Terminó por acomodar frente al espejo sus oscuros cabellos y miró su atuendo. Nuevamente se hallaba lista tan temprano; algo a lo que debía acostumbrarse puesto que así sería su rutina de ahora en más.
Antes de abandonar la habitación que ella ocupaba en esa casa, le dio un breve vistazo a la pantalla de su celular, esperanzada por encontrar alguna notificación referida a su amigo. Jungkook.
No lo había visto o siquiera hablado desde la mañana anterior, luego de que saliera disparado del local donde ella trabajaba. Intentó llamarlo unas horas después de lo ocurrido pero no hubo respuesta alguna por parte de él. Obviamente intentó contactarse también con mensajes pero tampoco. Pensó que quizá se hallaba ocupado en otras cosas o pasando un mal rato, porque le oyó decir que conocía a aquel hombre asesinado en la estación policial.
Quería no preocuparse mucho pero el que no le haya respondido mínimo un mensaje se le había hecho muy raro, ya que Jungkook siempre contestaba en el instante por más que estuviera trabajando.
Lanzó un suspiro intentando aflojar un poco sus hombros. Le era inevitable ponerse así; estaba en su naturaleza.
Caminaba por los pasillos cuando se detuvo poco a poco al empezar a oir una voz femenina. Le llamó mucho la atención ya que aquella tonada con la que se le escuchaba hablar era como si estuviese muy enojada. Y al percibir esa manera de hablar chillona dedujo enseguida de quién se trataba. Era Im Jihee. Estaba hablando por teléfono en su respectiva habitación.
Recordó bien que sólo hacía algunos momentos se había despedido de Hoseok, quien desde que esa mujer llegó a quedarse en la casa Jung, acostumbraba a escabullirse él sólo para que Jihee no le pidiese que la llevara con él. Por lo que sabía que aquella mujer ya debía estar en el trabajo para esas horas. Entonces lo que le extrañó fue el porqué aún se hallaba ahí y porqué parecía estar tan enojada con la persona que hablaba en la otra línea.
—Jung Hoseok me evita de cualquier manera ¡Tu plan es inútil, mamá!— bramó Jihee.
Blue reconocía ser bastante curiosa, y aunque normalmente elegía no entrometerse mucho en asuntos ajenos, esa última frase logró captar mucho más su atención. ¿Qué era lo que esa mujer decía sobre Hoseok?
—Esto no funcionará mamá. Me dijiste que si me acercaba a él y lograba convencerlo de que se case conmigo, saldríamos de la quiebra.— La más joven abrió mucho lo ojos, no sabía qué pensar. —¿Pero sabes qué? Alguien ya se me adelantó. Es esa zorra de la que te hablé. Él se pasa todo el día detrás de ella y huye cuando yo intento seducirlo.— El entrecejo de la peli negra se arrugó un poco al oír como fue descrita.
Tal vez para alguien más serían más que obvias las intenciones de Im Jihee, pero para Blue, quien poseía una mente tan inocente y pura, era muy sorprendente. ¿Cómo esa mujer tenía el descaro de hablar así de alguien? ¿Era capaz de usar a una persona para quedarse con su dinero? No podía dejar de llenarse la cabeza de preguntas mientra la seguía escuchando.
Quería seguir oyendo aquello, pero para su mala suerte y como si alguien la castigase por husmear así, su teléfono comenzó a sonar en tono de llamada; era Jungkook.
Le aliviaba el hecho de que éste por fin le contestase pero justamente en esa situación no le era tan conveniente. Al notar que Jihee paró de hablar, probablemente porque se dio cuenta de su presencia, Blue salió disparada hacia las escaleras mientras contestaba.
Por su parte, Jihee, quien en efecto se había percatado de un sonido sospechoso detrás de su puerta, salió a comprobar. Y sólo alcanzó a oír unos pasos apurados bajando los escalones.
Lanzó un chillido de impotencia, al parecer había sido descubierta.
~
Entrar a la oficina, trabajar y luego irse.
