Olivia
-¿Se puede saber a que se debe tu expresión?- preguntó el chico junto a Olivia mostrando su amplia sonrisa como normalmente lo hacía. Olivia le sonrió ampliamente de vuelta.
-¿Qué expresión?- Olivia se concentraba en limpiar la barra con fuerza, quería sacar una pequeña macha de café, pero esta parecía querer quedarse a vivir en la mesa por siempre.
-La que tienes en el rostro- el chico señaló su rostro- Tienes la expresión de un infante que no recibió regalos la mañana de navidad- le dijo.
-¿Tengo expresión de desolación y tristeza total?- le preguntó Olivia.
-Básicamente- el chico seguía concentrado en preparar un perfecto cappuccino mientras charlaba con Olivia- Sabes que puedes decírmelo, para eso están los amigos.
-¿Ya somos amigos?- la chica lo miró a los ojos y sonrió- Nos conocemos desde hace muy poco.
Olivia pensaba en las dos semanas que lleva en la ciudad de sus sueños, sabia todo lo que había crecido y aprendido desde que llegó a pesar de ser muy poco tiempo.
-¿Y eso que?- inquirió el chico- Cuando lo sabes, lo sabes- le dedicó una amplia sonrisa- Además, soy el mejor amigo que alguien podría tener- Olivia niegó con la cabeza sin dejar de sonreír y volvió a concentrarse en la bendita mancha que no se dignaba a desaparecer- Si quieres hablarlo, aquí estoy.
Olivia dudó. Nunca había tenido amigos hombres, prácticamente huía de ellos, y su sola presencia hacía que se sintiera incomoda y ansiosa. No podía considerar a un hombre por fuera del campo romántico, pero con Tom era diferente. Se sentía cómoda y confiada.
-Lo sé- le dijo Olivia sin mirarlo- Esta asquerosa mancha no se digna a salir- talló mas fuerte sobre la asquerosa.
-Esa es peggy- llegó justo detrás de ella y señaló la mancha- Lleva más tiempo aquí que yo. No pierdas el tiempo, nunca se va a ir.
-¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?- le preguntó Olivia a Tom. Dejó tranquila a "peggy" y volteó a ver a Thomas.
-Casi un año- le respondió el muchacho antes de irse con el cappuccino entre manos.
Oliva sacó su teléfono y se miró en el reflejo. Se preguntaba que expresión habría estado haciendo para que Tom lo notara, seguro era una muy fea. Y la verdad es que si, algo la estaba afectando, y ese algo tenía nombre. Estaba confundida, estresada y temerosa de lo que le pudiera pasar al día siguiente. Noah no había aparecido en toda la semana y no tenía ni compañero ni nada que presentar al día siguiente. Su beca en Juilliard corría peligro y eso la tenía exhausta mentalmente.
-Habla ya- dice Tom al llegar junto a ella.
-Es...- Olivia organizó sus ideas en la mente- Es mi estúpido compañero de baile, no tenemos nada preparado para la muestra de mañana y ni siquiera sé si se digne a aparecer. Si ese tonto mujeriego no llega a la clase, todo mi futuro y mi existencia se verán afectados gravemente- Olivia exhaló luego de vomitar toda la información que tenía atrapada en la cabeza.
-Así que tu futuro como bailarina se ve afectado por tu estúpido, tonto y mujeriego compañero de baile- recapituló Tom- Wow Liv, más vale que ese idiota, tonto y mujeriego aparezca para la muestra. De lo contrario tendrás que brillar tu sola en el escenario y dejar a todos con la boca abierta- Tom le guiñó un ojo y siguió en lo suyo.
-Muy gracioso- soltó una sonrisa de lo más falsa- Es enserio Tom, es un ejercicio en pareja. Además nunca me has visto bailar- le recordó la chica.
-Pues pareces muy buena bailarina, siento la pasión con la que hablas del baile- le respondió el chico y las mejillas de Olivia se tiñeron de un leve color carmesí- Y tienes razón, pero si no puedes hacer nada más aparte de presentarte en pareja con ese estúpido tonto y mujeriego, será mejor que tengas un plan de reserva. Lo peor que puede hacer es tener las manos vacías- el chico se encogió de hombros.
-Tienes razón, Tom- se dio la vuelta para poner en el horno algunos pastelitos antes de que alguien ordenara más y no hubieran- Haré mi propia coreografía y si no se digna a aparecer bailaré sola- dice más para si misma que para Tom. Con mucho cuidado de no quemarse cierra el horno y lo pone en marcha.
