๐—ฆ๐—ถ๐—ป๐˜ƒ๐—ฒ๐—ฟ๐—ดรผ๐—ฒ๐—ป๐˜‡๐—ฎโ”Š๊’ฐZenT...

By _crema_

5.9K 416 89

๐—ข๐—ป๐—ฒ-๐—ฆ๐—ต๐—ผ๐˜โ”Šโ›โ› Porque con Tanjiro sacaba su mejor lado โœโœ โจ๐ŸŒ™โฉ โธ™:โฟป;โ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆโ”ˆ ยฐ โจ๐Ÿ–‡๏ธโฉโ€ข ๐˜ผ๐™˜๐™ก๐™–๐™ง๐™–๐™˜... More

ใ€Ž๐š‚๐š’๐š—๐šŸ๐šŽ๐š›๐šรผ๐šŽ๐š—๐šฃ๐šŠใ€

โ•šยปโ„™ ๐”ธ โ„ ๐•‹ ๐”ผ โ˜ผ๏ธŽ ๐•Œ โ„• ๐•€ โ„‚ ๐”ธยซโ•

4.1K 252 78
By _crema_

Sus pesadas respiraciones chocaban, mezclando el mismo suspiro cálido entre sus sonrojados rostros; Estos que mantenían una cercanía dominante parecían amenazar con juntarse en cualquier pequeño momento, unirse en un pequeño éxtasis en el cual no podrían regresar, una fiesta de sabores, sensaciones, una la cual repetirían cada vez al acabar la noche. Estaban en una tensión llena de humadad, con el deseo palpable en sus deseos más carnales.

Caliente. Es como se sentía específicamente Tanjiro en estos momentos donde gimoteaba ido de la realidad, tan caliente ante ese dominante mirar amarillento que recorría su cuerpo sin pudor alguno, miedo o pena. Sumiso era otra acompañante, porque ahora mismo todo su cuerpo temblaba ante el rígido placer que sentía al ser domado, atrapado entre el cuerpo contrario y controlado por quien estaba encima suyo. Se sentía tan jodidamente bien. Su mente parecía divagar en un segundo plano, mirando con total maravilla el rostro lascivo de su amante.

Tal vez...

Tal vez no lo admitiría, porque no era lo suficientemente descarado como para hablar de eso o expresarse sin titubear, siquiera pensarlo le daba vergüenza y timidez. . . pero cada vez que Zenitsu lo miraba de esa manera tan excitada algo en él se removía, sus piernas fallaban y su corazón solo bombeaba sangre de manera conmocionada. Porque fácilmente esa parte del rubio solo aparecía exclusivamente para él.

El aire pareció escapar convenientemente de sus débiles pulmones, quienes hacían su trabajo con lentitud y nerviosismo, un escalofrío satisfactorio llego a invadirlo dejando en él una expresión totalmente sexual.

Jadeo bajo, mientras miraba con pequeñas lágrimas resbalando por sus ojos el colorado rostro de su más fiel compañero, haciendo de su cara un poema repleto de erotismo juvenil. Hasta ahora no se había hablado de la curiosa relación que mantenían, sin acuerdos o condiciones, solo una pasión latiente dentro de cada uno que parecía no querer parar. Ambos lo disfrutaban y eso le era suficiente, tal vez debía de ser así, tal vez siempre fue así. Aunque pensar en Zenitsu de aquella manera romántica era tan encantador y sublime, le daba una abrumante incertidumbre preguntarle con sinceridad, pues temía a que aquel hermoso rubio solo le dijera una negativa ante su pequeña esperanza, una que marcaría el profundo amor que le tenía; a fin de cuentas, no era sencillo amar con tanta devoción como él lo hacia, no era ni sencillo ni conveniente.

