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Estaba en el tercer año de su carrera, corriendo alrededor del campo, permaneciendo a unos pasos detrás de sus compañeros de equipo. Era un día asquerosamente caluroso, la camiseta gris se le pegaba incómodamente a la piel y el sudor solo le hacía desear estar en una piscina o la playa. Oh, sí. La dulce playa. 

Cuando llegaran las vacaciones de verano, él y sus amigos estarían en camino a la playa para celebrar. Dios, la simple idea sonaba tan bien.

Escuchó al entrenador gritarle a los que iban al final para que se dieran prisa. Era la última vuelta ya y todos querían irse a sus dormitorios. Habían estado entrenando por más tiempo dado que estaban en el juego final. Su universidad contra la universidad del sur. Por supuesto que estaba ansioso, habían jugado sus traseros en el campo para llegar a la final. Solo que las horas extra de entrenamiento estaban drenándolo por completo. Apenas podía balancear las clases, tareas, proyectos, exámenes con todo el tiempo que tomaba el futbol. 

Cuando el entrenador dio por terminada la práctica, Matthew corrió hacia las duchas para salir de ahí tan rápido como pudiera. Se despidió de los chicos y corrió hacia las gradas donde se supone que se encontraría con sus amigos para ir a una pizzería a pasar el rato. Era de esos raros momentos donde no tenía que preocuparse por los trabajos desde que era viernes. Una salida lejos de la universidad, era lo que necesitaba. 

Las luces del campo ya estaban encendiéndose mientras caminaba hacia las escaleras y saltaba hacia donde ellos estaban. 

Leah lo vio y sonrió antes de darle un guiño, moviendo una mano por su cabello. "Hey, sexy," ella dijo, poniéndose de pie.

"Hey tú." Sonrió hacia ella. No eran nada más que amigos por el momento, pero habían estado saliendo casualmente por meses anteriores y ella era realmente agradable, aparte de ser bonita y muy inteligente. Le gustaba, pero le gustaban las cosas como las había estado manteniendo. Leah tampoco parecía querer más de eso. Y estaba seguro de que estaba viendo a otros chicos. No le molestaba, él también lo hacía. Si su relación se volviera algo serio, él se comportaría, pero parecían solo disfrutar de la compañía del otro y el coqueteo de vez en cuando. 

Finalmente su atención se fue hacia los otros chicos. Tom, Adam, y otros dos chicos que no conocía. Aunque sus rostros eran familiares.

"Matt, ellos son Joyce," Alex señaló a la chica de cabello rubio corto con un piercing en el labio inferior. Ella le sonrió. Matthew también le sonrió. "Y él es Jason. Ambos son amigos nuestros. Están en el puesto de honor. Tal vez los reconozcas."

"Un placer conocerte," Joyce se acercó a él y le dio un rápido beso en la mejilla. 

"Digo lo mismo."

Jason se acercó a él y le tendió la mano, una sonrisa con hoyuelos en los labios. "No te besaré, pero también es un placer conocerte."

"No te iba a empujar o algo así," dijo sonriéndole, antes de dar un paso atrás y dejar que todos comenzaran a bajar para ir al restaurante. 

Mantuvo una pequeña conversación con Leah, básicamente hablando sobre los proyectos que estaban terminando y los planes que tenían después de las vacaciones. Matthew le echó un vistazo a Jason quien caminaba al lado de Joyce, un brazo por encima de los hombros de la chica mientras hablaban entre ellos. 

"¿Están saliendo?" preguntó después de mirarlos otra vez. La forma en que estaban invadiendo el espacio del otro le hacía pensar que estaban juntos.

Leah los miró antes de encogerse de hombros. "Honestamente, no tengo idea. Siempre están juntos, pero jamás los vi besarse. Quizás son de esas parejas que no muestran afecto frente a otras personas."

Milagro de Navidad [GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora