Capítulo 56.
(Adrián).
—¿Qué tenemos aquí? —el doctor Del Valle abrió las cortinas que cubrían la camilla de Alysha, pero engrandeció los ojos cuando se dio cuenta de que se trataba de ella—. Nere, ¿¡pero qué ha pasado!? ¿¡Qué haces aquí!? ¿¡Y por qué estás así!? ¿¡No se supone que en estos momentos estés de celebración por tu admisión a la residencia!? Ni siquiera sé si aprobaste...
—Larga historia, DD —ella soltó un leve suspiro y volvió a acostarse con cierta dificultad sobre la camilla—. Pero sí, aprobé.
—¿En serio? —aunque mi corazón dolía por su estado actual, no pude evitar emocionarme por su aprobación, ya que no tenía idea, pues ella nunca me dejó intervenir en eso—. Sé que no es el momento y que hubieses querido que lo supiéramos de otra manera, pero estoy muy orgulloso de ti, Aly. Lo has hecho tú sola y mereces ese logro.
—Gracias, Wayne —fue lo único que logró decir ante mis palabras reconfortantes.
El doctor Del Valle se mostraba muy sorprendido y preocupado al verla en el estado que se encontraba. Sin embargo, yo comenzaba a preocuparme mucho peor, ya que ella estaba comportándose muy distante conmigo. Me hacía sentir muy jodido su manera de actuar conmigo y no entendía por qué.
—Doctor Del Valle, ya le explicaré lo que ha sucedido con Alysha, pero ya que está de turno, necesito que me ayude a realizarle los exámenes clínicos pertinentes. Hace unos minutos experimentó un ataque de convulsiones, así que creo que puede tener algún traumatismo craneal que deba examinarse con más detenimiento. Además, ella tiene contusiones en su cuerpo: área baja abdominal, costados y esternón. Quiero asegurarme de que no sufra una hemorragia interna que complique su diagnóstico.
Aunque el doctor Del Valle intentaba mantenerse comedido ante la situación que se presentaba, parpadeó varias veces, estupefacto y preocupado por Alysha. Era la primera vez, desde que lo conocía, que lo había visto tan afectado por alguien, pero, honestamente, me aliviaba comprobar como las personas querían tanto a la mujer que amaba.
—¿Fue el canalla de su ex? —no pudo evitar preguntar frente a nosotros al sentirse muy preocupado.
Asentí, intentando dejar que lo procesara.
—Solo espero que luego de esto puedan hacer algo con ese bueno para nada. Doctor Wayne, ¿o debería llamarle "señor director"? Con todo el respeto que usted se merece, quiero dejarle saber que quiero muchísimo a Nere. No se hace una idea de cuánto, porque para mí ella es lo más parecido a una hermana, ya que la mía murió hacen varios años en un accidente. Prácticamente, casi no tengo familia y su novia es una de esas pocas personas. ¿Puede comprender lo que esto significaría para mí si a ella le sucediera algo?
Asentí, porque entendía perfectamente que estuviese tan disgustado. De hecho, se comportaba delante de mí como un tipo de hermano mayor.
—Quiero confiar en que hará lo necesario para que esa sabandija no vuelva a tocarle ni un pelo —continuó diciéndome con seriedad y la observó en silencio por algunos instantes para luego marcharse y comenzar con el proceso de los exámenes clínicos.
***
No dudé en haberme sentado junto a Alysha para que continuara contándome con lujos y detalles todo lo que había sucedido antes de rescatarla. Jimmy también la escuchó atentamente, hasta que llegó el momento de su primer examen clínico de la noche.
—Aly, en cuanto tu salud física mejore un poco, la policía querrá verte para realizar un informe y hacer una declaración en contra de Jesse. Quieren realizar todo este proceso lo más pronto posible, así que tendrás que decirles todo lo que nos has contado a Jimmy y a mí.
Ella asintió, aunque continuó tratándome con frialdad.
—Llevaré a tu hermano a mi oficina de guardia, ya que el doctor Del Valle y yo te realizaremos algunos exámenes clínicos y se supone que él no esté aquí, pero no te preocupes. Estaré contigo en todo momento.
—Lo sé, Wayne. Ya soy médica, ¿recuerdas? —ironizó, lo que me hizo sentir un poco esperanzado en cuanto a su actitud distante.
***
Largas horas transcurrieron y ya casi amanecía cuando todos los exámenes clínicos de Alysha estuvieron listos. El doctor Del Valle, aunque había terminado su turno hacía un par de horas en la sala de emergencias, decidió quedarse en el hospital hasta que los análisis estuviesen completados. Él quería asegurarse de que todo estaba bajo control, a pesar del estado físico en el que ella se encontraba.
—Bien, al parecer Nere tuvo una leve hemorragia interna en el tubo digestivo. Por eso estuvo tosiendo sangre, a causa de una hematemesis —informó el doctor Del Valle, mientras que Jimmy y yo lo escuchábamos atentamente en mi oficina de guardia.
—¿Puedes hablar español? —le preguntó Jimmy—. Sé que soy muy inteligente y que lo tengo todo para ser el mejor médico de este país en algún momento lejano de mi vida, pero todavía no estudio medicina y hay términos que no sé lo que significan. Qué me digas "hematemesis", es como hablar chaka chaka y eso es un idioma que me acabo de inventar que ni siquiera hablo.
—Se refiere a que tu hermana tuvo un sangrado interno en el tubo digestivo por los golpes que, probablemente, recibió en el estómago por parte de Jesse. En realidad, la tos que ella tenía era que estaba vomitando sangre —le expliqué.
