LA ESTADÍA DE PEARL en Small Heath se alargó por petición de Arthur y John, quienes estaban pasando un buen rato junto a ella.
Sus padres autorizaron aquello al comprender que estaría "bien protegida".
Este lugar no era el preferido de la muchacha por obvias razones, ni siquiera lograba sentirse cálido u hogareño y su clima friolento junto al cielo nublado tampoco era de mucha ayuda.
El problema con Thomas no se volvió a tocar y aunque él quería estar con ella, Pearl parecía irse a otra parte solo para esquivarlo.
Pero no podía ser así, no más.
Tenía que afrontarlo y arreglar el problema que había entre ellos.
- Epsom es mañana - susurró la chica.
- ¿Sí? Irás con Arthur - responde Tommy con algo de molestia.
- Quiero ir contigo.
Sabiendo bien que le rompería el corazón al mayor de los Shelby, Pearl tenía que tomar las riendas del asunto y darse por vencida ante el juego que llevaba con Tommy.
Si ella lo quería en su vida no podía alejarlo más, aunque sintiera una extraña sensación cada que pensaba en una relación.
- ¿Lo dices enserio?
- Sí. Me gustaría ir contigo, quiero ir contigo - suspiro. -. También quiero formalizar esto que tenemos - dice segura y con la cabeza en alto, pero las piernas temblando.
Las cejas del mayor se alzaron mientras expulsaba el humo de su cigarrillo.
- He invitado a Lizzie - dijo después de un rato.
- Perfecto - exclamó la muchacha. -. Bien, entre toda esta revoltura de inconvenientes lo mejor es que entonces estemos separados y simplemente sigamos con nuestros propios caminos. No tenía ganas de acudir a las carreras si no junto a ti y llevarás a tu maldita secretaria, bien, entonces regresaré a casa.
- Nunca dije que quería ir con ella y yo estaría más que contento por formalizar lo que sea que tengamos - dijo antes de que ella saliera. -. Si quieres ir a las carreras, iremos. Si quieres ir a casarte en este momento, lo haremos. Si quieres ir al fin del mundo, iremos - frunce el ceño. -. Oh, no, no, no... tú quieres que sea masculino y fuerte, ¿no es así? - burla. -. Pues entonces vete con Alfie Solomons - gruñó molesto.
- Te quiero a ti, Tom. Te quiero a ti, no a él - reclamó. -. Créeme que si lo quisiera a él yo nunca hubiera venido a Small Heath. Tuviste que arruinarlo cogiéndote a esa mujer - suspiró. - Maldición, Tom. Te amo, ¡quiero estar contigo y tú lo tuviste que arruinar!
- ¿¡Por qué lo arruiné!? ¡Si tu misma me habías dicho que no teníamos nada, Dios santo! - gritó. - ¡Quiero estar contigo!
- ¿Pero? - ríe.
- ¿Pero, qué? - preguntó molesto. -. Escucha, Pearl. Yo no soy de esta manera y lo que viste hace unos días no fue ningún maldito juego. Si fuera otro hombre no te hubiera vuelto a hablar. Deberías normalizar ver a un hombre llorar, gritar o demostrar sus sentimientos - resonga.
- Tú te comportabas frío e insensible cuando te conocí, ¿entonces siempre fuiste de esta forma?
- Cuando tú llegaste a mi vida todo cambió. La guerra me cambió y creo que a cualquier hombre, nadie regresó igual - negó. -. Antes era una mejor persona pero eso fue hace tanto tiempo que no recuerdo cómo era en realidad, no podría describírtelo. Tú me haces sentir contento... me haces sentir como era antes - susurra.
Un silencio incomodo inundó la habitación. Las miradas culpables de ambos delataban los sentimientos que el uno sentía por el otro, volviéndolo algo casi gracioso. Pearl no sabía qué decir, así que preguntó algo que juraba haber estado imaginando desde el momento en el que lo vió.
- ¿Puedo besarte? - dice con la voz entrecortada.
Tommy se quedó sin habla y sintió sus orejas calentarse, aunque trató de cultar su emoción con su característica actitud despreocupada.
- Solo porque preguntaste amablemente - la citó.
