El Miedo De Ámbar #1

By LuAnto321

14.9K 3.6K 2.2K

Un simple apodo puede desestabilizarla. Un nombre tan común puede enloquecerla. Una mínima coincidencia se r... More

Prólogo.
Capítulo 1: Dia anormal.
Capítulo 2: El casi beso.
Capítulo 3: Ethan y Cassie.
Capítulo 4: Ya no está.
Capítulo 5: La foto.
Capítulo 6: Cuando sea el momento.
Capítulo 7: Caso cerrado (+18)
Capítulo 8: El pasado y la visita inesperada.
Capítulo 9: El deseo.
Capítulo 10: Espiando.
Capítulo 11: Despejando la mente.
Capítulo 12: ¡¡¡Aaaaah!!!
Capítulo 13: Su cara...
Capítulo 14: Necesito tiempo.
Capítulo 15: Cansada (+18)
Capítulo 16: La historia falsa.
Capítulo 17: Regalo adelantado.
Capítulo 18: Palabras inesperadas.
Capítulo 19: Recordando algunas cosas.
Capítulo 21: Dos amando a una.
Capítulo 22: ¡Felíz cumpleaños Ámbar!
Capítulo 23: Planeando.
Capítulo 24: El secreto de Cass.
Capítulo 25: Otro sueño.
Capítulo 26: Confirmación.
Capítulo 27: Mallacan 18 años triple cask.
Capítulo 28: Rompiendo la regla №2
Capitulo 29: ¿Un error? (+18)
Capítulo 30: En otra mente.
Capítulo 31: La Fräulein Sevedo.
Capitulo 32: El alcohol.
Capítulo 33: El primer "Te amo" (+18) [Parte 1]
Capítulo 34: El primer "Te amo" [Parte 2]
Capítulo 35: Tregua.
Capítulo 36: Dudas.
Capítulo 37: Borracheras olvidables.
Capítulo 38: Lauralei Weiβ.
Capítulo 39: Sentimientos agridulces.
Capítulo 40: Tres meses.
Capítulo 41: Etapas difíciles.
Capítulo 42: Terapia.
Capítulo 43: El comienzo.
Capítulo 44: Vodka (+18)

Capítulo 20: Confesando algunas cosas.

349 83 62
By LuAnto321

¿Quién es Erick?



—¡Mierda!— grito de dolor. El machete cae al piso asustándome. Me saco la venda de los ojos y los veo a los dos.

—¡Ámbar!— grita Cassie corriendo hacia mi.

—¡Joder Ámbar!— grita Kevin acercándose a paso rápido.

Hago presión con la venda en la herida y me siento en un banco que hay afuera.

—¿Qué mierda Ámbar?— pregunta frunciendo el ceño pero a la vez está preocupado. Nunca me había desconcentrado.

—Solo quítala. Yo no puedo porque está en el brazo derecho— digo lo obvio.

Me saca la venda y cuando la quiere envolver en mi brazo, Cassie viene y lo empuja. Kevin se mueve un poco, perplejo.

—¡No la toques!— grita —¡Ay Ámbar! ¿Estás bien?

—Lo voy a estar si Kevin me hace presión en la herida, dah— gimo cuando muevo el brazo.

Kevin vuelve a mí pero Cassie otra vez lo empuja.

—¡Que no la toques joder!

—Pero tengo que curarla.

—¡Si yo ví cuando le disparate!

—¡Es una práctica!

—¡¿Una práctica?! Por dios, casi la matas.

—No era la idea.

—¡Es mi mejor amiga!

—¡¿Se callan?!— pero ni caso la verdad.

—¡Aléjate!— vuelve a empujarlo pero lo que más me sorprende es que le saca el arma a Kevin y lo apunta con ella.

Rodeo los ojos pero también estoy nerviosa. La loca de mi amiga en su vida tocó un arma.

—Baja el arma Cassandra— advierto.

