La temporada navideña había emocionado de más a Mark, ya tenemos lista la parte interior de la casa y con muchos grados bajo cero estamos decorando la parte exterior. El frio calaba cada centímetro de mi cuerpo. Maldecía el hecho de que Baltimore, sea tan frio. Un gran pedazo de nieve callo sobre mi cabeza.
Me quede estática en mi lugar, lentamente cerré mis ojos respirando el frio aire. Mark estallo de la risa arriba de las escaleras- Mark!- dije entre dientes.
- Tienes frio, amor?- pregunto con sarcasmo. No conteste y empuje la escalera, haciendolo caer en la nieve y termino enterrado en ella.
Levanto sus manos y fue emergiendo de la misma.
- Acaso quieres matarme?- pregunto horrorizado.
- sabes que ni así podre librarme de ti- reí.
- Tienes razón, cariño- se acerca a mi y me empuja haciéndome caer en un charco de con agua helada.
- Andrews!!- grite y empezó a correr- mas te vale que desaparezcas de esta bendita tierra!!- amenace aun gritando.
Rápidamente me puse de pie y corrí tras el, Mark, me esperaba en la entrada de la casa. Al verme nuevamente empezó a correr. Demonios, si que es rápido. Con la mirada busque un objeto y lo mas viable para lanzar era un balón, lo tome con ambas mano y lo lance en su dirección impactando su espalda baja.
- Tora!!- se queja en el suelo.
- ¿Qué?- pregunte tomando el balón.
- Tora!- volvió a llamarme- ¿acaso quieres matarme?- pregunta y empieza a reír.
- Si- dije riendo y el dejo de reír- pero a besos- ambos empezamos a reír.
Al final del día todo siguió tranquilo y lo mejor, es que por fin terminamos de arreglar la decoración de la casa.