¿Qué demonios estaba pasando? Craig estaba desapareciendo. Sí, lo estaba viendo con mis propios ojos, pero aún así resultaba tan difícil de creer. Supongo que Andrew tendría la misma expresión de desconcierto que yo. Craig nos miró.
-No sé lo que me está pasando...
Andrew y yo seguimos igual que antes, no soltamos ni una sola palabra. No podía dejar de mirar a Craig.
-Decid algo -volvió a dhablar Craig, ahora con algo de desesperación en la voz.
Desperté del estado de shock momentáneo en el que me había sumergido al ver a Craig, y dije:
-Estás... desapareciendo.
Craig enarcó una ceja y puso los ojos en blanco.
-¿En serio? No me había dado cuenta. -dijo sarcásticamente.
Me sacudí la cabeza. Sí, tal vez había sido muy estúpido por mi parte resaltar lo obvio. Dirigí mi mirada hacia Andrew, el cuál seguía igual que antes. Pasé mi mano libre por delante de su cara, pero no funcionó, así que decidí darle un pequeño empujón, eso pareció hacerle reaccionar al fin. Parpadeó un par de veces, me miró, y luego volvió a mirar a Craig. Abrió la boca para decir algo.
-¿Qué... ?
-¡No lo sé! -lo interrumpió Craig, que ahora parecía bastante nervioso y no paraba de ir de un lado a otro por la habitación. -No entiendo que es lo que me está pasando. Andrew, ¡tienes que ayudarme! -dijo eso último apareciendo de repente delante de nosotros y yo solté un gritito.
Craig se volvió a alejar de nosotros, yo lo miré un momento y luego mi mirada empezó a divagar por toda la habitación, hasta que me encontré con el rostro de Nate. Su mirada expresaba desconcierto, preocupación e interés. Pasaba su mirada entre Andrew y yo.
-¡Tú! Ponte el hielo en la cara -le reprendí.
Me miró desconcertado, y luego volvió a dirigir su mirada hacia Andrew, ignorando lo que le había dicho. De acuerdo, si quería que se le volviera a hinchar la cara, allá él.
-Vale -dijo Andrew, y yo volví a prestarle atención. -En primer lugar, para de ir de un lado a otro, me estoy mareando. -le ordenó a Craig, y éste le obedeció. -En segundo lugar, me vas a explicar como... ha sucedido eso.
Yo miraba atentamente a Craig, él soltó un largo suspiro y se sentó en el suelo. Se llevó las manos a la cabeza, y agachó la cabeza, como si estuviera pensando.
-Bueno, yo... últimamente me he sentido muy extraño, como... débil. -empezó a explicarnos Craig. -No quería que me vieras así -levantó la cabeza y dirigió su mirada hacia Andrew.
Andrew lo observaba tan atentamente como yo.
-Que te marcharas con cualquier excusa cada vez que estábamos en la misma habitación, sólo aumentaba mis sospechas de que te pasaba algo. -Andrew le lanzó una mirada de reproche a Craig.
Craig asintió. Aunque Andrew siempre dijera que Craig lo irritaba y cosas por el estilo, yo sabía que lo quería y se preocupaba por él, eran amigos. Una amistad un tanto rara, pero eran amigos al fin y al cabo.
-Tienes razón -afirmó Craig. -Tendría que habértelo dicho antes, pero ya sabes como soy. -Andrew asintió dándole la razón. -Creo... que ha llegado la hora de que me marche.
¿Marcharse? Pero si hacía sólo unos minutos que estaba aquí, yo quería seguir hablando con él, sobre por qué estaba desapareciendo... "Ha llegado la hora de que me marche" Craig no se estaba refiriendo a marcharse momentáneamente, se refería a marcharse... ¿para siempre? Miré a Andrew, y por su expresión, deduje que había llegado a la misma conclusión que yo.
-¿Marcharte? ¿De qué estás hablando? -preguntó Andrew desconcertado.
Craig se levantó del suelo, y miró a Andrew tristemente.
-Ya no me necesitas, Andrew. -me miró a mí y luego a Nate. -Ahora los tienes a ellos.
Craig se estaba despidiendo de Andrew.
-Craig... -empezó Andrew.
-No -lo interrumpió. -Ya no tengo nada que hacer aquí, ahora lo entiendo. -Explicó. -Cuando morí, y volví a esta Academia, pensé que no tenía nada que hacer aquí, no sabía la razón de por qué estaba aquí. Entonces te vi a ti, en tu primer día en esta Academia, un tío con capucha al que la gente miraba raro. -sonrió al recordar aquello. -Y entonces descubrí que podías verme cuando nadie más podía hacerlo. No tenías amigos, estabas solo, como yo. Pensé que si me quedaba contigo, podríamos hacernos compañía mutuamente, y asñi ya no estaríamos solos.