—Vamos Ámbar. Yo te protejo— sigue apuntando con la mano temblando.

Antes de que haga una estupidez y seamos dos personas baleadas le saco el arma yo y tiro tres tiros hacia arriba.

—¡Que se callen joder!— grito tan fuerte que los dos me prestan atención —¡Cassandra, solo déjalo, y tú sácame la estúpida bala!

—¡Ay por dios! ¡Te agarró el síndrome de Estocolmo!— se tapa la boca.

—¿Qué? Iugh— meto un dedo en mi boca fingiendo vomitar —es mi profesor estúpida.

—Pero Ámbar, yo ví cuando te disparó. Sal primero. Iremos a un hospital a que te la saquen.

—¿Estás loca?— levanto las cejas —no iré a ningún hospital. Kevin me va a sacar la bala.

Él se quiere acercar pero Cassie no lo deja.

—Dame el arma Ámbar. Te puedes lastimar— intenta agarrarla.

Me río fuerte. Debe ser por la cantidad de sangre que me sale del hombro.

Mi cuerpo se siente pesado y me cuesta mover el cuerpo.

Estoy media "dogri". Aunque hago presión con la muñeca porque con la mano sostengo el arma, la sangre sigue saliendo a cántaro.

—Mira niña. Yo sé agarrar mejor un arma que el corazón de Erick y eso no lo voy a negar— me río otra vez más y cuando los veo hay cuatro personas.

—¿Quién es Erick, Ámbar?

"Ambick"— me río con nostalgia —asi nos decían aquí.

Quiero cerrar los ojos pero la mano de Kevin impacta despacio en mi mejilla. Los abro un poco pero pesan demasiado.

—Ámbar despierta— veo nublado y lo único que escucho antes de cerrarlos es mi nombre a lo lejos —¡Ámbar!

Y ahí se queda todo en negro.

***
Viernes, 8 de abril.

Claridad.

Es lo primero que siento en mis ojos.

Los abro como puedo porque me pesan mucho otra vez.

Es como si me estuvieran diciendo: "Tenemos sueño Ámbar, cierra los ojos"

Pero igual los abro de a poco.

—¡Ay mi dios, despertaste!— escucho a mi lado a ¿Cassie?

Me doy vuelta y abro los ojos de par en par por tres razones.

La primera es que estoy en mi habitación de la casa de Kevin.

La segunda es que Cassie está aquí.

Y la tercera es que Cassie está con Kevin a su lado.

Quiero levantarme, pero Kevin me agarra del pecho y me empuja despacito hacia atrás.

—Herida o no, joder que eres terca.

La miro a Cassie que sonríe con la boca cerrada.

—¿Qué...?

—Ya lo sabe. Bueno lo básico. Después te toca contarle tú. Igual muy bien. Creo que es un récord.

—¿Qué cosa?

—Mentirle a tu mejor amiga sobre el curso durante siete años. Si que eres una mentirosa.

Me río un poco. La garganta me pica, y Cassie lo nota. Me da un vaso de agua fría y me lo bebo en un segundo.

—¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—24 horas. Perdiste sangre, pero no una gran cantidad, además de que dormiste más horas por vaga. Ya te saqué la bala cuando te desmayaste y cosí la herida. Tienes que cambiarte la venda cada 12 horas.

—Está bien. Gracias Kev— suspiro con cansancio. Me da un beso en la frente y se para.

—Las dejaré. Tienen cosas para hablar. Tú sabrás qué cosas contarle exactamente— asiento y se va cerrando la puerta.

Cierro los ojos sonriendo y los abro. Cassie me mira extraño.

—No fuiste al instituto ni ayer ni hoy Cass.

—Primero mi mejor amiga. Tu profesor me dejó quedarme a dormir en un cuarto de huéspedes.

—Kev es un amor, aunque no lo parezca.

