Love Maze ﻬ [ j i m s u ]

Από moontanies

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JiMin necesita ayuda » NamJoon se ofrece a buscarla para él » Comete un error y enfada a NamJoon, pero consig... Περισσότερα

l o v e m a z e
d e d i c a t o r i a

ú n i c o

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Από moontanies

—¿Qué quiere decir con eso?

La profesora detuvo su caminata, suspirando mientras acomodaba las puntiagudas gafas que usaba sobre su nariz y observarlo como cada vez que recibía una queja de su comportamiento.

—Quiero decir, señor Park, que no podrá seguir en el equipo de Quidditch si sus calificaciones no mejoran, ¿lo entiende ahora o debo hacer que el director hable con usted?

El Slytherin abrió la boca, dispuesto a responder, pero la ceja elevada de la profesora hizo que retrocediera en la decisión y terminó negando con la cabeza.

—Lo imaginé —ella volvió a suspirar, como si estuviera cansada de tener la misma conversación —, mire, señor Park, es de los mejores jugadores que tenemos, nadie se lo negará, pero el equipo de Quidditch de Slytherin no puede aceptar que los estudiantes bajen en su rendimiento académico, es una de las condiciones que usted conoce desde su primer año.

—Tal vez me descuidé un poco, pero solo un poco —la mirada escéptica hizo que observara a otro lado —, bien, tal vez más que un poco.

—Mejore sus notas y podrá regresar, es así de simple, ¿entendido?

—Entendido —respondió arrastrando la palabra.

El sonido de los tacones alejándose resonaron en aquel pasillo del colegio, JiMin suspiró mientras dejaba que un pequeño puchero sobresaliera de sus labios. No pasó mucho hasta que escuchó las risas de sus compañeros de equipo regresando de la cancha, no les dio tiempo a acercarse cuando empezó su recorrido hacia el Gran Comedor.

No es que JiMin sea el peor estudiante, claro que no, no era de los más sobresalientes, claro, pero tampoco era el de los peores y sí, lo admitía, tuvo un tropiezo enorme cuando las clases comenzaron, pero no era su culpa, de sus hormonas sí, pero de él no.

El bullicio a la hora del almuerzo fue como de costumbre, varias estudiantes lo saludaron mientras caminaba hacia la mesa perteneciente a Gryffindor, respondió con amabilidad cada uno de sus saludos y con una sonrisa recibió el regalo que Rossmelle Berrycloth le extendió en medio de su camino.

—Espero que te gusten —murmuró la Hufflepuff con una sonrisa encantadora que no podía ocultar las segundas intenciones—, suerte en el siguiente partido.

Y pasó junto a él, riendo mientras sus amigas la encontraban en medio camino, observó el pequeño regalo, una pequeña caja de dulces que no había visto antes con curiosas formas que no reconocía, tal vez debía dárselo a NamJoon para verificar que no poseía Amortentia, no sería la primera vez.

Guardó la pequeña caja en el bolsillo de su túnica y continuó hasta el lugar donde el bullicio era un poco más alto, su grupo de amigos discutía de temas tan diferentes que no podía reconocer uno en particular.

—No entiendo como puedes hacer que la Aritmancia parezca tan sencilla.

NamJoon soltó una pequeña risa ante el comentario de su amigo, acomodando las gafas sobre su rostro y volviendo su atención al gigantesco libro que descansaba sobre la mesa.

—Él se dedica —respondió JiMin sentándose junto al Ravenclaw, dio un pequeño vistazo a las páginas amarillentas y no pudo evitar la mueca en su rostro al ver números y letras —, pero Jin tiene razón, lo haces ver muy sencillo.

Antes de que NamJoon pudiera replicar y decir algo como "solo debes estudiar", la voz de su amigo lo interrumpió.

—Oh, JiMin, ¿Qué tal el entrenamiento? —la pregunta vino del otro lado de la mesa, TaeHyung se inclinaba sobre esta mientras esperaba una respuesta.

El rubio presionó los labios, desordenando su cabello con una mano mientras se apoyaba contra la mesa.

—Estoy en problemas.

Las tres palabras resultaron ser suficientes para que HoSeok y JungKook dejaran su charla sobre quién tenía más cromos, poniendo toda su atención sobre el único rubio del grupo.

—¿Qué? ¿Al fin golpeaste a Hyuk? —preguntó JungKook, riendo ante la mueca que JiMin no pudo evitar ante la mención del odioso Gryffindor.

—Aunque quisiera que sea eso, no, mis calificaciones bajaron y no volveré al equipo hasta que mejoren, es un desastre.

El grupo no pareció sorprenderse y JiMin esperó con una ceja elevada las reacciones, viéndose ofendido cuando no llegó ninguna.

—No te ofendas —comenzó NamJoon, pareció incluso irónico —, pero no es sorpresa que esto pasara.

—Oye.

—JiMin, te la pasaste huyendo de mí cuando dije que estudiáramos, ibas a los jardines y ligabas con chicas que no has vuelto a ver.

Bien, su amigo tenía razón, no veía forma de cómo negar aquello, pero no era a propósito, a él le gustaba decir que era algo natural en él, demasiado natural en realidad.

Al Slytherin le gustaba decir que era gracias a su familia, quienes lo habían criado con todo el amor que fuera posible dar a un niño, entre una variada familia de diferentes casas, había aprendido a tratar con cada una desde que nació, por lo que su naturaleza amable y juguetona hizo que mantuviera buenas relaciones con todos los estudiantes sin importar de donde eran, así conoció a su grupo de amigos, los siguientes años todos parecían conocer a Park JiMin, el Slytherin amado por el noventa y siete por ciento del colegio, siendo unos cuantos quienes en verdad no toleraban verlo, las constantes bromas y engaños fueron solo un motivo más a eso.

