──Para mañana me gustaría que prepararais un breve ensayo sobre lo que vosotros consideráis como arte. Tendréis que leerlo frente a la clase, y la pasión que pongáis será tenida en cuenta para la nota de esta asignatura. Buenos días.
Y tras esas palabras, se fue, poniendo fin a mi primera mañana en la universidad.
──¿Qué te ha parecido Elvira?
Me giro hacia Trevor. Él y Mark se sentaron justo detrás, mientras que yo me encuentro entre dos muchachas cuyos nombres ni sé, ni me interesan.
──Pues bastante agradable, la verdad ──respondo girándome en su dirección──. Los tres han sido... interesantes.
Y lo digo en serio. Alfred Holland había sido un poco coñazo hablándonos de los orígenes del arte, pero pronto desvió su discurso hacia las maravillas de estar soltero y cómo los jóvenes debemos aprovechar mientras podamos, porque el compromiso era, y cito textualmente, "una sutil y letal penitencia".
Caroline Allen, por su parte, dedicó su primera hora de docencia del curso a intentar conocernos, y no me refiero a preguntar nuestros nombres, sino a indagar en nuestros más profundos deseos y miedos. Supongo que ya me ha quedado claro el significado de su asignatura, el cual rondaba como una incógnita por mi mente debido a su título, Arte intrínseco.
Mientras salgo del aula, escucho a unos chicos hablar de una carrera que haby esta noche cerca del muelle abandonado. Los miro con disimulo, o eso creo, hasta que mis ojos dan con los de uno de los estudiantes que escuchaban atentos los planes de su amigo. Era, ni más ni menos, el chico que vi en el Pyramid, en la sala prohibida. Yo lo conozco de algo más, estoy segura, y espero que ese sea el motivo por el que él me observa casi sin pestañear, porque, de recordarme de esa casi fatídica noche, estoy jodida.
──Hola, bombón. ¿Qué tal tu primer día? ──llama mi atención Jason.
──Mejor de lo esperado ──reconozco──, ¿qué tal el tuyo? ¿Alguna anécdota que contar? ──pregunto entrelazando mi brazo con el suyo.
──No, de momento estoy siendo un niño bueno. ¿Has terminado por hoy?
──Sí, y me muero de hambre.
──¿Es esa una indirecta para que te lleve a comer, pequeña O?
──Puede ser... Aunque había quedado con Josh para ir al Sweet Pleasure. Han sacado una hamburguesa que dicen que está para chuparse los dedos. ¿Quieres venir?
──¡Eh, yo también me apunto! ──interviene Mark.
──Suena genial ──añade Trevor.
Miro a Jason de manera divertida mientras contengo una risa. Justo en ese momento, el chico cuya identidad me atormenta pasa por mi lado izquierdo, rozándome sin hacerme daño, pero consiguiendo que mi mirada se encuentre con la suya para averiguar la fuente de ese contacto.
──Perdona ──dice.
──No pasa nada.
Y se va. Y yo no dejo de seguirlo con la mirada. Esos ojos los he visto antes, joder. Estoy cabreada con mi memoria por ser tan limitada cuando quiere.
──¿Nos vamos o qué? ──se impacienta Mark.
──Sí, vamos.
A la salida del edificio donde había tenido lugar mi última clase, diviso a lo lejos a ese chico de nuevo, mirando en nuestra dirección mientras habla por teléfono.
──Uno de los chicos que nos vieron a las puertas de la sala Éxtasis no nos quita los ojos de encima ──le susurro a Jason al oído.
──Bueno, se supone que nosotros no recordamos nada ──responde mi amigo de la misma manera──, al igual que se supone que estamos enamorados, así que démosle algo que concuerde con nuestros actos de aquella noche.
Lo miro y sé a qué se refiere.
──Ya parece que tengamos algo, desastre.
──Que lo parezca más.
Le sonrío justo antes de que se incline a darme un beso. Se lo sigo un par de segundos hasta que siento las arcadas de Mark y Trevor a nuestras espaldas.
──No sabía que teníamos una pareja en el grupito ──comenta Trevor──. Me alegra que hayas olvidado finalmente a Regina, hombre ──agrega palmeando el hombro de Jason.