»Es como mi segundo papá— asiente. Es su cabeza debe aver un choclo inmenso de preguntas. Verla moviendo las manos por su jean y mirando todo el cuarto me lo confirma —Dime. ¿Qué quieres saber?

—¿Por qué lo consideras así a... Kevin?

—Kevin es mi único profesor que tuve y que quise tener desde que entré aquí. Mi papá me enseñó a andar en bicicleta. Kevin me enseñó a disparar como francotiradora profesional. Por eso lo veo como un segundo padre.

—¿Francotiradora?— intenta asimilarlo.

—Si— me río —profesional en arquería, dagas, espadas, boxeo, UFC, machetes, cualquier arma, lucha libre. De todo Cass.

—Wao...— dice sin creerlo.

—Me toca a mi. ¿Cómo me encontraste?

—Te seguí.

—¿Cómo?

—Desde hace un año me enteré que las salidas inusuales que hacías de repente no eran para ver a ninguna tía o pariente. Anoche Ryan me dejó en mi casa, dormí y confieso que ese día había puesto un chip rastreador en el bolsillo de tu campera— la miro con una sonrisa. Astuta la "vicht" —Hoy al la mañana solo caminé como media hora. Llegué hasta aquí, lo cual al ver el frente a semejante mansión, pensé que tenías un suggar daddy o algo de eso.

Suelto una carcajada.

—¿Y cómo entraste?

Me muestra un clip de su cabello.

—Si que sirven. Entré y ahí te ví. Ahí pensé que te habían secuestrado y te estaban torturando o no sé.

—Eres tan rara. Ver tantas novelas de secuestradores hace mal.

—Pero así terminé encontrándote. Mi turno. ¿Qué es este lugar?

—Un curso.

—Específicamente.

—¿Ah?

—Un curso de defensa personal no tiene a alumnos vendados con un machete en la mano mientras su profesor le está disparando.

—Ok, aquí se hace de todo Cassie. Este lugar no es del todo legal...

Ella me mira asustada.

—¿Trafican drogas?

Me río.

—No, hay un contrato. Para mantener la boca cerrada. Si la policía o los medios saben de este lugar, estamos todos jodidos, porque primero el que contó todo estaría bien muerto, seguido de las personas a quien se lo dijo, seguido de nosotros porque estaríamos metidos en una cárcel.

Me mira aún más asustada.

—Sabes que me puedes contar lo que quieras. Yo jamás le diría a nadie algo que te perjudicaría.

—¿De verdad quieres saberlo?— la miro seria.

—Claro.

—Bien— a soltar una de mis verdades —yo además de ser profesional en muchas cosas, soy una asesina profesional.

Su cara es todo un poema.

Se lo dije. Y wao, se siente como un peso menos.

No es algo que cargaba porque matar no me hacía sentir mal. Era todo lo opuesto.

—¿Qué-qué?— se ríe un poco —repitelo por favor.

—Yo mato Cassie. Bueno, ya no, pero hasta hace un año y medio sí.

Suelta aire por la nariz y respira confundida.

—¿Matabas?

—Mataba.

—Hace un año y medio.

—Exactamente. Mitad de 2020 fue cuando lo dejé de hacer.

—¿Se puede saber por qué matabas?

—Porque me gustaba. Mucho— recalco y la noto tragar saliva.

—¿Y quiénes matabas? ¿Cualquier persona?

Niego rotundamente.

—Claro que no Cassie. Kevin con algunos de sus amigos traían a "personas" si es que se les pueden llamar así— rodeo los ojos —Liam, yo y otro compañero más nos encargábamos de matarlos.

—¿Quién es Liam?

Sonrío ampliamente.

—Ay, Liam— suspiro. Ya lo extraño —Él es un gran, gran amigo. Nos llevamos 9 años. Fue mi primer amigo en este lugar, y además de Kevin, él también me enseñaba a disparar y a pelear. Él vendrá para mí cumpleaños. Ya lo extrañaba.

