Este lugar es desconocido por todos ellos. Observan cada parte y no hay señales de vida. Siente escalofríos, algunos tiemblan de frío. Echo sujeta su cuchillo con fuerza.
—¡Glass! ¡Octavia! ¡Madi! — grita Clarke, esperando escuchar sus voces.
—Estamos en el planeta equivocado. No creo que ellos escojan este lugar. — afirma Murphy.
—Murphy tiene un buen punto. — dice Bellamy mirando a Clarke. — Llevaron a nuestras hermanas a otro sitio.
—Debemos buscar una piedra de la anomalía para irnos de aquí. — dice Echo buscando por todas partes.
—Esa cueva, podría estar la anomalía ahí. — dice Gabriel señalando con su dedo.
—Ahí hay otra cueva. — dice Murphy.
—Una de las dos debe ser. — afirma Bellamy con las manos en su cintura.
—Haremos dos grupos. Yo iré con Bellamy, ustedes tres vayan a la otra cueva y si encuentran la piedra pegan un grito. — ordena Clarke.
—De acuerdo. Vamos. — dice Gabriel, luego tiembla de frío.
Empiezan a bajar de la montaña, llegan hasta el suelo y van por caminos separados. Pero algo ve Clarke que llama a los demás. Todos se acercan curiosos y observan algo enterrado bajo la nieve. Clarke se agacha y lo observa curiosa, Echo lo ve como forma de una persona.
—¿Es una persona? — pregunta Murphy.
—Eso lo veremos ahora. — responde Clarke. Agarra su linterna y lo empieza a desenterrar. Y tiene algo pegado a su rostro, lo quita y es un humano.
Todos se quedan sorprendidos. Bellamy desentierra la parte de su cuerpo y ve que tiene disparos en su cuerpo. Fue asesinado y enviado a este planeta.
—¿Fueron los de Bardo? — pregunta Echo.
—Si es así, debemos apresurarnos. No sabemos que les estarán haciendo a ellas en este momento. — dice Murphy apurado.
—Si. Es hora. — dice Bellamy, pero luego observa y más allá hay mucho más cuerpos enterrados por la nieve. Los demás se dan cuenta y se quedan sin palabras.
—Esto no me dá buena espina. Este momento Octavia podría estar........ ¡Carajo! — grita Murphy desesperado.
—¡Tranquilizate, Murphy! Estuve en el grupo de Emilio y ellos no.... — dice Bellamy, pero Murphy le interrumpe.
—¡Mataron a tu amigo! ¡Torturaron a uno de nuestro grupo por sacarle información de su memoria hasta matarlo, estando tú presente! — afirma Murphy furioso. — Debemos irnos, ya.
Gabriel, Echo y Murphy van hacia la otra cueva, evadiendo los cuerpos enterrados. Clarke observa a Bellamy estar triste, culpable por eso. Se acerca a él y agarra su mano. Él de inmediato le mira a sus ojos.
—No te culpes. Fuiste manipulado. Buscabas una respuesta para saber quién eras verdaderamente. Ahora lo sabes. — afirma Clarke. Con su otra mano lo pone en su rostro con cariño.
—Gracias. Tú me salvaste. — dice Bellamy sonriendo, luego la besa en los labios.
—Vamos por nuestras hermanas. — dice Clarke llendo a la cueva con Bellamy.
Al entrar todo es oscuro, con sus linternas revisan cada parte y cada pared de la cueva hay manchas de sangre. Los dos siguen revisando y van más al fondo.
Murphy, Echo y Gabriel también revisan en su cueva, encuentran lo mismo..... Sangre. Ven cadáveres en esquinas.
—Esto no está bien. Hay algo aquí. — afirma Gabriel.
—No hay vuelta atrás. Debemos salir de este cementerio. — responde Echo. Luego mira hacia Murphy. — Oye, eso que dijiste creo que no fue necesario.
—Ya. Lo sé. Estaba furioso en ese momento. Yo no soy así, pero no sé qué me pasó. Creo que tener la idea que Octavia podría morir me enloqueció. — cuenta Murphy apenado.
—Si. Todos hemos cometido errores en el pasado. Todos. Yo creía en la trascendencia cien por ciento, pero ahora no sé si creer. — cuenta Echo.
De pronto, Gabriel escucha ruidos. Al fondo de la cueva se escuchan varios ruidos a la vez, Echo y Murphy también logran escucharlo. Se quedan quietos y alumbran a la misma dirección. Ese sonido está más cerca. Los tres se acercan más y llegan al final de la cueva y no hay nada.
—¿Qué era ese sonido? — pregunta Echo confusa.
Escuchan ruidos arriba y ven a criaturas pequeñas que van directos hacia ellos de forma agresiva y los ataca. Echo con su espada los mata, Gabriel y Murphy con sus armas disparan.
