Especial navideño 1/2
---
Un día agotador debería de haberme dejado agotada pero no era así, estaba con los nervios de punta, el corazón latiéndome a mil por hora y las molestas abejas revoloteando en mi estómago.
Cuando el elevador llegó a nuestro piso eso aumentó al doble.
—¿Cansada?— preguntó Nick mientras se aflojaba el nudo de la corbata.
«Estoy entrado en un ataque de pánico»
—Algo así.— contesté y traté de sonreír.
«Es la primera vez que compartirás habitación con Nick, aprovéchala»
Entramos a la habitación y Nick se sentó en un sillón de la pequeña sala de estar que había en la habitación y yo no sabía exactamente qué hacer, si sentarme en el otro sillón o irme a la habitación, todo eso era totalmente nuevo para mí.
—Puedes irte a descansar, aún yo tengo trabajo por hacer.— parecía cansado pero aun así se empeñaba en querer trabajar, a veces era un maniático del trabajo.
Quería decirle que lo mejor sería descansar e irnos a dormir, pero ni siquiera sabía que tan incómodo podría llegar a ser eso, así que tal era mejor dormirme yo primero que era la que causaba más escenas incómodas y sin que yo me diera cuenta después él.
—De acuerdo.— musite dándole la razón —Descansa.
Entré a la habitación y dejé mis cosas en la mesita, mientras buscaba en la maleta algo que ponerme, había traído dos pijamas, el pijama súper calientito que era nada atractivo y por suerte había traído otro que no me gustaba mucho usar pero era el más presentable, no es como si Nick me fuera a ver en pijama, pero era mejor estar preparada ¿no?
El pijama consistía en dos piezas, una blusa y un pequeño short, la blusa era rosa y tenía un dibujo en el centro de una dona y un café latte juntos con sus caritas felices, era comida feliz, mis dos cosas favoritas en una prenda, y el short era blanco y tenía un estampado de corazones, donas y cafés lattes. Después de ponerme el pijama y salir disparada hacia la cama, di vueltas y vueltas en la ésta pero no pude conciliar el sueño.
—Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas...— comencé a contar ovejitas para tratar de dormirme pero al llegar a las cien ovejitas me di cuenta de que tampoco funcionaría.
Escuchaba ruidos afuera de la habitación, era obvio que Nick aún seguía muy despierto y trabajando.
—Tal vez necesito un vaso de agua.— me dije a mi misma para tratar de convencerme de que eso necesitaba para dormir.
Tal vez Nick después de todo si me vería con el pijama, estaba consciente de que al salir de la habitación me lo tendría que encontrar.
Me coloqué las pantuflas que tenía, eran rosas con la palabra love escrita entre las dos, en una estaba "Lo" y en otra "ve", eran mis favoritas y estaban muy calientitas, me reí y suspiré, daban el mensaje que justamente necesitaba decirle a Nick.
Me levanté y tome el suficiente valor para abrir la puerta y enfrentarme al hecho de que Nick me vería en pijama, tal vez ni siquiera se daría cuenta, tal vez estaba acostumbrado a otro tipo de pijamas o tal vez solo se reiría de mi por ser algo infantil, abrí la puerta antes de que mis pensamientos comenzaran a perseguirme.
Gran error.
Me di cuenta de eso cuando choqué contra una roca o así se sintió, hubiera terminado en el piso si no hubiera sido por unos brazos que me tomaron de la cintura, cuando tuve el rostro de Nick a escaso centímetros del mío y fui consciente de donde estaban mis manos entendí todo. Su rostro parecía más atractivo que de costumbre y mis manos se estaban dando un festín al tocar los fuertes músculos de su torso, su piel era tan tersa y firme, y sobre todo estaba caliente, lo que provocaba que corrientes eléctricas me recorrieran el cuerpo eran los fuertes y cálidos brazos que me rodeaban la cintura.
—¿Estás bien?— su susurro me llego como una caricia, todo en él era perfecto y sensual, despertaba cada deseo soñado desde lo profundo de mi interior.
«A tu lado siempre estoy de maravilla»
—Es-estoy bien...— mi intento de no tartamudear fracaso.
—Lo siento, pensé que estabas dormida.— se disculpó.
—No podía dormir, iba por un vaso de agua.— dije fascinada por el momento, sus labios estaban a escasos centímetros de mí, todo en el me provocaba una añoranza extrema, podía besarlo si quería, mejor dicho si me atrevía, porque era obvio que si querer si quería.
Por fin lo miré directamente a los ojos y sentí fuegos artificiales en mi estómago, parecía igual de perdido por el momento que yo, llegué a pensar que incluso por unos segundos que él quería lo mismo que yo, porque después vi que paso algo por sus ojos ¿culpa? ¿pena? ¿anhelo? No lo sabía y tal vez nunca lo haría, pero fue como si la realidad cayera sobre ambos.
Nick aflojó el agarre de la cintura y me separe antes de él lo hiciera, sin poder evitarlo mi mirada se posó en su cuerpo y solté un grito de pánico e incredulidad —¡ESTÁS DESNUDO!— me tape los ojos con una mano.
Escuche su ronca risa —Claro que no.
—¡Claro que sí!— replique.
—No, Elle.— más risas —No lo estoy.
Abrí los dedos para poder ver y me di cuenta de que no lo estaba, un bóxer color negro evitaba que estuviera completamente desnudo —Estás casi desnudo.— corregí.
—¿No has visto a Luke en bóxer?
—Obvio que sí.
Pero ver a Luke no era lo mismo que ver a Nick, no se comparaba en lo absoluto, Nick era la palabra perfección hecha hombre, era un dios griego, tenía un cuerpo de modelo y hacía que babeara por él.
