Casa de las flores
Vanessa
Pitt se detiene al ponerse de rodillas frente a mí, empieza a soltar su pantalón y enseguida intento moverme hacia atrás pero sus manos toman mis muslos llevándome de regreso hacia a él, lo veo sacar su hombría y empezar a tocarse.
—No pretendo arrancar algo preciado para ti —jadea mientras aprieta mi muslo.— ¿Podrías?
—¿Qué?
—Tócalo.
Me acerco y lo tomo en mi mano, esto se siente tan diferente a como había imaginado.
—Saboréalo. —lame sus labios tras decirlo.
—¿Cómo? —me detengo.— Solo ponlo en tu boca —espeta de una manera maliciosa— Yo haré el resto.
Acerco mi cara despacio y siento como lo duro de su miembro pasa por mis labios entrando en mi boca. Pitt empieza a moverse lentamente mientras coloca su mano sobre mi cabeza.
—Aguántalo —lo escucho decir jadeando.
Siento como mi boca se moja, lo que al inicio no es muy agradable. Me aparto y levanto del suelo corriendo hacia el agua echándola en mi boca.
—Lo siento, tal vez fue demasiado para tu primera vez —murmura a mi espalda en cuanto regreso mmi pantalón a su lugar y camino hacia dónde está detenido.
Quisiera golpearlo pero estoy lo suficientemente avergonzada para no querer hablarle.
Él se queda viéndome mientras me acerco.
—¿Ahora qué? —pregunto sin mover mi mirada de la suya con mi pecho hirviendo, que digo mi pecho, con mi cuerpo ardiendo.
—Supongo que es hora de volver al restaurante —hace como si nada a pasado— Si salimos en las próximas horas llegaremos antes del amanecer.
—Bien, entonces hagamos eso —intento mantener mi orgullo. Empiezo a caminar dejándole atrás. Si me quedo más tiempo a solas junto a él perderé la razón.
—¿No quieres una foto?
—¿De qué? —volteo a verle.
—De esta imagen gira hacia la playa— No es algo que se vea todos los días.
Tomo mi teléfono y noto que esta empapado.
—¡Se ha mojado!
—Entonces yo tomaré algunas y te las enviaré. —saca su teléfono y toma las fotos.
—Es un teléfono nuevo, aún debo algunos meses.
—¿No tiene garantía?
—No para esto.
—Ok, volvamos, podrás ponerlo en arroz o esas cosas que hacen lo demás.
—Claro, como eres rico y solo tomas uno nuevo de última generación y listo.
—¿Por qué piensas que daré tanto dinero solo para que me tengan monitoreado? es una tontería.
Bufea.
—Aún así, si quisieras solo lo harías y listo.
—Es cierto, si no quieres cenar volvamos.
Sigo en la delantera sin mirar atrás, veo a los del restaurante y pasa por mi cabeza el que todos hayan visto, lo ignoro y llego al auto donde espero por Pitt para poder entrar.
Respiro viendo la pantalla.
Entro al carro y durante todo el camino de regreso hablamos poco, quedo dormida la mayoría del tiempo a pesar de haber tratado de no hacerlo, ya que he escuchado que no es bueno el copiloto quede dormido cuando el otro está conduciendo pero Pitt es quién se encuentra mejor enfocado de los dos.
Además lo que había pasado ni siquiera yo lo entiendo, ¿Deseaba o no que eso pasará?
El solo recordarlo hace que me tiemblen las piernas.
Aquella vista en el agua era tan perfecta que trato de concentrarme en ella y olvidar lo demás junto a las canciones que pasan por la radio.
—Despierta, hemos llegado. —murmura Pitt echándome agua en la cara.
—¿Qué haces?
—No despertabas, ya estamos fuera de tu edificio, son las seis y media de la mañana, tienes tiempo suficiente de arreglarte y llegar temprano a la oficina, vamos baja, ya baje tus cosas.
—¿Trabajar?
Me detengo a ver sus ojos.
—Si, no tienes excusa para faltar, aún hay mucho trabajo pendiente.
Bajo del auto y cierro la puerta del auto de golpe.
De verdad espera que vaya a trabajar después de llevarme sin preguntarme al otro lado de la isla y regresar en menos de ocho horas.
Es abusivo. Tomo las bolsas del suelo y entro al edificio.
Al entrar al departamento me encuentro con Brad, con nada más que un bóxer, y desvió mi mirada al ver la escena.
—No he visto nada, iré directo a mi habitación —uso las bolsas en mi mano para cubrir mi rostro.
—Le avisaré a Anna que ya has vuelto.
—Gracias.
Entro a mi habitación dejando las bolsas sobre la cama, me lanzo en una esquina de ella y abrazo a mi almohada.
—Brad me dijo que ya regresaste.
—Estoy cansada y aún debo de ir a trabajar.
—¿Y qué pasó entre ustedes? cuéntame... —insiste.
—Nada, solo me beso y no fue nada del otro mundo.
Miento.