—Entonces, ¿me ayudarás? —preguntó poco después, sonriendo con encanto, haciendo lo posible para convencerlo.

—¿Yo? Lo siento, estoy muy ocupado —JiMin pareció desinflarse como un globo, suspirando cansinamente mientras volvía a observar al frente—, pero te ayudaré a buscar a alguien.

Bueno, no era NamJoon, pero ayudaría.

—¡Yo puedo ayudarte, Jiminie! —ese fue TaeHyung, sonrió ante la propuesta de su amigo y quiso aceptar, pero HoSeok interrumpió antes de dar alguna respuesta.

—Si ustedes dos se juntan para "estudiar", harán de todo menos eso.

¿Pudieron protestar ante eso? Claro que no.

—¿Sabes cuál es tu problema?

El Slytherin giró hacia su amigo, TaeHyung siguió metiendo las ranas de chocolate a la pequeña canasta que tenía y JiMin elevó una ceja ante la cantidad de dulces que el Hufflepuff estaba llevando.

—¿Cuál? —respondió.

—Las olvidas.

—No entiendo.

TaeHyung hizo un pequeño puchero, observándolo con algo que creyó era molestia, su amigo suspiró antes de seguir caminando entre los pasillos de Honeydukes en busca de las Grageas, JiMin lo siguió de cerca mientras tomaba pequeños dulces que llevaría.

—¿Olvido a quienes?

—A todas, ni siquiera me alcanzaría el tiempo para nombrarlas —murmuró, sin temor a decirle las cosas como eran, la confianza de los últimos años había logrado que sean directos el uno con el otro.

—Oh, hablas de ellas.

—Sí, ¿no quieres disfrutar de una relación? Sé que estás en esa etapa, pero ¿no te gustaría experimentar algo serio?

JiMin sabía a lo que se refería, Tae era sin duda alguien romántico que esperaba la ocasión para encontrar a alguien a quien amar de verdad, amar con todo. SeokJin había mencionado que estaban un poco pequeños para eso, no es que el mayor tuviera veinte años, pero sin duda parecía tener un poco más de experiencia.

—Bueno —carraspeó —, creo que ninguna me ha llamado tanto la atención como para querer algo más serio.

El Hufflepuff pareció convencido con la respuesta, asintiendo mientras retomaba su caminata en busca de más dulces, JiMin se aseguraría que no comiera todos en una sola ronda si no quería ser sometido a las excéntricas curaciones de la enfermera que parecía experimentar cada que tenía oportunidad.

Se detuvo cuando él lo hizo, arrugando el entrecejo mientras observaba el lugar que TaeHyung veía, ladeó la cabeza cuando reconoció a NamJoon junto a alguien más que no lograron reconocer.

Su amigo se acercó solo un poco más, haciendo que quedara junto a él, ambos con la espalda pegada al estante.

—¿Qué dicen? —preguntó en un susurro, tratando de ver un poco entre los espacios vacíos, apenas notó como el muchacho con el que estaba su amigo parecía acorralado entre el estante y su cuerpo —, eso es comprometedor.

—Shh.

—Por favor, será el último.

JiMin vio como las orejas y rostro de su amigo se tornaban rojas antes de girar hacia él y tirar de su abrigo, llevándolo nuevamente hacia la sección de chocolates.

—Eso es muy privado, no debemos estar ahí.

—¿Qué escuchaste? —preguntó en cuanto se alejaron, caminando hacia la señorita que se encargaba de las compras, TaeHyung puso la canasta sobre el mostrador e hizo una seña para que hiciera lo mismo —, ¿qué escuchaste?

—Llevaremos esto, escuché algo de que sería el último.

JiMin dejó de observarlo, inclinando la cabeza un poco mientras pensaba en las posibles opciones que eso podía significar, cuando lo captó, abrió los ojos con sorpresa, caminando anonadado detrás de su amigo mientras salían de Honeydukes.

—¿Tú crees que él...?

—¿Tenga algo con ese chico? —JiMin asintió —, tal vez, aunque es extraño.

—¿Por qué?

No le dio tiempo a responder cuando SeokJin los alcanzó con una bolsa en la mano.

—Hey, traje más dulces —dijo con una sonrisa, viendo con el entrecejo fruncido la concentración que Tae parecía tener en él —, ¿pasa algo?

—¿Tú y NamJoon no se traían algo?

JiMin jamás pensó que alguien pudiera tornarse tan rojo en solo instantes, ambos rieron al ver la incredulidad en el rostro de su amigo, quien empezó a tartamudear en busca de palabras coherentes, pero nada pareció salir de él.

—Está bien, está bien, nos quedó claro.

—No... no es así.

Retomaron su camino, esta vez con SeokJin junto a ellos, JiMin observó al mayor con curiosidad, SeokJin y NamJoon eran solo un año mayor que ellos, sus tiempos libres solían coincidir, por lo que la mayoría del tiempo estaban juntos.

Sentía que se estaba perdiendo un detalle, una pieza importante para terminar de armar el rompecabezas, pero realmente no tenía idea de lo que podía ser.

Pensó en eso mientras entraban a Las Tres Escobas, acomodándose en una de las mesas que estaba junto a las ventanas, dejaron los dulces sobre la mesa y no pasó mucho hasta que llegó alguien a atenderlos.

Ordenaron Cerveza de Mantequilla, predecible para el joven que parecía acostumbrado a tenerlos en el lugar.

—Oh, son cuatro, por favor —señaló antes de que el muchacho se alejara más.