Clarke y Bellamy logran escuchar los disparos. Se detienen de inmediato.
—Están en problemas. Hay que ir por ellos. — dice Clarke.
Los de inmediato avanzan, pero el piso se empieza a mover y de pronto Bellamy se gira para mirar a Clarke, pero aparece una pared que antes no estaba. Golpea a la pared y grita.
—¡Clarke! ¡Clarke! — grita Bellamy.
Clarke se gira y ve la pared. Se acerca preocupada al no ver a Bellamy. Logra escuchar su voz.
—¡¿Bellamy?! — dice Clarke esperando escuchar su voz.
—Esto no estaba aquí hace unos momentos, que sucede. — dice Bellamy golpeando la pared.
Murphy sigue disparando, pero luego retrocede y un momento a otro ahora dispara a la pared. Se gira y ve a Bellamy. Se queda sorprendido al verlo. Ellos estaban en diferentes cuevas.
—¿Bellamy? — pregunta Murphy confuso.
—¿Qué diablos pasó? — pregunta Bellamy.
—Habían seres pequeños que nos esperaron atacar. Perdí de vista a Echo y Gabriel. — responde Murphy, luego se da cuenta que Clarke no está. — ¿Dónde está Clarke?
—Me pasó lo mismo que a ti. — responde Bellamy.
Clarke se gira y hay otra entrada. Sujeta su linterna y se acerca. Camina más y encuentra en esa entrada la piedra de la anomalía. Sonríe al verlo, siente ruido atrás y apunta con su pistola, pero son Echo y Gabriel. Baja su arma y se acerca a ellos.
—¿Qué sucedió? ¿Dónde está Murphy? — pregunta Clarke.
—Lo perdimos. Habían unas criaturas que nos atacaron, nos defendimos y un momento a otro estamos acá. — responde Gabriel.
—¿Y Bellamy? — pregunta Echo preocupada.
—También me pasó lo mismo. Pero encontré la piedra. — responde Clarke.
—Debemos esperar. — dice Echo.
Bellamy y Murphy caminan de un lado a otro. Buscando una solución para irse de ahí y encontrar a los demás.
—Oye, Bellamy. Lo siento por lo que te dije. No sé qué me pasó. Perdón. — pide Murphy.
—Descuida, Murphy. Te comprendo. Yo también estoy desesperado por encontrarlas. — afirma Bellamy.
Murphy se acerca a Bellamy y se abrazan. Él se acerca a su oído y le dice:
—La vamos a encontrar, a todas. Lo lograremos. — afirma Bellamy.
De pronto, los dos aparecen junto con Clarke y demás. Al verlos se acercan y se alegran de verlos.
—Por fin. Encontré la piedra, debemos irnos. — dice Clarke.
—Yo activare. Tengo el libro de los signos. — afirma Gabriel.
Gabriel se acerca a la piedra. Los ruidos se vuelven a escuchar. Esas criaturas aparecen y Clarke, Bellamy, Echo y Murphy empiezan a dispararlos. Las ropas de ellos se manchan.
—¡Gabriel, date prisa! — grita Bellamy.
Gabriel sigue tocando los signos. Uno logra hacerle un rasguño a Echo en su brazo y ella grita de dolor. Bellamy mata a dos, Gabriel logra activar y la anomalía aparece.
—¡Entren ahora! — grita Clarke.
Bellamy ayuda a levantar a Echo y junto a Gabriel entran a la anomalía, Clarke y Murphy retroceden y siguen disparando hasta lograr entrar a la anomalía y desaparecer junto a ella.
La anomalía aparece y los cinco salen de ahí. Ahora están en una sala de Bardo. Clarke y Bellamy sacan sus armas y apuntan a tres discípulos que están parados.
—Clarke Griffin y Bellamy Blake. Los estábamos esperando. — dice el discípulo Anders con una sonrisa.
Las puertas se abren y el pastor aparece junto con Glass, Madi del futuro y Octavia. Murphy quiere ir hacia ella, pero los discípulos le apuntan con arma. Las miradas de las tres es seriedad, llevan uniforme de lucha. Jasper y Maya también aparecen con una sonrisa.
—Bienvenidos. Llegaron en el momento preciso. ¿Verdad, chicas? — pregunta el Pastor.
—Si mi Pastor. — responden las tres.
Clarke, Bellamy y demás se quedan desconcertados. ¿Qué han hecho con ellas?
—Nuestra lucha no es por lastimar a alguien, al contrario. Nosotros lo hacemos por toda la humanidad. — afirma el Pastor, luego repiten Glass, Madi del futuro y Octavia.
Todo esto está mal.