AHS: MURDER HOUSE

By Scarleg

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Luego de los Ramos una nueva familia se muda a la antigua morada de los Harmon. ¿Podrán los fantasmas echarlo... More

AVISO - WARNING
1. Welcome to the Murder House
3. Dos Semanas
4. Ama de Llaves
5. El Museo del Asesinato
6. Tate
7. Él número Cinco
8. Baile de Otoño
9. Billy Dean Howard: Atracción Paranormal
10. El Monstruo en el Closet
11. La Chica en el Espejo.
12. Ejercito Rojo y Blanco.
13. Halloween I
14. Halloween II
15. Rubber Man 2.0
16. Halloween After Party
17. Despierta
18. La Cruda Verdad
19. Claroscuro
20. Acorralados
21. Dulce Despedida
22. Secreto Profesional I
23. Secreto Profesional II
24. Welcome (back) to the Murder House
25. Día de los Muertos
26. Purgatorio
27. FINAL
Epílogo
A G R A D E C I M I E N T O S
C O V E N .

2. Mudanza

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By Scarleg

Llevo en mis manos tres cajas apiladas. Una tiene una etiqueta que dice "Lily", otra "Habitación" y la última "Baño".

Al menos todas las habitaciones tenían un baño propio. Ya no iba a pelear con Kevin por quién se duchaba primero a la mañana.

Haciendo equilibrio coloco lentamente un pie en la escalera, y luego el otro. Repito el mismo mecanismo hasta que llego a un descanzo.

- ¡No te caigas! - la voz de un niño grita y siento que me empujan.

Me quedo suspendida en el escalón haciendo equilibrio. Mis pies se balancean para adelante y para atras por unos segundos hasta que me obligo a tirar las cajas y caigo de rodillas sobre el descanzo.

- ¡Kevin! - grito con tanta intensidad que me duele la garganta.

Mi hermano viene corriendo desde la cocina.

- ¡Idiota! - le grito completamente enojada - ¡Casi me matas!

- ¿De que estas hablando Lily? Estaba en la cocina. - mi hermano dice fastidiado.

- ¡No trates de salvar tu pellejo! ¡Eres tan bruto! - no va a safarse tan fácil.

- ¡Liliana, estaba en la cocina ayudando a mamá! - discute conmigo.

- ¿Que esta pasando aquí? - mi madre que luce terrible por la mudanza se pone los brazos en las caderas.

- ¿Madre, estaba ayudandote en la cocina o no? - Kevin pregunta con expresión de autosuficiencia.

- Pues sí. - mamá no entiende muy bien la pregunta.

Kevin me mira y levanta una ceja.

- ¿Que? - murmuro y una sensación gélida se apodera de mi estómago.

- ¿Que haces en el piso hija? - mamá se da cuenta de que estoy tirada en el descanzo y todas mis cajas estan en el piso desparramadas.

- Nada. - me levanto rápidamente y comienzo a levantar mis cajas - Me tropecé.

- Siempre tan torpe - se dice a sí misma mientras se encamina de vuelta a la cocina.

- Kevin - llamo a mi hermano que estaba siguiendo a mi madre.

Él me mira como diciendo "¿Ahora qué?"

- Ayudame con estas cajas. - lo que sucede en realidad es que no quiero estar sola.

Mi hermano se queja, pero sube y toma dos de mis cajas.




- Algo me empujó hoy. - le digo mientras doblo una blusa y la coloco en la vieja cómoda de mi cuarto.

Mi habitación tiene un color gris violáceo, lo que le otorga un aspecto sombrío.
"Ya la pintaré luego" Me digo mentalmente y continúo ordenando el mobiliario.

- ¿De que estas hablando Liliana? - odio la costumbre de mi hermano de llamarme por mi nombre completo. ¿Cuando entenderá que me gusta que me llamen Lily?

- Oí la voz de un niño decir "no te caigas" y luego sentí que me empujaron. - digo y lo que lo que oigo no tiene sentido. - Pensé que habías sido tú.

- Liliana. - mi hermano apoya una mano en mi hombro y le da un gentil apretón. - No hay fantasmas.

- Lo sé. - digo avergonzada.

A las 4 de la tarde olor a salsa de tomate sale por la cocina. Bajo las escaleras siguiendo el olor. Creo que nunca estaría lista para lo que ví.

Mi madre con la cara cubierta de harina amasando frenéticamente al ritmo de un viejo vinilo.
"You belong to me.." Se escuchan las voces agudas de unas niñas de alguna época pasada.

- ¿De donde sacaste esto? - digo retirando el tocador del disco.

El silencio se apodera de la habitación y mamá aminora el ritmo de amasado.

- No lo sé. Estaba aquí esta mañana cuando entré. La casa vino con mucho mobiliario. - dice mamá mientras amasa.

