JULLS.
De vuelta a la vida, jamás pensé que eso pasaría.
Y que el que me traería devuelta, sería Liam Dunbar. El único chico de Beacon Hills que me gustó.
Y ahora que lo volvía a ver, estaba mucho más atractivo que antes. Su cabello estaba más largo, con un par de mechones sobresalientes que le creaban un pequeño fleco desordenado. Sus facciones eran más duras al igual que su mandíbula, la cual se marcaba mucho más. Sus ojos celestes seguían igual de brillantes como desde la última vez que lo vi, y cabe aclarar que ahora, tenía más músculos que antes.
¿Cuanto tiempo pasé allí abajo?
Ahora nos encontrábamos en casa de Scott, sinceramente no tenía muchas ganas verlo, finalmente él fue el que mandó allá abajo después de haberlo ayudado, aunque según ellos, fue un error.
También saber que los jinetes fantasmas se llevaron a Stiles me dolió mucho. Cuando me fui de su lado, dejando a Theo, él me ayudó mucho, de hecho viví un tiempo en su casa junto al Sheriff y él. Me pregunto si aún tendrán mis cosas.
Mientras miraba por una de las ventanas traseras de la cocina, Mason y Liam estaban en la mesa, haciendo, para variar, preguntas.
—¿Como traemos a Stiles y a los demás de vuelta?
—No pueden, –respondí en un suspiro cansado, —La casería salvaje viene y se va, así funciona esto.
—Pero siguen aquí, y siguen llevándose gente, –me giré hacia ellos con el ceño fruncido.
—Eso no es posible, –Liam alzó ambas cejas, —Son la cacería salvaje, no se quedarían aquí, a menos que...
—¿A menos que?
—Que los atrapen.
—Debes ayudarnos, –pidió Liam acercándose a mi.
—Liam no se que hacer, –respondí entre cerrando los ojos.
—Recuerdas a Stiles, así que sabes más de nosotros.
—¿Pero eso en que los va ayudar?
Mason se encogió de hombros, —De algo puede servir
—¿Se dan cuenta a quien trajeron verdad?, –ambos frunciero el ceño, —Me trajeron a mi, la inútil que no sabe controlar sus poderes, y no sirve para nada, si querían alguien útil, debieron traer a Theo.
—No estamos locos, –le di la razón, traer a Theo de vuelta sería hecho de alguien loco.
—No sabemos que intenciones tienes ahora después de lo que pasó, la Julls que yo conozco nos ayudara sin importar el pasado, –dijo Liam acercándose a mi.
Lo miré seriamente, sin saber que responderle.
Suspiré y sonreí de lado, —Déjame adivinar, Scott no sabe que estoy aquí ¿verdad?
***
Los minutos pasaron, y los chicos por fin llegaron a la casa. Escuché la puerta principal abrirse, y de ahíScott, Malia y Lydia entraron.
Cuando me vieron, se quedaron perplejos.
Sonreí en su dirección.
—Estoy devuelta perras.
Scott padeció tanto que podía desmayarse, mientras que Lydia me miraba sorprendida y Malia no sabia ni que cara poner.
—¿Que... que haces aquí?, –Scott reaccionó, acercándose a mi, al igual que Lydia, —¿Co-como volviste?
Miré a Liam, —Él me trajo.
Todas la miradas se posaron en Liam, —Ella puede ayudarnos.
Scott me miró, —¿Entonces no tienes rencores ni nada?
—Saben que soy alguien que realmente no le importa nada, así que, –me encogí de hombros, —No gano nada con tener rencor.
—¿Liam porque la trajiste de vuelta?, –preguntó Malia, —Ella nos traicionó.
Le interrumpi, —De hecho, ustedes lo hicieron... yo traicioné a mi hermano por ustedes, y al último momento ustedes me traicionaron a mi.
Un silencio incomodo se formó en la habitación.
—Ella recuerda a Stiles, –dijo Mason cortando el silencio.
Ahora todos me miraron, —Pelinegro, escuálido, pálido y muy, muy sarcástico, ¿algo más?, –sonreí.
—Ya no me agrada, envíala devuelta, –Malia frunció el ceño.
—No es por alardear ni nada pero, ¿quién fue la que los ayudó a derrotar a los doctores del miedo?, ¿quién fue la que traicionó a su propio hermano para ayudar a una manada a la cual ni siquiera pertenece?, –dije frunciendo las cejas, —No me siento mal ni nada, pero es feo que después de todo lo que hice por ustedes dejaran que Theo me arrastra junto con él.
—Ambos se lo merecían.
—No entiendo por lo dicen, traté de persuadir a Theo, convencerlo de que se detuviera, arriesgue mi propia vida por ustedes, y al final pasó lo que pasó
—¡Lo sentimos ¿okey?!, –Scott alzó la voz, y me crucé de brazos, —Se suponía que no iba a ser así, tú te tenías que quedar con nosotros, pero nada salió bien, esa fue nuestra última oportunidad para deshacernos de Theo, no era parte del plan que tu estuvieras junto a él y que te arrastrara. Nadie quería que te fueras con Theo.