El mayor se acercó a ella, pasó un mechón de cabello detrás de su oreja y analizó sus rasgos faciales, deleitándose de la inmensa belleza de la señorita. Cuando por fin sus labios se unieron, él nuevamente sintió ese calor en las mejillas que normalmente no llegaba a sentir con nada o nadie.
Ambos estaban felices, aunque tenían indiferencias y eran personas opuestas, se sentían felices.
- ¡Tom!
- Joder - suspiró el mencionado alejando sus labios de los de Pearl, apretádolos.
Arthur estaba en la puerta con la boca entreabierta, probablemente había olvidado lo que le iba a avisar a su hermano. La imagen lo dejó casi devastado.
- Regresaré después - susurró.
- No, di lo que tengas que decirme.
- Yo... eh, quería preguntarte si nos dirías las órdenes hoy o mañana en Epsom - dice triste.
- No, lo haré mañana - el otro asiente. -. Y Arthur, la señorita Pearl irá conmigo al evento - tosió incómodo.
- Disculpen, la interrupción.
Cuando el mayor sale, Pearl suspira pesadamente y se sienta en una de las sillas que había en aquel lugar.
Tommy le sonríe de manera sutil y se posiciona frente a ella, mirándola a los ojos fijamente.
- ¿Estás de acuerdo con todo esto? - ella asiente, con la cabeza agachada.
- No sé cómo se lo voy a explicar a Alfie o... a mis padres - ríe. -. Sé que estaremos bien - susurró.
- ¿Podrías contarme una novedad tuya cada día? - preguntó, ignorando su nerviosismo.
- ¿Cómo sería eso?
- Una novedad tuya cada día, por ejemplo, empezaré yo... eh, me gusta pasar el cigarrillo unas veces por mis labios antes de fumarlo - ella ríe. -. ¿Qué tal tú?
- Eh... me gusta coleccionar flores y cuando mueren, ponerlas en agua para que sea una fragancia - susurró.
- Vaya - se ríe Tom. -, eso es curioso pero adorable.
- No lo es, es raro. Guardo rosas muertas, a fin de cuentas, es un objeto muerto. No es... sano, al menos eso dice mi madre - dijo apenada, desviando la cabeza.
- ¿Por qué?
- Es una fuente de energía negativa, está muerto - responde encogida de hombros.
- A veces lo que está muerto nos hace sentir mejor - susurró. -. Ven.
El mayor la tomó de la mano y salió del lugar, donde Lizzie estaba sentada escribiendo con odio en la máquina.
- Nos vemos mañana, Liz - anuncia Tom.
- Buen día, señorita Stark - susurra Pearl.
La ojiverde imitó la cara de la menor burlonamente cuando ellos ya no estaban en marco y pronto, el punzante dolor de su corazón la hizo lagrimear.
La "reciente" pareja salió del lugar con un cierto aire esperanzado, pues ambos querían que aquella relación funcionara a pesar de la bastante notoria diferencia de edad y peligro que había de por medio, hablando de la proveniente familia de Pearl y los muchos rivales de Shelby.
- Estaremos bien, Tom - anuncia la muchacha.
- Eso espero, Pearl - respondió el hombre asintiendo.
[...]
El día del Epsom había llegado y Tommy no podía negar sentirse terriblemente culpable de no poder estar con Pearl como se supone ella quería.
Vestía elegantemente como normalmente lo hacía y esperó a la castaña en la sala de su casa, aquello le dio tiempo para desayunar whiskey y un cigarrillo.
- Te he dicho que no desayunes así, Tom, por favor come algo antes de irnos.
Él se dio la vuelta para poder mirarla y quedó cautivado por su belleza.
Usaba un vestido azul con plumas y joyas, sus manos y brazos se veían envueltos en unos preciosos guantes de seda del mismo color y su cuello estaba adornado por un collar de zafiros.
- Luces increíblemente hermosa, Pearl - suspiró.
- Gracias. Vamos, te prepararé algo - él negó.
- No, arruinarás tu atuendo. Ven acá.
Ella caminó a regañadientes a su lado y le sonrió, entonces Tom se acercó a ella y le obsequió un cálido beso que le transmitió felicidad. Pero él en sí, no traía eso, estaba estresado y un tanto nervioso.
