La chica nueva

By Trixmikaelson

4.9K 1.3K 2.2K

Tras 3 años yendo de casa en casa, Katrina se propone empezar una vida lejos de todo aquel que la conoce. En... More

Nota + Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Epílogo
Capítulo extra
NECESITO AYUDA

Capítulo 23

86 26 58
By Trixmikaelson

―¡Kat!

Me giro para encontrarme con Lara, que se aproxima corriendo hacia mí.

―Oye, Kat ―dice al llegar a mi lado―, sé que estas semanas estamos mejor. Quiero decir, nos saludamos y eso, pero quiero que sepas que ninguno tiene ningún problema contigo. De hecho, a todos nos caes genial, por lo que puedes venirte con nosotros en tus ratos libres, si quieres ―me sonríe.

―Gracias, Lara. Sé que está todo bien, y yo tampoco tengo problemas con vosotros, pero ando bastante ocupada y, cuando tengo hueco, prefiero ir a ver a Josh o a Leo.

Lara asiente apenada. De verdad que no tengo problemas con ellos, con Lara y los chicos, quiero decir. Regina, Lily y Selena, sin embargo, son un pack al que no me quiero acercar. No por lo de Leo, que también, sino porque son lo opuesto a mí. Nunca encajaríamos.

―Bueno, nosotras vamos a ir al desfile que hay esta noche. Será cerca de Santa Mónica, por lo que nos pasaremos todo el día en la playa. Los padres de Howard viven ahí, por lo que, si quieres, nos cambiaremos y cenaremos con ellos antes de ir al evento. Avísame en cualquier momento si te animas, ¿vale? Jason también estará allí.

―Vale, lo pensaré ―le sonrío.

Nos despedimos y me dirijo en coche a casa de Leo. Es muy dulce por parte de Lara invitarme, pero, sinceramente, si ni Jason me lo ha mencionado es porque sabe que no pinto nada ahí.

Pico a la puerta después de que el portero me haya abierto el portal y Leo me recibe con esa sonrisa que me indica que estoy en casa.

―Gracias por hacerme hueco en tu apretada agenda ―dice mientras nos acomodamos en el sofá.

―Anoche tu mensaje me dejó preocupada. ¿Estás bien? ―pregunto apoyando una mano en su hombro.

―Sí, no te preocupes, es sólo que necesitaba pedirte un favor.

―Claro, lo que sea.

―¿Prefieres comer antes o...?

―No ―interrumpo―, podemos hablar primero. Suéltalo ya, Leo, me estás poniendo nerviosa.

Leo se remueve en el sofá, incómodo. Pocas veces lo he visto así de nervioso, y esas pocas ocasiones coincidían con momentos en los que hablábamos de nosotros. ¿Debería tener miedo?

―Verás ―carraspea―, ya sabes que trabajo en la empresa de moda de mis padres ―asiento―. Yo sólo me dedico a seleccionar algunos modelos masculinos y a dar el visto bueno a nuevos diseños, pero, en ocasiones, mis padres quieren que los acompañe a eventos importantes o a desfiles de nuevas campañas.

Por favor, Dios, nunca he creído en ti, pero hazme un favorcito y no hagas que el desfile de esta noche al que van los de la universidad sea el mismo que el de la compañía de los padres de Leo. Por favor, te lo ruego.

―No sé qué estás tratando de decirme, Leo ―digo poniéndome nerviosa.

―Esta noche tengo que acompañarlos obligatoriamente ―manifiesta confirmando mis sospechas―, y me gustaría que fueras mi acompañante.

―¿Qué? ¿Por qué yo?

―Porque me han dejado claro que no puedo ir solo.

―¿Qué hay de Sarah?

―Lo dejamos hará un par de semanas ―confiesa.

―Joder, Leo, lo siento mucho ―me lamento abrazándolo―. ¿Por qué no me lo habías dicho?

―No quería que te preocuparas ―murmura. Pasa su mano por mi pelo, colocando un mechón tras mi oreja y vuelve a mirarme a los ojos―. No te lo pediría si no estuviera en apuros. No quiero llevar a alguien de la empresa con quien no me lleve bien, mis padres se enfadarían si estoy de morros por ahí.

―Tengo que consultarlo con Polly, esta noche me toca trabajar, pero haré todo lo posible por poder estar ahí para ti, ¿vale?

