Conociendo lo prohibido ©️ (E...

By NarcirisFerrerV

549K 32.8K 13.8K

TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes d... More

Conociendo lo prohibido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6^
Capítulo^7
Capítulo^8
Capítulo 8/2
Capítulo 9^
Capítulo 10^
Capítulo 12^
Capítulo 13^
Capítulo 14^
Capítulo 15^
Capítuto 16^
Capítulo 17^
Capítulo 18^
Capítulo 19^
Capítulo 20^
Capítulo 21^
Capítulo 22^
Capítulo 23^
Capitulo 24^
Capítulo 25^
Capítulo 26^
Capítulo 27^
Capítulo 28^
Capítulo 29^
Capítulo 30^
Capítulo 31^
Capítulo 32^
Capítulo 33^
Capítulo 34^
Capítulo 35^
Capítulo 36^
Capítulo 37^
Capítulo 38^
Capítulo 39^
Capítulo 40^
Capítulo 41^
Capítulo 42^
Capítulo 43^
Capítulo 44^
Capítulo 45^
Capítulo 46
Capítulo 47^
Capítulo 48^
Capítulo 49^
Capítulo 50^
Capítulo 51^
Capítulo 52^
Capítulo 53^
Capítulo 54^
Capítulo 55^
Capítulo 56 ^
Capítulo 57 ^
Capítulo 58^
Capítulo 59^
Capítulo 60^
Capítulo 61
Capítulo 62^
Capítulo 63^
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 11^

10K 667 136
By NarcirisFerrerV


Vanessa

¡Rayos!

Me quede dormida.

Abro los ojos y veo a Pitt dormido sobre mí, empiezo a recordar lo qué pasó hace un rato y como no pude contenerme. Supongo que son los años que dure resguardada. Intento moverlo de encima sin despertarlo, él parece estar profundo en su sueño, sus cejas y pestañas me distraen.

¿Cómo es qué las tiene mejor que yo?

Acaricio su cabello castaño y lo veo levantar la cabeza mientras abre los ojos, esos ojos azules.

—Ya despertaste.

—Levántate, creo que mi pierna derecha está dormida —lo empujo hacia atrás viendo su abdomen.

Dios, que hombre, es lo único que viene a mi mente mientras me levanto desnuda y tomo mi ropa.

—Ya es momento de que me retiré —comento volteando a verlo mientras se encuentra sentado con la espalda recostada sobre el espaldar de la cama con sus manos detrás de su cabeza, el azul de sus ojos se profundiza mientras me analiza desnuda.

—Ok, ya hemos terminado por hoy, regresa con mi hermana.

Me pongo la ropa frente a sus ojos mientras me observa y abro la puerta para retirarme.

—Cómo se supone qué me vaya? —pregunto sin voltear a verle.

—Llama a Brad, él vendrá por ti y si Lisa pregunta por mi dile que me encuentro indispuesto, ah y tambien puedes considerar esto horas extras.

Bufeo.

¿De qué rayos me habla? lo que paso fue porque yo así lo quise, quería sentir esa presión entrar de nuevo en mi, nada más, no es como que me vaya a enamorar de él ni nada por el estilo.

—Oh por cierto, casi lo olvido, Lisa me pidió que te informara que Felipe llegará mañana.

Noto que lo que le acabo de decir no le gusta. Su rostro cambia totalmente y la expresión de satisfacción de hace unos segundos parece que nunca existió.

Lo ignoro, cierro la puerta y voy por mi teléfono para llamar a Brad.

Me duelen las piernas mientras más rápido intento camino, me preocupa a dónde va esto, Pitt enciende algo en mi que desconocía, pero eso no quita el hecho de que es mi jefe y puede que simplemente me este usando. Si es solamente eso no creo que me moleste, ya que se podría decir que yo también haría lo mismo.

¿De qué rayos hablas Vanessa? ¿Qué sabes tú de como usar a un hombre?

Esa sensación de mis pezones rozando su piel, sus brazos alrededor de mi cintura, él dentro de mi no es algo que pueda olvidar fácilmente, ese hombre de allá arriba enloquece mis sentidos, cada vez que veo directo a esos ojos azules es como si me adentrará por propia voluntad en una gran, oscura y profunda telaraña.