—Y no se equivoca, doctor Wayne, ya que tiene el estómago inflamado a causa de esos serios golpes que recibió —recalcó el emergenciólogo—. Es un milagro que esto no haya pasado a mayores y que no haya que intervenir quirúrgicamente —enarcó las cejas al mirarme fijamente—. Si ese hijo de puta la hubiese seguido golpeando, perdonando la expresión, ya que estoy trabajando todavía, el diagnóstico hubiese sido peor —me entregó los análisis y las tomografías.
Aunque me sentí aliviado de que Alysha iba a estar bien físicamente, no dudé en observar las tomografías con mucha atención.
—Tiene un trauma craneal —observé la tomografía de su cabeza, tragando hondo al sentir que mi pecho dolía—. Hubiese deseado equivocarme en esto, pero no me equivoqué con este diagnóstico cuando comenzó a convulsionar.
—En realidad, tengo entendido por buenas fuentes y rumores de pasillos, que usted casi nunca se equivoca con los diagnósticos —el doctor Del Valle me miró con incredulidad ante mis ganas de haberme equivocado.
—También tiene una costilla fracturada —asumí al ver la siguiente tomografía.
—Así es, doctor Wayne —el emergenciólogo asintió con seriedad—. Aunque supongo que ya sabe que por suerte...
—Sí, sanará entre cinco a seis semanas —recosté mi cuerpo sobre el respaldar de mi asiento, suspirando con frustración—. Para este tipo de lesiones casi nunca hay que intervenir quirúrgicamente y puede reposar en el hogar.
El doctor Del Valle asintió.
—En estos momentos, lo que Nere necesita es mucho descanso y medicamentos para los dolores de sus golpes y contusiones —anotó la receta en una tableta que sujetaba—. Ordenaré que le envíen a usted una dosis de Lorazepam por si ella vuelve a experimentar un ataque de convulsiones. En realidad, espero que no vuelva a suceder, pero es mejor ser precavidos.
—Correcto —asentí—. Gracias por ayudarme con este caso, doctor Del Valle.
Él asintió con sumo respeto y se giró sobre sus pies para marcharse.
—Por cierto...
Se detuvo justo cuando sujetó el pomo de la puerta y dirigió su mirada hacia mí.
—Me gustaría que la removieran del piso de emergencias y la traigan a este. En cuanto pasen los días y mejore su estado físico, yo mismo me la llevaré para mi casa, así que quiero tenerla lo más cerca posible mientras pueda.
—Quiero mucho a Nere, pero si ordeno a los enfermeros a realizar algo como eso, estaría actuando de manera antiética, doctor Wayne —enarcó las cejas con una pizca de diversión.
—Lo sé, pero yo soy el director del departamento de cirugía y la quiero en este piso, porque aquí mando yo —elevé la mirada, decidido a que la orden se cumpliera. Sabía que estaba siendo insoportablemente controlador y mandón, pero la situación me tenía así de desesperado.
—Es increíble como Nere puede lograr influenciar en nosotros de distintas maneras con su humilde y abrumadora personalidad —bufó—. Está bien, "señor director". Ordenaré que la traigan a su piso —recalcó mi cargo a regañadientes y señaló a Jimmy antes de salir de mi oficina de guardia.
»Y tú se supone que no estés aquí.
—Entonces, ¿mi Nere estará bien? —Jimmy me miró con ilusión al ignorar lo que el doctor Del Valle le había dicho.
—¿Tu Nere? —me ruboricé, porque mi ansiedad y mis ganas de protegerla me hacían sentir muy territorial—. Es mía, no sé si ya lo sabías.
—¿Qué? —engrandeció los ojos y se rio de mi comentario, uno que yo le había dicho en serio, aunque él lo había tomado como una broma, porque no sabía a fondo sobre mí—. ¿De qué hablas, doctor intenso? Además, yo estuve primero que tú en su vida.
—Pues, ahora eres el segundo.
—Eres muy raro, cuñado, pero siempre me has caído súper bien con tu personalidad y con todos esos carros que tienes. Logramos salvar a Nere y tú hiciste lo que tenías que hacer, aunque eso del dispositivo de rastreo ha sido como que muy cringe, hombre.
—De todas formas, nos ayudó a estar seguros de la localización de Alysha. De hecho, no nos equivocamos, a pesar de que nos arriesgamos al entrar a esa casa sin una orden de cateo.
—Tienes razón, pero aún así lo del CSI te va muy bien. Pensé que yo era el único que estaba muy loco con esas cosas, pero ya veo que hay personas más intensas que yo —enarcó las cejas.
—Solo te pido que por el momento no le digas nada a tu hermana sobre esa pulsera. Hasta que Jesse no esté encerrado en la cárcel y Amanda deje de joder, lo mejor será que la conserve. Después de todo lo que ella nos contó, estoy completamente seguro de que Amanda ha sido cómplice de lo que ha pasado.
—Está bien, pero al menos acepta que la has espiado con esa cosa. ¿De Hello Kitty? Qué buen truco.
—¿Qué? —bufé—. Por supuesto que no la he espiado. Te juro que es la primera vez que he usado el dispositivo y la aplicación.
—Sí, claro... —bufó y se levantó del asiento para pacientes.
Aunque le decía la verdad, no parecía creerme. Sin embargo, tampoco se mostraba preocupado por ese detalle. Era cierto que tenía una jodida obsesión con la seguridad y el control, pero me abstenía de mis manías en cuanto a Alysha y respetaba su espacio, aunque eso a veces me resultaba muy frustrante.
—Mi mamá, la abuela Anita y Leslie están en la sala de espera. Lo mejor es que hablemos con ellas para calmarlas y que nos podamos ir a descansar. Sé que Nere estará muy bien cuidada por ti, señor rastreador.
—Está bien —puse los ojos en blanco, levantándome de mi asiento para ir con Jimmy a informarle a la familia.