Tanjiro no era codicioso, a él le bastaba, muy retorcidamente, dentro suyo no podía pedir nada más que aquello, porque cada beso en su cuerpo era más duradero, cada mirada a su ser era más intensa, y aunque le avergonzará, amaba cuando Zenitsu lo hacia sentir tan abiertamente impuro como para gemir su nombre hasta enloquecer. Sus ojos estaban cristalinos y desbordando gotitas saladas mientras que balbuceaba algunas pocas incoherencias extasiadas. Placer o tristeza ¿Cuál era la diferencia? Ambos lo consumían de manera voraz, justo ahora tantas emociones encendidas solo lo cegaban en delirios sofocantes.

Era tan excitante cuando eso pasaba, tan dolorosamente excitante.

Tapando su boca ante la cercanía aguanto un lejano gemido que prometía más. Zenitsu solo frunció el ceño un poco, queriendo saber el porque de esta actitud algo indecisa y errática.

Su mano rústica y firme subió suavemente, tocando con delicadeza el muslo del peli burdeos con una precisión denotable. Aguanto una atrevida risa mientras sentía aquel cuerpo derretirse a su tacto cual cachito de chocolate al sol. No se cansaría de decírselo a Tanjiro, amaba tener el control en estas situaciones tan comprometedoras. Solto un largo jadeo que pareció más un soplido leve, removiendo algunos mechones rebeldes de la melena del de cicatriz, observó una reacción algo tierna y apacible; el de ojos fuego había arrugado la naríz ante el aire caliente que echo Zenitsu hacia su rostro, mientras se quejaba algo sorprendido. Agatsuma, quien, más encendido por ello, pareció impacientarse más, aguanto las ganas de besar con fuerza al menor.

¿Cuánto tiempo llevaban haciéndolo?

¿Cuánto tiempo lo miraba?

¿Cuánto tiempo faltaba hasta que todo comenzara?

Dejó salir aire caliente que se mezclaba con sus sudores, su ropa se encogía pegandose a las pegajosas pieles de los jóvenes, sintiendo cada parte de su cuerpo arder con hambre, susceptible ante cualquier mínimo tacto. Estaba ahora mismo desesperado y cediento de placer, pues quería deshacerse de los molestos ropajes y poder descargar aquella necesidad que ahora mantenía, estaba duro, ahora mismo podía sentir el consquilleo de su parte baja llamándolo. Rogaba mentalmente, rogaba y rogaba a lloriqueos porque a pesar de la excitante vista, Zenitsu maldecía a Tanjiro por tentarlo y seducirlo, lo maldecía por ser tan hermoso, por provocar tantas emociones que lo sucumbían y lo llevaban a medidas tan complejas.

Nunca llego a experimentar esto con otra persona, nunca se sintió tan vivo y libre como lo era ahora. Oh, joder, Zenitsu amaba esta tensión, esta adrenalina de tan solo besarlo y tomarlo, sacaba ese lado más salvaje y perverso, no quería ahuyentar a su solecito, no, claro que no; no quería alarmarlo y mucho menos ponerlo nervioso, porque algo que destacaba de Tanjiro al momento de tener sexo era la gran sensatez y vergüenza que mantenía al principio. Sus movimientos eran tan suaves como si aquella fuera la primera vez de muchas, y eso le enternecía.

¡Tanjiro-Chan era muy adorable! Tanto en sus acciones y expresiones cotidianas como en el ámbito sexual. Siempre hacia de aquellos encuentros algo tan romántico. . .

Lo miro unos segundos, mientras que con el brazo con el que se apoyaba tomaba fragmentos de la suave tierra, cerrando y abriendo los dedos ante el cosquilleo de esta. Suspiro, moviéndose lentamente entre las piernas del de cicatriz en un intento de adentrarse más en él, abriendo sus extremidades para prepararlo.