Brad llega por mi y subo al auto sin hacer más nada que darle un saludo para no ser descortés, lo vi esta mañana tomar el desayuno con Anna, nunca pensé que se volverían tan cercanos.

—¿Y como está él?—me pregunta Brad mientras conduce.

—Bien—digo cortante con la intención de no iniciar una conversación acerca de mi despreocupado jefe.

—Quizás ya te habrás dado cuenta pero no es tan malo como dicen una vez lo conoces—me mira por el espejo retrovisor.

¿Qué significa eso? ¿A caso Anna le habrá dicho lago de lo que paso entre nosotros dos? ¿O habrá sido Pitt? no creo que haya sido él pero tampoco creo que Ana se lo haya ido la lengua sobre mi vida personal con Brad.

—Eso no me preocupa, solo estoy aquí por trabajo, ¿podríamos ir un poco más rápido? Lisa me espera.

—De acuerdo jefa.

Se burla de mi y volteo los ojos.

¿Qué me importa si es una buena persona o no? sólo quiero hacer mi trabajo y estar tranquila.

Al llegar a la oficina encontré a la hermana menor de Pitt poniendo la oficina patas arriba, estaba furiosa por el hecho de que su hermano había estado allí y huyo al saber que ella lo esperaba, no entendía muy bien la relación entre los dos ya que tenía la impresión de que eran muy cercanos.

Levanto algunos papeles que hay tirados sobre el suelo, vaya que esta chica si puede perder el control, pero no la juzgo, la pobre a tenido que lidiar desde siempre con él que se hace llamar mi jefe.

—Te traeré algo de té.

—¿Sabes dónde está?—me pregunta llevándose las manos a la cadera.

—No—miento ya que mi supuesto contrato me impide hablar de las direcciones.

—¿Cómo no lo sabes? estuviste con él, Pitt debe de entender que esta fachada no servirá de nada si él no esta presente.

—¿Qué fachada?

La noto ponerse algo nerviosa con mi pregunta intentando disimular.

—Nada importante, por favor regresa a tu escritorio, si necesito algo más te llamaré.—me dice casi tartamudeando.

Estos dos hermanos realmente están locos.

Salgo de la oficina y me encuentro con Pitt saliendo del ascensor.

Se supone que no vendría hoy, ¿Qué hace aquí?

Entra directo a la oficina sin decir nada y rápidamente escucho a Lisa llamarle la atención, no sé que suceda pero aparentemente es bastante serio. La cara de Pitt parecía un roca y sus ojos fríos y distantes, ¿todo esto tendrá que ver con la llegada del tal Federico? solo espero no se maten entre ellos.

Las cosas ya parecen estar un poco más calmadas, Lisa salió hace rato de la oficina y Pitt aún permanece allí.

Trato de no moverme mucho en la silla, mi cuerpo aún esta un poco adolorido, el hecho de recordarme entre sus brazos desnudos mientras me besaba con esa pasión hace que mi entrepierna se alegre, todo esto no puede estar bien, soy una empleada y él es mi jefe.

¿Cuantas veces me repetiré lo mismo?

No puedo trabajar ni concentrarme teniendo a un hombre así a mi lado. Solo pensar en que hace unos días atrás no conocía ninguna de estas emociones, esa sensación de tenerlo cerca, besando mi cuello, apretando mis senos, lamiéndolos con esa ferocidad.

Debo tranquilizarme, no puedo mostrarle debilidad o estoy acabada.

Un hombre así no puede estar soltero, no es como si me interesara pero no creo que todo eso no tenga dueña. No creo que sea de lo que están solos por mucho tiempo, es de los que necesita tener una mujer a su lado para follar cada vez que quiera, que este dispuesta hacer lo que sea.

A mi me gustaría tener un hombre que esté dispuesto hacerme lo que quiera.

Dios, perdón.

Regreso a teclear en mi computador, el estrés que había en el aire se ha calmado un poco y hoy no he recibido muchas ordenes.

