¿Yo? ¿Una Malfoy?

capítulo 32: Los muggles en el rio

Hola lectora/es!
Como saben, se acerca la ✨Navidad✨, y se me ocurrió poner un especial Navidad en la historia (adelantamos unos meses y ya, porque la historia va algo lento...creo, no la he revisado en un tiempo). Bueno, creo que ya he hablado mucho (o escrito?)

Angie se despide

(~￣³￣)~

Hay que recordar que la historia está en edición, el capítulo es viejo.

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La nieve caía lentamente, los pájaros silbaban alegremente a pesar del frío, los niños muggles corrían entre sí lanzándose bolas de nieve entre risas. La navidad se acercaba. Habían pasado varios meses desde la audiencia, y tanto la mágica como la muggle coincidían en que la custodia debía ser compartida hasta que cumplieran 18 años.

Las lechuzas con sus resultados llegaron pocas semanas después, había aprobado con Excelente, igual que siempre...bueno, todo menos Transformaciones, solo un Supera las expectativas por realizar mal los últimos tres conjuros de transformación humana. Pero igualmente estaba contenta con sus resultados.

Rose estaba arreglándose el maquillaje junto a Keyla y Ariadna para ir a La Madriguera a pasar las navidades, para que después las gemelas se fueran a pasar Año Nuevo en la mansión Malfoy; cuando comenzó a hablar (otra vez) de Scorpius.

—Rose, te quiero y todo pero...— Suspiró Keyla recogiéndose la espesa melena y luego dejándosela caer, como para ver cómo le quedaba mejor.

—Cansas un poco cuando hablas mucho— Completó Ariadna dando una vuelta completa para mirarse por todos los ángulos posibles— ¿Esto me hace ver más gorda o soy yo?.

—Eres tú.— Respondió Keyla caminando alrededor de Ariadna con ojos crítico.— Yo te veo igual.

Mientras Keyla arreglaba unos toques del Jersey Weasley color verde de Ariadna, esta pensaba en los pocos momentos que había pasado con su «padre» de sangre, ¿Realmente las quería? ¿O solo quería otras herederas además de Scorpius y luego simplemente se olvidaría de ellas? En todas las vacaciones restantes solo habían ido a Londres muggle (Keyla insistía tanto en ir que tuvo que acceder) a ver lugares como parques, teatros, cines, heladerías, ropa... Cosas de las que él casi no participó y se limitó a sonreír levemente o asentir distraídamente.

—¿Cómo me queda mejor el pelo?— Preguntó Keyla recogiéndose la melena húmeda— ¿Suelto o atado?— se lo soltó y esperó una respuesta.

Rose y Ariadna se miraron, luego miraron a Keyla.

—Suelto.

—Atado.

Keyla se las quedó mirando, luego fue hasta la mesita de noche y tomó unos colines pequeños.

—Mejor una media cola— Dijo mirándose el espejo mientras se peinaba—, Rose ¿Me pasas las zapatillas azules?

La pelirroja se puso a hurgar en el ropero de Ariadna hasta que sacó unas zapatillas azul cielo, las cuales quedaban con el Jersey azul que la abuela Molly le había tejido (lo que Keyla no sabía era que Ariadna había obligado y rogado para que lo haga).

—Y...¡Listo!— Exclamó justo cuando llamaron a la puerta y entró Hermione ya cambiada, igual con un Jersey Weasley.

—Vamos que su abuela Jean y su abuela Molly las esperan— Dijo sonriendo—, se ven preciosas...

—Gracias, mamá— Dijeron las tres mientras salían del cuarto y bajaban una a una por las escaleras.

***

—¡Atención, Weasley...y Granger y Potter!— Exclamó Rose después de la cena, se había parado en la silla peligrosamente. Faltaba una hora para Navidad, y entre Keyla y Ariadna habían escrito un villancico, aunque realmente Scorpius y Draco se lo enseñaron a ella, y luego ella a sus hermanas— ¡Scorpius y el señor Malfoy me enseñaron un villancico, y yo se lo enseñé a mis hermanas! ¡Vamos, vamos, vamos!.

Saltó y se acercó a su pequeño bolsito para sacar su teléfono muggle (por su cumpleaños, Ron y Hermione le habían regalado uno, al igual que a sus otros hijos), para después acercarse a Keyla y Ariadna y finalmente poner la canción.

—Diga lo que diga, no me maten— Dijo antes de poner la canción:

Pero mira como mueren los muggles en el río, pero mira como muere también el Elegido, mueren y mueren y empiezan a caer, los muggles en el rio y sangre sucias también.

El Voldy está llegando, y te trae tu cartita, porque sabe que eres muggle aunque te hagas la brujita.

Pero mira como mueren los muggles en el río, pero mira como muere también el Elegido, mueren y mueren y empiezan a caer los muggles en el rio y sangre sucias también.

El Voldy se está peinando mientras ve su novela, ya que al rato le toca tortura con la Bella.

Pero mira como mueren los muggles en el río, pero mira como muere también el Elegido, mueren y mueren y empiezan a caer los muggles en el rio y sangre sucias también.

El Voldy está hablando pársel con la Nagini mientras le está preparando un rico fetuccini.

Pero mira como mueren los muggles en el río, pero mira como muere también el Elegido, mueren y mueren y empiezan a caer los muggles en el rio y sangre sucias también.

A medida que cantaban, más difícil era contener la risa nerviosa, pero cuando finalmente termino, las tres ya soltaban unas sonoras carcajadas. Hermione no sabía si reír por lo estúpida que había sido la canción o bien reprocharles por lo estúpidas que habían sido.

—Se nota que estaban aburridas como para aprenderse tremenda idiotez— Rio Hermione tomando el teléfono—, pero están castigadas.

—¿Por quéee?— Dijeron las tres dejando de reír, haciendo un puchero.

— Por lo tonta que es la letra— Respondió Harry mordiéndose el labio inferior para no reír—, « Pero mira como muere también el Elegido» ¿Es en serio?.

—«Y sangre sucias también», eso dolió— Comentó Hermione negando con la cabeza, pero aún sonriendo—. Ya hablaremos con Draco.

—¡No, no, no!— Saltó Ariadna, riendo—. Le juramos que no cantaríamos nada porque sabía que esto pasaría.

Hermione rodó los ojos y se guardó el teléfono.

—Espero que no vuelvan a cantar esa cosa— Amenazó la señora Weasley—. Si tuviera algo alegre, podría valer la pena cantarla.

—Lo siento, abuela Molly— se disculpó Ariadna, aguantando todavía la risa—, admito que fue algo estúpido cantar algo así.

Y sin previo aviso, todos comenzaron a reír.