Trataré de regresar del Hiatus poco a poco, aunque a nadie le importa, empecemos ya con esto!
Arthur golpeaba el suelo con su zapato, repetidas veces, mientras sus ojos violetas admiraban a el grupo de personas a lo lejos.
Sus labios formaban una muñeca de desagrado, y vaya que él era paciente.
Pero tratándose de ella no podía.
La esperaba a la salida como siempre. Gustaba de acompañarla para que salieran a algún lado, tener una cita, acercarse más a ella de forma personal y no simplemente como compañeros.
Pero ella siempre salía con lo mismo. "Tengo que trabajar".
Y entonces Arthur caía de su nube a la dura, fría y cruel realidad.
Su trabajo.
Sabía a qué se dedicaba. Lo sabía y pensar en ello le estrujaba el corazón. Saber que otro tipo la tendría de la misma forma que él, que iba a tomarla, le dolía el pecho.
No le gustaba. Lo odiaba. Deseaba que la escuela nunca terminará para que ella no tuviera que ir a ese lugar donde dejaba de ser suya.
Y ahí volvía a caer tan rápido como subía, dándose cuenta de que era egoísta y tóxico pensar que era suya, porque no lo era aunque lo quisiera inocentemente.
Siempre pasaba y no podía evitarlo. Quería, pero por ahora no podía hacer nada. Ni siquiera era muy cercano a ella, y estaba trabajando en solucionar su casi nula relación.
Pero no podía cuando todos se lanzaban a ella como una manada de lobos hambrientos y deseosos de conocer a la carne fresca.
Si bien fuera de la escuela no podía impedirlo, dentro si.
Se acercó a aquel grupo que iba saliendo. Distinguió una melena color __________ entre el círculo de varones alrededor. Decidido, se encaminó a dicho grupo, abriéndose paso y tomando del hombro a la peli________ para acercarla a su pecho, posesivo.
Arthur: Disculpen, pero el director le llama, señorita _________. [T/a]
____________: Oh.. —se separó un poco del de ojos violetas, con ese alivio se ser salvada del grupo de hombres que de cierta forma le molestaba, pero eran algo amables— .. nos vemos.
Fastidiada de aquello, tomaste tu morral luego de arreglar tus cosas para seguir al ojivioletta, el que te tomaba de la mano suavemente, de cierta forma era muy lindo.
Caminaron de nuevo dentro del instituto para que fuera creíble.
___________: Ya estamos lo suficientemente lejos para que me digas que necesitas de mi. — Hablaste, pues el chico parecía no querer soltaste—
Arthur: Ah.. bueno.. —comenzó a ponerse nervioso, sus mejillas de teñían de un rojo leve—
__________: No me está llamando el director, ¿verdad?
Arthur: No.. — Confesó, cabizbajo.—
____________: Lo supuse.
El chico te miraba nervioso, desviaba sus ojos al pavimento y luego de regreso hacia ti.
Arthur: Me.. Me estaba preguntando si..
___________: Estoy ocupada. —respondió a secas, sin dejarle terminar, pues no era la primera vez que te lo proponía—
Arthur: Si.. me imaginé. — Volvió a agachar su cabeza, decepcionado, triste y desanimado.—
Verlo así no te gustaba, realmente no. Pero eras una chica muy ocupada y que no le era fácil ser amable o sutil a la hora de rechazar gente, de no lastimarla.
Mantenías una casa, con una enferma, debías mantener una beca con un promedio que no podía bajar de excelencia académica. Sumando al hecho de dedicarle tiempo a tu lastimado cuerpo luego de trabajar largas jornadas.
Tu vida estaba saturada de destrozos, y sinceramente no querías llenarte de compromisos que podrían terminar siendo una carga innecesaria.
De cierta forma compartiste los sentimientos del chico durante los primeros días, pero nunca le diste alas a sabiendas que era cruel. Igualmente le hiciste saber en todo momento que lo suyo se limitaba a ser compañeros y a esa noche, no más.
____________: ¿Qué quieres de mi, Arthur?.
No podías comprender su necedad. Tus clientes solían ser pesados, pero después de tres días se tranquilizaban; Sin embargo, Arthur no parecía querer detenerse.
Arthur: Más.