Llega la hora de mi salida y recojo mis cosas apagando el computador. Intento dar un vistazo a la oficina pero no logro ver nada, desde que llego no a asomado la cabeza ni para pedir agua. Tampoco es como que me importe, si es por mi puede morir sediento.




Llego a casa encontrándome con Anna sentada en medio de la sala dibujando, observo los lienzos y la pintura sobre el sofá, un desastre total como suele ser ella.

—¿Un mal día?—pregunto dejando mi cartera sobre la mesa.

—Un poco—suspira— Me despidieron.

—¿Qué? —me acerco a ella quitándole el lienzo con pintura amarilla de la mano— ¿Qué pasó?

—Tuve una pelea con mi jefa por haber llegado algo tarde, según ella lo he hecho mucho últimamente.

—¿Y eso es a caso una mentira?

—No lo es, pero llevo seis años trabajando para esa empresa, seis años y se deshacen de mi sin dudarlo ni un segundo —entra sus dedos en la pintura rosa y los pasa el papel.

—Y entonces por eso decidiste hacer la casa un desastre.

—Necesitaba desahogarme.

—¿Y qué hay de Brad, hablaste con él?

—Es un idiota, lo dejé.

No me sorprendo.

—Bueno, ¿Hay algo que quieras hacer? podemos ir por unos tragos al bar de la esquina.

Se ríe y me da una mirada.

—¿Tú pagas?

Me pregunta con esa cara de que se tomará el bar completo.

—Si. —se lanza sobre mi llena de pintura.

—¡Detente! —intento alejarla— Es ropa nueva, ve y prepárate, yo me encargaré de esto.

Llegamos al bar donde parecía estar celebrándose un cumpleaños. El lugar está repleto y a los lejos veo algunas bailarinas desnudas.

—¿A caso es noche de desnudos? —pregunto.

—No lo sé, pero el lugar está muy lleno, intentemos llegar a la barra. —me dice Anna sosteniendo mi mano y abriéndose espacio entre la multitud.

Que se lo quite.
Que se lo quite.
Que se lo quite.

Grita un grupo de chicos rodeando a una bailarina, está casi desnuda, esa diminuta tanga de encaje aún a esta distancia me permite ver su todo.

—Los hombre son así —me murmura Anna—muestrales un poco y se vuelven locos.

—No todos son así —le digo acercándome a la barra.

—Aunque te llenen la cama de rosas y te regalen chocolates al final todos desean lo mismo, tu vagina abierta y tus senos embarrados en Nutella—pide un trago.

—Dile que te de la botella—le digo.

Tomamos la botella y nos alejamos de la multitud encontrando una mesa.

—Hagamos un brindis—Anna destapa la botella de tequila—por la vida.

Tomo mi vaso y lo choco con el de ella-salud.

—Hasta el fondo—aclara su garganta—esta mierda está fuerte, ¿Qué rayos es?

—A quién le importa, solo bebámoslo y disfrutemos de la noche—tomo la botella y lleno mi vaso.

Veo a Anna estar mirando un grupo de chicos que están sentados junto a nosotras.

—Ni se te ocurra—le advierto.

—¿Qué?

—Sabes muy bien de lo que hablo—me tomo el trago.

—Ahora brindemos por ti.

—¿Por mi?

—Que ya no eres virgen.

Siento que con la mirada que le doy la fusilo.

Nunca he entendido cuál es la fascinación de la gente de si has o no tenido un coito, la verdad esa idea es tan aburrida, comprendo qué hay un tiempo y edad para todo, pero eso de llegar virgen al matrimonio, o solo ser tocada por un hombre en tú vida es tan básico y aburrido.

¿Cómo se supone qué defina mi apetito sexual con un solo hombre?

Anna es el vivo ejemplo de eso.

Cada persona tiene algo para enseñarte y una manera particular de hacer las cosas, si veo a mi futuro como mi madre lo hacía, o tenia planeado hacerlo, el hecho de casarme y después de unos años preguntarme cómo se sentiría tener sexo con alguien más que él que ha estado a mi lado, sería una tortura, hasta me preguntaría si realmente alguna vez he tenido un orgasmo puesto que todo lo que conozco es lo que me haya enseñado mi supuesto esposo.