- Debemos irnos - susurró.
Pearl solo asintió y salió de la casa junto a él, entonces caminaron unos pasos hasta llegar al auto, donde iniciaron su ruta.
El camino no fue muy agradable, pues Tom parecía tener la cabeza en otro lugar y Pearl estaba algo incómoda así, igual le dio tiempo para pensar en lo que le diría a Alfie una vez se diera a conocer su relación con Shelby.
- Necesito que esperes aquí por un segundo, ¿bien? - ella asintió sin muchos rodeos.
Tom bajó del auto y se encaminó a un camión del cual habían bajado los Peaky Blinders.
La cabecilla de la pandilla dijo algunas cosas y en algunos minutos estuvo de vuelta en el auto, con un entrecejo fruncido y un suspiro de alivio.
- ¿Qué fue todo eso?
- Mi caballo compite, Pearl, todos necesitábamos un empujón de coraje - susurra. -. Queremos ganar.
- Tommy, ¿hay algo que no estás diciéndome? - preguntó tomando su mano. -. Ahora no aceptaré esto, si lo que tenemos será real, entonces no puedes ocultarme cosas.
- Bien, ¿quieres saber la verdad? Mataré a un hombre en Epsom y posiblemente me maten a mi en el proceso - respondió de golpe. -. Eso es... lo que no te decía.
Pearl recargó todo su peso en el asiento y miró al techo con cierto enojo, pero, ¿realmente podía quejarse? Estaba saliendo con el Diablo.
- ¿Y dónde estaré yo? - preguntó.
- Te quedarás con John y Arthur - responde. -. Todo saldrá bien, Pearl.
Ella no respondió, solo fijó su vista en el camino y esperó a que Tommy volviera a conducir.
- Espero que sí, Tom.
Y así fue, hasta llegar al ajetreado lugar, donde el caballerismo del mayor se hizo presente y ayudó a Pearl a bajar del auto.
Pronto llegó Lizzie con una gran sonrisa y cierta seguridad, pero su cara decayó al ver a Tommy abrazando a la muchacha por la cintura.
- Lizzie, necesito un favor - habló.
- ¿Y qué sería?
- Luce muy hermosa, Liz - susurró Pearl con una sonrisa tímida, pero la elogiada solo la miró mal.
- Ven conmigo, por favor.
La muchacha se quedó algo plasmada cuando Tommy tomó por los hombros a la secretaria y se encaminó con ella a otro lugar, sintió celos en ese momento. Él ni siquiera se despidió de Rowen.
- Pearl, ven conmigo.
Arthur habló después, y sin querer mirar a la castaña le extendió su brazo para que lo tomara y ella, accedió culpable.
- Arthur, lo siento tanto - susurró.
- Te quedarás con John por el momento, después junto a Johnny Dogs, después conmigo y será así hasta que Tommy esté de vuelta - dijo seco, claro y enojado.
- ¿Por qué no simplemente me quedo con Lizzie? - preguntó.
- Porque ella también tiene un trabajo que hacer - respondió. -. No cuestiones nada, solo hazlo.
Pearl no pudo decir nada porque fue entregada a John con furia, quien le sonrió pasivamente y la sentó junto a él.
- Está enojado - dijo. -, claro que lo está. Anoche estuvo bebiendo como un loco, no sé qué le pasó - sigue.
- No quise herirlo, pensaba decírselo de una manera más sutil pero Tom simplemente... se lo dijo - responde Pearl con las mejillas rojas. -. Yo quería decírselo personalmente, pero-
- No tienes por qué disculparte, Pearl. Todos sabíamos que tú ibas a quedar con Tom, no con Arthur - ríe John.
- Pero fue egoísta de mi parte, no haberle dicho nada antes - suspira. -. Sabía que estaría con Tommy y aún así no le dije nada a Arthur, solo quise hacerme la valiente y esperar a que todo pasara y se resolviera.
- Ya pasó, a él se le pasará tarde que temprano - sonríe el chico.
- Espero que sí.
Su estadía no fue bastante agradable, pues el día del Epsom se había ido a la misma mierda para Pearl, incluso pensaba que había arreglado su imagen para nada. Tommy mataría a un hombre y los demás Blinders estaban de guardias, nadie realmente iría a ver la carrera o a decirle lo bella que se miraba.