—Lo dices como si hubieras besado muchos hombres —me molesta— ¿Cómo se sintió? ¿No trato de llegar a segunda base?
<<Segunda, tercera y casi anota>>
—¿Podemos hablar de esto después? aún me faltan algunas horas para ir a trabajar y me gustaría dormir al menos una hora.
—Tu ropa está húmeda y además estás llena de arena, ¿fueron a la playa?
—Si.
—¿Y qué pasó allí? la playa, las estrellas, la noche y un estomago lleno acompañado de un hombre guapo... Vamos, tuvo que pasar algo.
—Si, si pasó, pero no lo que crees.
—No importa, soy feliz si logró poner sus manos sobre ti.
Le doy un golpe con la almohada.
—Está bien, me iré pero cuando vuelvas de trabajar deberás contarme cada detalle. Además deberías bajar de la cama y quitarte esa ropa mojada.
—Y tú deberías recordarle a Brad que no vives sola, que no ande paseándose desnudo por el departamento, es vergonzoso.
—Creímos que no volverías hasta la tarde.
—Bien. Regresé. Ahora déjame dormir.
No he tenido tiempo de procesar lo que pasó a noche. Mis pensamientos y emociones me traicionaron y lo peor es que debo volver a verlo.
La carne es débil dicen por ahí pero yo no. No me considero débil, sé muy bien lo quiero y por lo que voy.
Llego a la oficina removiendo las lagañas de mis ojos, ni siquiera me percaté de lo que había elegido para venir a trabajar.
—Buenos días Vanessa, me encanta tu atuendo, es algo atrevido —comenta Lisa la hermana de Pitt, luciendo un vestido blanco ajustado y un moño alto.— Veo que has tenido una mala noche.
—Hola Lisa, algo parecido, ¿Cómo has estado?
—Bien, gracias por preguntar, Pitt hoy no vendrá, ha tenido algunos asuntos y tuvo que resolverlos así que cualquier cosa me lo pasas a mi, estaré en su oficina.
—De acuerdo, ¿Hay algo que quieras ahora?
—No, si necesito algo te aviso. —se retira.
Obvio, que se le presentó algún asunto, el no venir hoy y verme a los ojos para mañana hacerse el desentendido dando ordenes y volverme loca. Por otro lado, me alegra que no viniera hoy a la empresa, puedo revisar todo lo que tengo pendiente y organizar mejor mi computador.
Lisa parece ser alguien más razonable que su hermano, por lo que no creo que vaya a necesitar mucho de mi.
Ya casi son las tres tarde, mi hora de salida se acerca cada vez más y hoy es viernes así que no volveré hasta unos días, el reloj en la pared parece no moverme y Lisa solo me ha llamado para pedirme copias o hacer algunas llamadas.
—Disculpa Vanessa —habla ella a mi costado.
Pareciera que la invoque con mis pensamientos.
—Si, ¿En qué te ayudo?
—Brad se encuentra en la entrada de la empresa esperando por ti.
— ¿A caso sucedió algo?
—No, discúlpame si te he asustado, me imagino que se te informó sobre las direcciones a las que debes ir de vez en cuando. Necesito que vayas y le entregues estos documentos a Pitt, traté de comunicarme con él pero solo me envió un correo diciendo que la casa de Flores.
—¿Casa de flores?
—Si, es un código para ocultar donde está realmente, en alguno de tus archivos debe estar la dirección con ese nombre, debes buscarla y Brad te dejará usar su auto.
—¿Dejarme qué?
—¿No se te hablo de esto cuando te contrataron? es que te veo sorprendida.
—Lo escuché mencionar pero no creí que fuera cierto.
—Ya ves porque tiene mala fama. Pero no te preocupes después que tengas las firmas podrás regresar, necesito que me los entregues el lunes, te envío hoy porque los necesitaré a primera hora y conociendo a mi hermano no regresará en unos días. ¿lo entendiste? — deja los documentos sobre mis escritorio.
—Solo debo ir y conseguir la firma.
—Si, él ya sabe que vas así que será rápido, las direcciones de sus casas están cerca por si hay alguna emergencia así que las obtendrás aún estando en horario de trabajo, de tomarte más tiempo se consideran como horas extras.
—¿Por qué no puede ser Brad quién vaya?
—No lo sé, supongo que es su manera de escapar, las direcciones son solo para cuando hay algo urgente, en otro caso no se pueden usar, pero él ya te contará cuando estés con él deberías preguntarle más a fondo.
—Se acuerdo, entiendo—tomo los documentos y busco en el computador por el archivo llamado casa de flores, noto que hay una lista con más de veinte direcciones, esto es de locos, encuentro la dirección la anoto y salgo.
—Aquí tienes las llaves del auto —habla Brad.
—Gracias y disculpa por tardar es que no encontraba el archivo.
—No te preocupes, ve con cuidado y lo siento por lo de esta mañana, he llenado el tanque y atrás hay algunas cosas que me pidió que llevarás.