Leo asiente y tira de mí en su dirección, provocando que quede sentada en su regazo.

―Gracias, Kat ―susurra. Su aliento en mi cuello me provoca cosquillas, pero no me voy a separar. De hecho, lo abrazo con más fuerza. Creo que la ruptura le ha afectado demasiado, y yo sin darme cuenta.

―¿Quieres hablar de lo que ocurrió? ―pregunto rompiendo el abrazo.

―Tuvimos una conversación sobre nuestras prioridades, lo que queríamos y demás. Ella se ha ido a Nueva York, quería que me fuera con ella, ya que le ha salido un trabajo mejor, pero yo no estaba dispuesto a irme.

―Lo siento mucho, Leo. ¿Puedo preguntar por qué no quisiste irte con ella?

―Mi vida está aquí. Todo lo que quiero está aquí. No me iría por nada del mundo.

Decir que su mirada no me está poniendo nerviosa sería mentir, al igual que estaría mintiendo si dijera que no me alegra que prefiera quedarse aquí. No sé qué sería de mí si Leo se fuera. No me imagino estar aquí sin él.

―¿Suena muy egoísta si digo que me alegro de que te quedes? ―susurro.

―A mí me suena perfecto, Kat. Yo también me alegro de quedarme.

***

―Me jode decirlo, pero estás guapísima ―comenta Josh. Hacer videollamada con él en su descanso de quince minutos ha resultado buena idea, al menos para mi autoestima.

―Muchas gracias, corazón. Marcaré este día en el calendario, no siempre admites mi belleza ―añado sacándole la lengua a la cámara frontal del móvil.

―Tranquila, cremita, que no se te suba el ego ―se ríe―. Por cierto, ¿de dónde has sacado ese vestido? Es que, en serio, has nacido para ponértelo. Pareces otra.

Mi vestido era de color gris claro, con un escote bastante pronunciado, aunque nada comparado con el de la espalda, que iba entera al aire. El vestido me llegaba hacia la mitad del muslo, más o menos. Eso sumado al semi recogido que me había hecho tras rizarme el pelo y el maquillaje sencillo que había aplicado en mi cara me daba una apariencia casi opuesta a la del día a día.

―Es de la marca de ropa de la familia de Leo. Me lo han prestado para esta noche.

―A Leo se le va a caer la baba ―comenta mientras retoco por última vez mis ojos.

―Leo no está interesado en mí, pesadilla ―niego rodando los ojos.

―Ni tú en él, no te jode.

―¡Josh!

―¡Kat!

―Somos amigos, en serio.

―Os he visto juntos cada vez que quedamos los tres a tomar algo, y te mira como si estuviera enamorado de ti. Y no puedes decirme que tú le miras como me miras a mí.

―Claro que no ―confirmo―, a ti te miro como a alguien que te da pena, estarías perdido sin mí ―bromeo.

―Lo que tú digas, cremita. La conversación que tuvisteis antes significa otra cosa.

Le conté todo lo que hablamos a Josh y él opina que, básicamente, Leo prefirió estar aquí por mí.

―No quiero pensar en eso ahora. Leo me lo habría dicho, así que no me comas la cabeza.

―Vale, vale. Ya me contarás qué tal esta noche.

―Por cierto, creo que estarán Jason y compañía.

―¿Qué? ¡Haber empezado por ahí!

―Mañana hablamos, no seas pesado.

―¡Josh, deja de hacer el vago! ―la inconfundible voz de Alice suena desde el lado de Josh y él se apresura a colgar la llamada.

Tras echarme un último vistazo en el espejo, decido bajar al salón para encontrarme con Leo.

Mi intención era preguntarle qué tal estoy, pero su cara me lo dice todo. Puede que la mía esté igual de embobada que la suya, pues Leo en traje es otro nivel.

―Estás guapísima ―dice cuando me aproximo a él.

―No tanto como tú ―replico―, ese traje te sienta de maravilla.

―¿Vamos? ―Leo me ofrece su brazo y salimos de su piso unidos. Al poco de entrar en su coche, el sonido de las notificaciones de mi teléfono hace que lo saque de mi bolso.

Will: el gym sin ti no es lo mismo, pero ha sido un buen día 🤪

Will y yo no nos seguimos en redes sociales, para evitar que los del Golden me encuentren a través de él y ponerlo en problemas. Por eso, como ambos tenemos el perfil privado, nos solemos mandar las fotos que subimos para darnos buen feedback en privado.