—¿Qué pasa, pequeño. . ?—Susurro bajo, mirándolo efusivo, mientras que con su dedo pulgar hacia pequeños círculos en su pelvis, tentándolo de manera lenta, placentera. Los ojos rojizos se achicaron, mientras dejaba salir calurosos suspiros llenos de un silencioso remordimiento, se mordió el labio, trato de evitar gemir, pues ahora su cuerpo ardía, el tan solo roce del uniforme le prendía a más no poder—Tanjiro. . . Tanjiro. . . Quiero oírte Tanjiro—Balbuceo siseante, mientras juntaba sus cuerpos eróticamente en busca de la calides contraria, el sonido tan gentil y pacífico del cual Tanjiro era poseedor estaba disturbioso y adolorido, como una rafaga de viento en plena tarde de otoño, frívola pero misteriosa tarde de otoño. El pequeño se estremeció con goce en su mirada, le regaló una pequeña sonrisa llena de coquetería, mientras ahora pasaba su mano en su mejilla, secando el fino rastro de lágrimas. No le gustaba verlo llorar.

Tanjiro no podría estar más rojo ahora mismo, ver aquellos hipnotizantes ojos amarillos era como ver fuego líquido absorberlo. Determinación, lujuria y deseo definía, marcadas como un recuerdo permanente en aquellos ojos de eléctrico color. Sintió esa cálida mano no solo acariciarle, sino destapar lentamente su boca que era resguardada por temblorosas manos. No se lo impidió, obsoleto en su mirada llena de emoción. Ahora mismo se dejaba hacer como un muñeco, un muñeco meramente sexual el cual se retorcía deleitado con la sensación de embriagues que era el sexo puro y duro.

Tanjiro lo deseaba igual qué Zenitsu a Tanjiro. Ahora mismo eran dos seres uniéndose nuevamente, sin falta o apuros.

Quería besarlo, besarlo hasta que el aire les faltase y sus labios se hinchasen.

—Tanjiro. . . Te deseo Tanjiro. . .—Susurró ahora cerca de su oído, frotando su erección contra la intimidad propia de Tanjiro. Escuchó más de esos pequeños jadeos entrecortados que indicaban placer, gemidos ahogados que se le hicieron melodías divinas.—Ugh, Tanjiro, déjame. . . Déjame besarte—Pidió entre silenciosa agonía, mientras sin previo aviso hundía su cabeza entre el cuello del chico, besando con cariño cada parte que se encontraba, quería hacerlo desesperar. Besos, lamidas y pequeños chupones hacia Zenitsu, escuchando como aquellos gemidos aumentaban notoriamente de entonación, y como el cuerpo debajo suyo se removía, contrayéndose y buscando autocomplacerse.—Tanjiro. . . Te quiero, Tanjiro.

Zenitsu estaba desesperado, mucho, más de lo que el peli rojo esperaba y se notaba en cada fibra de su cuerpo. Rió bajito, porque pocas veces lograba verlo así.

—Z. . . Zenitsu, Bésame. . . P-Por favor ¡bésame!—Gimió en alto lo último, desesperado, soltando inevitablemente pequeñas lágrimas, se agarró del cuello del de hebras rubias suspirando con súplica en su oído, encendiendo más al de haori triangular. Zenitsu no tardó en hacer acción, buscando con su boca la otra, entre besos y un camino húmedo que los mataba por dentro. Aparentemente el pelirrojo no podía más, quería que su amante le hiciera sentir bien, que lo amara y penetrara hasta olvidar su misma realidad.

Tanjiro dejó expuesto tu cuello, mirándolo con ojos acuosos, mientras suspiraba pasivamente encantado con las sensaciones que siempre llegaba a sentir con su amante. El mayor lo besó, con una dulzura y pasión envidiable, comiendo con total voracidad aquel manjar rojo, extrayendo el néctar de su saliva y juntando sus lenguas con necesidad palpable.

El sonido perverso de sus bocas chocando con cada beso y mordida hacía eco entre los árboles del frondoso bosque, las manos traviesas del dominante viajaban en el cuerpo de su amado peli rojo, recorriendo el hermoso torso en el cual siempre amaba perderse, sin mapa o guía, aprenderse las trampas y acertijos más pequeños dentro de su bronceada piel. No podía más, necesitaba más, Necesitaba a Tanjiro.

Se separó unos segundos de su boca, dejando una distancia tentativa y un hilillo de saliva, miro al de ojos flama con una gran chispa, el de mayor estatura le sonrió comprensivo, dejando paso libre a lo que harían a continuación.