Conque eran ciertas las sospechas de Leo... Jason lo mira mal efímeramente, pero pronto pone su atención de nuevo en mí, y veo el horror reflejado en su rostro. Es raro, pero me parece tierno que tema mi reacción.
──No me mires así, desastre ──le digo──, no tengo ningún problema ──añado mientras le doy un breve beso──. Y, ya que ahora sé tu secreto...
──¿Qué? ──cuestiona al ver que no continúo.
Mark y Trevor continuaron caminando, pero nosotros nos paramos. Me acerco a su oreja izquierda para decirle mi recién inventado secreto, con el único fin de ver su reacción.
──Soy prostituta ──le susurro para después alejarme a paso rápido mientras contengo la risa.
Su cara es un poema. Debería haber tenido la cámara del móvil preparada, joder.
──¡Era broma, cariño! ──grito cuando estoy considerablemente cerca del estudiante misterioso──. ¡Esto es sólo tuyo! ──añado recorriendo mi cuerpo con mis manos.
Me doy la vuelta dirigiéndome a mi coche sintiendo los ojos de alguien siguiendo todos mis movimientos. No me hace falta girarme para saber de quién se trata.
Una vez al lado de mi coche, Jason rodea mi cintura desde atrás.
──Muy buena broma, mi pequeña O ──deposita un beso en mi cuello──. ¿Crees que sigue mirando?
Me giro para quedar cara a cara con él.
──Me da igual.
Lo beso, esta vez porque me apetece. Una parte de mí se convence de que es porque sé que el objetivo está mirando, pero Jason es una droga en la que no me importa caer. Me atrae y nos llevamos bien, sólo estoy siguiendo el consejo de uno de mis profesores.
──¿De dónde has sacado este cochazo? ──pregunta mientras yo arranco el auto.
──No lo quieres saber ──respondo sincera.
──¿Lo has robado? ──cuestiona temeroso.
──No, idiota ──digo entre risas──. Me lo ha regalado Leonardo.
Su mirada vuelve al frente, y no vuelve a abrir la boca hasta que llegamos al restaurante.
Cuando llegamos, Mark y Trevor están con Josh, y, tras saludar a mi mejor amigo e indicarle con la mirada que ya le explicaré luego, nos adentramos en el restaurante. La comida transcurre con normalidad, y, al poco de haber terminado todos, recibo un mensaje.
Florence (Dreamers):
A las 8 todos aquí. Polly quiere una cena de equipo antes del estreno de Olivia.
Dreamers era el nombre del grupo en el que mis compañeros de trabajo me habían metido. Bueno, me había metido Polly, para ser exacta.
Miro el reloj, que marca las 15:30, y decido pasarme a ver a Leo para contarle mi mañana.
──¿Nos vamos? Quiero hacer algunas cosas antes del curro.
Con un asentimiento de cabeza por parte de mis acompañantes, pedimos la cuenta, cada uno paga lo suyo y nos dirigimos a la salida.
Mark, Jason y Trevor se suben en el coche de este último, y Josh y yo nos dirigimos a los nuestros.
──¿Qué vas a hacer? ──cuestiona Josh.
──Quiero pasarme a ver a Leo para contarle mi mañana. Cuando salga del trabajo te llamo, ¿vale? Tengo algo que contarte.
──¿Qué te parece si, mejor, desayunamos juntos mañana? Es mi cuarto aniversario con Lorelai y tengo una cena romántica preparada. Como después llames y me fastidies el polvo, me enfadaré.
──De acuerdo, Romeo ──ladeo una sonrisa mientras me subo en mi Maserati──. Ah, y felicidades por esos 4 años. Ya felicitaré a Lorelai por aguantarte tanto.
Josh me dedica un corte de manga y yo me largo de allí.
***
La tarde con Leo estuvo bien. Me contó anécdotas de mis nuevos profesores y recordarlas de camino al trabajo me hace sonreír.
──Hola, Gordon ──digo mientras el encargado de seguridad me abre la puerta del local. Él saluda con un simple asentimiento de cabeza.