Kat: no te está yendo nada mal, por lo que veo 😏

Kat: tú sigue medio desnudo, que para elegante ya estoy yo

Le envío una foto que me hice en el espejo de mi habitación antes de salir para ver qué opina, aunque me espero cualquier comentario de vacile.

―¿Hablas con Jason? ―pregunta Leo desviando brevemente su mirada hacia mí.

―No, es Will, el amigo con el que entreno.

―Pensé que sería Jason por esa cara de enamorada que estabas poniendo.

―No me gusta Will ―niego―, y no estoy enamorada de Jason. Me alegra hablar con personas a las que aprecio.

―Vale, vale. Perdona si te ha molestado.

―Nunca me molestas, Leo. Sé que todo lo que me dices es con buenas intenciones ―aseguro sonriéndole.

Will: joder, Kat, estás preciosa.

Intentando ocultar mi sonrisa, guardo el móvil con el propósito de disfrutar de la noche.

Cuando llegamos al lugar del desfile, los flashes de las cámaras me indican que no ha sido buena idea venir. No puedo dejarme fotografiar bajo ningún concepto. Por suerte, Leo es consciente de ello y entramos por detrás. Ventajas de ser hijo de los dueños.

Los padres de Leo se muestran muy contentos de verme, a pesar de que esta es la tercera vez que lo hacen. Creo que siempre han creído que hacíamos buena pareja y, bueno, seguramente estén pensando que lo somos.

Al poco de comenzar el desfile, veo a Regina mirándome fijamente mientras Leo me susurra al oído explicaciones sobre los y las modelos, así como de sus atuendos. La mirada de Regina baja hacia la mano derecha de Leo, que se encuentra posada en uno de mis muslos. Decido quitar la atención de ella antes de cabrearme.

El resto de su grupo, incluido Jason, no ha mirado hacia aquí en ningún momento, así que supongo que Regina no les ha dicho que me ha visto.

Cuando el desfile termina, los padres de Leo se despiden agradeciendo a todo el mundo y anunciando la fecha de lanzamiento de la nueva colección.

―¿Qué tal la experiencia? ―pregunta Leo tras presentarme a todas las personas que han desfilado.

―Pues me ha gustado mucho, la verdad. Oh, y he hecho bastantes fotos.

―Sí, me he dado cuenta ―sonríe mientras me pasa un brazo sobre los hombros―. ¿Te gustaba la ropa o son tus clases de fotografía las culpables?

―Más bien lo segundo ―confieso―. Todo lo que tiene que ver con representar cosas a través de la imagen, bien sea dibujando o fotografiándolo, me apasiona.

―Me alegra mucho oírlo, Kat.

De repente, Leo se queda mirando al frente con semblante serio, pero, justo cuando me dispongo a mirar en su misma dirección, me lo impide.

―Salgamos por otra parte.

―¿Qué? No, Leo, sería un rodeo absurdo ―ya casi estamos fuera, por lo que no entiendo ese impulso repentino.

―Kat ―intenta impedir que me gire, pero yo soy más rápida.

Ahora entiendo sus ganas de sacarme de ahí, pues lo que tengo ante mí no me gusta en absoluto. Todos están fuera, hablando entre ellos, pero Regina y Jason se encuentran apartados, y no están precisamente hablando. Regina se aferra a la cara de Jason con sus manos mientras le come la boca con descaro. Podría pensar que se ha abalanzado sin su permiso, pero llevo ya unos segundos mirando y me ha quedado claro que la boca de Jason se mueve al compás de la de ella, y sus manos en la espalda baja de Regina me indican lo cómodo que está.

―Kat, ¿estás bien? ―Leo consigue cambiar mi foco atencional.

―Sí, no pasa nada ―respondo mirándolo―. ¿Podría quedarme hoy en tu casa?

―Claro.

Leo agarra mi mano y, tras asegurarle que quiero salir por ahí de todas formas, avanzamos. Regina y Jason no parecen darse cuenta, pero Trevor grita mi nombre cuando ya pensaba que pasaría desapercibida.

―Tengo prisa, Trevor ―lo evito mientras veo a Lara por detrás apenada y mirando de reojo al que pensaba que me quería y a Regina, quienes ahora me miran a mí.

