Bien juguemos. Pero lo haremos a mi manera, a la manera de Brooke Miller.
- Llevas razón, pero no pienso follar de nuevo contigo.- sonreí falsamente.
- ¿De verdad que no? - dijo mirando a mis labios sonriendo de forma perversa, esa que tanto le caracteriza.
Mientras dijo esto ni siquiera me di cuenta de que estábamos llendo al dormitorio inconscientemente.
- Gracias por la oferta pero no.- dije poniendo mis manos en su pecho.
Acto seguido me elevó por la cintura y automáticamente, por una razón que aún desconozco, puse mis piernas alrededor de la suya.
Nos tumbamos en la cama y él quedó encima de mí.
- ¿Sigues teniendo la bendita lencería? - preguntó mientras levantaba mi vestido.
- Nunca la tiré. - yo estaba helada por su tacto. Era como si me atrapara en él y por mucho que me negase, deseaba tenerle cerca de mí.
- ¿Sabes? Hacerte caso nunca fue mi opción.
Y sin más, me besó. Este no era lento, como en la fiesta. Era rápido, efusivo y en cierta manera salvaje. Lleno de pasión, lujuria y deseo. Todo esto provocado por no tocarnos en meses. Ni una caricia, ni un beso...
Fue subiendo mi vestido hasta que logró sacármelo y cuando lo hizo se quedó contemplándome, como si de una obra de arte se tratase.
Yo reí por la forma en la que se me quedó embobado.
- Sí, tú ríe ahora, porque después lo único que escucharé serán tus gemidos.
- Y también serán los últimos que tú escucharás.
Él me miró con superioridad y volvió a besarme.
Fue descendiendo y en mi cuello se podrían notar al día siguiente el paso de Jaden por él.
Bajó por mi pecho, mi abdomen hasta llegar a mi zona.
Ahí le paré y en un ágil movimiento quedé a horcajadas de él.
- Si jugamos, será a mi manera.
Lo que pasa Hossler, es que no sabes cómo terminará este juego.
Lo volví a besar y empecé a trazar círculos con mis caderas conforme me pegaba más a él.
Jaden soltó un gruñido y yo sonreí para mis adentros.
Seguí besando su mandíbula hasta que llegué a la oreja y le susurré:
- Voy a hacer que me desees como jamás lo has hecho antes.
Él me pegó más a su cuerpo y me sujetó firmemente por las caderas.
- No vas a volver a jugar conmigo.
- No lo creo... Tengo más poder sobre ti del que crees.- bajé mi mano hacia su miembro y confirmé que estaba erecto.
Él tensó su mandíbula y echó la cabeza hacia atrás. Volvió a mirarme y al ver que yo sonreía victoriosa me cogió del cuello y quedé a escasos centímetros de su boca.
- No te equivoques princesa.
- No me equivoco. Estás más empalmado que la última vez que lo hicimos, yo puedo aguantar sin que me folles, tú...- hice una pausa.- lo dudo.
- Podemos tirarnos así toda la noche.- respondió él testarudo, ya que siempre quiere llevar la razón.
- Bien, ya lo veremos.- comencé a moverme de nuevo y volví a besarlo.
Mi ritmo aumentaba cada vez más y su amiguito se hacía notar.
Intentó pararme cogiéndome fuerte por las caderas pero no lo consiguió.
Movimientos lentos, después rápidos, en círculos...
Jaden, te delatas tú solo.
Separó nuestros labios y pude notar sus ojos dilatados clavados en mí.
- Bien tú ganas. Me están dando unas ganas tremendas de incluso follarte contra la puerta.- dijo a milímetros de mi boca.- Y créeme, después de eso no podrás ni caminar.
- Demuéstramelo.- él sonrió juguetón.
Me volvió a tumbar fuertemente quedando él encima de mí.
Se quitó los bóxers y su erección era más que notable.
Antes de entrar en mí, caí en la cuenta.
- ¡Jaden! ¡Jaden mierda el condón!-grité alarmada.- él gruñó.
- Tienes que tener alguno por ahí.
- No, yo no me tiré a nadie.
- Yo menos.- me miró
- Agh, está bien, iré a ver si Riley tiene.
- Incluso la loca esa follará más que tú.- dijo mientras me alejaba.
- Kio la tiene entretenida.
Él se quedó sorprendido y yo me encogí de hombros, supongo que no sabía que esos dos tenían algo.