—¿Crees que tu madre se muera si le cuento esto?—toma un pedazo limón.

—No lo sabrá—Veo al chico de polo azul a mi lado guiñarme un ojo, alzo la botella y le doy un saludo.

—¿Qué fue eso? me dijiste que lo tenia prohibido.

—Solo lo salude.

Aquel chico esbelto y musculoso no deja de mirarme y el sonido de la música me incita a bailar.

Lleno mi vaso y lo tomo hasta el fondo, dándole una mordida a un pedazo de limón que me ayude a mantenerme sobria.

Me levanto viendo al del polo azul y me acerco a la pista de baile, empiezo a entrar en calor con los demás a mi alrededor bailando, el ritmo de la música junto al alcohol en mi estomago me hacen ponerme en movimiento.

Siento una mano subir por mi cintura.

Me doy la vuelta y pongo mis manos detrás de su cabeza pegándome más a su cuerpo. Él acerca sus labios a mi cuello lamiendo mi pómulo.

—¿Qué haces?—aparece Anna, alejándome de la pista de baile—siéntate, no digas que ya te emborrachaste.

—Solo bailaba.

—Con uno de los chicos que me negaste mirar—me da un jalón de cabello.

—No hagas eso—le devuelvo el jalón.

—Creo que lo mejor será que nos vayamos—espeta ella tomando la botella y bandeja con limón de la mesa.

Al salir nos sentamos en la orilla de la acera viendo como las personas entraban y salir del bar, mi cabeza daba vueltas y Anna no dejaba de hablar, la noche estaba cálida.

—Ya debemos volver, cerraran el lugar—le digo a Anna quien está lanzando los limones a la calle—¿me escuchaste?

—Si—se levanta y me ayuda hacerlo también—dejaré esta botella aquí.

Caminamos despacio por la calle vacía, no es raro que de este lado la cosa esté tan solitario y más en las noches.

Veo un señor algo extraño aparecer frente a nosotras y Anna y yo nos detenemos, él empieza a caminar hacia nosotras y yo retrocedo.

—Vamos Anna—le digo.

—¿Ir a donde?

—Tomemos el otro lado de la calle.

—¿A caso crees que eso servirá?

—¿Qué hacen dos bellezas como ustedes a esta hora de la noche caminando solas? ¿a caso vienen de una fiesta?—espeta el hombre acercándose.

—Eso no es de tu incumbencia—grita Anna molesta.

—¿Por qué tan molesta preciosa, te peleaste con el novio?

Cruzamos la calle y nos sigue.

—¿Qué es lo que quiere?—pregunto—deje de seguirnos.

Tomo la mano de Anna y apresuramos el paso, nuestro edificio está cerca y aún hay algunas casas con sus luces encendidas.

Siento como Anna deja mi mano y echa un pequeño grito.

—¿Qué diablos hace?—me doy la vuelta—déjala, Anna, ¿estás bien?

—Está bien, está bien, no grites, solo quiero hablar.—dice el hombre sosteniéndola del brazo.

—No tenemos interés de hablar, déjala ir o gritaré por ayuda—digo con sequedad.

Anna logra soltar su agarre y lo empuja para empezar a correr al tomar mi mano.

Entramos al apartamento y ambas caemos sobre el sofá viéndonos hasta que empezamos a reír.





Continue Reading

You'll Also Like

3.9M 90.8K 67
Novela destacada de Octubre 2022!!!! 🏆 Alison Morgan, tenía todo lo que pudiera desear: fama, respeto, éxito, dinero. Pero no tenía lo más important...
50K 4.4K 49
✮Trilogía Perdición✮ Libro I: "Luces, cámaras y dolor" Kadlin Banks, la actriz más conocida, famosa, y admirada del mundo, no es una diva mas de la...
555 62 38
Saga Unión de Oro Cada familia tiene sus secretos, cada clan tiene sus reglas. Nadie es santo, aquí todos son personas llenas de maldad y cubiertas d...
346K 31.3K 30
Klaus, uno de los guardaespaldas más requeridos, recibe una suculenta oferta de trabajo que podría jubilarlo a sus 36 años y vivir una vida más tranq...