Antes de que se forme algún escándalo ―pues todas las chicas a excepción de Lara comienzan a reírse, provocando que yo amague con avanzar hasta ellas― Leo me atrae cogiéndome por la cintura y prácticamente me mete en su coche. Lo último que veo antes de perderlos de vista es a Jason llorando mientras observa el coche alejándose.

Me paso el regreso a casa en silencio, y Leo, como siempre, me respeta. Su mano se mantiene entrelazada con la mía en mi regazo desde que comencé a llorar. Una vez en su piso, me prepara un chocolate caliente y me observa beberlo mientras acaricia mi espalda desnuda de arriba abajo.

―Quizá haya una explicación para lo que hemos visto ―comienza a hablar una vez que estoy completamente relajada.

―Claro, la explicación es que nunca dejó de estar enamorado de ella ―digo bruscamente―. Tú mismo me lo dijiste hace tiempo.

―Igual lo besó a traición.

―Si te besan a traición, apartas a esa persona, o te quedas en shock, no sé. Pero no metes tu lengua en su boca, Leo. Estaba encantado besándola.

Sé que Leo quiere evitar que pase por otra ruptura, pero no voy a estar tan mal como cuando lo dejé con Troy.

―Escucha, Leo, Jason y yo no éramos pareja. Nunca lo hemos sido, así que no tengo derecho a enfadarme, en realidad.

―Pero os queríais.

―Bueno, querer y amar no es lo mismo. Él está enamorado de ella, y yo, la verdad, no estoy enamorada de él. ¿Lo quiero? Sí, pero quizá lo nuestro es mejor que sea una amistad.

―¿A cuántas personas vas a negar de esa manera, Kat? No pasa nada por enamorarse, ni pasa nada por tener el corazón roto. Entiendo que tu miedo fuera este, pero no te niegues a ti misma ese dolor. Lo querías, y aún lo quieres. Permítete estar mal.

―Nunca voy a ser la prioridad de nadie ―susurro cuando las lágrimas comienzan a salir.

―Eso es mentira, Kat ―niega Leo atrayéndome hacia él en un abrazo.

―Troy me ocultaba lo que hacía. Tenía una vida a espaldas de mí. Eso quiere decir que yo no era para él. Si me aceptara en su vida me lo habría dicho, habríamos compartido todo ―sollozo en sus brazos―. Aunque yo hacía lo mismo con Jason. Nunca le dije nada de las carreras ni de lo que he hecho con el DC. Supongo que me lo merezco.

―¿Cuántas veces tengo que decirte que no mereces nada malo, Kat? Simplemente estabas esperando el momento oportuno para decírselo.

―No ―niego separándome para mirarlo a los ojos―. No quería compartir eso con él. Una parte de mí sabía que no lo aceptaría. He estado engañándome a mí misma con él.

―No puedes culparte a ti misma cada vez que alguien te engaña, Kat ―dice cabreándose levemente―. Quiero que lo hables con él porque quiero que aclaréis las cosas, pero no me digas que esto es tu culpa o que no te debe nada, porque cuando quieres a alguien no haces esas cosas.

―Pero...

―Pero nada ―me interrumpe―. ¿Crees que Josh te traicionaría alguna vez? ―niego con la cabeza―. ¿Crees que yo te habría hecho lo que Jason te hizo esta noche?

―No éramos pareja, al igual que tú y yo tampoco lo fuimos y estábamos más tiempo juntos. No me debe nada.

―Joder, Kat, vale, no erais pareja, pero actuabais como si lo fuerais. Como bien has dicho, tú y yo tampoco lo fuimos, pero yo estaba enamorado de ti y jamás se me habría ocurrido besarme con otra.

Leo comienza a cabrearse de verdad y, sinceramente, no lo entiendo. No sé por qué le cabrea tanto que Jason se besara con Regina, ese cabreo debería tenerlo yo, no él.

―Bueno, pero él no estaba enamorado, y yo tampoco. Ya está, fin de la cuestión. Cuando lo vea aclararemos que cada uno hará su vida a partir de ahora y listo.

Leo asiente y se da la vuelta, pero, aunque lo evite, sé que está llorando. Se sienta en el sofá y hunde su rostro en sus manos, y, de todo lo que he visto esta noche, es lo que más me duele.

