CAPITULO 1.- DR.FRANKESTEIN
La clase de literatura estaba dando a su fin. Menos mal, no podía escuchar ni una sola palabra más acerca de las oraciones subordinadas o los autores del siglo XIX. Mis ojos se cerraban cada dos por tres debido a la fuerza que ejercía mis párpados y ojeras sobre ellos. Eva había tenido que darme varios toques y a punto había estado la profesora de pillarme dormida en verias ocasiones. En un momento en el que me quede dormida y despierta (ya sabéis esta sensación de quedarte como en trance), volví a trasportarme al sueño de aquella mañana... justo antes de que empezara a babear sobre mi libreta y a liarme con el estuche, el timbre que indicaba el final de la clase. Salvada por la campana.- pensé.
Recogí mis cosas y miré a Eva, tras la primera hora, seguí impecable... yo ahora mismo prefería no mirarme en un espejo. Estaba segura que un día de estos los de Monstruos S.A. me ofrecían un puesto de trabajo. –Deveríamos bajar ya al salón de actos-mencionó.
¿Qué? –dije un segundo absorta en mis pensamientos.-Esto...si tienes razón, no quiero que nos pille el toro organizando el atrezo.-le conteste cuando me enteré de lo que me había dicho.
Seguimos caminando por los pasillos del colegio hasta que llegamos a unas escaleras que descendíanhacia una puerta roja el doble de grande que la de un aula normal. Abrimos la puerta y entramos en el salon de actos. Nuestro instituto tenía el “teatro” más grande de toda la ciudad, estaba claro que en cuanto al salon de actos no había escatimado en gastos. Había un enorme escenario con cortinas de tela roja y el logo del instituto en el fondo, en los laterales y el techo del escenario, podía observarse el avanzado material de iluminación. La sala estaba repleta de butacas como si de un cine se tratase. Me quedé un segundo absorta contemplando el lugar... ¿Qué se sentiría al estar ahí subido? Fijo que tenía que ser una sensación única e inigualable, entre el terror y la diversión...un subidón de adrenalina muy épico. –Venga guapa espabila-me dijo Eva que había comenzado a caminar hacia el backstage.
Las entrañas del escenario eran bastante menos impresionantes. Constaba apenas de dos vestuarios para los artistas y un baño. Nos cruzamos con varios chicos y chicas que iban y venía...a pesar de que aún quedan dos horas para el inicio de la actuación, todo el mundo estaba de los nervios. Llegamos hasta donde estaba el profesor de tecnología e informática, el encargado de organizar el festival. Era un hombre calvo y gordito, con una cara muy peculiar y graciosa, aunque seguro que él no se había percatado de eso. Como siempre lucía unas gafas de culo de botella y una camisa a cuadros, por lo que tenía la típica pinta de un friki en los años de.... en los años de... cuando tus padres tenían 17 . –Hola chicas, llegáis justo a tiempo-dijo.-Necesito que echéis una mano con el cableado y la iluminación. Nada más dijo eso me quedé con cara de... WTF. Era lo que me faltaba. Yo, que era un puñetero desastre en tecnología, que no sabía ni hacer un puñetero agujero con un taladro y me ponen ha ayudar en iluminación y cableado. Eva por el contrario parecía encantada y sin darme tiempo a protestar, me agarró de la muñeca y nos alejamos del profesor que continuó con su trabajo decorando el escenario.
¿Por qué has hecho eso?-le pregunté frunciendo el ceño. Mientras nos dirigíamos a la mesa de iluminación situada en la entrada del teatro.
¿Y por qué no? ¿Qué más da si no sabes nada de tecnología? Lo importante es que pasaremos un rato juntas.-dijo. Yo la miré poco convencida. Necesitaba el dinero de verdad y si alguno de los colaboradores le decía al profesor que en vez de ayudar estube toda la hora hablando con Eva, pues... como que igual ya no me pagaban.
Te pometo que si no sabes hacer algo te ayudo.-dijo Eva guiñandome un ojo. Yo solté un bufido algo molesta, pero luego no pude evitar soltar una risa.
Cuando llegamos a la mesa de iluminación, un chico un poco fofito con gafas y braquets depelo rubio rizoso y ojos castaños algo apagados nos saludó.-Hola Nick-le saludé. Nick y yo ibamos juntos a clase desde primero de la E.S.O. . Él era un chico bastante inteligente y reservado, pero tras varios años juntos en clase había descubierto que cuando cogía confianza podía ser bastante gracioso. Le dediqué un sonrisa al igual que Eva, aunque la sonrisa de esta era algo más bien por obligación que por gusto.- Hey...-dijo ella.- ¿Necesitas ayuda con algo en especial?-dijo
Nick nos observó de arriba abajo elevando una ceja tras sus gafas.-Vosotras... ¿Tenéis alguna idea sobre iluminación?-preguntó. Yo le dediqué a Eva una mirada de auxílio.
–La verdad es que... no mucho...-murmuré.
-Lo suponía..-musitó él.
-Pff seguro que no es tan difícil-dijo Eva aventurandose sobre la mesa de iluminación la cual, estaba llena de un montón de botones y rueditas que parecían semejantes a las que podrías encontrar en una nave espacial. Eva comenzó a pulsar botones haciendose la entendida. En el escenario comenzaron a iluminarse focos e incluso se encendieron unas luces fosforitas en los laterales.