Esa era la rutina que conocían de Jung Hoseok, el vicepresidente y futuro heredero de la compañía de su progenitor. El muchacho era más que conocido allí por ser el casi jefe; también por aquellos rumores que abundaban entre el personal de ahí.
Si era tan conocido, ¿cómo es que entonces todos miraban con evidente asombro al joven Jung?
Hoseok, elevó una mano para saludar a aquellos empleados de la empresa que le incaban con la mirada. Desde los que caminaban con montones de papeles por los pasillos y hasta a aquellas miradas que se asomaban por las persianas de las oficinas.
Vamos, sólo estaba haciéndose un café, ¿por qué le observaban tanto?
—Ahora noto porqué todas esas miradas. Creí que alguien se desmayó o algo.— se dio la vuelta y vio a Namjoon con una sonrisa en el rostro.
—¿Por qué lo dices?— preguntó irritado mientras le daba un sorbo al amargo líquido.
El mayor inspeccionó un poco a su alrededor para luego hablar.
—Bueno, verás, es complicado.— trató de encontrar las palabras correctas, mientras se servía un poco de aquella bebida. —Como tú hace bastante nunca sales de tu oficina a menos que sea por cosas importantes... es normal que reaccionen así.— intentó sonar relajado.
—Por supuesto, es como "oh, miren, el bicho depresivo ha salido a la intemperie".— rodó los ojos hastiado.
Namjoon se dio una paliza interna, ¿tan mal le explicó aquello a Hoseok para que entendiera eso?
—Vamos, no es así.— lo tomó de un hombro cuando intentó irse. —Creo que es porque te ves mejor.
El menor le miró incrédulo.
—¿A qué te refieres?
Namjoon rascó su cabeza, nervioso.
—Bueno, es que últimamente te encuentras más activo, sonríes más y casi nunca estás en tu casa.
—¿Tú cómo sabes que no estoy mucho en mi casa? ¿Jiwoo te lo ha estado diciendo de nuevo?
Era obvio que era eso, sabía que Jiwoo lo tenía al tanto de todo. Además al parecer ambos pasaban más tiempo juntos ahora, ya que su hermana últimamente no dormía en la casa de ambos. Después de todo ellos estaban a nada de convertirse en marido y mujer.
—Lo siento, amigo, estaba preocupado y le pregunté.— se veía bastante avergonzado pero Hoseok sólo aflojó su rostro y tocó su hombro con suavidad.
—Está bien. Gracias por preocuparte.— él adoptó una posición seria antes de proseguir. —¿Ya consiguieron una casa para ambos?
La sonrisa de Namjoon apareció instantáneamente luego de oír aquella pregunta.
—Claro que sí, ya nos decidimos por un hermoso lugar.— su felicidad deslumbró pero paulatinamente se tornó preocupado. —Pero está no muy lejos de tu casa, te lo aseguro. No pensamos distanciarnos de ti.
El menor de los Jung al oír aquello sintió como esa culpa le invadía otra vez. Por él su hermana y su cuñado debían pasar el mejor momento de su vida con una carga. Todo porque temían que él intentara hacerse daño o suicidarse si se quedaba sólo.
Aunque... en el fondo sabía que sería así, por más que no quisiera aceptarlo. Ya que pensaba que ese era su destino; quedándose sólo, triste y finalmente perdiéndose a sí mismo...
¿Era lo que merecía después de todo no?
Por ser tan inútil e incapaz...
—No se preocupen por mí. Hagan su vida y sean felices. Yo estoy mejorando.— le dio una última mirada al anonadado hombre. —Te lo aseguro.
—Espera.— detuvo su andar sin voltearse dándole a entender que le estaba oyendo. —¿Irás a mi fiesta de despedida?
—Claro.— dio un media sonrisa.
—¡Es mañana en la noche!— avisó antes de perderlo de vista.
~
La hora de la mañana se iba bastante rápido. Pero para Blue no era tanto así. Estaba más que tensa con lo que oyó más temprano de Jihee, se preguntaba aún qué planes tenía esa mujer contra Hoseok.