Si, el de todas las personas que se mudaron aquí y murieron.

- De todos modos. La verdadera sorpresa es verte cocinar. - digo y de verdad estoy sorprendida.

- Pues, pensé que tenía que agradecerles de alguna manera. - mamá amasa con mucha dedicación - ¡Cenaremos pizza hoy! - dice con el brío de una porrista.

- Siempre pensé que no sabías cocinar. - hay toda una faceta de mi madre que aparentemente desconozco.

- Que tuviera gente que hacía las cosas por mí no quiere decir que no sepa hacerlas. - dice y se esparce más harina por la cara cuando se rasca la nariz. - De todos modos, tendremos que buscarnos una nueva sirvienta. Tal vez cocinaré, pero me rehuso a limpiar toda esta casa por mi misma.

- Por que no llamas a Sally. - nuestra antigua chica. Dormía en nuestra casa.

La cara de mi madre se ensombrece y la expresión de júbilo de hacía unos segundos se evapora totalmente de su cara.

- Era una mala sirvienta. Se quedaba con cosas que no le pertenecían. - dice y comienza a amasar mas rápido.

- ¿Quieres ayuda? - digo subiendome las mangas de la blusa. También trato de desviar la atención del tema.

- Eso sería genial - dice mamá y una lágrima se le escurre por la cara enharinada.

Dos golpecitos en la puerta de la cocina nos distraen de nuestra tarea.

Me lavo las manos en el fregadero y puedo ver por la pequeña ventana a una señora rubia.

Cuando me dirijo a la puerta puedo verla en todo su esplendor.
Deberá de tener unos sesenta y tantos años pero el tiempo no ha arruinado su belleza. Tiene el pelo recogido en un peinado estilo de los cincuenta y su vestido azul lo acompaña a la perfección.

Abro la puerta y la mujer avanza sin siquiera pedir permiso.

- Soy Constance Langdon - dice ofreciendome una mano. - Vivo en la casa de al lado.

- Bienvenida - dice mi mamá por detrás de mi. Mi madre tiene un talento nato para las relaciones sociales.

Kevin también lo heredó. Creo que se saltó una generación conmigo. Además de ser miedosa. Estar rodeada de gente extraña solo logra ponerme incómoda.

- Soy Alison, esta es Lily, mi hija - dice mientras saca de la alacena tres tazas de té.

Pongo a calentar la pava y me siento al lado de Constance.

- Que bonita hija que tienes - dice y me toma por la barbilla. Examina mi rostro y puedo verle ese brillo en los ojos, que me indica que succionaría mi juventud si pudiera - Ya nadie aprecia un rostro bonito en estos días. Esa porquería de la belleza interior y no sé que mas cosas.. - dice y se puede ver lo mucho que le afecta.

Hago uso de mi inteligencia y me limito a sonreír cortesmente. Decido dejarle el peso de las relaciones públicas a mi madre.

- Tuve una hija una vez. - dice y su voz se carga de amargura. - No era ni un tercio de lo bonita que eres tú. Dios me libre, era una mongoloide. - dice y una sonrisa sarcástica se dibuja en su rostro. - De hecho tuve tres. - se calla repentinamente. - Debo irme. Atiendo un albergue para perritos. Pero creo que usted no tiene ninguno. Adios.

La mujer sale rápido por donde entró dejandonos con las tazas de té humeante, llenas.

- Bueno, tenemos vecinos bastante interesantes - dice mamá que junta las tazas y continúa con los bollos de las pizzas.

- Ma. ¿Puedo ir a mi cuarto? - de repente me siento cansada.

- Claro hija. Vé. La cena estará lista a las ocho. - dice mamá que esta muy entretenida amasando.

Esquivo un par de cajas apiladas en el vestíbulo y corro escaleras arriba.

Escucho música rock sonar. Cuando paso por el cuarto de Kevin. Puedo ver a mi hermano repatinado en su cama cantando a todo pulmon una canción de Kiss.

- ¿Podrías bajarle? - digo mientras me acaricio las sienes. - Me duele la cabeza.

- De acuerdo. - mi hermano toma el control remoto de su estereo y la voz de Gene Simons baja el volumen.

- Gracias - digo y me dirijo a mi cuarto.

Mi cuarto es la última habitación al fondo del pasillo. La cabeza me esta haciendo implosión. Abro la puerta y me arrojo sobre mi cama como una bolsa de papas.

- ¡Aléjate, Tate! ¡No quiero verte! - la voz de una chica me despierta. ¿Que esta pasando?

Abro lentamente la puerta de mi habitación. Miro por entre la puerta entreabierta pero no veo nada.
Ahora con mas confianza. Termino de abrir la puerta para encontrarme con la simple y normal vista del pasillo. Agarro mi paraguas de punta afilada para utilizarlo como arma.

