CAPÍTULO 1, temporada 1.
' Cuídate hasta de tu
propia sombra.
᮫ 𓇼 ׅ ֹ
Se inclinó hacia adelante demostrando respeto y al mismo tiempo saludandolo, sintiendo su bastante largo cabello molestarlo causando picazón en su rostro pero se quedo aguantando las ganas de acomodarlo en su lugar.
Raito estaba bastante asustado.
Él siempre fue un niño a pesar de haber sido entrenado para ser un escudo para proteger a su hermana.
Él seguía sintiéndose aterrado por el solo hecho de imaginar que sí hacía un movimiento en falso, su padre podría castigarle de una manera que recordaría para toda la vida.
Y lo que más lo asustaba es que ahora no era un solo hombre aterrador, ahora eran dos.
Una bestia conocida que era de su propia familia y lo guiaba en el camino que él mismo creó y consideraba su destino. Y la otra no conocida que si descubría lo que estaba haciendo podría asesinarlo con una facilidad increíble.
Raito debía ser el cuatriple de cuidadoso con absolutamente todo lo que hacía porque no tenía nada a su favor.
Su padre lo castigaria posible que físicamente y dejando una marca muy notable y el Kazekage lo mandaría a torturar sin ninguna preocupación ni pena.
——Ellos son Ameakai Sayumi y Raito, mis queridos hijos —mencionaba el más alto y la cabeza de su familia por el momento, con una sonrisa de oreja y un aura que mostraba amabilidad y calidez, junto a su tono de voz lleno de amor.
Un nudo se le formó en la garganta a Raito, teniendo unas terribles náuseas al escuchar como el hombre que lo obligaba a entrenar hasta desmayarse: fingía aquella, a su parecer, vergonzosa personalidad para ganar la confianza de cualquiera.
Pero lo que más lo asqueaba era que se lo creyeran.
No podía entender cómo caían en tal penosa actuación. A sus ojos, era imposible que alguien pudiera creerle pero así sucedía siempre— También está mi adorable esposa.. ¡No pude evitar a tan honrosa invitación querer traer a mi familia! Espero que no le moleste.
——Está bien — fue lo único que el Kazekage pronunció. En aquel momento éste había volteado su mirada para dirigirsela a un shinobi que se ubicaba al lado de la familia, movió su cabeza señalando con sus ojos a los Ameakai —. Llévalos a las habitaciones de invitados. Luego nos reuniremos y hablaremos sobre el pacto para que tus tierras y mi aldea se queden en paz.
——Agradecemos su hospitalidad, Kazekage–sama — pronunciaron los Ameakai inclinándose nuevamente para luego ponerse derechos e irse del lugar en donde se podía sentir a la perfección la tensión que había.
Aún en el camino hacia las respectivas habitaciones de cada uno de los integrantes de la familia, el padre de los menores hablaba con el shinobi queriendo mantener aquella máscara de amabilidad y bondad.
Raito aguanto soltar un suspiro de decepción.
Otro tonto que se había creído aquello y no caía en que el que daba las órdenes que habían matado a bastantes compañeros suyos y destruido parte de Suna, era aquel hombre con el que hablaba.
La intención de aquel hombre era que el shinobi difundiera sobre su actuar a la mayoría que lo conociera, para que pensará que los "rumores" fueran nada más que eso ante la actitud amable de éste.
Raito intento ignorarlo, distrayendose viendo por las ventanas mientras recorrían aquel pasillo en busca de sus habitaciones.
Lograba ver casas y demás cosas hechas de arena, niños corriendo, jugando o hasta siendo regañados por adultos, personas caminando por los lugares o yendo de compras.
Nada fuera de lo común.
Pero había algo que lo llamó la atención: mejor dicho alguien, y siendo más específicos, su objetivo.
La razón por la que estaba ahí.
Su rostro se puso serio, aún sin perder el brillo que debía tener en sus ojos al no estar contaminado con maldad, pero aún así en su rostro se observaba a la perfección como analizaba cada movimiento o facción de aquella persona con una atención tan excesiva que haría espantar a cualquiera.