___________: No puedo.
Arthur: ¿Por qué? —Su voz comenzaba a querer quebrarse, aunque se estaba conteniendo. Tus palabras lo estaban lastimando—
___________: Sabes bien porque. Tu y yo no somos iguales, Arthur. Somos tan diferentes que es una locura pensar en que haya algo más allá de una pequeña amistad
—Comenzabas a querer irte. No te molestaba Arthur, pero no te agradaba nada verlo así.—
Arthur: Entonces llámame loco desquiciado.
Se acercó a ti, como un desesperado, aprovechando que tú derecha estaba sujetando tu morral y en la izquierda llevabas un pequeño portafolio, tomo tu rostro entre sus manos y te acerco a él.
Sus suaves labios tocaron los tuyos, no pudiste si no dejarte llevar. Ese hombre te tenía muy mal, era como un elixir que sabías que era prohibido, pero al tomarlo no podías evitar disfrutar de su exquisitez.
Su mano se fue a tu espalda, por tu cintura, acariciando hacia arriba, acercándote a el para poder besarte mejor, abriendo un poco sus párpados y dejando ver aquellas piedras violetas brillando. Admirando, feliz por como te dejabas llevar al tacto.
Sus labios y los tuyos se encontraban y se separaban, repitiendo, reaccionando al sentir sus yemas acariciar tu mejilla y llevar aquellos dedos largos a tu nuca, acercándote con suavidad. Intercambiando sonidos húmedos ante la participación de la lengua del mayor. Su músculo bucal acarició tus sensibles labios, haciéndote temblar. Pidiendo permiso de entrar, separándose apenas, logrando compartir sus tibios alientos.
Soltaste tu morral dejándolo caer con suavidad al suelo, llevando esa mano libre a su pecho, tratando de mantener distancias.
____________: A.. Aquí no. —Miraste a otro lado, con el pulso retumbando en tus oídos y la cara caliente.—
Temías que alguien los viera, pero parecía ya no haber alumnos.
Arthur: Entonces sal conmigo.. vayamos a cualquier lugar, quiero tenerte cerca.
Sus manos fueron a tus mejillas nuevamente, deseando que volvieras a mirarlo.
__________: Ya.. Ya te dije que es una locura. — Volviste a evitar su mirada, te agachaste para tomar tu morral, dispuesta a irte—
Arthur: No me importa.. solo.. solo déjame demostrarte cuánto te quiero. — Pidió. Podías notar como suplicaba, a tus espaldas puesto que estabas yéndote cuando lo escuchaste.—
___________: Tengo que irme. — Volviste a caminar, escuchando el suspiro desanimado del pelinaranja.—
Estaba loco. Tu y él eran de mundos tan diferentes que solo para hablar tenías que pensar en formas de no ofenderlo. El había tenido una vida más fácil que tú, era un ser inocente, dulce, amable y sincero. Puro como la joya más hermosa que brillaba por doquier.
Por otra parte tú eras mentirosa. Dañada, dura, difícil y habías vivido y visto cosas que nadie debería a tu edad.
A su lado te sentías sucia.
Pero al mismo tiempo, te sentías completa. Amada. Era como si flotaras por su forma tan dulce y sincera de decir y hacer las cosas, siguiendo lo que su corazón e instintos le decían.
Le tenías cierta envidia.
Arthur estaba loco de pensar que algo entre ustedes podría funcionar.
Y tú estabas igual de loca por creer lo mismo.
__________: Dos veces. —Hablaste deteniéndote, estaban a más o menos 15 metros pero hablabas fuerte para que te escuchara.—
Arthur: ¿Eh? —levanto la cabeza, confundido—
___________: Descanso dos veces a la semana. — Volteaste un poco para verlo, aunque de inmediato volviste a darle la espalda, avergonzada.— Casi siempre son los Sábados y Domingos. A veces varía pero es muy poco. Normalmente estudio, pero después de medio día estoy libre.
Arthur no comprendía al principio, pero conforme ibas hablando su expresión desanimada se iba para dar paso a ese brillo en sus ojos.
__________: Yo.. — Nerviosa, solo deseabas irte y esconderte por la vergüenza.— .. mándame un mensaje cuando hayas decidido donde y cuando.
Continuaste con tu camino, dejando a un alegre chico tras de ti. Emocionado.
Tus labios formaron una pequeña sonrisa cuando escuchaste como pegaba un gritillo de emoción, tal cual un niño pequeño. Arthur había brincado ante su felicidad.
Tomo sus cosas para ir a la entrada donde su chófer ya lo esperaba.
Subió al auto en la parte trasera y comenzó a buscar tu número con urgencia, solo para asegurar que aquella vez que se lo diste con fines escolares lo haya guardado bien.
