Hace dos semanas que oigo la misma conversación. A la exacta misma hora.
Me despierto de un sacudón a las 2:05 AM, para escuchar a una pareja, por lo que deduje del diálogo, pelear.
- Tate, no puedo perdonarte por lo que hiciste. No todavía. - una chica dice con angustia.
- Vi, eres lo mejor que me pasó. Cuando te conocí, y me enamoré de tí. Juré que no iba a lastimarte.
- ¿Como esperas que perdone lo que hiciste? - Vi grita con fuerza. - Aléjate, no quiero verte
- ¡No, Violet! - Tate grita hasta quedarse afónico.
Y ahí termina. La mayoría de las discusiones terminan igual. A veces rememoran los viejos tiempos o cuando se conocieron. Pero siempre termina en las mismas palabras "Aléjate".
Durante dos semanas he escuchado las mismas voces. Y me he levantado cada vez, para luego no ver a nadie. Kevin dejó de hacerme caso la cuarta noche. Por eso hoy lo dejo pasar e intento dormirme denuevo.
Mi alarma suena y yo le doy un golpe al despertador. Dios odio la escuela. Lo bueno es que este es mi ultimo año y luego me iré a la Universidad de Artes Visuales en Nueva York. Esta todo decidido.
Aunque mamá hubiera preferido una carrera mas convencional, no pudo moverme de mi decisión. Amo el arte y de eso quiero vivir, y aprender lo mas que pueda.
Me levanto, me ducho y me cambio. Me pongo un vestido azul y unas chatitas blancas. Podría ser una artista pero no me va el estilo bohemio. Me ato el cabello rubio en un prolijo rodete.
Cuando miro al espejo veo a mi lado a una chica rubia. Me doy la vuelta al instante pero no hay nadie detrás de mí.
Totalmente asustada corro escaleras abajo donde mamá esta sentada bebiendo café mientras lee el diario.
También le conté acerca de las voces que oigo a la noche. Si llego a decirle que vi a una chica en el espejo va a mandarme a un manicomio.
- ¿Que pasa hija? - dice levantando la vista del periodico - Se te ve alterada - dice y da un sorbo a su café.
- Es que.. - busco una excusa en mi mente. Miro el reloj y son las 7:30 - voy a llegar tarde a la escuela.
- Bueno, deja que te lleve. Después de todo es tu primer día. - dice sonriendo.
- ¿A donde fue Kevin? - pregunto a mi madre desde el asiento de copiloto.
- Tenía una entrevista, como ayudante en otra secundaria.
-¿Donde?
- Westfield. - dice mamá y aparca en el estacionamiento de mi nueva escuela.
- Te quiero ma. - digo y bajo del auto.
Al caminar por los pasillos veo que todos me miran. Camino con la cabeza gacha para evitar las miradas curiosas de los estudiantes de Collins High.
Veo de reojo a una chica con gafas de sol y una capelina que le cubre la mitad de la cara. En cuanto la miro, ella fija la vista en otro lado. ¿Que le pasa a los chicos de aqui?
- Hola. Lilian ¿Verdad? - un chico alto rubio y fornido me saluda.
Yo miro al típico estereotipo de mariscal de campo con aspecto de Brad Pitt embobada.
- Liliana - lo corrijo. - Todos me llaman Lily - digo sonriendo para alivianar mi tosco comportamiento.
La gente desconocida me pone nerviosa. En especial si son asi de apuestos.
- Okay, Lily. Soy Chad - dice ofreciendome la mano. Yo tomo la mano del chico y la estrecho. - Soy el presidente de la clase y el encargado de mostrarte el lugar. Sígueme.
Sigo a Chad por los pasillos. De nuevo puedo sentir la mirada de todos sobre mi.
- Chad - digo tímidamente. - ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro - dice el muchacho ofreciendome una cálida sonrisa.
- ¿Porque estan todos mirandome?
Mi escolta pone expresión seria.
- Es tu casa - dice avergonzado.
- Ah - digo comprendiendolo todo. - Soy el bicho raro que vive en la casa del asesinato.
¿Acabo de decir eso en voz alta? Al parecer sí, por la expresión de Chad.
- No es gran cosa - dice sonriendo de nuevo para alivianar la presión. - Son tontos. Como si de verdad estuviera embrujada.