- ¿John? ¿Puedo ir a ver a los caballos? Empezará en cualquier momento - él negó.
- No, Tommy no quiere que te alejes. Sabini está en el lugar - susurró.
La sangre de Pearl se congeló, escuchar aquel nombre la puso nerviosa y simplemente se quedó callada, observando al rubio beber.
[...]
- John, ¿dónde está Pearl?
- Fue al baño - respondió.
Johnny Dogs le hizo una seña a un chico y este corrió a donde los sanitarios se encontraban, no muy lejos de ahí.
- ¿Hace cuanto te dijo eso?
- No lo sé, Dogs, tal vez unos cinco minutos - escupió irritado.
El mayor suspiró, tal vez esperando lo peor.
- ¿Por qué no la acompañaste?
- Bueno, no iba a entrar con ella, ¿o sí? Nadie regresó, joder. Pensé que tendríamos turnos para cuidarla. Tal vez se topó con Tommy en el camino y estén follando, tal vez charlando - dijo rápido.
Dogs gruñó en desagrado, luego miró como el chico que fue al baño llegaba corriendo mientras negaba con la cabeza y la cara pálida.
- John, ella no está en el baño - dijo ahora Arthur.
- ¿Cómo que no está en el baño?
- Como oyes, idiota, perdiste a Pearl - exclamó el mayor.
- ¡Debe estar ahí o viendo la carrera, ella la quería ver! - decía comenzando a agobiarse.
- ¡No está en el baño, ni en la carrera!
- ¿¡Dónde más podría estar!? ¡Estaba conmigo hace dos segundos!
- ¿Por qué gritan tanto? - la melancólica voz de Lizzie se hizo presente.
- John perdió a Pearl - dijo Johnny.
- ¿Cómo que la perdió? - preguntó la mujer con el ceño fruncido.
- Sí, le dijo que iría al baño y no regresó.
- ¿Pero hace cuánto fue? - habló más interesada.
- Tal vez unos cinco minutos, pudieron haber sido diez - aclaró el ojiazul, mordiéndose el labio nervioso.
- Iré a ver si está ahí, tal vez tuvo algún problema - dijo Lizzie.
- No está en el baño, ya fueron a buscarla.
- ¿Y entraron?
- Sí, tuve que hacerlo - habló el muchacho de cabello negro.
- ¿Y estás completamente seguro de que no estaba ahí?
- Sí, no había nadie. Ni en los cubículos, ni en el lavabo - dijo con nervios.
- ¿Ya buscaron en la audiencia? ¿En el bar? ¿En el resto del lugar? Debe de estar en algún lado, debemos encontrarla - anunció la muchacha con voz clara.
- Lizzie, tú tampoco estás bien. ¿Qué pasó? - preguntó el menor.
- No tiene caso hablar de mí cuando la enamorada de Tommy está perdida, John - dijo con tristeza. -. Vamos, muévanse.
- ¿Dónde está Arthur? Tenemos que encontrar a Pearl - decía Dogs.
- No sé dónde está nadie, joder. Para ahora ya todos debíamos haber terminado, Tommy ya debería haber aparecido y Pearl claramente no debería estar perdida.
Después de juntar a algunos de los Blinders, todos se encargaron de buscar a la castaña, pero no tuvieron éxito.
¿Dónde estaba Pearl?
Inconsciente, en la caja de un camión de carga, siendo cuidada por dos hombres italianos con no muy buenas intenciones.
Sabini la había visto y no iba a perder su tiempo.
¿Dónde estaba Tommy?
Consciente, también en la caja de un camión de carga, siendo cuidado por hombres que no tenían buenas intenciones.
Ambos iban en la misma carretera, parecían dirigirse al mismo lugar.
Iban tan cerca, pero tan lejos.
El transporte de Tom se desvió, el de Pearl siguió derecho.
En el Epsom, seguían buscando a Pearl.
Dogs decía sentir "las bolas en la garganta", porque sabía que cuando Tom se enterara de aquello, se volvería loco.
Ninguno imaginó todo lo que fuera a pasar después.
- Estamos realmente en problemas - susurró John, sentándose en una silla.