Todo marcha perfecto respecto a otros de mis planes conspiranoicos y retorcidos: cojo el condón, un calmante del bote de pastillas que por extraña razón alguna vez guardé y ahora agradezco y volvemos al cuarto.
Sí, creo que ya sabéis por dónde voy. Ya lo dije, no me va a volver a encerrar con él.
Fui a la cocina, abrí el cajón sigilosamente y cogí una pastilla, después fui a la habitación de Riley y cogí el dichoso condón.
Antes de entrar a la habitación, metí la pastilla en mi boca de tal forma que no se desintegrara con la saliva.
- ¿A dónde te fuiste a buscar un puto condón?
- Que yo sepa aquí no se folla todos los días, estúpido.
- Ahora mismo me da igual.
Me atrajo por la cintura y quedé otra vez encima de él. Se puso el condón y nada más sentirlo dentro de mí, gemí y recordé que debía de meterle la pastilla a Jaden así que le besé y le pasé la pastilla.
El pobre ni se inmutó. Fue más fácil de lo que pensé, debo admitirlo.
Aumentó el ritmo y así mis gemidos y en la habitación era el único ruido que se escuchaba junto con la respiración agitada de Jaden.
- Madre mía, se me había olvidado lo bien que lo hacíamos.
- No eres el único.- respondí entre jadeos.
Las embestidas cada vez eran más fuertes y yo me aferré a su espalda, arañándola.
Estaba segura de que eso le iba a dejar marca, pero ya que la tiene tan trabajada, chico, me la estás regalando.
El ritmo descendió y ahora era más suave.
- Joder Gabriella...- dijo mordiendo su labio.
Me gustaba verle así, saber que era la única capaz de excitarle, ver cómo me devoraba con la mirada y cómo también podía hacerle sufrir siendo yo el arma más letal.
***
Nos tumbamos en la cama y él tenía su mano en mi cadera.
- Menos mal que no te hago caso, porque si hubiese seguido tu gracias, pero no acepto tu oferta- dijo imitándome- me habría perdido otro de nuestros grandes polvos.- rió.
- Eres un estúpido.- reí también.
- Tanto que no pude calcular tus movimientos. Rompiste todos mis esquemas desde que llegaste a mi vida.
- Me alegra oír que fui la única y primera capaz de joder al gran Jaden Hossler.
- Sí, deberías de estar orgullosa.
Me apretó contra su cuerpo y cerró los ojos.
- ¿Tan cansado te dejé?
- Nena, me has exprimido.
Yo reí para mis adentros y esperé a que se durmiera.
Si no me equivoco... Tendría media hora para irme de ahí.
Tiempo de sobra.
Cuando confirmé que estaba bajo el efecto del calmante, levanté su brazo de mi cintura y me vestí rápidamente.
Cogí el móvil y avisé a Riley.
- ¿Dónde coño estás?
- Jaden vino a por mí. Se adelantó antes de que pudiera salir del edificio.
- ¿Qué?
- Sí, pero ahora necesito que vengas y me lleves contigo a la mansión Lewis. Luego te contaré todo. Ahora mueve tu culo, Riley.
- Está bien, voy para allá.
Cogí la cosas que necesitaba y recibí el mensaje de Riley diciéndome que estaba abajo esperándome.
Abrí la puerta del apartamento pero antes de salir, se me ocurrió algo que se que no le hará gracia.
Rápidamente saqué un pintalabios de mi bolso y corrí hacia el dormitorio.
Me acerqué sigilosamente a él, y cuando quedé a centímetros de su abdomen empecé con mi obra de arte.
¿Qué hice? Fácil.
Dejé mi firma: Miller, xoxo.
Nos vemos en la próxima, Hossler.
--------------------------------------------------------------
Bueno... ¿Cómo que hace calor,no?
Jajajaja.
Espero que les haya gustado el capítulo, por mi Instagram dejaré la publicación del siguiente y también dónde pueden ver la película de Jaden. Voy a morir, dios que arte será esa película.
Bueno, que me distraigo.
¿Qué creerán que hará ahora Gabriella?
¿Qué creen que sucederá con Riley?
¿Y Jaden?
¿Volverán a verse?
¿Quizás en la cama o en un tiroteo?
Echen sus apuestas, jajajaj.
Traducción del título: juguemos pero a mi manera.
Nos vemos en el siguiente capítulo.
Besos mafiosos,
Kendal Hossler.