Vanessa
Al salir de la supuesta fiesta Brad nos lleva de regreso a casa, Anna se mantiene todo el tiempo hablando de lo atractivo que le han parecido ambos y la verdad no entiendo su deslumbre, digo, Brad no está nada mal además de ser muy educado y reservado, pero por otro lado Pitt no es más que ego y siendo honesta logra ponerme nerviosa.
Aparte de lo que comentó sobre que mañana hablaríamos cuando espero haya entendido todo lo que dije, y si es cierto que necesito este empleo pero no estaré en un lugar donde me sienta incómoda. Tampoco puedo mentir acerca de cuando estuvimos en aquella habitación los dos solos y se colocó tras mi espalda, pude sentir un poco de su calor transmitirse hacia a mi, mi cuerpo empezó a sudar y sentí corriente atravesando mi pecho. <<Otra vez>>
Al recordarlo siento mis pezones endurecerse y algo entre mis piernas empieza a crear una pequeña sensación de comezón.
Lo mejor será dormir, o algo así diría mi madre.
Si le pregunto a Anna sobre esto lo convertirá en un festival y tal vez es como ella siempre dice, quizás ya sea tiempo de buscarme un acompañante aunque sea solo de ratos. Después de todo también es parte por lo que vine a la ciudad, buscando libertad, al igual que emociones y supongo que esto es parte de ello.
—Buenos días, ¿Lograste dormir? —está en pijama— Anoche parecías distraída. —investiga de pies frente al modesto comedor.
—La verdad no, tuve algunas pesadillas.
—¿Apareció tu madre?
—Si.
—Lo siento, aquí tienes algo de café y para esta noche te dejaré todo listo así solo tienes que cocinarlo.
—Gracias, la verdad no entiendo por lo invitaste, es mi jefe y no me gustó mucho que no me lo consultarás.
—Te equivocas —me interrumpe— No solo invité a tu jefe, Brad también vendrá y le dije que cocinarías así que espero te esmeres. —se inclina para darme un beso sobre la mejilla, es cierto que puede ser insoportable pero aún así es mi mejor amiga desde la niñez y la única que me ha ayudado durante esta travesía.— Ahora me voy pero nos vemos esta noche.
—Que tengas buen día.
Respiro viendo lo que me aguarda en la cocina, aún tengo tiempo hasta la hora de entrada a la oficina así que me dispongo a comer el desayuno.
Llego con ocho minutos de antelación, doy un vistazo a la oficina principal viendo a Pitt sentado sobre una esquina de su escritorio mientras habla con una mujer de pelo rubio, parece que estuvieran teniendo una conversación muy interesante así que simplemente tomo asiento.
Enciendo el computador sobre el escritorio viendo el correo entrante que al final lleva el apellido Lennox, lo abro viendo las diferentes carpetas con distintos números y nombres en ellas, en el correo existen algunas especificaciones de la antigua secretaria de que debo crear nuevas carpetas con el paso del tiempo para que cuando sea despedida esté lista para pasar el archivo a la siguiente secretaria.
<<Siento como si me estuviera despidiendo cuando no he tenido ni mi primer día completo de trabajo>>
Además tengo que revisar y ponerme al día con toda la información, ¿A caso piensa que soy un computador? Tardaré años en abrir y leer todo esto.
Escucho una risa provenir de la oficina de Pitt, levanto un poco la cabeza y veo a esa mujer salir por la puerta, su pelo rubio brilla, ojos claros, piernas largas, piel blanca y va usando unos zapatos rojos muy altos, tras ella veo a mi jefe con una gran sonrisa en su rostro, quien diría que podría sonreír así.
Discretamente sigo a ambos con la mirada hasta que llegan al ascensor y Pitt se despide con un beso en la mejilla cuando devuelvo mi vista al computador y todo lo que debo de hacer al notar que las puertas del ascensor se cierran.
—¿Has recibido los archivos?
Se acerca interrumpiendo mis pensamientos.
—Si, ya estoy trabajando en ellos. —ni si quiera da los buenos días.
—Si necesitas ayuda no dudes en pedírmela.
Asiento y levanto la cabeza por un segundo notando sus ojos azules verme con toda esa calurosa intensidad que se carga ese hombre.
—De acuerdo —dice él— Por ahora ya no tengo más nada que hacer, si ocurre algo no dudes en llamarme, mis números de contactos y correo están en una de esas carpetas además de las direcciones de las casas y apartamentos a las que debes ir en caso de alguna emergencia.
—Claro, me pondré al día con todo lo más pronto que pueda.