Malia alzó su mano, —Yo si.
—Malia, –le regañó Lydia.
—Está bien, envíenme de vuelta, realmente no me importa, pero soy la única que recuerda perfectamente a Stiles y soy la única que tiene ese poder que los ayudará.
—Lo intentaste y no funcionó, –Liam me interrumpió.
—Dije que rayos naturales y que no tengo el control, –lo miré y él bajó la cabeza.
—¿No tienes el control?, –preguntó Lydia.
—Cuando me mandaron ahí, lo perdí todo, hasta a Theo, no volví a verlo.
Malia bufó, —Así es mejor.
—Sigue siendo mi hermano, ¿sí?, se lo que les hizo y lo que me hizo, pero sigue siendo mi hermano.
—¿No esperas que lo traigamos de vuelta verdad?
Miré al oji-azul a mi lado y negué, —Es mejor que siga allí... no quiero que vuelva a hacer lo mismo.
Scott suspiró, —Liam podemos hablar un momento a solas.
Liam asintió y siguió a su alfa lejos de nosotros.
LIAM.
—¿Que pasa?, –pregunté luego de llegar a la habitación de Scott.
—Sabes el riesgo que implica esto, ¿verdad?
—Si, lo sé, pero ella está dispuesta a ayudarnos, –contesté, —Ella dijo que todo está bien
—¿Y tu le crees?
—Confío en ella, Scott. Confío en que podrá ayudarnos a traer a Stiles de vuelta.
El moreno negó, —No podemos cometer errores, Liam.
—Lo sé, ¿pero cuántos has cometido tu empezando a ser alfa?
—Muchos... pero no puedo perder a Stiles.
—No lo harás, –negué, —Mira, Noshiko me dio la katana, ella es mi responsabilidad ahora, –comenté y Scott me miró no tan seguro.
—Liam, ¿estás seguro?, –asentí, totalmente decidido, —Ella es la hermana del que se metió a tu cabeza para que me matarás.
—Tú lo dijiste Scott, es su hermana, ella no lo hizo, deberías sentirte agradecido, ella impidió que te mataran.
—Y por eso confié en ella, pero luego pasó eso, y no creo que ella lo haga de nuevo en mi, ni en ninguno.
—Puede no confiar en nosotros, pero sé qué nos ayudará.
—¿Cómo estas tan seguro?
Suspiré y hice una mueca, —Es Julls, nos ayudará.
***
JULLS.
No extrañaba tanto Beacon Hills, pero era nostálgico caminar por aquí.
Después de todo, accedí a ayudar.
Quedamos en un acuerdo, yo ayudaba y si todo salía bien, ellos dejaban que me quedase en Beacon si no, volvía al infierno en el que estaba.
—Sé que tienes miedo de que me den ganas de matarte y salir corriendo, ¿pero en serio son necesarias las cadenas?, –dije al lado de Liam mientras éste me mantenía sujetada con cadenas.
—Si, son necesarias.
—Pensé que confiabas en mi.
—Confío en la Julls que ayuda a todos, no la que guarda rencor.
Rodé los ojos, —Ya te dije que no guardo rencor.
—¿A si?, ¿qué querías hacer cuando viste a Scott?
—Hacer que un rayo le cayera encima, –me encogí de hombros y Liam me miró mal, —Solamente fue el momento.
—¿Crees que puedas encender el transmisor que nos dijiste?, –preguntó el rubio.
—Creo que si, pero realmente no quiero estar ahí cuando esa cosa explote.
—No va a explotar.
—Tú que sabes, –frunci las cejas, —O la máquina explota por ser vieja o yo la hago explotar.
—¿Porqué la harías explotar?
—Te dije que no tengo el control absoluto de mis poderes, –comenté, —Si mi lado sobrenatural quisiera podría hacer que un rayo caiga justo en este momento.
Liam me miró, —No lo hagas, espera a que sea el momento.
—Ese es el problema Liam, –pare en seco, pero Liam siguió caminando haciendo que las cadenas me arrastren otra vez hacia él, —No tengo el control, no puedo hacerlo en un momento exacto, simplemente pasa cuando menos lo espero... podría lastimarlos.
—¿Y te importa?
—Si, mira aún me importan ¿si?, todos, –confesé y Liam me miró, —¿Porqué me miras así?
—Ibas a decir algo más, ¿no?
—.... ¿no?
—Si, ibas a decir algo.
—No, no iba hacerlo.
—¿Vas a traicionarnos verdad?, –lo miré con el ceño fruncido.
—¿Que parte de no guardo rencor y voy a ayudarlos no entiendes?
—Pero en el fondo quieres hacerlo.
—¡No!, no quiero.
—Pruébalo.
Frunci las cejas, —¿Liam que demonios pasa contigo?
—Pasa que todos creen que traerte fue una equivocación, y quiero probar por primera vez en mi vida que tengo razón en algo, que tengo razón en un plan va a salir bien. Maldita sea Julls confío en ti.
—Ya se que confías en mi, pero se siente mal que todos crean que te convertiste en un monstruo solo por el hecho de que te traicionaron.