—¿Cuatro?

Jin asintió.

—NamJoon vendrá... ¿qué pasa?

JiMin negó con la cabeza ante la pregunta, pero TaeHyung no tardó en apoyarse sobre la mesa, descansando el rostro sobre ambas manos antes de hablar.

—Perdón si es muy íntimo, ¿tú y NamJoon están saliendo?

De nuevo, el rostro del mayor se tornó rojizo, observando a otro lado mientras relamía sus labios en una acción entre avergonzada y desesperada.

—No es que estemos saliendo... bueno, no lo sé realmente.

Entonces JiMin pareció encontrar esa piecita del rompecabezas que faltaba, tenía sentido si lo pensaba con profundidad, oh, como no había notado esos detalles que ambos parecían mostrar frente a ellos, pero entonces recordó lo que había visto en Honeydukes.

—Jin —habló TaeHyung antes de que él pudiera pensar mejor las cosas —, vimos a NamJoon con alguien más.

Los días siguientes vieron que tal vez habían cometido un error.

SeokJin parecía evitar a NamJoon de todas las formas que sean posibles, no estudiaba ni pasaba el tiempo con ellos, al menos no si veía al Ravenclaw cerca, en las clases que compartían Jin iba directamente con su amigo de casa, Ken, ese pareció ser un golpe bajo y claro que no pasó desapercibido por ninguno.

—¿Qué fue lo que hicieron? —preguntó NamJoon cuando el Gryffindor se sentó lejos de ellos, observó con extrañeza como Tae y JiMin parecían molestos con él —, ¿qué?

—No finjas.

NamJoon pareció incluso más confundido que antes.

—¿Qué?

—Te vimos.

—Siempre me ven, explíquense.

El Hufflepuff suspiró, observando un momento a SeokJin antes de encararlo nuevamente.

—Tú y Jin traían algo, ¿verdad?

NamJoon no tuvo tiempo a pensar de dónde habían sacado esa información, en su lugar asintió y luego negó con la cabeza.

—Parece que ahora no y quiero saber porqué.

—Cuando fuimos a Hogsmade te vimos, estabas con un chico y le dijiste que sería la última vez —ambos suspiraron, negando con la cabeza mientras parecían totalmente decepcionados por lo que había hecho.

—No lo esperé de ti, Nam, me decepcionaste.

Solo entonces NamJoon fue consciente de lo que hablaban, le tocó suspirar a él y negar con la cabeza, parecía que una sonrisa quería extenderse en su rostro.

—Los mataré, en verdad lo haré.

Ambos lo observaron casi ofendidos, empezando sus reclamos una vez que el mayor no dijo nada, el Ravenclaw escuchó sus reclamos con paciencia y una mirada de muerte, cuando terminaron parecían agitados y con ganas de decir más.

—¿Ya?

—Me faltaron un par de cosas, pero sí —respondió JiMin, aún con el entrecejo fruncido.

—Bien, con quien me vieron fie con Min YoonGi, tu nuevo tutor y agradece que te quiero lo suficiente para no decirle que se cancela para que termines fuera del equipo.

El Slytherin lo pensó, abriendo la boca en una pequeña "o", relamió sus labios y sonrió con nerviosismo, la risa de TaeHyung le hizo saber que estaba igual o incluso más sorprendido que él.

—Entonces... ¿no es tu amante?

—Claro que no, eso es hasta ridículo, ahora aclaren eso con SeokJin o me encargaré de meterlos al lago negro en plena nevada.

—¡No! —JiMin movió las manos con desesperación mientras buscaba la forma de expresarse —, está bien, está bien, le diremos a Jin que todo fue un error, pero deberías aclarar las cosas ya, ¿sabes?

—¿Tú me darás consejos?

—Tengo más experiencia que tú, sin duda.

NamJoon señaló el lugar en el que SeokJin intentaba concentrarse, siendo clara su orden, ambos bufaron antes de levantarse y caminar hacia su amigo.

Observó con atención cómo empezaban de manera tranquila la conversación, luego el rostro del mayor pareció cambiar de expresión, tras lo que pareció una amenaza, SeokJin se levantó con sus libros y salió del Gran Comedor, luego ellos se levantaron y caminaron nuevamente hacia él.

—Dice que te verá en "ya sabes dónde".

No fue demasiado tiempo hasta que NamJoon se levantó y recogió sus cosas, dispuesto a irse, no sin antes regresar y dirigirse a JiMin.

—Hoy en la biblioteca después de clases, YoonGi te estará esperando junto a uno de los ventanales.

—¿YoonGi? —si pareció sorprendido, no lo demostró, en su lugar dio pequeñas indicaciones.

—Bajito, cabello negro, piel clara y es de tu casa, no llegues tarde, ¿bien?

Asintió y ambos lo observaron alejarse, chocando con HoSeok y JungKook mientras salía del lugar, ambos lo observaron un momento antes de seguir su camino hacia ellos.

—¿Por qué tanta prisa?

—¿Ustedes sabían que Jin y Nam traían algo?

Ambos asintieron, sentándose frente a ellos mientras sacaban sus libros, JungKook acomodó su corbata antes de responder.

—Era obvio, ¿No?

JiMin y TaeHyung se observaron, pareciendo comprender lo que decían con una sola mirada, realmente parecía que los efectos de sus prácticas a escondidas en Pociones empezaba a hacer efectos.

Habían muy pocas cosas por las que JiMin se quejaba, realmente él era feliz con todo lo que se le ponía en frente, pero su gran excepción fueron aquellas malditas escaleras que se movían de un lado a otro cuando más prisa tenía.