―No puedo verte mal ―digo arrodillándome frente a él―. Por favor, no quiero que estés mal por esta tontería. A mí el disgusto se me pasará, no te preocupes ―intento tranquilizarlo moviendo mis manos por sus brazos.

―Kat, déjame solo antes de que diga cosas que no debo, por favor ―suplica aún sin mirarme.

Si piensa que porque me grite me voy a alejar de él, lo tiene claro. Entiendo que está pasando una mala racha, pero voy a estar ahí para él.

―Leo ―lo llamo―, mírame.

Tras un breve forcejeo, consigo que aparte sus manos. Sus ojos rojos me parten el corazón y no sé qué puedo hacer para ayudarlo.

―Háblame. Puedes decirme lo que sea.

Leo se queda mirándome y parece debatirse entre decir lo que sea que pasa por su cabeza o no.

―Me duele porque yo nunca te haría eso.

La intensidad de su mirada me haría caerme si no estuviera ya en el suelo.

―¿Sabes por qué lo dejé con Sarah? ―pregunta descolocándome por completo.

―Prefirió irse a Nueva York. ¿Qué tiene que ver eso ahora?

―Kat, Sarah sabía lo que pasó entre nosotros ―dice bajando la mirada. Su pierna se mueve frenéticamente, indicándome que está nervioso.

―No entiendo qué tiene eso que ver ―admito.

―Tiene que ver porque me preguntó si sentía algo por ti ―confiesa. No sabría describir lo que estoy sintiendo ahora. Si quería que dejara de pensar en Jason, lo ha conseguido―. Y yo le dije que sí.

Boom. Así, sin más. El ritmo de mis pulsaciones no para de aumentar y yo no puedo dejar de mirar esos ojos que parecen atravesarme.

―Por eso estoy tan cabreado ―continúa―. Porque a mí no me quieres como yo te quiero, pero a él sí ―continúa―. Y me duele que, cuando decides abrirte a una persona, esta te engañe, porque yo jamás te haría daño y, a pesar de no poder estar contigo, quiero tu felicidad por encima de la mía.

―Yo nunca he dicho que no te quiera ―logro decir.

―Pero no me quieres como yo a ti ―repite―. No pasa nada, Kat, sólo quería que entendieras por qué me cabrea todo esto.

―Te prometo que entiendo que no soy culpable de los actos de los demás ―le aseguro―, pero prométeme tú a mí que te crees que esto no es para tanto. No te mentiría, Leo, a ti no.

En un movimiento rápido, sus manos pasan a mi cintura y me levanta para ponerme sobre él y abrazarme. Yo, para estar más cómoda, paso cada una de mis piernas de manera que queden una a cada lado de él, pero no ha sido buena idea, ya que el vestido se sube y mi culo queda a la vista. Leo, sin embargo, no hace ningún comentario al respecto.

―Perdóname ―me dice―. No debí decírtelo, ha sido muy egoísta de mi parte ―añade.

Su cara se encuentra apoyada en mi cuello, por lo que, al hablar, su aliento me provoca cosquillas. Las yemas de sus dedos deslizándose por mi espalda también influyen.

―Quiero saber estas cosas, Leo. De saber que te hacía daño hablándote de Jason nunca lo habría hecho.

―Prefiero que me lo cuentes, Kat. No quiero perder la relación que tenemos.

Me aparto lo justo para quedar cara a cara. Quiero verlo cuando me habla.

―Nunca me vas a perder, ¿me oyes? ―le aseguro sujetando su cara entre mis manos―. No hay nadie en este mundo que me importe más que tú, ni quiero a nadie más de lo que te quiero a ti.

No sé si me cree o no, pero es cierto. Haría lo que sea por Leo. Es, junto con Josh, la única persona en la que confío al cien por cien. Y lo quiero más que a Josh, no puedo mentir. Es un amor completamente diferente. A Josh lo quiero como a un hermano (o eso supongo, porque nunca he tenido uno). A Leo, sin embargo, lo quiero de otra manera. No como a un hermano, porque un hermano no te pone cachonda como Leo a mí. Pero lo quiero de manera incondicional. Si nunca me planteé tener nada con él, no es porque jamás pueda enamorarme de él, sino porque es, como ya le dije, demasiado para mí. Demasiado bueno, demasiado guapo, demasiado elegante, demasiado honrado, demasiado amable. Demasiado perfecto, en definitiva.