—Por ahora solo revisa las más recientes, son las que necesito, las demás son un apoyo por si olvido algo y necesito que me refresques la memoria. ¿Tienes alguna pregunta?
—Empezaré a trabajar en todo lo que me has dicho de inmediato. ¿No volverás por el resto del día?
—Si lo preguntas por la cena no te preocupes, no he olvidado que debo de verte esta noche.
—De acuerdo, y no, no lo preguntaba por eso.
Se da la vuelta sin decir más nada en cuanto paso el día poniéndome al corriente con lo que puedo, de verdad es mucho trabajo para una sola persona y ya puedo entender porque las secretarias no le duran nada.
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—Estoy en casa.
—Bienvenida —espeta Anna— ¿Podrías ayudarme?
La veo estar rodeada de ollas.
—¿Para qué es todo esto?
—Para la cena de esta noche.
—¡Mierda!
—¿De verdad lo olvidaste?
—Estuve leyendo en el computador todo el día y lo lanzé fuera de mi cabeza.
—No te preocupes, ya casi he preparado todo, tú ve y recuéstate un rato.
—¿Segura?
—Si no te preocupes, y tú madre llamó.
Empiezo a caminar en dirección a mi habitación.
—¿Qué dijo?
—Ya sabes, lo usual quería saber si aún seguías siendo la misma niña que crió, pero por supuesto le dije que no.
—¿Qué hiciste? —Me detengo conociendo cómo es y de seguro hizo una tontería.
—Tal vez dije que estabas en tu habitación con dos hombres negros desnudos sobre tu cama y pediste no interrumpir. Quizás deberías llamar y verificar que aún respire.
—Anna.
—¿Qué? Ya eres una adulta, actúa como tal.
—Tú también deberías hacerlo, la llamaré antes de ir a la cama.
—Solo serán unos minutos, esta cena es por ti.
—No, no lo es. —digo sabiendo que todo esto es solo porque quiere ver al gran Brad.
—Si, si lo es, quizás yo también tenga algún interés en que salga bien pero aún así el invitado principal vendrá por ti.
La escucho vociferar por el piso.
—Cállate —llego a mi habitación cerrando la puerta, busco mi teléfono sin tardar en salir del asunto.— Supe que llamaste esta tarde ¿Todo bien?
—Solo quería saber como te encontrabas, tu amiguita me contesto. —contesta mi madre, ella y Anna siempre discuten y la verdad no hay nada porque sorprenderse tras ello.
—No le hagas caso a sus comentarios, ya sabes como es, ¿Cómo estás tú?
—Aquí todo está bien como es de esperarse, ¿Cuándo volverás al pueblo?
—No lo sé, apenas acabo de empezar y dudo tener vacaciones en mucho tiempo, y bueno te dejo, tuve un día atareado. —Cuelgo la llamada y me lanzo en la cama, apenas puedo mantener una conversación con ella luego de aquello, y está bien, yo estoy bien y eso es lo que importa. Agregando el hecho de que sabe nunca más regresaré y si lo hago será solo por el compromiso de ser su hija.
Despierto al escuchar fuertes risas venir de la sala. La verdad es que prefiero dormir así que me levanto con intención de colocar seguro en la puerta cuando veo a Anna entrar.
Volteo los ojos al verla.
—¿Aún no te arreglas? —hago como que no escucho— Vanessa.
—Estaba dormida.
—Creí que te ducharías antes de hacerlo.
—Solo es una cena, no hay porque hacer tanto alboroto.
—¿Entonces saldrás así? Con la misma ropa interior que pasaste el día en la oficina ¿Lo verás así?
—No sé de que hablas pero como sé que no me libraré de ti, vamos. —la tomo de la mano al salir de la habitación con dirección hacia la sala.
—Buenas noches. —Brad me da la bienvenida y la verdad me arrepiento de ser tan impulsiva y no haber pensado antes de salir.
—Buenas noches —les doy una sonrisa forzada a los dos elegantes hombres frente a mi— ¿Por qué no me dijiste que estaban bien vestidos? —susurro a Anna cuando ladeo la cabeza hacia ella.
—Si lo hice, pero tú no escuchaste.
—No, no lo hiciste. —la regaño notando que hasta ella está bien vestida.
—Bueno, ya estás aquí así que toma asiento querida.
—¿Pasa algo? —Pregunta Pitt.
—Nada. —contesto sin pensar mientras me acerco y tomo asiento, Anna se luce con la cena de esta noche, no recuerdo una sola vez que cocinara así para nosotras, la mesa está repleta de comida, parece de esas cenas familiares que te venden en la televisión y me pregunto quien pretende que lave todos los trastes luego.
