró un segundo antes de flexionar una pierna y darle un empujón en la espalda, devolviéndolo al suelo. Jungkook soltó un gruñido que tuvo a Namjoon revolviéndose en el sofá.
—Fee-fi-fo-fuuu! Has despertado al gigante —se burló Hoseok, haciendo referencia al cuento infantil antes de saltar de la cama y apresurarse hacia el baño.
Una vez dentro, se encargó de sus asuntos y se dio un baño rápido, saliendo a la habitación con una toalla enredada a su alrededor. Pudo escuchar las voces de Namjoon y Jungkook en el pasillo por lo que se dirigió a buscar su ropa sin preocuparse por si podían verlo. Un sonido de desagrado escapó de sus labios al darse cuenta de que debería usar la misma ropa que el día anterior y esta no era muy abrigada realmente.
—¡Jodida mierda! —el grito de Jungkook lo tuvo volteándose hacia la puerta para ver a ambos chicos mirándolo con los ojos abiertos de par en par—. Tu realmente estas buscando matarnos, ¿verdad?
—¿De que hablas? —lo miró confundido.
Namjoon se aclaró la garganta, tirando de Jungkook fuera de la habitación y cerrando la puerta con un golpe que hizo saltar al rizado—. ¡vístete! —gritó desde el otro lado, logrando que Hoseok se moviera con rapidez para cumplir con la orden.
Una vez que estuvo totalmente vestido, se acercó a la puerta y miró hacia afuera sin abrirla complemente, encontrándose con la mirada de Jungkook, el cual también parecía haberse vestido. El chico hizo una mueca, acercándose a él con lentitud.
—Siento lo de hace un segundo —puso una mano abierta sobre la madera y la empujó con delicadeza, sin presionar mucho y permitiéndole a Hoseok detenerlo. El rizado dejo que terminara de abrirla—. La próxima vez que estés desnudo, avísanos, ¿sí? O mejor, no estés desnudo en absoluto.
—¿Cómo se supone que voy a bañarme si no me desnudo? —preguntó confundido.
—No lo sé, es solo que... —sacudió la cabeza—. Estamos colgando de un hilo, Hoseok, no nos conviene probar nuestra suerte. Personalmente, no quiero que tu padre me arranque la cabeza por intentar algo contigo en este momento.
Hoseok bajó la mirada y asintió suavemente—. Necesito irme ahora a llegaré tarde al trabajo.
—Bien —Jungkook se acercó y dejó un pequeño beso en sus rizos antes de hacerle un gesto para que lo siguiera.
Una vez en el primer piso, el moreno guío a ambos a la puerta trasera de la cocina. La cual daba a una cochera enorme, llena de autos tapados con lonas. Deteniéndose un momento, tomó una de las llaves que estaba colgada en un tablero y se acercó al segundo auto de la fila, jalando la cubierta de este para dejar el vehículo al descubierto.
Hoseok jadeo—. Oh dios mío —chilló—. Un Camaro cobra, creo que me voy a desmayarme.
Jungkook le sonrió simpáticamente—. ¿Sabes conducir? —preguntó, arrojándole las llaves—. Porque hace más de veinte años que no conduzco y no confío en mí.
—¿Me dejaras conducir el Camaro? —se ahoga, quedando paralizado un segundo antes de correr hacia Jungkook y colgarse de él, saltando al suelo un segundo después y subiendo al auto.
El moreno aún estaba riéndose cuando subió al lado del acompañante. Metiendo la llave en el encendido, la giró y escuchó el motor ronronear con una sonrisa enorme, la cual desapareció un poco al ver que Namjoon aun no se había movido de su lugar cerca de la puerta de la casa. Abriendo la ventana, miró al chico.
—Hey, ¿no iras con nosotros? —preguntó.
Namjoon lo miró inseguro, Hoseok podía ver la indecisión en su expresión. El chico quería ir porque era su obligación cuidar el rizado, pero no parecía muy confiado en el automóvil. Recordando el comentario de Jungkook sobre no haber estado entre humanos desde hace siglos, se bajó del auto y camino hacia Namjoon.
Extendió una mano en su dirección—. No debes tenerles miedo a las cosas nuevas, Namjoon —dijo con voz suave.
—No le tengo miedo. —aseguró, mirando la mano de Hoseok, pero sin moverse aún.