Se cruzó de brazos mientras esperaba a que se posicionaran de manera correcta, esperó y esperó hasta que el cuadro tras él mencionó algo.

—Arregla tu corbata y cabello, muchacho.

JiMin giró a observarlo, pasando una mano por su cabello y después arreglando la corbata, no mucho en realidad, el hombre del cuadro hizo un gesto sobre sus labios, el Slytherin se ruborizó, asintiendo y limpiando el labial sobre su boca.

Volvió su atención a las escaleras, subiendo con rapidez al ver que ya estaban quietas, agradeció tener un físico que le ayudara a correr con rapidez sin cansarse demasiado, pronto estaba frente a las puertas de la biblioteca.

Suspiró antes de entrar, presionando los labios ante el crujido que hizo la puerta cuando la abrió, sonrió incómodo ante las miradas que los estudiantes le dieron.

Siguió su camino hacia los ventanales, tratando de ubicar a alguien con las características que NamJoon había descrito, bajo, cabello negro, piel clara y Slytherin, bajo, cabello negro, piel clara y Slytherin... Slytherin, pero no recordaba haber escuchado su nombre antes, lo que parecía incluso imposible para alguien tan sociable como él.

Dio unos pasos más entre las mesas, deteniéndose cuando ubicó al muchacho junto al último ventanal, justo como lo había dicho NamJoon, fue extraño verlo en medio de la mesa sin nadie alrededor, bastante alejado de todos en realidad.

—¿YoonGi?

El pelinegro levantó la cabeza, frunciendo el entrecejo con confusión al verlo parado frente a él, acomodó las gafas sobre su rostro y ladeó la cabeza, a JiMin le pareció bonito desde el momento en que lo vio claramente.

—NamJoon dijo que vendrías temprano —dijo, su voz áspera hizo que carraspeara un poco.

—Lo sé, solo que me surgió... algo.

YoonGi elevó una ceja, quitando las gafas de su rostro y frotando el puente de su pequeña nariz, luego volvió a observarlo y habló mientras con su índice señalaba su boca, dando pequeños golpecitos sobre su comisura.

—Debió ser importante, ¿no?

JiMin volvió a ruborizarse, terminando de limpiar el labial que había quedado.

—Yo...

—Aún no te has disculpado —interrumpió, el rubio elevó una ceja ante eso, viéndose realmente incrédulo ante la loca frase.

—¿Disculparme? —asintió y JiMin soltó una pequeña risa ante la espera que YoonGi presentaba —, ¿por qué?

Esta vez fue YoonGi el sorprendido, la mirada que le dio se asemejaba totalmente a la que él le dio a las mandrágoras el día que las conoció, rascó su cuello mientras esperaba una respuesta.

—NamJoon no me dijo que tendría que lidiar con esto —murmuró, lo suficientemente alto como para escucharlo —, cuando llegas tarde a un lugar, más de una hora para ser exactos, lo primero que haces es disculparte y estar un poco avergonzado.

—¿Me enseñarás de ética?

—Creo que, aún si lo hiciera, no la aprenderías.

—Oye...

—Y no será eso lo que te salvará para quedarte en el equipo de Quidditch, es sencillo, te sientas y estudias o te vas.

JiMin entendió porqué no lo conocía, realmente evitaba a toda costa a las personas como YoonGi, arrogantes y engreídos, sabía que sus personalidades harían de todo menos encajar, sabía que él era uno de esos chicos que lo irritaban con su sola presencia y sin duda era mejor evitarlo.

Por otro lado, el equipo de Quidditch podría ser el escalón que defina su futuro, por lo que se obligó a dejar sus cosas sobre la mesa, observando con disgusto al pelinegro frente a él, para su frustración, YoonGi no se vio afectado por muy intimidante que se quiso ver, en su lugar, se acomodó mejor en el asiento y posó sus ojos en él.

—¿Y bien?

—Tengo problemas con Pociones, Historia de la magia y Encantamientos.

Si YoonGi quiso burlarse o algo parecido, no lo demostró, en su lugar asintió mientras cerraba el libro frente a él y apoyaba ambos codos sobre la mesa.

—Historia de la magia es sencilla si te sientas y prestas atención a lo que el profesor Binns explica —JiMin soltó un bufido ante el consejo, inútil, según él.

—¿Acaso lo escuchas hablar? Ni siquiera él soporta el aburrimiento de sus clases.

—Lo sé, pero si quieres aprobar harás eso o copiarás, ahora, Encantamientos y Pociones es práctica, si no lo prácticas simplemente se te olvidará... Como el Quidditch.

—Estoy seguro que nunca podría olvidar lo que hago en el Quidditch.

Vio lo tentado que estaba YoonGi para poner los ojos en blanco, pero solo respiró hondo y farfulló algo inentendible antes de seguir.

—Eso es por que lo practicas, JiMin, hagamos esto, siéntate conmigo en Pociones, te ayudaré y después de clases podemos practicar Encantamientos, ¿bien?

—¿Llevamos Pociones juntos?

—Hace cinco años, realmente no me sorprende que lo ignoraras.

JiMin quiso refutar, pero no pudo, sabía que no ganaría nada haciéndolo de todas formas, relamió sus labios y asintió.

—Bien, mañana en Pociones.

—Y después de clases Encantamientos —aclaró YoonGi, jugueteando con un pequeño hilo suelto en su túnica, distrayéndose con tanta rapidez que JiMin no creyó que fuera el mismo chico irritante que lo recibió.

—Hay un problema con eso, tengo práctica de Quidditch.

—Creí que te sacaron del equipo.