—¿Y por qué no lo veía antes en tu cumpleaños?

—Porque cuando el cumpleaños terminaba, Ámbar veía a su tío Damián que estaba enfermo— sonrío —el cual nunca existió por supuesto. Venía aquí y tenía un segundo cumpleaños con todos los del curso.

—¿Ahora en dónde está?

—En California. Es policía, aunque tira más para el rango de guardaespaldas. Me dijo que está protegiendo a una Barbie— frunce el ceño —otra historia para otro día.

Asiente y sigue preguntando.

—¿Tus padres saben que eres eso?

Niego asustada.

—Lo máximo que saben es que usamos armas, nada más. Ni siquiera saben de que se trata esos juegos que hacemos. No se lo cuentes por favor.

—No lo haré.

—Gracias.

—¿Eres muy conocida aquí?

—Y muy respetada también. Aquí siempre fui la mejor. Todos los que estuvieron y están acá me dicen que soy una leyenda.

—¿Una leyenda?

—Dicen que tengo la misma estrategia y habilidad que Kevin, que solo yo lo pude aguantar todos estos años y que solo yo fui la que pude noquearlo en las luchas.

—Wao...— repite.

—¿Otra pregunta, inspectora?

—¿A qué clases de personas tú...?

—¿Mataba?— asiente —personas que no merecían vivir, como violadores, pedófilos, secuestradores, mafiosos, traficantes...

—Oh..., es tan... raro. ¿No te daba cosa hacerles eso?

—En absoluto. Me gustaba saber que podía limpiar un poco este mundo de mierda. No es mucho pero cada migaja contaba. En mi vida habré matado a más de miles de personas.

—En serio no lo puedo creer. ¿Y Liam no decía nada? Ya que ahora es policía...

—Aveces si le inquietaba pero después recapacitó que si no hacíamos justicia por nuestra propias cuenta, la policía nunca lo hace. No les interesa. Aunque a Liam sí. Por ejemplo , la policía si arresta a un violador lo dejan en la cárcel solo unos 10 años y luego está libre y sigue violando. Es como una plaga, sino atacamos desde la raíz, esta va a seguir creciendo y va a ser peor. Limpiamos el mundo a nuestra manera.

—¿Y por qué los mataban? No digo para limpiar este mundo. Sino ¿Hay una razón? ¿O surgió así nomás?

Me tenso un poco.

—Eso es algo que no puedo contarte. Lo siento.

—Pero yo no diré nad...

—No. Es que eso es algo más personal.

—¿Tiene que ver contigo?

—Antes sí. Ahora ya no— aprieto un poco los dientes.

—Bien.

—¿Alguna otra pregunta?

—Sí, la última creo.

—Te escucho.

—¿Quién es Erick?— me tenso peor aún.

—¿Erick?— se siente tan raro que su nombre salga de mi boca —¿Kevin te contó de él?

—No, tú lo nombraste antes de desmayarte. Dijiste que sabes agarrar mejor un arma que su corazón.

Dios, mátame y mándame al infierno, por favor.

—Él no era nadie. Olvídalo.

—¿Era? ¿Él murió?

—No lo sé y no me interesa. Solo olvídalo— digo de mala gana.

—Pero dijiste algo de su corazón. ¿Él era algo tuy...

—¡Basta Cass! ¡No quiero hablar de eso!— levanto la voz sin querer.

—Lo siento— dice bajito.

—No, tú perdóname. Es que solo no quiero hablar de eso. Es todo. Perdóname. Es un tema del que no me gusta conversar.

—Ok, hasta que se me ocurra algo, ninguna pregunta más— sonríe.

—¿Cass?

—Dime.

—¿Seguirás siendo mi amiga después de que te conté que asesino?

—Asesinabas. Y sí, es tu manera de hacer justicia. Yo estoy contigo en todo.

—De acuerdo— suspiro por dentro y bostezo —Dormiré un rato más.