Andrew permaneció callado. Y yo sentía que iba a echarme a llorar de un momento a otro. Craig se marchaba, y no volvería a saber nada de él.
-Ahora ya no estás solo, los tienes a ellos, son tus amigos. -prosiguió Craig mientras miraba a Andrew. -Sólo quiero que sepas, que eres el mejor amigo que nunca tuve. Por eso... me alegro de haber muerto, porque se que si no hubiera muerto, jamás te hubiera conocido. Nunca te olvidaré, y espero que tu tampoco te olvides de mí.
No pude evitarlo más, y sentí como una lágrima resbalaba por mi mejilla. Me apresuré a limpiarla con la manga de mi jersey. Ahora Craig me miraba a mí.
-Y tú tampoco te olvides nunca de mí, sigues siendo mi chica. -Sonrió. Asentí y también sonreí al oírle decir aquello. Estaba desapareciendo. -CuÍdate mucho, Alyson. Hay... personas que quieren algo de ti, y no descansarán hasta conseguirlo.
Me miraba seriamente, luego me dedicó una última sonrisa, y lo vi desaparecer de mi vista. Le solté la mano a Andrew. Craig se había ido.
Andrew tenía el rostro inexpresivo, no sabía que era lo que pasaba por su cabeza en este momento, pero si sabía lo que pasaba por la mía. No entendía lo que había querido decirme Craig, y por desgracia ya no podría preguntárselo, ¿por qué no me lo había dicho antes? Personas que querían algo de mí... ¿Qué personas? ¿Por qué querrían algo de mí? La preguntas no hacíaN más que acumularse en mi cabeza.
-No sé si os acordáis, pero os recuerdo que yo no puedo ver fantasmas. ¿Qué es lo que ha pasado? -preguntó Nate.
Casi me había olvidado de él, nos miraba incrédulo. Como vi que Andrew no iba a decir nada, decidí contárselo yo.
-Craig se ha... ido.
De alguna forma Nate pareció entender a lo que me refería, porque cambió la expresión de su rostro, y luego miró a Andrew, que seguía igual de inexpresivo que antes. Me separé de él, y me puse al lado de Nate, los dos esperábamos a ver la reacción de Andrew. Después de unos segundos, Andrew sonrió, mas no era una sonrisa que mostrara felicidad alguna.
-Supongo... que ahora podré dormir tranquilamente por las noches.
Yo lo miré tristemente.
-Creo... -se pasó una mano por el pelo. -Que será mejor que me marche, tengo que hacer los deberes de Historia. Nos vemos luego.
Se despidió de nosotros, para luego dirigirse a la puerta de mi habitación, y marcharse. Nate y yo nos quedamos en silencio. Segundos más tarde decidí que no iba a dejar a Andrew solo en estos momentos. Me disponía a ir en su busca, pero Nate me cogió del brazo para detenerme. Me giré para mirarlo, y él negó con la cabeza.
-Necesita estar solo. -me dijo él.
-Nate, no lo voy a dejar...
-Si se ha ido, es porque quiere estar solo -me interrumpió. -Déjale que se desahogue. Se le pasará, créeme.
Al final acabé cediendo. Él me soltó el brazo, y yo me dirigí a mi cama para sentarme. Estaba triste, echaría muchísimo de menos a Craig. Se que no hacía mucho que lo conocía, pero aún así, lo quería, y no creo que fuera a olvidarme nunca de él.
-Será mejor que yo también me vaya. -dijo Nate.
Yo lo miré y me levanté de la cama para dirigirme hacia él.
-No, espera, yo...
Tropecé con una zapatilla, y me hubiera caído, si no fuera porque Nate me cogió justo a tiempo. Ahora mismo me estaba rodeando con sus brazos. Levanté la cabeza y me encontré con sus mirada, con sus ojos, sus ojos tan azules como el cielo. Me había quedado hechizada.
-Eh... -balbuceó él poniéndose un poco rojo,
Sentí como el rubor subía por mis mejillas a la velocidad de la luz. Apostaría lo que fuera a que yo estaba más roja que él. Me soltó, y yo me aparté rápidamente de él.
-Sí, será mejor que te marches. -dije yo sin poder mirarle a la cara.
Me digné a mirarle, y vi que me estaba observando. Yo me puse más roja aún, si es que eso era posible. Él sólo asintió.
-Sí, será lo mejor. -coincidió él. -Nos vemos.
-Claro. -fue lo único que conseguí decir.
Dio media vuelta para dirigirse a la puerta, y cuando la puerta se cerró detrás de él, solté un largo suspiro y me tumbé en mi cama. Me llevé las manos a la cara. ¿Qué me estaba pasando con Nate?
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