Lo observaba tal como lo haría un depredador, con cuidado de no ser descubierto, bajando su cuerpo y mirándolo fijamente; analizando hasta el más mínimo movimiento.
Pero con una sola diferencia.
Por el momento no debía prepararse para atacar.
Y ahí se encontraba su presa.
No se encontraba solo, a su lado se encontraban sus dos hermanos jugando con arena al igual que este pero de una forma normal.
A diferencia de los otro Sabaku, el Jinchuriki; aprovechando su poder creaba formas, animales y otras cosas sin necesidad de tocarlas.
" Como magia.. " Pensó el Ameakai, un poco maravillado.
Aún con la arena "mágica" haciendo aquellas figuras al lado suyo, él Jinchuriki se encontraba enfocado en construir un pequeño castillo de arena con sus propias manos.
Mientras el castaño que tenía a un lado lo observaba asombrado y maravillado por las cosas que hacia.
Raito se quedo embobado casi igual que aquel otro niño hasta que algo lo saco del trance.
——Raito —escucho la suave y delicada voz de su madre llamarlo.
Se giró con lentitud observándola sin expresar nada en específico, como si fuera un muñeco.
Por otro lado, a pesar de aquella reacción de parte del menor; la mujer sonrió inclinando levemente su cabeza hacia abajo.
——Esta será tu habitación. —mencionó moviéndose un poco mostrando la puerta abierta de una habitación.
Raito buscó con la mirada al resto de su familia cosa que no pasó desapercibida por la castaña.
——Sayumi, tu padre y yo tendremos habitaciones diferentes porque las habitaciones de invitados son solo para una persona —explicó, siendo aquello suficiente para que el castaño comenzara a caminar para entrar a la habitación, medio ignorando las palabras de la mujer mayor——. No te preocupes, vendré cuando sea de día a despert–
La puerta se cerró sin hacer mucho ruido pero logrando que la mujer se quedara callada ante aquella acción brusca.
Observo la puerta en silencio por unos segundo, soltó un suspiro mientras rascaba su entrecejo.
El odio que su hijo poseía por ella aumentaba cada dia más. Y lo sabía.
Se quedo en silencio por unos segundos, pero de inmediato volvió en sí misma; sonrió, hizo que toda su cara expresara lo buena persona que era, igual que su esposo.
Se fue del lugar comenzando a caminar para lograr llegar hasta donde se encontraban el resto de su familia.
El castaño por su parte se subió a la cama viendo a su lado como el shinobi guía o su mamá habían dejado su pequeña valija en la habitación antes de que él entrara.
La observo por unos segundos antes de decidir que no la abriría por el momento.
Le daba pereza abrirla y lo único que quería era dormir; dejar de pensar en los planes de su padre, alejarse de todo lo que lo hacía estresarse cuando al ser un niño no debía siquiera pensar en algo más que no fuera jugar o ser un ninja por diversión.
Quería olvidarse de que era el escolta de la heredera y de mil problemas más que lo vivían atormentado, sobre todo por las historias que le contaban y ayudaban a comerle la cabeza.
Otra de sus preocupaciones eran las cosas que podrían pasar si el plan que habían hecho fallaba.
Soltó un suspiro y pensó en la imagen que había visto antes de entrar a la habitación.
Un niño pelirrojo.
Parecía bastante tranquilo pero tenia un aire triste y aún teniendo un don impresionante utilizaba sus propias manos para hacer lo que podría hacer con ese don mucho más fácil, rápido y perfecto.
——Sabaku No Gaara— murmuró pensando en su objetivo. Frunció levemente el ceño —..todo lo que sucederá es su culpa.
" Tú tienes la culpa por existir. "
——¿Entendiste, Raito? — preguntó la más alta, sin mirar a los ojos a su hermano menor, solo enfocando su fija mirada en sus propios objetivos.