—No, solo estoy en una pequeña suspensión, tengo que entrenar si queremos ganar.

YoonGi presionó los labios, asintiendo sin mirarlo realmente.

—Te esperaré.

Parecieron llegar a ese acuerdo silencioso, solo entonces JiMin pudo observarlo mejor, los ojos gatunos seguían persiguiendo el hilo suelto, su rostro sin expresar algo en realidad, era extraño, no solía fijarse en esos detalles normalmente, por lo que trató de olvidarlo con rapidez.

—¿Park JiMin en la biblioteca? Eso es novedoso.

JiMin puso los ojos en blanco al escuchar aquella irritante voz que le ponía los nervios de punta, giró la cabeza hacia el intruso que había llegado, Hyuk sonrió irritantemente mientras se cruzaba de brazos.

—¿No tienes mejores cosas que hacer aparte de venir y molestar? —respondió, poniéndose a la defensiva como cada vez que estaba con él.

—Bueno, sin duda estudiar es mucho más interesante que verte la cara.

—Hyuk, no seas grosero —interrumpió YoonGi, el rubio giró a observarlo con una ceja elevada.

—¿Lo conoces?

—Eso no te importa, entrometido —dijo el Gryffindor, acercándose hacia el pelinegro, haciendo que se moviera en la banca para poder sentarse junto a él, a JiMin le sorprendió la total confianza con la que esos dos se trataban, bufó antes de levantarse.

—Bien, nos vemos en Pociones.

YoonGi asintió, su atención volviendo rápidamente hacia el muchacho junto a él, JiMin giró a observarlos unas cuantas veces más antes de salir de la biblioteca, agitando la cabeza, tal vez con la esperanza de despertar del horripilante sueño que parecía tener.

La próxima vez que vio a YoonGi fue en la clase de Pociones, se aseguró de llegar temprano y esperarlo en la puerta del aula, bostezando con cansancio mientras los estudiantes entraban, muchos saludándolo en su camino, JiMin sonrió con amabilidad a cada uno, pero pareció entrar en razón cuando vio a la profesora acercarse.

La jefa de la casa Slytherin lo observó extrañada, siendo rápida en indicar con la mano que entrara.

—Adentro, Park, no hay tiempo que perder.

—Pero...

—Ya.

A JiMin no le quedó de otra, entró con extrañeza, ¿YoonGi le había mentido? Cuando estaba por maldecirlo, una mano se levantó por el fondo del salón, el pelinegro agitó su brazo de un lado a otro.

Giró a observar la puerta tras él, agitando la cabeza ante la confusión, terminó acercándose hacia donde estaba YoonGi, resoplando cuando vio a Hyuk junto a él.

—¿Por qué está aquí? —preguntó el Gryffindor sin haberlo mirado siquiera.

—Te lo dije ayer, hablamos luego, ¿bien?

Hyuk se levantó de su lugar mientras refunfuñaba, arrastrando el morral mientras se acercaba a su grupito de amigos, sintió la mirada molesta y pesada de su rival en él.

—¿Son amigos? —preguntó mientras se acomodaba junto a él —, no me agradas, pero podría decir que te tolero más a ti que a él.

El Slytherin entrecerró los ojos, ignorando sus palabras mientras abría su libro y esperaba las indicaciones de la maestra Charity.

—Buenos días a todos, hoy practicaremos con Pociones un poco más complicadas, espero que hayan leído las páginas indicadas, serán necesarias si quieren hacer esto bien. Sus materiales en la mesa, ya.

JiMin cerró los ojos, suspirando con resignación al saber que no había hecho nada de lo que el profesor indicaba, YoonGi no tardó en notarlo, sorprendiéndose solo un momento antes de bufar.

—Cuando NamJoon me dijo que necesitabas ayuda, no me dijo que necesitaras tanto, ¿sabes?

No tuvo tiempo a responder cuando se levantó y caminó hacia los armarios, sacando dos calderos de los acumulados, regresando a él lo más rápido posible, arrugando el entrecejo tan pronto como lo vio.

—¿Y los soportes?

El rubio se levantó a regañadientes, realmente no se sentía muy voluntario ese día, pero trató de pensar totalmente en el equipo mientras la clase avanzaba y YoonGi explicaba paso a paso lo que tenía que hacer.

—Mira, aquí dice dos espinas de puercoespín y dos gotas de baba de caracol, no más, no menos, ¿entiendes?

—Pero si le pongo un poco más el efecto sería más.

—Usar esa lógica te llevará a la muerte —escuchó cómo algo golpeaba un caldero no muy lejos de él y después la risa ahogada de Hyuk, quiso enfrentarlo, pero YoonGi volvió a hablar —, mira lo que dice aquí, la baba de caracol no define el efecto que tenga, debe ser siempre esa cantidad, lo que sí varía son los otros ingredientes, ¿en verdad leíste el libro?

—Estaba muy ocupado.

—Seguro, anda, hagamos un poco más.

En el transcurso pudo notar cada uno de los errores que había tenido en toda la asignatura, YoonGi le explicó pacientemente mientras hacía sus propias pociones, indicándole lo que estaba mal y viéndolo con satisfacción cuando lo hacía correctamente, poco a poco quiso ver esa expresión un poco más.

Cuando la clase finalizó recogieron sus cosas y caminaron juntos hacia las puertas, JiMin relamió sus labios cuando se quedaron uno frente a otro, apenas era un centímetro más alto que YoonGi, pero el otro Slytherin parecía más pequeño con la túnica casi tragándoselo, cuando observó su rostro parecía estar esperando algo, pero no lo dijo.