──¡Al fin! ──exclama Sky──. Haremos las introducciones rápido, ¿de acuerdo? Esta es Jessica ──dice señalando a una rubia despampanante. Barbie le iría mejor──; tu compañero de esta noche, Liam ──un hombre de la edad de Sky fingió quitarse un sombrero en mi dirección, a lo cual yo respondí con una leve reverencia──; Florence ──una morena que apenas levantó la cabeza de su móvil── y Franco ──este chico será un par de años mayor que yo, a lo sumo, y el único que se acerca a abrazarme.
──Encantado de conocerte, Olivia ──dice estrujándome en el aire──. ¿Puedo llamarte Oli?
Florence se ríe.
──Tiene una extraña manía de acortar todos los nombres. Es incapaz de pronunciar el nombre completo.
──No soy incapaz ──interrumpe el aludido──, sólo me gustan los diminutivos porque significa estar en confianza, ¿no crees, Oli?
──Supongo. Pero, aunque no me molesta que me llames así, preferiría que lo acortaras llamándome Liv. Oli suena a niña rica tonta ──digo fingiendo estremecerme.
──Bueno, la cena ya está lista. Olivia, bienvenida a tu casa ──dice Polly.
La cena transcurre sin nada resaltable, a excepción de las bromas entre Franco y Sky, que parecen estar muy unidos. Pronto me siento integrada con todos y cada uno de ellos, lo cual agradezco enormemente.
A las 9:30, Polly se levanta de la mesa. Sky y Florence la ayudan a recoger todo, mientras que Liam y yo recibimos instrucciones de preparar la barra. Tras una breve explicación por parte de Liam sobre cómo preparar las bebidas más demandadas, el local abre sus puertas al público.
***
Es impresionante la cantidad de gente que hay para ser un lunes. Son las 11:30 y apenas he parado un par de minutos.
──Un Tequila Sunrise, por favor ──me pide un señor por quinta vez esta noche.
En la hora y media que llevo de trabajo no he salido de la barra, aunque casi lo prefiero así.
──Liv, te llaman de la mesa 5 ──me avisa Liam.
Con un asentimiento de cabeza, me dirijo hasta allí. Las mesas están en los extremos de la sala, de tal manera que la pista queda libre para bailar. A su vez, están separadas entre ellas con cortinas oscuras, supongo que para dar una falsa sensación de privacidad, ya que estás a la vista de cualquiera que dirija su mirada hacia ahí. Aún así, resulta bonito.
──¿Me habían llamado? ──pregunto al llegar.
──Sí ──responde un señor de unos 40 años──, me preguntaba si te importaría salir a bailar con mi hijo. Está empeñado en quedarse aquí para que no me pase de copas, pero unos socios vendrán para hablar de negocios, ya me entiendes.
Por la mirada que me echa, deduzco que son cosas ilegales de las que quiere dejar a su hijo al margen, por lo que acepto sin pensarlo y con mi mayor sonrisa, como Polly me advirtió antes de empezar.
──Vamos, cielo, dejemos algo de privacidad a tu padre ──sugiero ofreciéndole mi mano.
El chico, que no aparenta más de 18, coge mi mano tras unos segundos de vacilación. Es rubio, de ojos azules y bastante delgaducho, y su cara refleja lo incómodo que se siente. El DJ pone Timber, una canción que solía bailar con muchas ganas hace años, por lo que no resulta difícil animarse.
Comienzo a cantar y bailar intentando mover a mi acompañante, que se muestra sumamente tímido. Por el rabillo del ojo veo a Polly instándome a animar al chico, por lo que pongo más empeño en ello. Tras 15 minutos, consigo que comience a relajarse, y sus manos se fijan en mi cintura sin ningún pudor.
──No bailas nada mal ──le digo acercándome para que me oiga──, me alegro de que te sueltes un poco, empezaba a pensar que te incomodaba.
──No me incomodas tú ──responde sonriendo un poco──, me incomoda pensar lo que estará haciendo mi padre.
──Pues olvídate de él.
Sorprendentemente, lo convenzo, y ambos comenzamos a disfrutar de la música. Veo a Liam algo agobiado en la barra, por lo que considero oportuno volver.
──¿Me disculpas un momento? Liam está al borde del colapso.
──Claro ──se gira hacia donde está su padre y evito que lo vea.
──Vente conmigo, que la noche es joven.