Luego empezó a buscar lugares que estuvieran disponibles esos días. Su emoción podía notarla con facilidad su conductor.
Slader: Alguien está emocionado. ¿Ha pasado algo, joven?. — Sonrió, feliz de ver al ojivioletta tan alegre como antes del accidente.—
Arthur: Si, ¡Algo muy bueno!. — Emocionado, miro a su chófer por el espejo.— ¡Voy a tener una cita, Slader!.
Meliodas: ¡Llévala a un bar!
El joven enamorado comenzaba a dudar si había sido buena idea pedirle ayuda a sus amigos.
Ban: ¡No seas tosco, Capitán! —se quejó, dándole un zape—
Meliodas: Pero no me pegues. —sobándose el área golpeada—
Gowther: Llévala a un espectáculo de ópera.
Arthur: ¿Ópera? —preguntó nervioso, sin saber quien de ambos era peor—
Ban: Antes que nada, ¿Qué quieres conseguir con esa cita? —aclaró, viendo que sus amigos eran unos idiotas—
Meliodas: ¡¿Y el pervertido soy yo?¡
King: Capitán, Ban jamás dijo nada sexual.
Meliodas: ¡Es muy obvio lo que quiso decir con esa pregunta! —agitó los brazos, dramatizando—
Gowther: En si, nunca especificó.
King: ¡Silencio!, dejen que responda al menos.
Ban: Responde de una vez, Arthur. Estos imbéciles no te dejarán hablar.
Arthur: B-Bueno.. —se encogió en su lugar, con las mejillas coloradas— .. quiero conocerla mejor, que nos llevemos bien y que vea que yo quiero ir en serio con ella, que.. que realmente puede confiar en mi.
Pensar en ella era como una droga, se quedaba flotando en las nubes. Cuando volvió a la normalidad se dio cuenta del silencio que había. Miró a sus amigos, notando sus caras sorprendidas.
King: Le pegó bastante fuerte.
Ban: ¡Hasta la medulaaaaa..!~
Gowther: No cabe duda de que está enamorado.
Meliodas: El pequeño Arthur ha crecido.. —apretó su puño, limpiándose sus falsas lágrimas—
Arthur: O-Oigan.. ¿M-Me van a ayudar?
Meliodas: ¡Pecados, es nuestro deber ayudar a que Arthur tenga una buena cita! —ordenó a los presentes, quienes asintieron firmes—
King: Ah, me recuerda a cuando me di cuenta que estaba enamorado de mi bella Diana. —suspiro—
Ban: Bien, mocoso, ¡Vamos a hacer que te ame!
Gowther: Puedo decirle a Escanor que te dé algunos poemas.
El pelinaranja sonrió, algo ruborizado al ver como todos comenzaban a tomárselo un poquito mas enserio, aunque seguían haciendo payasadas. Tanto así que todos los Pecados estaban reunidos y.. algunos más.
Meliodas: Queridos hermanos, estamos aquí reunidos..-
El rubio volvió a sobarse la zona lastimada, pues Ban le había golpeado.
Ban: ¡Ya deja de jugar!
Meliodas: No me dejan divertirme. —hizo puchero, bajándose de la tarima—
Diane: Estamos aquí para ayudar a Arthur, ¿no?
King: Tenemos que hacer que su cita sea perfecta.
Elizabeth: ¡Ya verá que todo saldrá bien, joven Arthur!
Arthur: Eso espero.. —su sonrisa tímida y sus mejillas rosas solo mostraban cuan emocionado estaba. A todos les dio ternura—
Meliodas: ¡Muy bien! Primero debemos escoger e lugar a donde irán. ¿Alguna idea?
Ban: Dijiste que querías conocerla más ¿no?. El cine no sería buena opción si lo que quieres es platicar.
Elizabeth: Entonces, ¡Un picnic sería ideal!
Diane: ¡No, no, no! ¡Habría insectos! —habló con temor, casi sintiendo las patitas de aquellos bichos sobre ella—
Arthur: B-Bueno.. quiero conocerla pero.. lo que más quiero es que se la pase bien.
Meliodas: Mm... Merlín, tu la conoces mejor ¿No?. ¿Acaso no sabes algo de ella? ¿Qué cosas le gustan?
La morena, que se había mantenido callada, dejo su móvil para mirarlos.