—Hazlo, voy a tomar algo con tu suggar daddy.

—¡Eso es asqueroso Cassandra!— ella de ríe con una carcajada y después se va.

Cierro los ojos y en un segundo me quedo dormida.

***

—¿En serio lo nombre a... ese?— froto mi frente.

—Sí.

—Que mierda— me siento sosteniendo mi cabeza.

—Era un poco lógico. Curso, sueño, él, práctica, armas. En tu mente él estaba más presente antes de desmayarte. Por eso lo nombraste— suspiro —¿Le contaste todo a tu amiga?

—Claro que no, solo la mitad. Iba a quedar traumada y se iba a alejar de mi en un segundo.

—¿Hasta dónde le contaste?

—Solo le dije que era y sigo siendo la mejor de todos y que antes mataba. Me preguntó cómo surgió eso acá y ahí le corté el rollo. Le dije que antes era algo personal pero ya no. Y preguntó quién era... él y explote de enojo. No porque ella lo preguntó, sino porque me enojé conmigo misma al nombrarlo antes de desmayar.

—Ya está Ámbar, déjalo. ¿Qué te decía siempre?

"Recordarlo es lo que él pretende. No lo hagas"— respiro y respiro.

—Exacto. Bueno, Cassandra recién fue al baño. Mientras estabas dormida me preguntó si era tu suggar daddy. Fue raro.

—Por Dios, si será.

—Porque aparte dijo que tenía un buen atractivo— hago una mueca de asco.

—Que horror.

—Puede tener razón— sonríe pícaro.

—Ahg, eso subió aún más tu arrogancia.

—¿Qué? Solo tengo 35 años, en una semana y media 36. No soy ningún viejo. Y ella también es muy linda. Un poco habladora pero su voz me gustó.

—¡¿Qué?! ¡Tú no dijiste eso! ¡Joder, se llevan 18 años!— grito riéndome —aunque no hay edad para el amor, Jesús, sería extrañamente rarísimo que mi profesor al cual considero familia estar saliendo con mi mejor amiga.

—Okey niña, flasheaste un montón, solo dije que era linda, no que me quiero casar con ella mañana.

—Pero lo harás— sonrío para contener la carcajada.

—En serio la sangre que te salió te hizo mal— sigo sonriendo —demasiado mal.

—Me voy Kevin. Me voy a enfrentar a mi mejor amigo y a mis padres. Pregunta ¿Qué les digo sobre esto?— me señalo a toda la venda.

—A tus padres cuéntales toda la verdad cuando estén solos. Y a Ethan, dile que te caiste y tuviste un esguince. Te va a creer porque no va a querer ver la herida y nada. Solo asegúrate de cambiarla cada 24 horas cuando estés sola.

—Si, ya lo sé— me vuelvo a reír —imbecil, ya dos veces me disparaste. Me debes odiar.

—Tal vez— sonríe y me abraza con cuidado —¿Puedes conducir no?

—Kevin, soy derecha sí, pero puedo manejar con la zurda. Me lo enseñaste hace cuatro años.

—Y lo aprendiste.

—Como siempre— me separo de él dándole un beso en la mejilla.

—¿No se quieren quedar a almorzar?

Lo miro con picardía. Él rueda los ojos.

—No señor, ya tengo que volver con mis padres. Si quieres le digo a Cassie que se quede.

—Claro que no. Entonces vayan nomás.

—Ámbar se va. Y por favor, si te pasan cosas con la lunática de mi amiga dímelo.

Queda perplejo.

—¡Solo vete Elizabeth!

Me río y salgo antes de que me mate. Agarro las llaves que quedaron en mi cuarto y me voy.

Cassie sale del baño y saluda un tanto ¿Nerviosa? a Kevin.

Y Kevin lo hace un poco incómodo.

Madre santísima.

Es un poco incómodo cuando subo a mi auto porque joder, prefería que la bala hubiese dado en el otro hombro. Pero ya que.