-¿Y como se llama el estúpido, tonto y mujeriego compañero de baile de Olivia Murphy?- él se situó frente a ella apoyado junto al horno.
-Su nombre es...- comenzó a decir Olivia.
-¿Noah?- termina el chico por ella.
-Si, así se llama- chilló Olivia- ¿Cómo lo supiste? ¿Eres adivino y no me lo dijiste?- Olivia le dedicó una sonrisa, sin embargo, su sonrisa se desvaneció al notar que la del chico había desaparecido bruscamente.
Toda la alegría había desaparecido del rostro de Tom, se puso blanco como el papel. Olivia notaba los puños y mandíbula apretada de Tom, nunca había visto al chico así, tan... alterado, por lo general siempre era optimista y simpático.
Por un segundo creyó que la estaba mirando a ella e inmediatamente Olivia se arrepiente de su chiste, sin embargo, rápidamente se da cuenta que en realidad estaba mirando a alguien detrás de ella.
Antes de que siquiera tuviera la oportunidad de girarse para averiguar de quien se trataba, una voz que ella conocía muy bien llegó hasta sus oídos.
-Vaya, el mundo es un lugar muy pequeño- Olivia se giró a verlo.
Es Noah.
Thomas aprietaba más la mandíbula y Noah sonreía.
-¿Se conocen?- Olivia preguntó incrédula.
-¿Tu que crees, primor?- le preguntó Noah a Olivia.
Por la expresión de Thomas podía deducir que se conocían, se conocían muy bien.
Colette
Tout Mon Amour resonaba por las paredes del departamento. Colette esperaba desgastar la canción hasta el punto de odiarla, pero no podía, no podía odiar algo que hizo desde el corazón. No podía odiar los sentimientos que le transmitía la canción. No podía odiar el amor con la que fue escrita. Y por más que lo intentara no los podía odiar, ni a ella ni a él.
Por eso, se odiaba a si misma. Se odiaba por haber sido tan estúpida e ingenua. Se odiaba por dejarse llevar. Se odiaba por no sospecharlo antes. Se odiaba por dejarse sentir.
Colette declaró que es suficiente, su sufrimiento debía detenerse. Esa no era Colette, no era la Colette que había sido siempre y es que tampoco quería volver a serlo, quería renovarse. Era momento de un cambio.
Esa situación la estaba consumiendo y no podía permitirlo. Dejó de tocar abruptamente y trató de controlar su respiración. Ubicó el violín sobre su base con delicadeza y se paró frente al espejo.
-Colette Russeau no llora por hombres- se dijo a si misma en voz alta- Colette Russeau no llora por nadie- se limpió las lagrimas que corrían por su rostro y suspiró.
Sostuvo su propia mirada por unos segundos y se obligó a dejar de llorar.
Colette sabía que era cierto, ella no lloraba por hombres. Ella en realidad lloraba por ella misma. Por su antigua yo. Por esa tonta ingenua que no creyó que dos personas que amaba con el corazón la pudieran engañar de esa manera. Pero lo hicieron. Ambos.
"Esta no soy yo" se repetía continuamente.
Se sentó sobre su cama y enfocó su mirada en la pared desnuda ante ella. Sus pensamientos vagaban de aquí a allá. Pasaban por él, por ella, y por esa tercera persona que lo destruyo todo en miles de pedazos.
También pensaba en una persona a la que le debía una disculpa, una gran disculpa. Tenía que hablar con Thomas. Justo en ese momento.
Recogió su abrigo y salió de su habitación a toda prisa antes de que se arrepintiera de ir un domingo en la tarde a la cafetería donde trabajaban Thomas y su mejor amiga. Es ahora o nunca se repetía en la mente.
Justo allí nació la nueva Colette Russeau.
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Hola, hola.
Las cosas están por colapsar *risa malévola*. De verdad, no saben todo lo que se viene. Esto apenas comienza y muchos secretos saldrán a la luz muy pronto.
Aún no tengo actores para Colette y Thomas. Acepto sugerencias (Por favor).
Espero poder subir capítulos más seguido de ahora en adelante, sobre todo ahora que es época de vacaciones.
¡Estoy escribiendo otro libro aquí en Wattpad! Se llama Dame un segundo, pueden encontrarlo en mi perfil. Este lo estaré actualizando más seguido puesto que ya he escrito más de la mitad del libro. Estoy segura que les gustará si les interesa un poco más de ficción y aventura, sin embargo también tiene bastante romance. Si quieres conocer al hermoso Nicholas Campbell y a la enigmática Emily Lineker tienes que leerlo.
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Gracias por leer mi historia.
-Manu<3