—Te veo mañana en el campo —dijo antes de girar y escuchar el murmullo del Gryffindor que parecía estar siempre tras YoonGi.

—No esperes mucho de él, Yoon, no es el mejor.

Después de una semana parecía ver a YoonGi en todo lado, era como un fantasma que aparecía de la nada, como si fuera algo que siempre estuvo ahí pero nunca notó, como aquellos bichos que parecían no estar sobre las plantas que el maestro les obligaba a quitar del invernadero y no las veías si no te concentrabas lo suficiente, de un momento a otro YoonGi parecía esos bichos.

Lo veía en los pasillos, en los salones, en las escaleras, en los invernaderos, en el lago, ni siquiera podía ligar bien porque él parecía estar siempre ahí, un bicho sin duda.

—Hey, JiMin.

El mencionado levantó la cabeza, viendo a NamJoon acercándose, sonrió con amabilidad mientras se acomodaba junto a él y sacaba el libro que siempre estudiaba.

—Hola, Nam.

—¿Cómo van las clases con YoonGi? —preguntó, la curiosidad plasmada en su tono y rostro.

—¿Por qué no lo vi antes?

Su amigo soltó una pequeña risa ante la respuesta, negando con la cabeza mientras buscaba la página en la que se había quedado.

—Lo hiciste, solo que no le prestaste atención.

JiMin no pudo refutar, volviendo su atención al libro frente a él, se mantuvieron en silencio mientras leían, pero no duró mucho hasta que el Slytherin volvió a hablar.

—Es que es imposible no notarlo, ¿por qué no lo hice antes?

—Bueno, realmente no puedes conocer a cada estudiante de Hogwarts, JiMin.

—Pero...

—Mejor dime como van tus clases con él.

El rubio suspiró, apoyando el rostro sobre el libro abierto, viéndose en un debate mental que no tenía fin.

—Bien, en una semana he mejorado lo que no pude en tres meses, ¿sabes?

—Sabía que YoonGi te ayudaría.

—¿Cómo lo conociste?

—¿Recuerdas esa vez que me quedé hasta tarde practicando los encantamientos?

Habían pasado dos años desde ese momento, pero JiMin lo recordaba aún, así que asintió.

—Apareció en el salón diciendo que lo estaba haciendo mal, ni siquiera dijo hola —eso sonó muy YoonGi, por lo que no se extrañó —, bueno, desde entonces hemos hablado.

—¿Y por qué no me lo presentaste?

El Ravenclaw soltó una risa ante el berrinche, negando con la cabeza mientras volvía su atención al libro.

—No hay un motivo exacto, jamás coincidieron como para tener una plática, de todas maneras, me alegra que te esté ayudando, los exámenes están cerca y si apruebas volverás para el torneo.

JiMin suspiró, incorporándose de nuevo para seguir con su lectura, duró unos cuantos minutos hasta que el recuerdo del pequeño problema que le había dado a NamJoon llegó a él.

—Entonces... ¿Cómo están las cosas entre Jin y tú?

Sonrió al ver que se ruborizaba.

—Bien, arreglamos las cosas y ahora estamos en... algo.

—Me alegra, lo siento, otra vez, no queríamos que discutieran.

—Está bien, después de todo lo solucionamos y las cosas mejoraron, en realidad, creo que si seguíamos así no llegaríamos a nada.

—No te ofendas, pero en verdad tardaron.

NamJoon rio, asintiendo de acuerdo, volvió a concentrarse en su libro, pasaron media hora en silencio hasta que ambos tuvieron que volver a sus clases, JiMin caminó distraídamente hacia el salón, sonriendo a todo aquel que le sonreía en el camino.

No fue sorpresa ver a YoonGi sentado junto al estúpido Gryffindor en una de las bancas traseras, en verdad no podía creer que haya ignorado su presencia todo ese tiempo.

TaeHyung levantó la mano para llamar su atención, sonriendo mientras se hacía a un lado para que se acomodara junto a él.

—Tardaste un poco.

—Me distraje —murmuró, su cabeza girando hacia donde YoonGi y Hyuk conversaban y reían con verdadera confianza.

JiMin se consideraba alguien curioso por naturaleza, siempre que algo llamaba su atención debía saber cada detalle que tuviera, hasta el mínimo, para su sorpresa, fue YoonGi quien llamó su atención los últimos días.

—¿Te está intimidando? —preguntó cuando se encontraron en las mazmorras cuando las clases habían finalizado, el pelinegro lo observó con el entrecejo fruncido.

—¿Qué?

—Hyuk, ¿te está intimidando?

YoonGi abrió los ojos con sorpresa dejando de escribir en el pergamino para prestarle toda su atención.

—¿Qué?

—Oye, sé que nos conocemos hace poco, pero puedes decírmelo, le daré una lección.

El único sonido que se escuchó en el lugar fue el de su vecino, el calamar gigante, pasando junto a las ventanas de la sala común de Slytherin, pronto la risa de YoonGi acompañó el silencioso lugar.

JiMin se disculpó mentalmente con TaeHyung, tenía una nueva sonrisa favorita.

—Eso es tan tonto, ¿Hyuk intimidar?

—Bueno... —YoonGi interrumpió, como si estuviera temeroso de que diga alguna tontería más.

—No me intimida ni nada parecido, él ni siquiera asusta.

—Es solo que creí... bueno, ¿cómo es que lo aguantas? —terminó preguntando mientras se acomodaba en el sofá junto a él.

—Es mi amigo, lo conozco desde que éramos niños, me acostumbré a él y ya.

¿Había alguien en el universo que lo soportaba? Lo observó como si fuera el bicho más raro que había visto en mucho tiempo, suspiró mientras se recostaba en el respaldo del sofá, ninguno dijo nada unos minutos, pocos en realidad.