La barra está abarrotada, y varios hombres me gritan que quieren algún baile conmigo. De manera divertida les respondo que esperen su turno, pues temo que mi acompañante descubra lo que hace su padre. He visto a sus colegas, y sus pintas anuncian peligro, especialmente porque deduzco que llevan armas escondidas.
La noche comienza a animarse y Liam y yo con ella. Bebemos chupitos con los clientes, nos desplazamos a las mesas bailando e, incluso, nos mojamos de vez en cuando con la bebida. El chico al que intentaba distraer se vuelve a acercar a mí mientras vuelvo de atender, precisamente, a su padre.
──¿Sabes si le falta mucho?
──Creo que esta era la última ronda que pedirán. ¿Por? ¿Tanto te aburres?
──No, pero quizá tú te aburras de hacer de niñera.
──No hago de niñera, rubio ──objeto──, sólo me divierto en mi trabajo.
Él sonríe, aparentemente convencido.
──Si ellos están con la última, déjame invitarte a ti a una copa, anda.
──Nunca podría decir que no.
Me acompaña a la barra y yo paso detrás para preparar dos copas de vodka.
──Me llamo Nolan, por cierto ──se presenta──. ¿Tú?
──Olivia ──le digo una vez están preparadas──. Puedes llamarme Liv, pero no Oli, por favor.
──Encantado, Liv ──sonríe.
***
Desastre:
Esta fiesta es muy aburrida sin ti. ¿Vienes al salir de trabajar?
El mensaje había sido enviado a las 00:24. Ahora son las 2, y acabamos de cerrar el local, por lo que soy libre por hoy. Supongo que podría pasarme un ratito por la casa de esa tal Allison.
Mándame la dirección y te salvo.
En menos de un minuto me la envía y pongo rumbo allí. Está a menos de 5 minutos en coche, y lo agradezco. La mansión es impresionante, digna de cualquier millonario. Jason está en la puerta principal, esperándome. Una vez que aparco me encamino hacia él.
──¿Me echabas de menos?
──No sabes cuánto.
Se le nota algo pasado de copas, aunque yo también lo estoy. Por eso agradezco no haber tenido que conducir demasiado.
──¿Sabes que a las 9 tenemos clase, verdad? ──le pregunto.
──Sí, pero podemos dormir aquí, hay habitaciones de sobra. Allison siempre deja a parejas quedarse.
──¿Somos pareja, desastre? Porque me he perdido ese capítulo. Especialmente la parte en la que me lo pides y te mando a la mierda.
──Auch ──responde──. Y no, no lo somos, pero estaremos en el mismo cuarto, que es a lo que me refería ──dice acercándose peligrosamente a mí.
──¿Qué te hace pensar que me apetece pasar la noche contigo? ──pregunto de manera pausada.
──Que aún no me has apartado ──susurra prácticamente en mi boca.
No me da tiempo a replicar antes de que pose sus labios sobre los míos. Su boca atrapa la mía de manera feroz, e intuyo que algo le ha pasado. Aún así, no le freno cuando su mano atrapa una de mis nalgas, ni cuando coge mi mano y me guía al piso superior. Mi cerebro no quiere pensar en este momento, y mi cuerpo quiere a Jason. Nos metemos en una de las habitaciones y no tardamos ni un minuto en quitarnos la ropa. Sinceramente, pensé que si nos acostábamos algún día habría mucho juego previo, pero está demasiado cachondo en estos momentos como para aplazar el momento.
Y, para ser sincera, yo también.
∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞
¡Hola a todas y todos! Gracias por leer esta historia, de verdad, significa mucho.
Me encantaría saber vuestras opiniones sobre el capítulo, amores.
Por cierto, me gustaría hacer un aviso. En algunas historias anuncian al principio del capítulo si hay alguna escena para mayores de 18. Yo eso no lo voy a hacer, pero quiero informar ya que, aunque aquí no lo he hecho, habrá escenas de sexo y/o violencia explícitas, por lo que siento de antemano si a alguien le molesta. Lo quiero dejar claro ya porque avisar antes del capítulo es hacer spoiler y a mí, personalmente, no me gusta.
Mañana y pasado tengo mis 2 últimos exámenes de la carrera, por lo que sólo me quedará presentar el Trabajo de Fin de Grado en junio. ¡Deseadme suerte!
Un besito