Cassie sube en el asiento de copiloto y conduzco moderadamente lento.

—¿Cassie?

—¿Uhm?— emite con la boca mientras bebe una botella de agua.

—¿Te gusta Kevin?— el agua le sale por la boca y la nariz —¡Cassandra, lo mandé a lavar hace poco!

Tose y tose poniéndose colorada desde la frente hasta el cuello. Cuando vuelve a respirar habla tartamudeando.

—Cla-claro que no. ¿De dónde... sacaste eso?— ríe mirando al frente y después a su derecha repetidas veces.

—Ay Cassie, es muy obvio. Kevin me dijo que le dijiste que tenía un buen atractivo. Claramente el idiota levantó su autoestima otro 200%. Y él me dijo que eres muy hablandora pero que le gusta tu voz.

—¿Él dijo eso?— se pone más roja aún.

—¡Dios! ¡Te gusta mi profesor!

—¡Que no! ¡No sé ni su edad y nos debemos llevar un montón de años!

—Tiene 35, cumplirá 36 en un mes. Y tú ya cumpliste 18. Solo son dieciocho años.

—Yo...— duda un poco.

—Recuerda que no hay edad para el amor.

—¡Pero no es amor por Dios! ¡¿Por qué hablamos de esto?!

—¿Porque te gusta mi profesor?

—¡No me gusta!— la veo cruzarce de brazos y río.

—Tranquila. Para mí cumpleaños primero estaremos en mi casa, y luego te invitaré por primera vez a ver a mi tío Damián ¿Qué te parece?— sonrío al ver su cara.

—¡Nunca volveré ahí!

—¿Por qué? Es un lugar muy lindo, aparte no lo haremos en la casa de Kevin, sino en el curso. Lo verás por primera vez por dentro, conocerás a Liam también, aunque él también irá a mi casa me dijo, ¡Ah! y conocerás a Joice, ella es la administradora y secretaria de allí.

—No me urge mirar por dentro el curso. Y como a Liam lo veré en tu casa no tengo porque ir. Y a la tal Joice la veré luego.

—¡Vamos Cassie! Ahora que sabes mi secreto lo menos que merezco es que vayas a mi segundo cumpleaños— la miro un instante con carita de cachorrito —Plis...

—Es please.

—Da igual. Plis...

—¡Bien! Iremos a ver al tío Damián— dice con sarcasmo. Chillo de felicidad.

—¡Sabía que ibas a aceptar! Tendrás que ver los cuadraditos de Kevin luego. El egocéntrico tiene todo marcado y tiene un tatuaje en su cadera— su cara vuelve a ponerse roja.

—¡Ámbar!

—Me callo— río por dentro y llegamos a casa.

Nos bajamos y entramos.

—¡Llegamos!— grito adentro.

—¡Hija! ¿Que te pasó?— corre mi mamá y atrás llega mi papá.

Miro por las escaleras para ver si está Ethan.

—¿Dónde está Ethan?

—Cuando te fuiste él se fue. No sabemos a dónde, pero no nos quiere atender el teléfono.

—Joder, conociéndolo debe haberse ido a un bar— creo que más problemas no pueden haber en mi vida.

—¿Qué le pasó?— frunce el ceño Cassie.

—Se me confesó— mis padres me miran atando los cabos sueltos de ayer.

—Oh mierda... Sabía que te lo iba a decir tarde o temprano.

—Y aún no volvió. Eso nos preocupa Ámbar.

—A mi también. Si algo tenemos en común los dos es que somos muy impulsivos. Es capaz de cualquier cosa si se lo propone.

—Yo ya salí a buscarlo con la camioneta pero no lo encontré— dice mi papá.

—¿Tú estás bien amor?— me pregunta mamá.

—Si, les iba a decir que Cassie se enteró de todo lo que está relacionado con el curso— me señalo la venda —consecuencia: bala en mi hombro.