Aunque sacando de lado aquello, estaba un poco mejor ahora que recibió respuesta de su amigo el oficial. Él le había contado que se encontraba bien y que pronto pasaría a verla para hablar.
Pensándolo bien, también estaba ansiosa por lo que Jungkook iba a decirle. ¿Qué ocurrió con el hombre asesinado en la estación policial?
De todas formas, sólo quería que su amigo se encontrara mejor.
Hizo las últimas cosas que tenía pendiente y salió de su trabajo. Caminó dispuesta a regresar a la casa Jung pero entonces un bocinazo llamó su atención.
Un auto de patrullaje a unos metros de ella. Vio como Jungkook asomaba su rostro por la ventana y le hacía unas señas. Una sonrisa enorme salió de Blue, quien apuradamente se acercó e ingresó al vehículo.
—¡Estaba preocupada, me alegra mucho verte!— con la misma emoción se abalanzó hacia el chico, apretándolo en un fuerte abrazo, éste se sorprendió pero intentó disimularlo con una suave risa.
—Lo siento. Prometo que lo compensaré.— rió nervioso, así mismo intentando pasar desapercibido el color rojo en sus orejas.
La menor volvió a su lugar intentando permanecer contenta por el regreso de su amigo pero sin más no pudo dejar de preocuparse al notar la extraña aura que desprendía éste desde que le vio. Al parecer algo seguía mal con Jungkook.
—¿Estás bien Kookie?— preguntó con suavidad ella.
Sabía que debía estar pasando por un mal momento, después de todo entendía que su compañero de trabajo había fallecido recientemente. Y aunque no quisiera presionarlo tanto, eso sólo salió inconscientemente de ella.
El joven oficial dirigió su mirada hacía ella, su mandíbula estaba tensa.
—La verdad... no.— confesó con la mirada abajo. —Mi mente se encuentra bastante inquieta...
Blue enseguida se acomodó, intrigada por lo que iba a contar.
—Verás... cuando me fui ayer fui directo hacia la vieja estación donde trabajaba, a las afueras de Seúl. Fui a ver la escena con mis propios ojos.— apretó los labios con rabia al recordar aquello. —Mis colegas me contaron que lo encontraron allí, en su escritorio; remachado con dos clavos en la madera y uno enterrado en su frente. Según indicios fue torturado antes del ultimo clavo.
—Qué horror...— susurró ella llevándose una mano a la boca.
—Revisaron todo allí. Ninguna huella, objeto o siquiera grabación para dar con el asesino.
Las cámaras fueron saboteadas momentos antes de aquello.— suspiró para calmar su enojo. —Todo es tan extraño... ¿Cómo podría alguien asesinar tan brutalmente a alguien y no dejar ninguna prueba?— los ojos de Jungkook escocieron y comenzó a frotarse.
La menor preocupada, intentó consolarlo, tomándolo de la mano.
—Pero sabes... eso no es lo peor y más extraño.— habló ya calmado. —Cuando revisaban la escena, notaron que una cajuela del archivador estaba abierta y decidieron inspeccionarlo. Según los agentes, entre tantos, había un sólo archivo faltante.— apretó la mano de Blue. —Era el archivo con mi información personal y mi ubicación.
Al oírlo, la sangre de Blue se heló. ¿Por qué alguien estaría detrás de Jungkook? Quería creer que había sido sólo un error de investigación.
—N-no puede ser...— soltó ella en una hilada de voz.
—Ésta persona, se a quien sea es notablemente alguien muy peligroso.— encendió el motor del auto y comenzó a marchar. —Eso quiere decir que posiblemente ahora yo estoy en peligro. Pero no es eso lo que me preocupa tanto.— miró de reojo a Blue. —Podría ser que las personas que me rodean y mis seres queridos también estén en peligro ahora.
Blue más allá de su preocupación, notó que no iban por el camino hacia donde ella residía.
—¿Hacia dónde vamos?
—Te presentaré a alguien.