Yo sonrío, el hombre de traje negro enmascarado, las voces de la parejita y la muchacha del espejo vienen a mi mente. "Ni te imaginas Chad" pienso y continúo el tour por el colegio.
Vuelvo a casa en autobús. Camino por la vereda hasta detenerme frente a mi casa.
Llamarla mi casa, es extraño. Siento como si estuviera siendo una inquilina.
Un chico rubio espera en el porche. Es de estatura mediana y esta usando una camiseta negra que lo hace parecer desgarbado.
- Hola, ¿Puedo ayudarte? - digo por detras del muchacho.
Este se da vuelta al escuchar mi voz. Me mira de arriba abajo y luego sonrie.
- Hola. Soy Tate Langdon. - yo lo miro horrorizada. Su voz, y su nombre.
Es el chico que he estado escuchando por las noches.
Doy lentamente unos pasos para atrás.
- Vivo en la casa de al lado - dice con expresión extraña al ver mi cara.
Y en ese momento mi cabeza hace click. Lo he escuchado porque vive en la casa de al lado. No puedo creer lo paranoica que he sido.
- Asumo que mi madre ya ha venido a presentarse - dice con un dejo agridulce.
- Eres el hijo de Constance - digo atando cabos sueltos. Langdon. ¿Porque no lo había pensado antes? - Jamás mencionó que tuviera un hijo... varón.
- Mi madre ha estado un poco, alterada, desde la muerte de Addy. - lo dice con tal naturalidad que me desconcierta.
- Lo siento - digo, solo porque no se que responder ante estos casos.
- Fue hace mucho tiempo - dice y coloca sus manos en sus bolsillos.
- Tu y tu novia discuten mucho.
¿Por que demonios dije eso? Detesto a la gente. Me pone nerviosa y digo estupideces.
El muchacho me mira desconcertado en un principio y luego pone cara triste.
- ¿Nos has escuchado? - dice atónito
- Hace dos semanas enteras. - digo cruzando los brazos para resguardarme de la brisa fría que sopla.
No se porque pero es como si Tate emanara frío. ¿Que estoy pensando?
- Lamento, si te he molestado - dice volviendo a la normalidad y esbozando una sonrisa.
- ¿Quieres pasar? - le ofrezco al muchacho.
En realidad no quiero estar sola en la casa.
- Me encantaría - dice dejandome pasar primero cuando abro la puerta.
Al entrar en casa Kevin anda merodeando por el recibidor.
- Buenos días - slaudo a mi hermano - ¿Como te ha ido?
- Bien, ha estado un poco.. - Kevin se calla y se coloca delante de Tate. - Hola, soy Kevin, el hermano mayor de Liliana - lo odio - ¿Tu eres?
- Soy Tate - dice un poco amedrentado por la actitud celosa de mi hermano - Langdon. Vivo al lado. - dice defendiendose.
- Ah, eres el hijo de Constance - dice mi hermano cambiando de actitud al ver que apenas conozco al chico. - Hoy se ha pasado por aquí, es muy encantadora.
Y de hermano celoso, pasaba a encantador anfitrión. De verdad que soy la oveja negra de la familia.
- Entra una señora en una carnicería y dice: Deme esa cabeza de cerdo que esta allí. Y el carnicero contesta : Perdone señora pero eso es un espejo. - Kevin recita su típico chiste para las visitas.
Tate se ríe y entre los dos comentan acerca de un partido de futbol. Y así como así, mi hermano me roba la atención del vecino.
Me excuso y me retiro a mi cuarto. Caminar por el pasillo me da escalosfríos así que corro escaleras arriba y atravieso el pasillo como un relámpago hasta mi habitación.
Me arrojo sobre la cama y miro al techo. Estoy volviendome loca. Las voces a la noche eran de mi vecino. No venían del ático sino de la casa de al lado.
Pero la chica del espejo, no. El hombre enmascarado de negro tampoco. Y aquél episodio el día de la mudanza definitivamente tampoco era producto de mi mente.
Un ruido de pasos fuera de mi habitación, me sacan de mis pensamientos.
"Es solo tu imaginación Lily" me digo a mi misma "O Kevin, o el vecino"
Miro unos segundos hacia la puerta y escucho la risa de unos niños.
Me quedo inmóvil en mi cama, hasta que dejo de escucharlos. Luego me cubro la cabeza con la almohada y grito.