—¡¿Bala?!

—No es nada nuevo, me encuentro bien, Casandra me siguió y estábamos practicando con Kevin cuando ella me desconcertó, no pude esquivar la bala a tiempo y ahí paró. Me desmayé, él me la sacó, cosió la herida, y parece que en unos años tendremos una boda con él y Cassie.

—¡Ámbar!— grita muerta de vergüenza.

—Solo digo— mis papás me miran sin entender.

—Lo importante es que estás bien. ¿Cómo pudiste conducir? Tú no eres zurda.

—No de nacimiento. Fueron años de práctica papá.

Asiente comprendiendo.

Mi mamá me abraza despacio y con cuidado.

—Ay mi niña hermosa, ¿Tendré que matar a Kevin?

—No señora. Yo fui la estúpida. En realidad fue Cassandra.

—¡Hey!

—Sori amiga, es la verdad.

—Es sorry.

—Nunca aprenderé el maldito inglés. Dalo por echo— digo enojada.

—Bien ahora que están las dos aquí, almorcemos algo. Hice "Croque monsieur".

—Joder Raquel. Yo si le entro.

Todos nos reímos mientras vamos a la cocina, aunque yo por dentro estoy preocupada por Ethan.

Muy preocupada.

***
Sábado, 10 de abril.

—Ethan, por favor atiende el puto teléfono. Ya van a ser dos noches en las que no apareces, estoy preocupada, por favor contéstame— dejo el vigésimo mensaje de voz. Hay una opresión en mi pecho. De preocupación. De que algo le pase.

Ya son la 2:00 AM de la madrugada. Cassandra ya se fue al mediodía cuando terminamos de almorzar y mis papás ya están durmiendo. Soy la única despierta en el living sosteniendo con mi mano izquierda las piernas y teniendo el teléfono al mismo tiempo. El brazo derecho descansa en mi pecho.

»Por favor Ethan— mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas. Mis pies tiemblan de arriba hacia abajo sobre los almohadones de nervios.

Y como un milagro de Dios escuchando mis plegarias su voz y su mano tocan la puerta de mi casa.

Me levanto de un salto volviendo a respirar de alivio.

Corro agarrando la llave y abro la puerta.

Lo primero que veo es sangre.

Sangre en sus nudillos.

Una mano la usa para agarrar una botella de ron y la otra para hacer el intento de acomodar su pelo.

—Ahí estáá mi angel...— se abalanza sobre mi. Lo agarro con toda la fuerza de mi brazo izquierdo.

—Joder Ethan.

—¡Teeee amo!— arrastra las palabras. Toma otro trago de ron dejando vacía la botella.

Se la saco y la dejo en una mesita.

—Yo también Ethan, ¿Qué hiciste? ¿Dónde estabas?— pregunto llevándolo al sillón.

Lo que más me deja perpleja y palida es lo que dice a continuación.

—Estuve con Erick. Mi gran... amigo Erick.

No sé cuántas veces escucharé ese maldito nombre en el día.

------------------------------------------------------
Bue, bue, bue.
Qué onda?

De repente estos capítulos están llenos de un tal Erick?
Jsjsjsjsj

Bueno, ya en el próximo casi nada.

Adelanto:

No solo una persona se llama Erick por supuesto.

Un mes puede pasar volando.

Y volar... Sí es lo que van a hacer Ámbar y Ryan.

Preguntas:

♥¿Qué les pareció el capítulo?

♥¿Teorías sobre Erick?

Déjenlas aquí.

Respondan, comenten y voten.

Los quiero y nos leemos luego ❤️

Continue Reading

You'll Also Like

585K 21.9K 67
Lucy, una chica de 18 años decide meterse en el gimnasio para bajar de peso, pero al conocer a Gio, su amor platónico, su Gymboy, descubre los placer...
37K 2.2K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
286K 21.3K 51
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
37.3K 6.7K 46
son posibles libros