La ropa fue desapareciendo, entre beso y beso el calor fue aumentando, sus respiraciones chocaban entre sus rostros, y la conexión de sus dorsos solo se mantenía nula.

—Tanjiro. . . Tanjiro Te amo Tanjiro, Te amo demaciado ¡Te amo Tanjiro!—Susurro el de ojos amarillos, su voz floja como si un gran pesar hubiera sido absuelto de él, sonriéndole suavemente a su querido pelirrojo con un amor verdadero, dejando en claro que sus palabras estaban sumergidas en pura sinceridad. Dejo un sendero de besos en todo su pecho, maravillado ante sus jadeos de placer extremo que parecían estallar, quería recorrer a Tanjiro todo el tiempo, conocerlo hasta saber todo de él, ser uno con su cuerpo y alma. Quería, quería y deseaba porder mantener una vida rodeada de su luz y gentil melodía.

Después de segundos miseros, Los ojos de Tanjiro se humedecieron más, y a pesar de la nebulosa de la excitación, aquellas palabras entraron en su corazón, y por fin lo que antes le daba un gran pesar parecía generarle tantas emociones encontradas. Ahora mismo esto no era sexo sin ningún mérito, no era un encuentro carnal llenado por el placer y la lujuria. Esto era amor, cariño y dulzura.

Siempre fue así.

—Yo. . .¡Uhg! ¡Y-Yo también te a-amo Zenitsu! ¡ah!—Enarco su espalda apegándose al mayor, como si no pudiera resistir su osea, sintiendo un persistente cosquilleo en su entre pierna, estaba mojado y duro. Salivaba ligeramente con la mirada ida llena de goce, ahora mismo apenas empezaba lo mejor. Estaba tan feliz y extasiado en estos momentos que las lágrimas desbordaban de sus grandes y tiernos ojos, junto una sonrisa llena de conmoción y un sonrojo tintado con remarque. Tenía tantas cosas que decirle a Zenitsu, e irónicamente viceversa. El amor estaba remarcado en cada movimiento mutuo, y ahora más que antes se daban cuenta de la veracidad de esto.

Esto no es concibir sexo como tal. Esto es hacer el amor, tal vez eso y mucho mucho más de lo que pudiera imaginar, y Tanjiro estaba dispuesto a hacerlo mil veces más mientras que fuera con Zenitsu, su sinvergüenza.

Ahora mismo el bosque se llenaba de sonidos obscenos; besos humedos y pieles sudorosas chocando bruscamente entre si, todas melodías lascivas bañadas en un gran y profundo amor. Los gemidos sonoros de Tanjiro se escuchaban efusivamente y no había duda de que aquel encuentro carnal se daba con una devoción absoluta, aquel chico era escándalosa mente vocal en ese sentido, gimiendo fuertemente el nombre de su amado sin pena alguna. Los lloriqueos, gimoteos y jadeos subían con avaricia dentro del bioma, con un sol que decendia en un atardecer a los comienzos de primavera, con un fresco aroma lleno de dulzura y juventud.

Tal vez no lo sabrían, pero esto sería el inició de un gran y humorístico romance. Porque ambos se tenían el uno al otro, y con eso podrían vivir.

Continue Reading

You'll Also Like

9.7K 430 8
Akaza (Seme) Douma (Uke)
184K 23.3K 48
Por un caso que esta investigando la aurora Hermione Granger llega a la mansiรณn Malfoy en busca de su ex compaรฑero, llevรกndose la sorpresa de que el...
4.4K 359 8
ยฟPor quรฉ el amor serรญa como el agua mineral? Tal vez por la sensaciรณn que te provoca en la boca. Por lo explosivo que puede llegar a ser. ๐Ÿ’– LuSan ...
1K 57 6
En esta historia veremos cรณmo el Hรฉroe nรบmero 1 All Might, empezarรก a sentir cosas por Aizawa shota, All Might harรก cualquier cosa para enamorar a Ai...