—Eres una Raeken.
—¡Soy una Raeken ¿y qué?!, –por mi notable enojo, y mi no control de poderes, un rayo cayó cerca de nosotros, sobre saltándonos a los dos.
—¿Tu... tu hiciste eso?, –preguntó Liam perplejo.
Suspiré frustrada, —Si, lo hice yo. Ahora podríamos seguir caminando y dejar esto de lado, ¿por favor?
Liam no dijo nada y asintió para luego seguir caminando a mi lado y adentrarnos al lugar en donde estaba el dicho transmisor.
Sé que Dunbar podía ser idiota, pero jamás pensé que tanto.
Supongo que él cree que al ser una Raeken, todos éramos iguales.
¿Como le hago saber que Theo y yo no eramos para nada iguales?
***
Luego de una corta caminata por el bosque, llegamos al lugar donde llevaríamos a cabo el plan.
En el lugar ya estaban Scott, Mason, y Corey.
Al ver a este último sonreí, después de todo él y yo quedamos bien. Es la única quimera que quedó viva, —gracias a mi—, y la verdad que teníamos una linda amistad, así que realmente es lindo volver a verlo.
Liam se dio vuelta hacia mi, y me desencadenó, luego caminé hacia donde estaba la máquina, siendo seguida por Liam y Scott.
Levanté la palanca, pero esta no hizo nada. Miré a los chicos, —Puede haber otra manera de encenderla, –informé y me agache en busca de algún cable que me sirviera.
Cuando abrí una compuerta, varios cables despegados se salieron, dándome a entender que por ello no servía.
—¿Liam podrías ayudarme?, –él asistió, acercándose.
—Pondré electricidad, cuando te diga, levanta la palanca, –volvió a asentir.
Dirigí la mirada hacia Scott, y éste me miró atento. Tragué saliva y suspiré.
Por alguna vez en mi vida mis poderes deben servir para algo.
Alcé mi mano, y de ésta empezaron a desprender pequeños rayos, pero necesitaba más. Arriesgándome a perder el control, destellé mis ojos grises, dándole más "potencia".
Cuando ya era suficientes rayos, puse mi mano en los cables y cerré mis ojos con fuerza, al llegar a cierto punto, duele.
—¡Ya!, –grité y Liam hizo lo ordenado, enseguida la maquina se prendió y de una vez le dio corriente a la celda.
Pero como dije, arriesgándome a perder el control.
Noté como el cielo se nublaba, y podía verlo por una pequeña ventana del lugar, la "potencia" seguía aumentando sin que yo quisiera.
—Julls, ya fue suficiente, –escuché a Scott.
—¿Julls?, ¡ya basta!, –el grito de Liam, hizo que volviera a normalidad, la electricidad se detuvo, y el cielo dejó de ser nublado.
Solté los cables y caí de rodillas al suelo, —Yo... lo siento, perdí el control.
Liam ayudó a levantarme, —Tranquila, estás bien.
—¿Funcionó?, porque si no me pego un tiro.
Mason se asomó a donde estábamos, —Funcionó.
—Oye Mason ¿seguro que funcionará con el jinete?, –preguntó Scott.
—Lo que hay adentro de esta jaula esta protegido por las corrientes eléctricas externas, y teniendo en cuenta que tenemos a Julls, este plan resultará bien, –explicó Mason, —El jinete fantasma no podrá usar su rayo para escapar.
—Pusimos un pararrayos en el tejado y lo conectamos al cable del conducto.
—¿Y si no funciona?
—En todo caso la tenemos, –todos me miraron.
Los miré confundida, —¿Ustedes quieran que yo sea un pararrayos humano?
—Un rayo así la mataría ¿no?, –preguntó Liam.
—Realmente no, –respondí mirándolo, —Un rayo natural; solo me daría más poder, una corriente artificial; me lastima un poco, de un jinete fantasma; no lo sé.
—Mejor quedémonos con el pararrayos normal, –dijo Scott y estreche su mirada con la mía.
—Entonces, si el jinete fantasma cae aquí, ¿cómo lo metemos a la jaula?
—Hay que traerlo, –respondió Mason.
—Carnada.
—Seré yo, –Corey alzó su mano, —Soy rápido, así que estaré bien.
—En cuanto Corey salga, Scott y Liam cierran las puertas, yo pondré serbal, y Julls estará junto al pararrayos, cuidaremos que ningún otro jinete llegue.
—¿Están seguros que me quede junto al pararrayos?
—Si, solo mantente concentrada y no hagas caer un rayo, –asentí, no muy convencida.
—¿Entonces que te parece?, –preguntó Liam mirando a Scott.
—Es la mejor idea que tenemos ahora.
—Siempre y cuando el plan salga a la perfección, no escape y nos mate a todos, –sin saber por qué, miré a Liam.
—Y el transformador funcione y este lugar no se encienda en llamar, –dijo Corey.
—Y no haya una llamarada solar catastrófica, –todos me miraron a mi.
—Lo intentaré, no prometo nada, –me encogí de hombros.
—Muy bien, hagámoslo.