El peso de la almohada se hace mas fuerte y me quedo sin aire. Intento quitarmela de encima pero alguien sigue presionandola en mi rostro. Me remuevo y pego patadas hasta que consigo quitarme la almohada de encima.
Respiro agitadamente intentando recuperar el aire. Inspiro, me cuesta, pero de a poco el aire entra en mis pulmones y los oxigena de nuevo.
Miro a mi alrededor pero no hay nadie. En un acto de coraje, reviso debajo de la cama, en mi armario y hasta detras de la cortina del baño. Pero no encuentro nada. Ni siquiera mi cuarto es seguro ya.
Corro escaleras abajo donde mi hermano y Tate siguen charlando animadamente.
- Kevin. - digo agitada.
- Ah, Lily, mamá no vendrá a cenar hoy, tiene una "reunión de negocios" - dice haciendo comillas con los dedos - Así que Tate se quedará a cenar.
- Alguien... - digo entre respiraciones, ignorando lo que me acaba de decir - intentó.. - mas respiraciones - ahogarme.
A mi hermano se le transforma la cara.
- ¿Estas bien? - Tate se levanta y me inspecciona la cara. - ¿Has visto a alguien? - pregunta preocupado.
- No - digo frustrada. - Estaba, descanzando con la almohada en mi cara - intento no pensar en lo friki que suena eso - y de repente sentí a alguien apretandola.
- Tenemos que llamar a la policía - dice mi hermano levantando el teléfono.
- No - dice Tate, que luego calla.
- Aún podría seguir aquí - dice mi hermano marcando el 911.
- No hay nadie en la casa - el oficial Luke dice una vez que inspeccionó todo el perímetro.
- Alguien atacó a mi hermana - replica Kevin alterado.
- Tal vez, quisieran instalar un sistema de alarmas. La familia Harmon - Luke pone cara larga - que solía vivir aquí la tenían, así que el cableado debe de seguir instalado.
Creía que los dueños anteriores eran los Ramos.
- Deberíamos consultar eso con nuestra madre detective - digo acompañandolo hasta la puerta - Gracias por tomar mi denuncia. - digo y despido al oficial que me da una calida sonrisa y se va.
- ¿Que tal si ordenamos comida china? - dice Kevin a Tate y a mi. Como para levantar el ánimo.
- Suena perfecto - digo con una sonrisa falsa.
En realidad me iría a mi cuarto, pero no quiero estar sola.
Paso la noche entera escuchando a Tate y a mi hermano charlar. De vez en cuando mi vecino me hacía alguna que otra pregunta, pero en general la atención estaba puesta en Kevin.
El chico Langdon es simpático, él y mi hermano ya han hecho buenas migas.
Luego de comer, Tate se excusa y se retira a su casa.
A eso de las doce mi madre llega a casa. Kevin y yo la esperamos sentados en la cocina.
- ¿Como fue la reunión de negocios madre? - Kevin le pregunta mientras mamá apoya su cartera en la mesa.
- Ha estado genial muchas gracias. Hable con el dueño del tour del homicidio.
Kevin y yo la miramos soprendidos.
- ¿Porque esa cara? Nos he cerrado un negocio prometedor - dice mamá sonriente - Todos los miércoles la gente del Tour del homicidio, tendrá la oportunidad de entrar a la casa y nosotros recibiremos un treinta porciento de las ganancias.
- Eso quiere decir que ¿Recibiremos extraños todos los miércoles? - digo horrorizada.
- Solo en la planta baja y el sótano. Te sorprendería la cantidad de morbosos que hay en esta ciudad. Y sólo de cuatro de la tarde hasta las seis. Estarán en el trabajo y la escuela la mayoría del tiempo.
- Eres increíble - dice Kevin que se retira enojado a su habitación.
Aprovecho este momento a solas para contarle a mi madré acerca de lo que había sucedido hoy. Mi madre se pone como loca y llama al agente Luke. Van a instalar la alarma mañana mismo.
Esta noche duermo junto a mi madre, en la habitación principal.
Entre las sombras veo a aquella figura que ví por la ventana. Es un hombre alto y desgarbado que lleva un traje de goma negra con una mascara a juego. Pego un salto pero cuando examino mejor la habitación no veo nada.
Me escondo bajo las sábanas e intento dromir agarrada de la cintura de mi madre.
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Aléjate = Go away.