A Nick parecía que le iba a dar un ataque de pánico.-NO! No toques esos botones! Para!-dijo. Demasiado tarde. Eva tocó un botón de color amarillo muy extraño y de repente se escuchó un ruido raro, como una descarga eléctrica. Un par de llamitas comenzáron a salir de los cables bajo la mesa junto con un liger olor a quemado y luego todas las luces del escenario se apagaron de golpe. -¡Estarás contenta! Acabas de cargarte todo el cableado-gritó mientras se agachaba bajo la mesa. Una chispa salió cuando Nick apartó un par de cables. Eva y yo nos apartamos con un grito.
Nick suspiró.-Joder... necesito cables nuevos.-dijo.-Aria...creo que hay algunos cables viejos que pueden servir en el almacén al lado de los vestuarios, vete a por ellos, por favor-dijo desanimado. Le miré comprensiva.-Esta bien.-dije mientras comenzaba a caminar hacia el almacén y escuchaba el inicio de una pelea entre Eva y Nick.
El almacén estaba un poco oscuro, hacía tiempo que las luces parecían fundidas. Me adentré en la semi oscuridad de la habitación y comencé a buscar los cables que Nick necesitaba. De repente mis pies tropezaron con una especie de...de cosa...dios estaba tan oscuro que no veía nada más allá de la punta de mis narices. Me caí al suelo, como no. Más patosa y no nazco. Al caer mis manos se aferraron a la puerta de un armario que se abrió de par en par. Un montón de trastos (entre los cuales clabes) cayeron sobre mí. Yo dí un pequeño grito de frustración y traté de levantarme procurando no pisar y cargarme los pocos cables que había conseguido “encontrar”. Pensé en recoger todo ese estropicio pero lo único que hice fue darle una patada a un ¿brazo de maniquí? ... vaya si que había cosas raras en ese sitio... . Salí del almacén a trompicones y para mi sorpresa lo logré sin volver a tropezar.
Cuando volví a salir al pasillo noté como la leve luz del exterior me cegaba levemente. Avancé un par de pasos viendo borroso y de repente alguien se chocó conmigo haciendome tirar todos los .... dichosos cables... .-¿¡Estas ciego o qué!?-dije cabreada mientras elevaba la mirada para ver quien era el cretino que caminaba de frente sin fijarse en las personas a las que embestía por el camino. Al darme cuenta de quien era tragué fuerte. Sean, lo que me faltaba por hoy... .-¿Qué yo estoy ciego? Apartate de mi camino.-dijo, parecía bastante enfadado y molesto... aunque no creía que fuera solo por culpa de haberme chocado con él...quiero decir por haberse metido por el medio y hacerme tirar todos los cables. Le observé un segundo y luego fruncí el ceño malhumorada-¡Oh! Usted perdone MI REINA! –dije mientras me apartaba y le hacía una reverencia finjida. Él se limitó a ignorarme, tenía otra persona en mente en esos instantes. Vi como Sean se acercaba hacia su padre, el cual hablaba con el profesor de tecnología.-¿Quién te ha dado permiso para organizarme una actuación en el instituto?-dijo Sean enfurecido.
-No necesito tu permiso...por algo soy tu representante-le respondió su padre tajante y muy sereno. El padre de Sean parecía lo opuesto a él. Había escuchado miles de historias acerca de como había creado su fortuna...desde que había montado una empresa de chocolatinas al estilo Willy Wonka o que tenía negocios con la mafia..., dudaba que ninguna de ellas fuera cierta. Él era un hombre de mediana edad moreno y algo canoso, era casi tan alto como su hijo y sin duda ambos compartían la expresión ceñuda.
Sean miró a su padre y luego al profesor (que observaba la escena algo cortado).-Hablaremos de esto más tarde.-dijo Sean al advertir que no era el mejor momento para discutir el tema estando un profesor delante. Había logrado recoger todos los cables del suelo justo cuando Sean pasó a mi lado de nuevo y volvió a llevarme por delante golpeandome en el hombro haciendo que se me volvieran a caer los cables-Será capullo.-murmuré mientras le miraba furiosa.
Aproximadamente cinco minutos después regresé a la mesa de iluminación donde Nick y Eva parecían haber llegado a una tregua.-¿Por qué has tardado tanto? ¿Sabes la hora que es? –dijo Nick. Yo le miré con cara de pocos amigos.-Ni lo menciones.-le respondí mientras le entrgaba los cables. Nick me miró extrañado pero no preguntó y se dispuso a arreglar el estropicio que había montado Eva antes.
-¿Qué te ha pasado?-me preguntó Eva observando mi expresión.
El capullo de McConnery me ha pasado-musité. Eva entornó a los ojos.
-¿McConnery?-dijo Eva sin comprender.
Yo le relaté todo lo que había sucedido. Como siempre, Eva escuchó mi historia y a pesar de que cuando le conté lo de mi accidente en el almacen se destalló viva de mí y yo quise matarla, cuando acabé el relato ella consiguió hacer que se me pasara el enfado.
-¿Asi que Sean va ha actuar en el festival?.-preguntó Eva.-En el fondo lo entiendo...si soy una estrella internacional... sinceramente no me gustaría rebajarme a cantar una cancion en un festival de instituto. –dijo Eva.
Tienes razón... supongo...aunque creo que algo de humildad no le vendría mal.-mencioné.
De repente se oyó un ruido eléctrico y las luces del escenario chisporrotearon, se encendieron y se apagaron. –¡Lo conseguí!-gritó Nick apareciendo bajo la mesa de iluminación con la cara algo manchada de una especie de polvo negro, los pelos de punta y una cara de pirado que asustaría al mismísimo Dr. Frankestein. Eva y yo soltamos una carcajada.
Humildad no se...pero a este si que no le vendría mal un psicólogo-dijo Eva partiendose de risa. Nick puso mala cara pero él también acabó riendose.