—¿Por qué no te agrada?

JiMin lo observó, dudando poco en confesarle lo que pasaba, pero terminó haciéndolo de todas formas.

—Es irritante, desde el primer día que puse un pie en Hogwarts, tropezó conmigo y ni siquiera se molestó en dar una disculpa.

—Vaya, él dice que fuiste tú quien tropezó.

—No es cierto —el pelinegro puso los ojos en blanco.

—Como sea, ¿Cómo te va con Encantamientos?

JiMin explicó que, de hecho, le iba mejor de lo que creía, practicando con el libro en la mano, leyendo las indicaciones tales como las decía y no lanzando las palabras como creía que eran.

La sonrisa que le dedicó el pelinegro hizo que un cosquilleo se extendiera por su estómago, soltó una risa nerviosa mientras apartaba la mirada y se levantaba del sofá.

—Bueno, hasta mañana.

Debió parecer ridículo verlo tropezar con la mesita del centro mientras caminaba hacia las escaleras que llevaban a su habitación, JiMin no durmió bien mientras mil y un pensamientos pasaban en su cabeza.

—Por favor, juro que será la última vez.

YoonGi frunció el entrecejo, cruzándose de brazos mientras observaba al Slytherin frente a él.

—Dijiste eso hace dos días e igual llegaste tarde.

—Ya dije que lo siento, por favor, YoonGi, eres mi última esperanza, practica conmigo.

El pelinegro lo observó con los ojos gatunos entrecerrados, negando con la cabeza mientras mantenía los labios presionados, JiMin suspiró mientras pasaba una mano por su cabello y lo llevaba hacia atrás, YoonGi realmente se sorprendió de lo desesperado que parecía.

—En verdad lo necesito, por favor.

—¿Y qué me asegura que sí será la última vez?

JiMin pasó la lengua por sus labios tomando la pose de un gran negociante mientras hablaba.

—No tendré más citas hasta que los exámenes finalicen y después del partido te invitaré lo que quieras en Hogsmeade... es una promesa.

Sus comisuras se estiraron con ligereza al ver que el gesto de YoonGi temblaba para dar paso a la duda, su compañero lo pensó un momento antes de parecer recriminarse algo y asentir, suspirando mientras recogía sus cosas para alejarse de él, no tardó en seguirlo, tropezando con sus pies para llegar a su lado.

Las prácticas con YoonGi siempre fueron productivas, no había día en el que se fuera sin saber algo, ya sea de algún encantamiento o del mismo YoonGi, cualquiera de los dos era beneficioso para él.

JiMin se esforzó por cumplir la promesa, rechazando todas la invitaciones que se le dieron, estaba comprometido con YoonGi, no sabía cual era el motivo exacto, pero sabía que no quería decepcionarlo, no ahora que parecía haber ganado un poco de su confianza.

Continuó de esa manera las siguientes semanas, ahora no solo encontraba al pelinegro en sus tutorías, también lo hacía después de cualquier clase, habían días en los que se quedaban hasta muy tarde hablando en la sala común, no siendo hasta que uno de los prefectos aparecía y los mandaba a dormir.

—Te gusta —dijo JungKook una tarde después del entrenamiento, JiMin apartó la mirada de los altos escalones donde YoonGi estaba apoyado contra el barandal y hablaba con Hyuk sobre su escoba.

—No sé de qué hablas —respondió mientras se quitaba el uniforme.

—YoonGi, él te gusta, ¿no?

—¿La Bludger te golpeó en la cabeza?

El Gryffindor le lanzó su guante, JiMin soltó una risa ante los murmullos y maldiciones que su amigo empezaba a soltar.

—Tae me lo dijo, está asustado por verte actuar... así.

—¿Así cómo?

—Todo perdido, esperando siempre a alguien, desesperado por encontrarlo, no recuerda haberte visto antes así y ya lo asustaste.

—Tae exagera las cosas, estoy bien, YoonGi no me gusta.

El azabache se encogió de hombros, tomando un poco de agua antes de levantar sus cosas y caminar con dirección al castillo, JiMin le dio una última mirada al Slytherin, suspirando antes de seguir su camino tras JungKook.

La semana del campeonato fue estresante, no solo debía preocuparse por el entrenamiento, también debía lidiar con sus libros y prácticas para poder aprobar sus últimos exámenes, el lado bueno era que podía ver a YoonGi con mucha más frecuencia.

—Para ti —JiMin levantó la cabeza, viendo primero el dulce y luego a YoonGi.

—No es mi cumpleaños —murmuró, aún así recibió el envase, enderezándose sobre la silla y estirando los músculos, YoonGi se sentó frente a él poco después.

—No, pero quiero dártelo, lo estás haciendo muy bien, JiMin.

El rubio sonrió, observando el dulce en su mano y abriendo los ojos con sorpresa.

—Oye, ¿cómo lo conseguiste?

—¿Sabías que los elfos son de las criaturas más amables si sabes tratar con ellos? Los ayudo a veces y me dan bocadillos como agradecimiento, disfrútalo.

Asintió mientras abría el sobre, lo partió en pequeños pedazos y lo dejó en el centro de la mesa.

—Lo hemos hecho bien, gracias.

—No eres tan irritante como cuando te conocí.

—¿Es un cumplido?

YoonGi asintió con fervor, la adorable imagen hizo que ese cosquilleo en su estómago volviera a él, fue confuso cuando pasó la primera vez, para ese momento ya sabía que cada vez que YoonGi hiciera algo tan simple como sonreír.