―Ojalá fuera más cabrón ―dice juntando nuestras frentes―. Haría tantas cosas que mi conciencia no me permite...

―¿Por ejemplo? ―susurro.

El hecho de estar sentada sobre él con mi tanga como única barrera hace que note perfectamente el bulto en sus pantalones. Estoy a punto de perder la cabeza.

―Si no fuera como soy, ahora mismo te besaría ―confiesa mirando de forma descarada mis labios―. Y, conociéndote como te conozco, sé que hoy no me apartarías.

Correcto. Ahora mismo dejaría que hiciera conmigo lo que quisiera, porque no soy capaz de pensar en otra cosa que no sea el bulto bajo mi intimidad.

Comienzo a moverme adelante y atrás sobre su erección intentando que deje de pensar, como ya he hecho yo. Un jadeo escapa de su boca y yo me inclino para besarlo.

―No ―me frena poniendo sus manos en mis caderas, impidiendo que me siga restregando.

―Por favor ―suplico.

―No soy así, Kat. Cualquier cosa que hagas esta noche será sin pensar, y no quiero que te arrepientas. Así que vete a dormir.

Con un asentimiento me levanto y me dirijo a la habitación en la que solía dormir. Abro la cama y me desnudo sin perder tiempo, dándome una ducha antes de acostarme. Cuando salgo, recuerdo que no tengo ropa aquí, por lo que voy en toalla hacia el cuarto de Leo. Justo cuando voy a abrir la puerta, él sale del baño que hay junto a su cuarto y, al igual que yo, sólo está tapado por una toalla.

―Venía a por algo de ropa.

―Claro.

Entramos en su habitación y me pasa una camiseta de su armario.

―¿Podrías dejarme unos calzoncillos? El tanga que traía no puedo volver a ponérmelo.

Leo me da lo que le pido y se queda esperando a que salga.

―No puedo dormir aquí contigo, ¿verdad?

―Preferiría que no, Kat. Esta noche no es conveniente.

Asiento porque tiene razón y, tras darle las buenas noches, vuelvo a mi cuarto. Me desprendo de la toalla y me pongo lo que me ha dado Leo.

Cuando me meto en la cama, siento un gran vacío. Si pedí dormir con Leo es porque, como le dije en su día a él, lo paso mal durmiendo sola. Anastasia venía siempre a molestarme mientras mi padre y yo dormíamos, y, desde entonces, cuando duermo sola no logro descansar, aunque esto sólo lo saben Patrick, Sofía, Troy y Leo. Pero sé que esta noche Leo necesita estar sólo.

Creo que llevo al menos una hora intentando dormir, y ya son varias las veces que siento que alguien entra por la puerta, pero sé que Anastasia no está aquí. No puede hacerme nada. Ya no.

Cuando creo que ya estoy convencida, vuelvo a sentir la puerta abrirse, pero no me giro porque sé que no es real. Sin embargo, el hundimiento en mi colchón me pone alerta.

―Nunca te dejaré sola ―susurra Leo tras mi espalda.

Su brazo rodea mi cintura y deposita un beso en mi hombro.

No sé qué he hecho para merecerlo, pero siempre estaré agradecida por tenerlo.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Perdonadme, porque debería haberlo subido esto ayer y, además, se me ha hecho largo. No sabía dónde cortarlo así que lo subo entero.

Espero que os guste. Me encantaría leer lo que pensáis de todo lo que ha pasado.

¡Nos leemos!

Continue Reading

You'll Also Like

91.8M 2.9M 134
He was so close, his breath hit my lips. His eyes darted from my eyes to my lips. I stared intently, awaiting his next move. His lips fell near my ea...
4.1M 199K 101
✅ "We always long for the forbidden things." 𝐝𝐲𝐬𝐭𝐨𝐩𝐢𝐚𝐧 𝐧𝐨𝐯𝐞𝐥 ↯ ⚔︎ ʙᴏᴏᴋ ᴏɴᴇ ᴀɴᴅ ᴛᴡᴏ ᴄᴏᴍʙɪɴᴇᴅ ⚔︎ ...
4M 161K 69
Highest rank: #1 in Teen-Fiction and sci-fi romance, #1 mindreader, #2 humor Aaron's special power might just be the coolest- or scariest- thing ever...
38.7K 2.3K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...