El castaño no se molestó en asentir o hablar, simplemente se alejo a paso lento de la niña en busca del Jinchuriki.
Por su parte la ojiceleste, alarmada al no escuchar la respuesta, quiso voltear a verlo pero para el momento en el que lo hizo ya no había nadie a su lado.
Iba a soltar un suspiro pero lo retuvo y devolvió su mirada hacia los Sabaku mayores.
Tragándose sus sentimientos y queriendo hundir sus nervios, cambio su cara con una sonrisa.
Al parecer, los Ameakai tenían un don para fingir emociones y hacer que otros confíen en ellos para luego apuñalarlos por la espalda.
Caminaba con alegría dando pequeños saltitos hasta llegar a donde se encontraban sus objetivos.
Inclinándose un poco para adelante, girando levemente su cabeza y fingiendo alegría habló captando la atención de ambos.
[ . . . ]
Mientras en otro lugar el menor de su clan observaba para todos lados en busca de el Jinchuriki.
También buscaba algún objeto siendo llevado por arena que estaba seguro lo llevaría hasta el pelirrojo.
Por, para él: obvias razones, no lo buscaba entre grupos de niños jugando o charlando, ya que sabía de sobra que en su aldea era repudiado.
Siguió buscando como por cuarenta minutos, sin parar de observar para todos lados, preguntándose si tal vez realmente estaba con otros niños.
Tal vez estaban con el por obligación aunque le tuvieran miedo.
Estaba comenzando a sentirse frustrado ya que de cualquier forma debía mantener aunque sea la más mínima interacción con el Jinchuriki ese día. Una obligación que no podia no cumplir.
Estaba a nada de rendirse y resignarse a un castigo que le dejaría más de una marca en la piel, pero de repente vio como niños salían huyendo de alguien corriendo en dirección contraria, alzó una ceja extrañado y de repente una idea se le vino a la cabeza.
Yendo hacia donde los niños huían, Raito buscó con la mirada alguna señal de aquel que era hijo del Kazekage.
Para su suerte; ahí estaba.
Miraba hacía el suelo con tristeza con entre sus manos un oso de peluche que abrazaba con fuerza.
Raito pensó que aquello había sido un milagro tal vez, irónico ya que él estaba buscando a un monstruo; no a alguna alma pura.
Puso un freno rápidamente, solo había sido un golpe de suerte que agradecía.
Tomo aire y aunque le asqueaba la simple; idea puso la misma sonrisa falsa que fingía amabilidad y generaba confianza en cualquier persona que se encontrara, exactamente las mismas que el resto de su familia había puesto.
Y para su suerte, a pesar de no ser tan buen actor como su familia ya que en él se podía percibir lo enojado que se sentía, Gaara no sabía mucho de sentimientos.
Se acercó con tranquilidad hacía el Jinchuriki, liberándose a cada paso que daba de la carga que iba a tener si no le hablaba.
——Sabaku No Gaara —pronunció su nombre haciendo que apenas el pelirrojo escuchara la voz del Ameakai se asustará. Raito solo sonrió un poco más cerrando sus ojos —, ese es tu nombre ¿Verdad?
Gaara no podía creer que alguien le estuviese hablando. Y aún más increíble ya que era un niño que no conocía y parecía tener su edad.
Todos le tenían miedo, todos huían de él, todos hablaban de él, a veces incluso tirándole cosas y por encima de ello todos lo despreciaban de alguna forma u otra.
Paso saliva sin lograr caer en la situación que tenía enfrente, sus ojos estaban abiertos resaltando más su asombro, él podía ver la figura con claridad, el problema era que no podía creerlo.
——¿Acaso te comió la lengua el oso? — preguntó intentando sacar conversación.
Pensaba que como el otro Jinchuriki que había conocido con rapidez le iba a contestar con alegría al ya tener a alguien que esté a su lado, pero el pelirrojo solo se quedaba estático y sin habla.