Camino sosteniendo el paraguas en alto por todo el largo del pasillo. Dando miradas furtivas a las puertas cerradas.

- ¡Violet, No! - la voz de un chico se oye desde algun lugar cerca de mi.

Miro hacia arriba por donde vino aquél grito y veo la puerta del ático. De ninguna manera subiría allí.

Corro hasta la habitación de Kevin, donde esta completamente dormido.

- Kevin - lo sacudo entre susurros.

- ¿Que? - pregunta todavía dormido.

- Hay alguien en la casa - le digo sacudiendolo denuevo.

- ¿Que? ¿Donde? - dice levantandose de un salto. Provocando que yo de otro salto instintivo hacia atrás, para evitar una colisión.

- Escuche voces en el ático - digo con la voz temblorosa.

- ¿Que haces con ese paraguas? - pregunta mi hermano levantando una ceja.

- Nada - sacudo la cabeza irritada por la falta de seriedad de mi hermano - ¿Iras a ver que es lo que esta pasando?

- Son las 8 de la noche Liliana - mi hermano se queja.

- ¿Has escuchado lo que dije? ¡Hay alguien en el ático! - digo exasperada.

- De acuerdo. - Mi hermano se levanta de mala gana.

Caminamos lentamente por el pasillo hasta el ático. Mi hermano baja la puerta y desenrolla la escalera. Hace un gesto con la mano indicandome que suba.

- No de ninguna manera. Tú primero - le digo asustada.

Mi hermano da vuelta los ojos pero sube mientras suelta un bufido. Yo lo sigo por detrás aún sosteniendo el paraguas en mis manos.

Kevin enciende una luz y puedo ver la totalidad del ático. Es inmenso, tan grande y alto como mi habitación.

Mi hermano camina y se para justo en la mitad del ático. Alza las manos y esboza una sonrisita.

- ¿Ves a alguien? - dice fanfarrón.

Estoy a punto de dar vuelta los ojos, cuando veo rodar por los pies de mi hermano una pequeña pelotita roja.

La pelotita rueda lentamente hasta chocar contra mis pies.

- Kevin - digo aterrada. - ¿Que es esto? - no puedo despegar la vista de la pelotita roja y escalofríos me recorren la espalda.

Mi hermano se da vuelta al instante. Mira hacia todos lados, pero no hay nadie. Solo cajas apiladas llenas de polvo.

- Es solo una estúpida pe.. - Otra caja se cae al piso provocando un estruendo que hace que ambos demos un salto del susto.

- ¡A comer! - la voz de mamá nos llama.

Kevin y yo salimos corriendo. Cerramos la puerta del ático y nos miramos prometiendo mentalmente no volver a hablar de aquello.




- ¿No les encanta la casa? - mamá dice mientras muerde un pedazo de pizza.

- Esta pizza esta buenísima, mamá. - Kevin dice aún con la boca llena - No sabía que supieras cocinar.

Mi mamá pone cara larga.

- ¿Por que todos me dicen lo mismo? - se pregunta irritada.

"Tal vez, porque esta es la primera vez en ventiuno y diecisiete años que probamos comida casera hecha por nuestra madre." pienso. Pero me limito a comer mi comida.

- ¿No creen que esta casa es preciosa? - mamá vuelve a traer el tema a la mesa.

- Es muy grande - digo solo por contestarle y para decir una verdad ambigua.

- Mientras ustedes dormían he estado inspeccionando, - dice mamá con una sonrisa. - Tiene un sótano enorme. Pensé tal vez reformarlo y hacer un cuarto de juegos o alguna sala de estar - dice mamá entusiasmada.

- ¿Un gimnasio tal vez? - Kevin muestra interés en algo relacionado con la casa por primera vez.

A mi madre se le ilumina la cara. Suena perfecto. Los dos aman ejercitarse. Y yo soy la oveja negra, como siempre.

Al ver mi cara de desagrado, mamá agrega.

- Pero, es en realidad muy grande, Lil. Hay como dos ambientes enteros , podemos dividirlo y hacerte un estudio de arte. - mamá es una experta en sobornos.

- Suena genial mamá pero ¿Con qué dinero? - pregunto.

- La casa de Texas se ha vendido en novecientos mil dólares - dice feliz.

Y a Kevin se le salen los ojos de las cuencas.

- ¿Eso quiere decir que puedes comprarnos un auto? - dice, y se remoja los labios.

- Tal vez. - dice mamá contenta.

Oficialmente la casa del asesinato era nuestra única casa.

"Welcome to the Murder House" un animador de carnavales susurra en la parte trasera de mi mente.

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