Las palabras de JungKook no tardaron en resonar y cuando las de TaeHyung hicieron presencia.

"¿No te gustaría experimentar algo más serio?"

—Espero que apruebes y ganes el campeonato, me dijeron que hay un nuevo dulce en Honeydukes y quiero probarlo.

JiMin apenas prestó atención a lo dicho, asintiendo distraídamente mientras más pensamientos iban y venían en su mente, mareándolo con ligereza mientras experimentaba querer algo con fervor.

—Creo que me gustas.

—No te ves muy bien.

JiMin observó perezosamente hacia su amigo, SeokJin sonrió mientras se acomodaba junto a él en los altos escalones del campo de Quidditch.

—¿Es muy notorio?

—Algo, ¿qué pasó?

—Le dije a YoonGi que me gustaba... No me ha hablado en tres días.

Jin no pareció sorprendido, observando hacia el frente mientras apoyaba la espalda en el escalón tras él, JiMin siguió inclinado hacia adelante, ocultando el rostro entre sus manos.

—Aprobé el examen, pero no puedo decírselo, ni siquiera lo veo ahora y el partido es mañana, creí que...

—Oye, cálmate.

—Pero...

—No puedes decirle a alguien como YoonGi que te gusta sin prepararlo, ¿sabes lo tímido que fue cuando tuvo que decirle a NamJoon que estaba equivocado? ¿O cuando me lo presentó? Hyuk dice que cuando se conocieron YoonGi estaba oculto tras su madre.

JiMin arrulló ante la mención de un pequeño YoonGi, ablandándose totalmente, su amigo lo observó con sorpresa, como si no creyera que fuera posible tenerlo así con solo unas palabras, JiMin estaba azotado.

—Entonces qué hago.

—Acorralarlo —los ojos de su amigo brillaron con emoción, pero JiMin arrugó el entrecejo al ver la reacción —, bueno, puedes encontrarlo en la biblioteca, Nam dijo que estuvo encerrado ahí más de lo normal, es el último en salir.

Asintió, si era su única oportunidad no dudaría en tomarla.

No solía ser alguien nervioso, realmente no, a él le gustaba decir que era de las personas más relajadas y que no dudaban en hacer las cosas que quería, esta sería la primera vez que vivía algo como eso, suspiró tembloroso antes de empujar la puerta y entrar al silencioso lugar.

Era sábado y gran parte de los estudiantes fueron autorizados para ir hacia Hogsmeade, por lo que nadie estaría en la biblioteca a esa hora, nadie excepto YoonGi. Caminó hacia la última mesa, donde lo conoció y vio extrañado el lugar vacío, solo con las cosas del pelinegro.

Entrecerró los ojos mientras giraba hacia los estantes, viendo una sombra y parte de una túnica, ladeó la cabeza mientras se acercaba.

—¿YoonGi?

—No.

—¿No quieres verme? —el silencio lo alivió un poco, prefería eso a que una respuesta afirmativa a su pregunta —, ¿podemos hablar? Está bien si te quedas ahí, solo quiero que me escuches.

Volvió a tomar ese silencio como una respuesta, llenando sus pulmones de aire antes de hablar.

—Cuando te conocí no creí que fueras alguien tan tímido, no trataste de ocultarte y no pensé que decirte que me gustas fuera a causar que te alejaras... soy nuevo en esto, no sé como actuar contigo, me pones muy nervioso si soy honesto, lo cual es difícil, mañana tengo un partido importante, pero lo único en lo que puedo pensar es en ti y lo mucho que te extraño.

Vio el sol esconderse por los ventanales, los rayos filtrándose y elevándose con lentitud hasta sus rodillas.

—D-Dijiste que creías... JiMin, ¿te gusto en verdad?

—Claro que sí, en ese momento estaba algo... sorprendido, ya dije que soy nuevo en esto, perdón si eso te hizo sentir inseguro, en verdad, pero mis sentimientos son reales —giró la cabeza, sonriendo cuando vio los ojos asomados entre algunos libros y el estante, levantó la mano y empezó a quitar uno por uno, relamiendo sus labios cuando el rostro sonrojado de YoonGi fue descubierto —, ¿eres tímido en las declaraciones?

—No me causaste nerviosismo cuando te conocí, era difícil no ser recíproco a tus actitudes, ¿sabes? También me gustas, pero soy nuevo en esto... como tú.

—¿Quieres aprender? Lo haremos juntos.

Nunca había imaginado una imagen tan adorable como las mejillas sonrojadas de YoonGi mientras asentía y susurraba un pequeño "sí".

—¿Un beso de buena suerte? —preguntó cuando estaba por reunirse con su equipo, YoonGi abrió los ojos con sorpresa, cubriendo sus labios con ambas manos, JiMin soltó una risa ante el gesto —, juro que no muerdo.

El comentario solo provocó que el Slytherin se ruborizara mucho más.

—¿Cómo le deseas buena suerte al idiota entonces?

—Le doy una patada, ¿quieres probarla? Hizo que ganara cada vez.

JiMin se carcajeó mientras acomodaba los guantes en sus manos, suspirando al saber que su "elaborado" plan no daría resultados, giró a él una vez más, sorprendiéndose cuando YoonGi tiró de su manga y se estiró para dejar un beso sobre su mejilla.

—Creo que no necesitas buena suerte.

El rubio sonrió atontado, girando a él para rodear sus hombros con un brazo y dejar un beso sobre su sien, ni siquiera prestó atención al comentario del estúpido Gryffindor que parecía querer uno de esos besos para la buena suerte.

Al final, tal vez sí necesitó esa patada que YoonGi le daba a su rival.

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