Merlín: No suele hablar mucho de ella misma en el trabajo, realmente no sé mucho, —se quedo callada, pensando y dejando desanimado al ojivioletta que bajaba su cabecita naranja— pero.. —el chico levanto la mirada, esperanzado— .. estoy segura de que cualquier cosa que le des de corazón, le gustará.
Merlín era algo así como la superior de _________ en el trabajo, se llevaban bien y tenían una relación que se basaba en el respeto. La chica era reservada por cuestiones obvias, pero si algo sabía era que desde aquella reservación con Arthur, la peli_________ estaba mucho más pensativa. Había momentos en que la encontraba abrazándose a sí misma mientras se vestía, pensando.
Casi podía asegurar que la oji________ fantaseaba con aquel chico de mirada cautivadora.
Elizabeth: No se me ocurre nada adecuado. —agachó la cabeza, tratando de pensar más—
En la pizarra tras Ban y Meliodas estaban escritas algunas ideas.
La Cita Ideal
- Quiere conocerla.
- Quiere que haya confianza.
- Quiere que se divierta.
- Quiere poder estar con ella un buen rato.
- Quiere un lugar animado. [Sin bichos]
King: Las citas que tengo con Diane son al aire libre.
Diane: ¡Y son muy divertidas!
Escanor: Que sea romántica no importa mucho en la primera cita, es mejor que sea agradable y divertida, sin forzar las cosas.
Gowther: Si salen el Sábado, aunque sea una actividad pesada tendrán el domingo para reponerse antes de clases.
Meliodas: ¡Marioneta pervertida!
Diane: ¡No empieces, Capitán!
King: ¡No empieces, Capitán!
Ban: ¡No empieces, Capitán!
Meliodas: Ay, bueno, ya.
Arthur: Eh.. bueno, había pensando en un par de lugares, ¿Por qué no se los digo y me dicen su opinión? —se rascó la nuca, nervioso—
Diane: ¡Que sea un lugar sin insectos!
El chico se miro una última vez en el espejo, buscando si había algún defecto en sus casuales ropas, Slader lo dejaría en la casa de la oji_______ y luego ambos se irían en bus hasta el lugar. Los chicos habían sugerido que las diferencias sociales se notaran lo menos posible.
Suspiró, nervioso y preparándose. Partió rumbo a la dirección que ella le había mandado, Slader se ofrecía a llevarlos pero él prefería que tuvieran toda la privacidad posible, además de que no quería parecer un niño rico y presumido.
Tu móvil sonó, te despediste de tu madre con un beso en la cabeza, encargándole todo a la señora del aseo. Tomaste una chaqueta por si llovía o hacía frío [Recomendación de mamá] y saliste, encontrándote con el chico mirándose en el reflejo de su teléfono, arreglando su cabello.
Volteo casi enseguida pero esos segundos fueron suficientes para ver lo que hacía. Reíste, se notaba nervioso.
_________: Si, eres hermoso y tu teléfono lo sabe. —te burlaste, aunque el chico solo se enrojeció, mirando a otro lado—
Arthur: G-Gracias. —Aquel cumplido lo había tomado tan desprevenido que sus acciones eran naturales y sinceras.— Tu también te ves muy muy.. muy bonita. —Te miró mejor, admirando aquella belleza que lo traía loco—
_________: Oh.. gracias. No me veo tan mal ¿No?.
Arthur: Estas perfecta. —te sonrió, como todo un Sol— ¿Nos vamos?
_________: Claro. ¿A donde vamos? —Cerraste la puerta, saliendo y comenzando a caminar al lado del chico que se dirigía a la parada—
Arthur: ¡Iremos a un parque de diversiones! —comentó emocionado, sonreíste al ver como tu sola presencia le bastaba para estar feliz—
_________: Bien, vamos. —tomaste su mano, entrelazándola con la tuya. El chico sentía que flotaba, avergonzado y feliz, te divertías viendo los distintos tipos de rojo que afectaban su atractivo rostro—
Trataré de terminar esta historia, que es corta, lo antes posible. Aseguro unos tres o cinco capítulos, realmente depende. Estoy harta de ver fics con menos de 1000 palabras por capítulo y mas votos 💔 Aunque ell@s si actualizan antes, ¡Pero es porque yo hago mas de 2000 como mínimo!
Tengo pensando hacer un libro de OS de villanos de Boku No Hero :b
En fin, espero lo hayan disfrutado. por cierto, ¿Alguien podría meterme al grupo de Whatsapp? ¡Tengo nuevo número!
Nos leemos luego! 💙
[#A-chan]