- Ella no está y Tom tampoco ha aparecido - gimió Arthur con la cara entre las manos.
- Chicos - habló Lizzie.
La boina de Tommy estaba tirada en el suelo, con algo de tierra por encima y cuando la levantaron de ahí, confirmaron.
La filosa navaja se asomaba, dejando a todos con toda la mala espina del mundo.
- ¿Qué mierda sucedió? - susurró Arthur nervioso.
En un terreno totalmente baldío, lleno de tierra medio mojada y un helado clima, Tommy se encontró con un pozo donde claramente iría su cuerpo, lo observó sin expresión y después de unos segundos, decidió hablar.
- ¿Alguno estuvo en Francia? - preguntó tranquilo, aún observando el suelo.
Sin obtener respuesta, Tommy no levantó la cabeza o cambió su posición.
Los tres hombres lo miraban con cierto enojo, esperando a que se callara.
- ¿Puedo fumar un cigarrillo? - volvió.
- En la batalla de Somme - declaró un hombre que anteriormente se había retirado su saco. -. En Bazentin.
Tommy lo miró fríamente y asintió con sutileza, chasqueó la lengua y sus labios secos se despegaron con dificultad.
- En la batalla de las Ardenas - respondió.
El hombre asintió y le autorizó fumar, sintiendo una mínima simpatía por él.
Tom, procedió a sacar su cajita y colocar un cigarrillo entre sus labios, observando el lugar en donde las nubes lentamente se retiraban para volver a aparecer.
- Tan jodidamente cerca - susurró. -. Estuve tan jodidamente cerca - sonrió levemente, con gracia.
Su cuerpo giró, su cabeza se levantó y sus ojos se cerraron, sintiendo el humo de su último cigarrillo llenar sus pulmones.
- Oh, y hay una mujer... sí - suspiró. -. Una mujer, a quien amo y estuve cerca.
Sus ojos se abrieron, encontrándose con el hermoso cielo nublado. Se calló por varios segundos, pensando en todo y nada, con una leve sonrisa al tener una imagen de Pearl en la cabeza, borrosa y distorsionada.
- ¡Estuve cerca de tenerlo todo! - gritó, lleno de rabia.
El click de la pistola de alguno se escuchó, Tommy volvió a cerrar los ojos.
- Oh, pero qué mierda - burló, dio su última calada y arrojó el cigarrillo a la tierra. -. Háganlo, muchachos - ordenó.
Se acercó al pozo, lo miró y le arrojó su reloj de bolsillo.
- Camarada, tenemos nuestras órdenes - dijo uno de los hombres. -. Ya sabes cómo es esto.
Tommy suspiró, sintiéndose por primera vez nervioso.
«aquí se termina el camino» pensó.
- Sé como es - asintió.
Lo pusieron de rodillas, él cerró los ojos y levantó la cabeza.
Procedió a decir sus últimas palabras.
- En el sombrío invierno - susurró.
Una patada en el hombro lo hizo caer en el pozo, escuchó dos balazos y sintió a un hombre caerle en la pierna.
- En algún momento en el futuro, el señor Churchill querrá hablarle en persona, señor Shelby - habló el verdugo apuntándole con el arma.
Tom, impactado y agitado, observaba la escena sin saber qué rayos había sucedido y por qué todo fue tan rápido.
- Tiene un trabajo para usted - siguió. -. Estaremos en contacto - asintió. -. ¡Sal de la tumba, gitano! - exclamó. -. ¡Vete a la mierda de aquí! - volvió.
Tommy, con dificultad salió de aquel no tan profundo pozo y miró al hombre por algunos segundos, antes de retirarse ajetreado de la confusa escena. Después de caminar por algunos segundos, tropezó y ahí, golpeó el suelo maldiciendo. Después se levantó, llorando, agitado, confundido, desolado, agradecido.
Pensó en Pearl y decidió querer estar a su lado. En ningún momento se imaginó la horrible noticia que le esperaba cuando regresara a casa.
No pensé que la historia fuera leída, así que este es mi primer comentario.
Les agradezco mucho por leer y votar.
Espero que les agrade este capítulo, tiene algunas modificaciones como vimos.
- Mary, xx.