—¿Cómo estás? —Pitt interrumpe mis pensamientos, ni si quiera noté cuando se movió a mi lado.
—Bien.
—Ya veo. Tanto que no has tenido tiempo ni de peinarte, muy diferente a la Vanessa de la fiesta.
—Ya sabes, la magia del maquillaje.
—¿Eso crees?
—Anna hizo un buen trabajo al igual que con la mesa.
—No estoy de acuerdo contigo, aun así estuve toda la tarde pensando en esta cena.
—Por cierto tengo una duda sobre algo, lo que mencionaste de las direcciones ¿Es real? nadie me dijo que debía de entregar documentos fuera de la oficina.
—Así es, no aparece en tu contrato pero fue algo que inició una de las antiguas secretarías y lo mantuve, así no me siento obligado a ir todo el tiempo a la empresa.
—Eres el jefe, si no quieres hacerlo no lo hagas.
—¿Y eso te gustaría?
—¿El qué?
—Dejar de verme.
—No señor.
—¿Señor? —enarca una ceja— ¿De nuevo con eso?
—Yo jamás...
—¿Qué tal si cenamos? —Indica Anna sentada junto a Brad quien debería agregar no luce nada mal.
Veo a Pitt levantarse y tomar el cuchillo para empezar a separar el pollo que Anna horneó, ella lo sigue y empieza a servir lo que parece ser puré de papas, la verdad no estoy segura pero sé que huele muy bien.
Ella siempre ha sido muy coqueta y sé que no se detendrá durante toda la noche y a Brad parece no molestarle.
—¿Deseabas que te sirva? —Me pregunta Pitt.
—Si, gracias. —Anna me hace un gesto raro.— Iré por la bebida. —me levanto y dirijo directo hacia la cocina la cual no es muy grande que digamos y se encuentra justo al lado del comedor, me pongo en puntas para alcanzar el destapador que se encuentra encima del refrigerador.
—¿Necesitas ayuda? —siento el calor de su cuerpo junto al mío y veo su mano rápidamente alcanzar la mía.
—No, ya lo tengo. —me alejo de él.
—Si te asusté lo siento, no era mi intención, solo quería ayudarte.
—Gracias — puedo escuchar a Anna reír acompañada de Brad.
—Parece que se divierten.
—Anna suele ser muy graciosa.
—¿Y qué hay de ti?
—También puedo llegar a ser divertida —me retiro con los demás— Pero no con todos.
—Genial, entonces empezamos —anuncia Anna viéndome y a Pitt quien me sigue.
—Brad no sueles hablar mucho —intento hacer conversación así evitar que esto se sienta menos extraño de lo que es.
—Solo cuando es necesario —contesta con lo que parece ser una sonrisa ladeada.
—A Brad le gusta hacerse el interesante —interrumpe Anna.
—Yo diría que ya lo es —suelta Pitt.
—Y tú aun no contestas mi pregunta. —recalco viéndolo a mi lado.
—Eso es porque no hablo de trabajo cuando estoy con mis amigos.
—¿Ya somos amigos?
—Lo lamento, ellos dos son mis amigos. —aclara haciendo referencia a Anna y Brad.
—Y yo tu secretaria.
—Aún estás a prueba.
—De la manera en que hablas parece ser que no tengo lo necesario.
—Yo creo que si lo tienes, solo que aún no lo sabes.
—Recursos humanos...
—Recursos humanos no es quien decide quien trabaja cerca de mi, lo hago yo, creí que ya te había quedado claro —introduce un tenedor en su boca acompañado de algo de carne— Esto está delicioso Anna.
—Gracias —se alegra de escuchar el cumplido.
Empiezo a comer lo que se ha servido en mi plato, me apuro en acabar y poder regresar a mi habitación, todavía tengo muchos documentos que revisar y me gustaría pasar el fin de semana en casa sin nada que hacer.
—Abre la boca. —manda Pitt.
—Yo no...
—Abre —vuelve a repetir con el cubierto cerca de mi boca, hago lo que dice y me doy un trago de cerveza.
—¿Qué tan buena eres tomando?
—No mucho, solo lo hago cuando es necesario.
Se queda viéndome en silencio con esa mirada fría y misteriosa que se carga, Anna mueve uno de los platos de la mesa, Brad comenta algo a lo cual Pitt es quien responde y por alguna razón no puedo dejar de creer que los ojos de mi jefe son algo hipnotizantes.
—Vanessa.
Murmura enfocado en la copa de vino frente a él.
—¿Buscas algo en mi mirada que te pueda dar?
Voltea a verme cuando sus palabras y la forma perversa en que lo dice me hace comenzar a pensar que si.