—Entonces es como si fuera lo mismo, soy como tu hermano mayor.— su tono de voz fue serio, no tenía rastro de risa o burla.
«Auch»
Me acababa de mandarme a la friendzone sin siquiera darse cuenta. El momento íntimo que estábamos teniendo se esfumó.
Me encogí de hombros y me quité la mano de los ojos, mis labios temblaron al sonreír —Es cierto.— hice un ademán de mano —Iré por ese vaso de agua.
Cuando salí de la habitación dejé salir unas cuántas lágrimas que ni siquiera me había dado cuenta de que estaban ahí, me mordí el labio inferior para no sollozar. Antes de entrar a la habitación me limpié el rostro, cuando entré todo estaba sumido en un profundo silencio y oscuridad, noté un bulto en la cama de Nick y entré rápidamente a mi cama, tal vez él ya estaba dormido y lo mejor era hacer lo mismo.
Cerré los ojos con fuerza y dejé que el sueño me inundará.
***
A las 7 de la mañana Nick y yo ya estábamos despiertos y listo para ir a la oficina y comenzar con un día lleno de juntas, me había levantado una hora antes que Nick para evitar momentos como el de la noche anterior.
Dejé salir un suspiro de alivio cuando el último socio salió de la sala de juntas, había sido un largo día lleno de juntas, proyectos y acuerdos donde había tenido que poner mi mejor sonrisa y estar atenta a todo, anotar lo necesario y encargarme de los arreglos para que todo saliera a la perfección.
Cuando Nick salió de la sala de juntas también, me dejé caer en una silla y apoyé mi cabeza sobre mis manos arriba de la gran mesa.
Tantas reuniones habían provocado que no me concentrara en el incidente de la noche anterior, aunque había sentido todo el día que mi cuerpo estaba en tensión ya que me sentía incómoda con la compañía de Nick por lo sucedido, y ahora eso me estaba cobrando factura, me dolía todo el cuerpo.
Me tensé aún más cuando sentí unas manos en mis hombros, me había quedado sola y no tenía ni idea de quién se trataba —Estás muy tensa.— susurro.
Solté un suspiro cuando me di cuenta de que era Nick y sus manos comenzaron a dar pequeños apretones en mis hombros, supuse que eran una especie de masajes, y estaba exquisito, sentía como cada parte de mi cuerpo que antes estaba tensa pasaba a una completa relajación.
—Eso creo.
—Fue un día pesado.— murmuró.
—Supongo que si.— susurre.
Cada vez me sentía más relajada y más tranquila, incluso el sueño comenzaba a aparecer en mi cuerpo, sentía como si estuviera flotando en una nube y la realidad cada vez era más lejana.
—¿Por qué estás tensa, Elle?— susurro, su voz se escuchaba cada vez más cerca —¿Por el trabajo o por algo más?— esta vez su susurro llegó junto con su cálido aliento sobre mi oreja derecha.
No podía hablar pero hice mi mejor esfuerzo —Yo...— fue lo único que pude decir.
—¿Es por algo más?— hizo presión con su pulgar en un punto de mi espalda que ni siquiera sabía que tenía, inevitablemente solté un gemido de satisfacción —¿Qué te tiene tan tensa, Elle?
Mi nombre sonaba tan especial y sensual en sus labios.
—No lo sé...— susurré con la voz tirante.
—¿Estás segura?— preguntó con un susurro muy ronco y sexy, sentí sus labios sobre mi oreja.
Todo estaba perfecto, me daba miedo respirar y arruinar el momento, pero no fui yo quien lo hizo, sino unos pequeños toquecitos en la puerta.
Nick se separó y camino hacia la puerta, abrió y recibió unas bolsas de lo que supuse que era comida que le entregó un empleado.
—¿Tienes hambre?— sonrió con la sonrisa de siempre, con la que me derretía el corazón pero que en estos momentos la sentía como un balde de agua fría.
—Si.— conteste aún recuperándome de lo que acaba de ocurrir, trate de parecer tranquila y regular mi reparación.
—Me alegra escuchar eso, porque nuestra comida china ya llegó.
Asentí distraída, mis pensamientos y sentimientos en este momento era un caos, no entendía en lo absoluto a Nick, últimamente sus acciones me confundían. La noche anterior se había mostrado fascinado por el momento igual que yo pero después se había apartado de mi mostrándose frío, lo mismo había pasado recién, se mostró seductor y después se apartó como si no hubiéramos pasado por ese especial momento.
—Me confunde esto.
¿Lo dije o lo pensé?
Cuando levanté la vista y lo vi fundiendo el ceño me respondí yo misma la pregunta —¿Qué te confunde?
Tú.
«Piensa algo bueno que decirle, Gabrielle»
—Esto.— «No metas la pata» —Bueno, eso.— señalé las bolsas que llevaba en la mano —Son confusos los nombres y sabores.— me reí nerviosa.
«Bien hecho»
Nick asintió —Si, pero tranquila, yo te explico.— me guiño un ojo y se sentó, volvía el Nick que conocía, y no podía hacer nada para recuperar al Nick que estaba descubriendo en España.
Se sentó a mi lado y me explico cómo comer y qué era nuestra comida. Charlamos de cosas formales, después de terminar de comer todo paso en cámara rápida, el camino de la empresa al hotel y el camino de la recepción a la habitación, cuando llegamos Nick dijo lo mismo que la noche anterior y esta vez hice lo que debería de hacer hecho, me puse el pijama y me dormí sin pensar en ningún suceso que me liará la cabeza.
---
N/A
Al parecer no solo a Gabrielle le afectó el clima de España ;)