—¿Seguro? —elevó una ceja—. Te ves como una persona con miedo en este momento.
El castaño apretó los labios, arrojando una mirada en dirección al auto—. ¿esa cosa es segura?
—Segurísima, confía en mí, estoy seguro de que te gustará.
—No creo que eso suceda.
—Sino lo intentas, nunca lo sabrás —movió su mano, aun en el aire—. ¿Qué dices? ¿Puedes al menos intentarlo?
Tomando la mano del más bajo, Namjoon dejó que Hoseok lo guiara hacia el auto. Jungkook los observó con curiosidad, pero no dijo nada mientras el rizado tomaba su lugar detrás del volante y salían de la cochera.
—Debo ir a mi casa a cambiarme de ropa —comentó el rizado, sacando el auto a la carretera—. Y luego a la cafetería.
—Genial —asintió, su mirada perdida en la ventana mientras avanzaba.
Hoseok sintió las manos de Namjoon aferrándose al asiento detrás de él y le echó un vistazo a través del espejo retrovisor, observando la mirada descompuesta del chico. Llevando una de sus manos hacia atrás, la posó sobre las más grandes mientras le dedicaba una sonrisa por el espejo. El castaño no dijo nada, pero tampoco se alejó de tacto, lo que tomó como buena señal.
Tardaron más de cuarenta minutos en llegar al edificio de apartamentos donde Hoseok vivía. En el momento en que se detuvo, Namjoon saltó fuera del auto como si tuviera resortes.
—Hablando de salidas rápidas. —murmuró Jungkook, ganándose una mala mirada de Hoseok.
—Déjalo, si tu estuvieses en su lugar no te gustaría que se burlen de ti.
El chico parecía a punto de decir algo, pero finalmente, solo sacudió la cabeza y salió del auto. Hoseok imitó sus movimientos, dirigiéndose a la puerta del edificio y empujando la pesada puerta, dándoles paso a los dos hombres que lo seguían.
Dirigiéndose a las escaleras, observó los escalones resquebrajados y se preguntó ausentemente si las cosas soportarían el peso de los tres. Nunca había subido con nadie allí no parecían muy seguras.
—Wow, ¿eso siquiera puede soportar tu peso? —preguntó Jungkook, mirando las escaleras con temor—. Parece como si fuesen a caerse en cualquier momento.
—No te metas con mi casa. —masculló, comenzando a subir las escaleras hasta el tercer piso. Se detuvo de golpe al ver lo que parecía ser un gato a medio morir en uno de los escalones. Se notaba que el animal estaba sufriendo y Hoseok no pudo evitar arrodillarse unos escalones más abajo, extendiendo una mano hacia él—. Pobrecito.
—No creo que debas... —Namjoon hizo un sonido ahogado cuando Hoseok hundió una mano en el pelo del animal—... tocarlo.
Una lagrima se deslizó por la mejilla de Hoseok mientras veía al animalito sufrir. Siempre había sido sensible ante las personas y animales sufriendo, ver al gato en ese estado lo hizo ponerse muy triste.
—Hoseok. —las manos de Jungkook se afirmaron en su cadera, incentivándolo suavemente a ponerse de pie—. Ya no hay nada que hacer, debemos dejarlo.
—No podemos, está sufriendo. —miró al moreno—. Me encantaría poder curarlo.
Un grito ahogado salió del rizado cuando el gato se puso de pie de golpe, Namjoon fue quien lo atrapó, impidiendo que rodara por las escaleras, cuando saltó hacia atrás. El gato estaba sentado en el escalón ahora, las heridas que estaban en su cuerpo habían desaparecido y parecía estar bien. ¡Su pelo hasta brillaba!
—Oh mierda. —la voz de Jungkook fue un susurro sin aliento.
Hoseok miró hacia atrás, a ellos, con miedo antes de volver al gato quien los miraba expectante—. ¿Qué acaba de suceder?
Jungkook abrió la boca y la cerró antes de sacudir la cabeza—. No... —susurró, sin apartar la mirada del felino—. Supongo que tienes un gato ahora.
Observando a la bola de pelos blanca y negra que seguía mirándolo, sintió nuevamente la sensación de que Namjoon y Jungkook sabían más de lo que le decían.
5/6
Gracias por leer, hasta pronto.