—Está bien.
—Oh, casi lo olvido, me pidió que te diera esto. —me pasa un sobre.
—¿Qué es?
—Un teléfono, dijo que por su culpa el tuyo se había dañado.
—Cierto, lo había olvidado.
Lo tomo y entro en el auto, la explicación de Lisa y las direcciones me dejaron confundida, como se suponía qué llegaría a ese lugar sin usar el Google maps.
Gracias a Dios Brad me salvó al darme este teléfono. Además que no he dormido ni cinco horas completas.
Llego al lugar que Maps indica, veo un gran portón negro y altas paredes a su alrededor, no dejan ver nada hacia dentro y hay dos cámaras las cuales me siguen mientras me acerco más al portón.
—¿Y ahora cómo se supone que haga para entrar?
—Bienvenida señorita Dolan —la voz de Pitt se escucha a través del Intercomunicador.
Me acerco presionando el botón verde.
—Necesito que firmes unos documentos, Lisa me mandó.
—Entra —ordena y el portón empieza a desplazarse.
Me subo de regreso al auto y entro.
Un gran jardín se ve en la entrada con un césped tan verde que parece mentira, hay tantas mariposas que en vez de ser la casa de las flores debería ser la de las mariposas, la casa del fondo de colores opacos no deja de ser impresionante.
Al bajar del auto camino sobre el césped para ver si es real, me acerco hacia dónde se encuentran la mayor parte de las mariposas y las observo volar sobre y alrededor de mi mientras empiezo a dar vueltas como niña.
Que vista tan bella.
—Si has venido a jugar te dejaré allí —comenta Pitt acercándose solo un pantalón y el pecho al desnudo.
—Solo quería... olvídalo, toma y fírmalos —le paso los documentos.
—Te dije por el intercomunicador que entrarás.
—No será necesario ya que estás aquí, vamos firma —reitero.
—Entra.
—¿Para qué quieres qué lo haga?
—Me gusta lo llevas hoy, ¿Lo elegiste ayer cuando te dejé sola?
—Ha sido un regalo de parte de Anna.
Lo veo observarme de pies a cabeza y empezar a caminar en dirección a la casa con los documentos en mano.
Tengo un mal presentimiento de lo que pueda pasar si entro a esa casa.
Lo sigo y al entrar el gran vacío en ella no tarda en hacerse notar, en la sala no hay nada, lo que hace ver el lugar más grande.
—¿No tienes muebles?
—No los necesito, ¿tienes alguna pluma contigo?
—Aquí tienes.
—Es una casa hermosa.
—Lo sé.
Lo veo hojear los documentos antes de firmar.
—¿Ya los leíste? — me muestra los papeles en su mano.
—No he tenido tiempo.
—¿Me estás entregando esto para que lo firme sin saber lo que dice? podría ser la venta de la empresa, o que acepto que me hagan todo tipo de cosas.
—Lo envió tú hermana Lisa, y dijo que ya sabías sobre ello, no creí que debía revisarlos.
—No importa quien sea, antes de darme algo para firmar debes asegurarte que diga lo que supuestamente debe decir —reclama— Tómalos y léelos.
—Estás jugando.
—Aún estás en hora de trabajo —dice y sale de la casa por la misma puerta que acabo de entrar.
Los documentos son más de unas treinta páginas, la letra están pequeña que me cuesta leerla, la firma de Lisa ya está en los papeles y solo falta la suya para poder irme.
Dejo de leer los papeles un momento y camino por la casa, me detengo al lado de una ventana y veo a Pitt. Se encuentra trabajando la tierra y tomando de un pequeño saco lo que parecen ser semillas.
Justo al lado hay un gran espacio tomado por rosas, lo que veo es tan hermoso que me tomo el atrevimiento de dejar los papeles sobre una pequeña cubeta que encontré y salgo para lograr verlo mejor.
La variedad de colores, tantos tipos diferentes de flores que no había visto antes, las mariposas volando sobre ellas haciendo que los colores jueguen con mis ojos es una locura.
—¿Las has sembrado todas tú? —pregunto acercándome a oler una flor.
—A veces.
—¿Y quién las cuida?
—Yo mismo. —Pitt continúa lanzando semillas.
—¿Cómo sacas el tiempo para estos lugares y la empresa?
—No estoy solo, Lisa está igual o mejor capacitada para guiar la empresa y he mandado a poner un sistema automatizado para rosearlas cuando es necesario. ¿Ya terminaste de leer?
—No, me detuve porque me molesta la vista al leerlo.
—¿Y por qué no trajiste tus anteojos? — levanta un pico junto a la bolsa de semillas.
—No uso anteojos es solo que la letra es muy pequeña y los párrafos muy largos.
—Aún así me los distes para que los firmara, bueno que sepas que no lo haré hasta que termines de leerlo y me hagas un resumen. Lo cuál significa que harás horas extras.
No me gusta la manera en que dice eso último, "horas extras" con ese tono tan perverso.