——Tal vez no quieras hablas porque soy un extraño.. mi nombre es Ameakai Raito. ¿Ahora si hablarás? — pregunto inclinándose hacia él.
Finalmente lograr terminar de procesar y aceptar la situación, Gaara sonrió.
Aquel dolor en su pecho ya no era tan fuerte por alguna razón, eso le hacía sentir mucho mejor.
——G–Gaara.. es mi nombre. —tartamudeo, sin saber si eran por los nervios o la alegría.
——Lo sé, lo acabo de decir —respondió volviendo a su anterior postura, aún sin dejar de tener aquella sonrisa en su rostro.
Realmente no sabía qué era lo que más le repugnaba. La idea de estar haciendo posiblemente la misma expresión de su padre, hermana y madre o tener que estar hablando con el Jinchuriki.
Los dos Jinchurikis que en su corta vida había conocido solo le producían asco.
Tal vez era porque por su culpa de manera "indirecta" él tuvo que sufrir hasta el cansancio o porque adentro de ellos se hayaba una bestia destructiva——¿Por qué esos niños huían de ti?
Abrió sus ojos jade queriendo mirarlo directamente para comprobar al cien por ciento si era verdad lo que diría o si siquiera lo diría.
Aún no sacaba aquella sonrisa de su rostro y eso le comenzaba a revolver el estómago, quería averiguar un par de cosas por obligación rápidamente y salir huyendo del lugar.
El pelirrojo solo pudo desviar su mirada hacia otro lado sin querer responder a aquella pregunta incómoda y dolorosa.
Y aquella acción había hecho que la situación solo se hiciera aún más clara, Raito dejó por un segundo aquella mirada amable por la común que no expresaba algo en particular, al recordar aquello volvió a su antigua expresión falsa y habló.
——Yo y mi familia somos invitados de Kazekage–sama, pensé en conocer a sus hijos para jugar y no estar aburrido.. — hablaba con fluidez y tranquilidad, cosa que le extrañaba aún más a Gaara al no estar acostumbrado a tal habla y confianza de alguien que no sea Yashamaru.
Y no podía hablar de aquella mirada, en la cual no encontraba ni una pizca de miedo por más que lo intentase.
Algo tímido lo observaba fijamente mientras el castaño observaba al cielo, al percatarse de la mirada del Sabaku volteo a verlo con rapidez, cosa que tomó por sorpresa al más bajito logrando que se asuste un poco y de un pequeño salto en su lugar.
Raito soltó una pequeña risa——. Pero como ya es tarde, pensé en que podríamos volver a la torre juntos y con tus hermanos si nos los encontramos.
El brillo que reflejaba la desbordante alegría en los ojos del Jinchuriki no se hizo esperar ni un segundo, con una sonrisa algo pequeña asintió y tan pronto lo hizo Raito se la devolvió para darse vuelta y comenzar a correr.
Aquella acción tomó desprevenido al pelirrojo que intentó seguirle el paso casi adelantándose un poco más que él.
Raito al concentrarse en el Jinchuriki y sus expresiones para intentar descifrar que pensaba, había perdido nuevamente su sonrisa y cambiado a una expresión entre seria e interés, cosa que al estar enfocado en su camino y sus pensamientos de ilusión Gaara no noto.
Sin saberlo ambos pensaron lo mismo pero de una forma demasiado distinta.
" ¿Cuánto va a durar esto? "
⟣ fin del primer capitulo.
moon and wolf.
¡Aqui finaliza el tercer capítulo!
Gracias por leer, acuérdense de
votar y comentar.
Agradezco su apoyo, me despido.
<3
Bienvenidos al primer capítulo,
espero que les guste esta
serie y me tengan paciencia.
Siempre agradezco sus votos
y también leo sus
comentarios, si les gusta o
quieren decir algo siéntanse
libres de hacerlo.
De nuevo, gracias por leer
y espero los mantenga
entretenidos.
♥︎
ORIGINAL by @thebabyuwu
NARUTO ; sabaku no gaara & oc.